Turquía sufre una serie de terremotos devastadores

Captura de pantalla del video de un informe de The Guardian desde Turquía.

El 6 de febrero, gran parte de Turquía se despertó con la devastadora noticia de un terremoto que azotó las provincias del sureste del país. A las 04:17 horas, hora local, un terremoto de magnitud 7,8 sacudió la provincia Gaziantep de Turquía. Horas después, la provincia Kahramanmaras del país sufrió el impacto de una réplica de magnitud 7,5. Alrededor de 10 provincias resultaron afectadas por esta catástrofe. De acuerdo a las cifras más recientes, el número de muertes ha llegado a 2921 personas, mientras que el número de heridos alcanza las 15 000 personas. En una entrevista con AFP, Catherine Smallwood, funcionaria superior de emergencias de la OMS en Europa, dijo que era probable que estas cifras se multiplicaran por ocho». Las imágenes aéreas de los lugares más afectados muestran edificios residenciales derrumbados, así como hospitales, instalaciones municipales y muchos otros edificios, entre los cuales se encontraba el castillo de Gaziantep, de más de 2000 años de antigüedad.

El castillo Gaziantep — siglo VI — no pudo soportar el terremoto.

Según las cifras oficiales, más de 6000 edificios quedaron completamente destruidos. Las autoridades declararon estado de emergencia nivel cuatro, el más alto para emergencias y amenazas graves y que incluye una solicitud de ayuda internacional. La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD, por su nombre en turco) mencionó que, hasta el 7 de febrero, 65 países habían respondido el llamado y enviado un total de 2660 colaboradores.

Turquía ha declarado un estado de alerta nivel cuatro. El estado de «nivel 4″ incluye un llamado internacional de auxilio.

Las autoridades anunciaron siete días de duelo nacional. Todas las escuelas de las zonas damnificadas por el terremoto cancelaron sus clases por las siguientes dos semanas.

Aunque los equipos de rescate ya están en las zonas damnificadas, el clima gélido del terreno hicieron que el desplazamiento por la zona fuera más complicado de lo usual. A lo largo del día, la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) confirmó múltiples réplicas en la zona; las más fuertes se sintieron a las 13:24 pm y 13:35horas, hora local, de magnitud 7,6 y 5,6, respectivamente.

Pero mientras la gente se hizo presente en las redes sociales y los centros de asistencia del país, gran cantidad de críticas se generó debido a las carencias infraestructurales de la respuesta ante emergencias, y la falta de medidas provisionales ante momentos de crisis.

Como mínimo, los hospitales, las pistas de aterrizaje y las carreteras principales no deberían desmoronarse de esta manera, sin importar la magnitud del terremoto.

Esa es nuestra infraestructura más básica. Tiene que ser mejor que esto.

La periodista Burcu Karakas expresó su desconcierto frente a esta paradoja en Twitter. Por un lado, Turquía está en proceso de construir una planta nuclear, y por el otro, muchos edificios residenciales de mala calidad se están derrumbando mientras la gente sigue a la espera de rescate.

En un país donde las casas caen como papel frente a un terremoto, donde las personas esperan horas rodeadas por escombros, hay una planta nuclear en plena construcción.

Mustafa Sonmez, periodista de Economía, tuiteó crudas estadísticas presupuestarias que indican que los fondos estatales asignados a Diyanet, el mayor ente religioso de Turquía, superan la cantidad destinada a los programas de apoyo en caso de terremotos y desastres.

El periodista Gurkan Ozturan tuiteó:

Me siento triste, estresado, y todos estamos de luto desde que vimos la noticia por quienes sintieron el primer impacto.

Pero sobre todo, ¡estoy furioso!

Hubo 25 años de trabajo dedicados a evitar exactamente esto ¡¿Por qué falló de esta manera?!

El periodista Fatih Yasli escribió en Twitter que la gente estaba «una vez más, pagando el precio de una economía y banda de contratistas que se dedica a construir sobre los pilares de las ganancias, las licitaciones, y los sobornos, así como la enemistad por la ciencia y el conocimiento».

Esta ha sido una década devastadora para Turquía. Los horrores que se vieron este día se encuentran muy interrelacionados con la situación política general, ya que el enorme nivel de corrupción ha dado lugar a un sistema de construcción deplorable, al robo de las reservas dedicadas para desastres sísmicos, a preparativos minúsculos ante lo inevitable y a una economía en ruinas.

Entre los edificios que se derrumbaron que encontraban algunos hospitales, lo que agravó la tristeza y las críticas:

El derrumbe del hospital por el terremoto forma parte de la gris realidad que nos demuestra el estado en que nos encontramos… Sin mencionar la explicación de «era antiguo» que se publicó después…

Otros acusaron a las autoridades estatales de mentir sobre la presencia de equipos en misiones de rescate. Hatay es una de las provincias donde la ausencia de rescatistas ha avivado más la ira.

