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El 14 de mayo determinará el futuro de Turquía

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Imagen de Element5 Digital. [1] Uso libre con licencia Unsplash. [2].

En 2023 se cumplen cien años de la fundación de la República de Turquía. El 14 de mayo también se celebrarán en Turquía las esperadas elecciones generales. Los expertos [3] que han estado observando la agitación política del país provocada por el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) describen la próxima votación de mayo como crucial, o como Bobby Ghosh describió en su reciente artículo de Bloomberg [4], «las elecciones más importantes de 2023″. Es una elección entre la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y el laicismo y todo lo que se opone a estos valores: políticas autoritarias, falta de libertades y una creciente influencia de la religión sobre el Estado.

Los candidatos

Políticos opositores y grupos de la sociedad civil [5] llevan exigiendo [6] elecciones anticipadas [6] desde hace casi dos años [7], en parte por la controversia sobre la idoneidad presidencial del actual presidente Recep Tayyip Erdoğan. «Una de las razones por las que hemos estado hablando de elecciones anticipadas son los debates jurídicos sobre la candidatura del presidente. La Alianza Popular [coalición del gobernante AKP y el nacionalista MHP] argumenta que no se trata del tercer mandato. Pero eso no es lo que dice el 99 % de los abogados constitucionalistas. Esto [sería] un tercer mandato y según la Constitución actual no es en absoluto posible», explica [8] Edgar Şar, analista de Medyascope.

Según la Constitución, el presidente solo puede presentarse a dos mandatos. Pero hay un truco: un tercer mandato es técnicamente posible en función [9] de quién convoque nuevas elecciones durante el segundo mandato presidencial.:

The Grand National Assembly of Türkiye may decide to renew the elections by three-fifth majority of the total number of its members. In this case, the general election of the Grand National Assembly of Türkiye and the presidential election shall be held together.

If the President of the Republic decides to renew the elections, the general election of the Turkish Grand National Assembly and the presidential election shall be held together.

If the Assembly decides to renew the elections during the second term of the President of the Republic, he/she may once again be a candidate.

La Gran Asamblea Nacional de Turquía puede decidir renovar las elecciones por mayoría de tres quintos del número total de sus miembros. En este caso, las elecciones generales de la Gran Asamblea Nacional de Turquía y las elecciones presidenciales se celebrarán conjuntamente.

Si el presidente de la República decide renovar las elecciones, las elecciones generales de la Gran Asamblea Nacional de Turquía y las elecciones presidenciales se celebrarán conjuntamente.

Si la Asamblea decide renovar las elecciones durante el segundo mandato del presidente de la República, este podrá volver a ser candidato.

Como explica [9] el periodista Michael Sercan Daventry [10] en su análisis, estos párrafos significan que si la decisión de convocar elecciones anticipadas procede del propio Erdoğan, él no puede presentarse a otro mandato, pero «si el Parlamento –la Gran Asamblea Nacional de Turquía– convocara las elecciones, Erdoğan puede ser candidato».

La Gran Asamblea Nacional de Turquía está formada por 600 miembros. El gobernante AKP y su aliado, el partido del Movimiento Nacionalista (MH), que representa a la Alianza Popular, controlan 335 escaños. El presidente necesita 360 votos de los diputados para convocar elecciones anticipadas. «Esto significa que Erdoğan tendría que encontrar 25 votos entre la oposición, lo que puede ser difícil ya que la mayoría de los partidos no le apoyarían. O, lo que es más probable, disolvería el Parlamento, convocaría elecciones y seguiría presentándose, lo que es una maniobra constitucionalmente dudosa. Sin embargo, Erdoğan y su equipo legal son hábiles para encontrar formas de eludir las normas, como argumentar que su primer mandato fue anterior a los cambios constitucionales de 2017 y no contó», escribió [11] la periodista Nazli Ertan para el sitio de noticias turco AlMonitor.

Esto significa que las posibilidades de que la gobernante Alianza Popular obtuviera los 25 votos necesarios eran escasas, explica [8] Şar.

Además de la aprobación parlamentaria, el Consejo Electoral del país también tiene peso en el proceso de toma de decisiones. «A fin de cuentas, corresponderá a la Junta Electoral Suprema decidir sobre [las elecciones anticipadas y la candidatura del presidente Erdoğan]», añadió [8] Şar, lo que resulta aún más problemático dada su falta de independencia. Durante las elecciones a la alcaldía de 2019, la junta anuló [12] los resultados electorales en Estambul un mes después de que el candidato opositor Ekrem İmamoğlu se asegurara la victoria. La decisión se consideró [12] una medida dictada por la Alianza Popular, que pidió en repetidas ocasiones anular las elecciones por «irregularidades».

Además de la legalidad de la decisión y de la candidatura, el propio día de las elecciones, el 14 de mayo, también es significativo. En 1950, el Partido Demócrata de centroderecha dirigido por el entonces primer ministro de Turquía, Adnan Menders, obtuvo una aplastante victoria frente al opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP). La victoria puso fin a 22 años de gobierno del CHP.

Durante su discurso a los miembros del partido el 18 de enero [13], el presidente Erdoğan no escatimó en alusiones a este acontecimiento: «El mismo día 73 años después [en referencia a las elecciones del 14 de mayo de 1950] nuestra nación dirá ‘basta’ a estos bromistas golpistas y aspirantes incompetentes que tenemos al mando. Pido a nuestro Parlamento que haga lo necesario».

¿Quiénes son los «golpistas y aspirantes incompetentes»? El primer grupo que viene a la mente es la Mesa de los Seis, coalición de seis partidos de la oposición que se unieron en 2022 para desafiar al partido gobernante en las próximas elecciones. Han prometido reforzar el sistema parlamentario turco, limitar los poderes presidenciales y abordar los problemas económicos y sociales.

Pero aunque la coalición ha sido elogiada por mostrar su unidad por reunir diversas ideologías políticas representadas por seis partidos, enfrenta críticas por no haber designado a un candidato único para las elecciones.

Erdogan indicó que Turquía irá a las urnas el 14 de mayo. Supongo que el Parlamento será disuelto por decreto presidencial. Mientras tanto, la oposición sigue sin inspiración y no inspira. Continúa la lucha de poder dentro del grupo gobernante sobre quién obtiene la nominación presidencial.
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Faltan 116 días y la oposición no se ha puesto de acuerdo sobre quién será su candidato presidencial.
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Un periodista ayuda a comprender quiénes son los posibles candidatos a enfrentar al presidente en las encuestas.

Una de estas cuatro personas es la que más probabilidades tiene de estar en las boletas para enfrentar a Recep Tayyip Erdoğan en las elecciones más importantes de Turquía desde que comenzó la democracia multipartidista hace más de 75 años.

Desglosamos a cada candidato en 500 palabras.
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Otros, como el académico Soli Ozel, critican la falta de convicciones de la coalición. En declaraciones a The Economist, Ozel afirmó [18]: «O no tienen el valor de sus convicciones, o no tienen convicciones».

La minoría kurda en el punto de mira

Los kurdos también han quedado en el punto de mira político de Erdogan.

En una carta-artículo de Selahattin Demirtas, político encarcelado y excopresidente del Partido Democrático de los Pueblos, instó [19] a los líderes de la Mesa de los Seis a dejar de lado sus diferencias. La carta, publicada por el sitio de noticias T24, decía: «Haga lo que haga el Gobierno, use los trucos que use, el pueblo ha tomado su decisión. Lo que corresponde a la oposición es convertir esta decisión del pueblo en una fuerza de cambio con unidad y determinación. La historia no verá con buenos ojos a una oposición que no cumpla con este deber». El propio partido enfrenta el cierre por sus presuntos vínculos con militantes kurdos [20], que el partido ha negado en repetidas ocasiones, su financiación estatal fue congelada por el Tribunal Constitucional y sus cuentas bancarias congeladas, mientras que no se vislumbra una solución a la cuestión y los derechos kurdos [20] del país.