Miles de personas piden ayuda específicamente para Hatay, provincia que estuvo casi 24 horas sin rescatistas.

Es horrible. Demasiados mensajes de gente rodeada de escombros. Las personas que hablan desde el interior de la ciudad piden ayuda en llanto. Es lo único que podían hacer.

Baris Atay, vicepresidente del Partido Obrero de Turquía (TIP, por su nombre en turco), parlamentario y originario de Hatay, visitó la provincia y publicó este mensaje:

I really don't know what to say. Those who say they have reached everywhere. There is no rescue work here. The head of AFAD and the President are both saying they have reached everywhere. People are on their own here using their own efforts. It's an isolated city. The machinery was brought here by the citizens themselves. No one is sending machinery or anything else. There is no rescue team. There is no AFAD. There is no one.

Realmente no sé qué decir. Para quienes dicen que la ayuda ha llegado a todas partes, aquí no hay ningún trabajo de rescate. Tanto el director de la AFAD y el presidente están diciendo que la ayuda ya se hizo presente en todos lados. Pero aquí la gente está sola y se ayuda entre sí. Es una ciudad aislada. Los mismos ciudadanos trajeron la maquinaria. Nadie más ha enviado maquinaria ni nada. No hay equipo de rescate. No hay AFAD. No hay nadie.

Esta amargura y la lentitud para reaccionar no es nada nuevo. En entrevista con el medio Middle East Eye, Korey Dogan, uno de los voceros del Partido de la Izquierda Verde, dijo que el Gobierno estaba dándole prioridad a la economía a costa del bienestar del ambiente. Existe amplia evidencia que respalda esta declaración, como, por ejemplo, el masivo proyecto Kanal Istanbul o el proyecto de amnistía urbanística que fue aprobado en 2018. Turquía ha aprobado 19 leyes de amnistía urbanística entre 1948 y la actualidad, que conceden indultos (por una cuota) a los contratistas de obras que incumplen las normas de seguridad. Muchos de los puntos registrados de reunión dedicados para tiendas de campaña y respuestas humanitarias tras terremotos desaparecieron en el auge de construcción urbana. En el pasado, el partido Justicia y Desarrollo (AKP, sus siglas en turco) rechazó 58 mociones de políticos opositores que pedían crear un comité de supervisión independiente para vigilar el cumplimiento de las normas de seguridad durante la construcción.

Algunos expertos de la Cámara de Ingeniería Geológica mencionaron haber advertido a las autoridades sobre un posible terremoto en el zona con reportes y evaluaciones de necesidades, pero no obtuvieron respuesta. Hüseyin Alan, presidente de la Cámara de Ingeniería Geológica, declaró a la plataforma de noticias en línea Birgun que «como geólogos, hemos explicado y escrito en repetidas ocasiones que estos asentamientos residenciales deben estar preparados en la eventualidad de terremotos. Preparamos informes que hicimos llegar a la presidencia y los ministerios correspondientes. Nos ocupamos en repetidas ocasiones de destacar la necesidad de tomar medidas. Pero no obtuvimos ni una sola respuesta. Ni de la presidencia ni de los parlamentarios».

Otro de los entrevistados de Birgun, Kubilay Kaptan, especialista en desastres, dijo que, a pesar de las advertencias anteriores, los daños que se observaron como resultado del terremoto indican que estas advertencias no fueron tomadas en cuenta. Durante la entrevista, Kaptan declaró que «en circunstancias normales, dado que ya se sabía que estas provincias estaban en zonas propensas a terremotos y que un sismo era inevitable, los edificios, la población local y las misiones de búsqueda y rescate deberían haber estado listas para actuar. Pero cuando analizamos si estaban realmente preparados, vemos que no era así». Kaptan dijo que las carencias que presentaban los preparativos eran indicativas de la nula supervisión que hubo durante el proceso de construcción, del material utilizado y del diseño de los edificios.

El doctor y profesor Naci Görür, miembro de la Academia de Ciencias, también informó a los medios locales sobre las repetidas advertencias que él y otros geólogos habían hecho a los administradores provinciales, pero que aun así no recibieron ninguna respuesta. Hace dos años, Görür habló en CNN en turco de un posible terremoto en Kahramanmaras.

Turquía está en una zona sísmica activa y tiene antecedentes de terremotos devastadores. El peor de los sismos se produjo en Erzincan en 1939, cuando un terremoto de magnitud 7,9 dejó casi 30 000 muertos. En 1999, un sismo de magnitud 7,5 mató a 18 000 personas y dejó a 250 000 sin hogar. El último gran incidente ocurrió en Elazığ en 2020, y dejó 1600 heridos y 41 muertos. En el aniversario del terremoto de 1999, en 2021, los expertos advirtieron que si un sismo de magnitud similar sacudía el país, sería inevitable que los daños fueran aún mayores, lo que evidenciaría la falta de preparación o de estrategias de mitigación de parte del Gobierno.

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