Los miembros de Partido Democrático de los Pueblos han prometido que, aunque el partido cierre, «formarán un nuevo bloque» o «participarán en las elecciones de forma independiente», según [21] informa Turkey Recap. El partido también anunció [22] su decisión de nombrar a su propio candidato presidencial en las elecciones de mayo.

La base de votantes del partido, que representa entre el 10 % y el 13 % del recuento total de votos, es importante, ya que puede determinar [22] si las elecciones de mayo tendrán una segunda vuelta. Un candidato presidencial necesita obtener más del 50 % de los votos para evitar entrar en una segunda vuelta electoral.

Recesión económica y erdoganomía

El resultado de las elecciones también afectará significativamente a la economía turca [23], afectada por una inflación galopante [24], un desempleo de dos dígitos, una crisis monetaria y un aumento del costo de vida [25]. Antes de las elecciones y en un intento de ganar apoyo popular, el partido gobernante «ha hecho un gasto sin precedentes [26] en ayudas sociales por valor del 1,4 % del presupuesto anual, que incluye [27] subsidios energéticos, la duplicación del salario mínimo y la jubilación inmediata de más de dos millones de turcos», informó [28] Reuters. Pero al igual que ocurre con la visión poco ortodoxa del presidente Erdoğan sobre los tipos de interés, estas subvenciones masivas solo presionarían las arcas del Estado y son soluciones temporales. Según [29] informa FT, la altísima inflación turca «se comerá los aumentos salariales antes de mitad de año». Dogruluk Payi [30], plataforma local de verificación de hechos, publicó este video [31] que analiza los datos de los últimos seis años de aumentos al salario mínimo, que muestra que el salario mínimo en 2022 fue solo 74 liras (3,90 dólares) más alto que el salario mínimo en 2017 como resultado de la inflación.

Derechos y libertades

En el informe 2023 de Human Rights Watch [32], publicado el 12 de enero de 2023, los autores escribieron: «El Gobierno de Turquía ha aumentado sus facultades de censura y ha perseguido a supuestos críticos y opositores con falsos procesos penales y penas de prisión antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2023″. El ejemplo más descarado y reciente de este tipo de censura y persecución es el del alcalde electo de Estambul, Ekrem İmamoğlu, que enfrenta [33] una pena de prisión por motivos políticos y a la prohibición de ejercer la política.

En 2022, en lo que los críticos han descrito [34] como un impulso a la censura sistemática y una amenaza a la libertad de expresión, los legisladores turcos aprobaron [35] una ley sobre desinformación. El 15 de diciembre de 2022, Sinan Aygül se convirtió en el primer periodista [36] procesado en virtud de la nueva ley.

El arte y la cultura también han sido objeto de la ira del partido gobernante. El ejemplo más reciente [37] es una película turca, «Días ardientes» [Kurak Gunler], que ha recibido elogios en todo el mundo desde su estreno. La película fue censurada [38] por el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía. En 2022 también se cancelaron [39] numerosos eventos musicales. Los intentos de censurar Spotify [40] fracasaron, pero continuaron las prohibiciones de videos musicales [41] y las detenciones [42] de músicos. La narrativa de odio contra las mujeres [43] y la comunidad LGBTQ+ [44] también ha alcanzado nuevos límites.

El conocido filántropo turco Osman Kavala fue condenado [45] a cadena perpetua tras haber pasado ya cuatro años y medio entre rejas. La sentencia fue contraria a los llamados de 2019 [46] del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que se pusiera en libertad a Kavala por «insuficiencia de pruebas», y a la declaración del Consejo de Europa de 2022 en la que afirmaba que iniciaría un procedimiento de infracción contra Turquía a finales de noviembre [de 2021] si no se liberaba a Kavala. Además de Kavala, ingresaron [47] en prisión siete coacusados. Se les acusa de espionaje e intento de derrocar al Gobierno, entre otros cargos.

Los mismos tribunales que han enviado entre rejas a Kavala y a decenas de activistas de la sociedad civil no castigaron a los autores de abusos a menores y pederastia [48], a los partidarios del odio y la violencia [44], ni a los culpables de la muerte de un universitario [49]. No se tomaron medidas contra los policías que emplearon violencia, gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes que marcharon por diversas causas, como la marcha nocturna anual [50] organizada por mujeres, la marcha del Orgullo [51] y una manifestación que pedía el fin de la violencia contra la mujer [43], por nombrar algunas.

El grupo gobernante tampoco abordó los derechos y las demandas de los profesionales de la medicina del país, en huelga [52] desde 2021 para exigir mejores condiciones de trabajo y protección [53] frente a la violencia [54]. La Asociación Médica Turca ha sido una firme defensora de la mejora de las condiciones, pero recientemente fue objeto de duras críticas [52] por parte del Estado y se la acusó [55] de difundir propaganda. El presidente de la asociación, el doctor Sebnem Korur Fincanci, fue detenido [56] por cargos falsos. El 11 de enero de 2023, el Vigésimo Cuarto Tribunal Penal Superior de Estambul condenó [57] a Fincancı a más de dos años y ocho meses de prisión, pero la dejó en libertad a la espera de la apelación..

Escenarios poselectorales

El asalto al Capitolio de Estados Unidos hace dos años y una insurrección similar en Brasil en enero plantean la pregunta: ¿puede darse un escenario similar en Turquía en caso de que el actual presidente Erdoğan pierda las elecciones? Los analistas entrevistados por Global Voices afirman que este escenario es muy improbable, pero descartarlo por completo también sería miope.

«Ziya Meral, investigador asociado del Real Instituto de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad, afirma: «Soy algo cauteloso ante este escenario. «Si la oposición consigue captar el impulso político identificando al candidato único adecuado, puede ganar con margen. Si esto ocurre, quizá no sea Brasil o Estados Unidos, sino más bien lo que ya hemos visto en las anteriores elecciones municipales de 2019 aquí: [el grupo gobernante] se niega a aceptar los resultados electorales y exige un recuento. Ellos [el grupo gobernante] no necesitarán una tormenta física / levantamiento popular. El poder de Erdoğan y su alcance son diferentes de los de [el expresidente de Estados Unidos] Trump y [el expresidente de Brasil] Bolsonaro en que está muy impulsado por la política de identidad», dijo Meral a Global Voices.

Otro experto en Turquía, que habló con Global Voices bajo condición de anonimato, dijo que «anular los escenarios [de Estados Unidos o Brasil] sería nativo. Pero los riesgos son importantes». Citando las elecciones a la alcaldía en 2019, el experto dijo que este era un buen ejemplo para entender la dinámica política interna en la Turquía de hoy. «Si la carrera es reñida como lo fue en Brasil, podemos esperar graves consecuencias en caso de que el AKP pierda. La anulación y el recuento son posibles. Ninguna institución puede resistir estas exigencias». La junta electoral decidirá, y dada la influencia del Gobierno sobre la junta, es probable que se lleve a cabo cualquiera de las exigencias del AKP. «Lo que diferencia a Turquía de Estados Unidos es la capacidad institucional. En Estados Unidos se rechazó el recuento, a riesgo de una posible intervención», explicó el experto. Según el experto, la transición de poder será más suave si el margen es amplio. Pero para eso, la oposición debe establecer la seguridad electoral y consolidar los votos kurdos.

El analista político Selim Koru, por su parte, no cree probable que los sucesos de Estados Unidos. y Brasil ocurran en Turquía, dada la diferencia de líderes. «En ambos [Estados Unidos y Brasil] los líderes de ultraderecha perdieron el poder y jugaron su carta. En Turquía, el líder lleva veinte años en el poder, así que la situación es diferente», explicó Koru. Habrá protestas si el grupo en el poder consigue la victoria, pero serán más parecidas a lo que hemos visto en el pasado, como marchas y golpes de cacerolas como en Brasil, pero Turquía tiene su propia forma de protestar, como los golpes de cacerolas».

Aunque gran parte de las instituciones del país han sido cooptadas [4] por el partido gobernante y se han convertido en portavoces del Estado, las elecciones siguen desempeñando un papel dominante y siguen siendo uno de los pocos bastiones de la democracia. Las elecciones a la alcaldía de 2019 así lo prueban. Tal vez t