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Mayor propósito del lenguaje propagandístico de Rusia es aparentar que aún no están en guerra

Categorías: Rusia, Ucrania, Censura, Ciencia, Derechos humanos, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Lenguaje, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, The Bridge, Tres años de la invasión rusa a Ucrania

Alexandra Arkhipova, fotografía tomada por Teplitsa [1]. Utilizada con autorización.

La antropóloga Aleksandra Arkhipova [2] estudia el folclor contemporáneo de Rusia, como los miedos y rumores que rodean la guerra contra Ucrania y el lenguaje mediático que utiliza la propaganda estatal rusa para manipular a sus ciudadanos. Con la autorización del Teplitsa [3], medio independiente sobre activismo, publicaremos una transcripción abreviada de su presentación [1] durante la conferencia de «Internet sin fronteras [4]«.

A menudo hablamos sobre la horrible propaganda que se desarrolla ahora en Rusia y cómo esta propaganda afecta a las personas a través del lenguaje. Yo investigo cómo funciona este lenguaje en la propaganda.

En general, ¿es cierto que se puede cambiar la percepción de lo que está pasando con ayuda de las palabras?

Entre 2017 y 2018, se comenzó a utilizar la palabra «aplauso» (traducción de хлопóк), en lugar de «explosión» en los medios [estatales] rusos. Muchas personas me preguntan: «¿Qué importa si utilizan otra palabra? ¿Realmente afecta en algo?». Los psicólogos cognitivos y lingüistas cognitivos encontraron la respuesta a esta incógnita hace mucho tiempo.

Por ejemplo, en 2005, un grupo de investigadores estudiaron cómo los doctores revelan el desagradable diagnóstico de «fallo cardíaco» a sus pacientes. Claramente, esta palabra tiene una connotación negativa: una especie de «avería total» dentro del sistema. Por lo tanto, los doctores suelen reemplazar esta palabra negativa con eufemismos.

Cuando los pacientes recibían un diagnóstico con las palabras «fallo cardíaco», decían que iban a tomar más en serio el cuidado de su salud: empezar una dieta, tomar medicamentos, aceptar una intervención quirúrgica. Sin embargo, cuando recibían un diagnóstico en la forma de un eufemismo más agradable, como «Tienes un fluido en tus pulmones porque tu corazón no palpita correctamente», los pacientes se preocupaban mucho menos sobre el estado de su salud.

Una vez más se demostró que es posible manipular la percepción que tienen las personas sobre el mundo mediante el lenguaje.

Sobre eufemismos en lenguaje de propaganda rusa

¿Qué hace la propaganda rusa? Cambia las palabras de una manera muy especial. No cambia el significado, sino la connotación. Es decir, reemplaza los conceptos asociados a las palabras para que percibamos un mundo mejor y más seguro ¡Un mundo donde ni siquiera hay guerra!

Volvamos a cómo el Estado ruso comenzó a utilizar la expresión «aplauso» en lugar de «explosión». ¿Qué los motivó a hacer este cambio? Se debe a que la palabra «explosión» tiene una connotación muy peligrosa: terrorismo, muerte, catástrofe, guerra. ¿Y la palabra «aplauso«? Ciertamente es un sonido, tal vez incluso esté relacionada a una festividad, pero no es un evento que esté relacionado a la muerte. Por lo tanto, «aplauso» comenzó a reemplazar lentamente a la palabra «explosión».

Es una estrategia que los medios estatales utilizan para restarle importancia a cualquier tipo de daño para no «asustar» a la audiencia.

Desde el 4 de marzo de 2022, después del inicio de la invasión a Ucrania, Rusia prohibió mencionar la palabra «guerra». En vez de eso, se comenzó a imponer el término «operación especial militar». Se introdujo la censura militar. En estos momentos hay 400 sentencias judiciales de la corte por «desacreditar al Ejército ruso». La gente supuestamente desacreditó al Ejército ruso al decirle guerra a la guerra.

La administración presidencial envía instrucciones a los medios, que explican a los periodistas con pleno detalle cómo deben manipular las connotaciones, como «operaciones especiales», entre otras.

Sobre instrucciones de la administración presidencial

Tengo un informante maravilloso; trabajó para una publicación federal rusa muy importante durante los primeros meses de la guerra. Y fue quien me filtró las instrucciones que llegaban desde la administración presidencial.

El 28 de febrero, cuatro días después del inicio de la guerra, su publicación recibió las siguientes instrucciones por escrito:

Don’t use the word “war,” you can use instead the words “liberation,” “liberation mission,” “special operation.” You don’t sow panic. Let me remind you once again that in your articles it is impossible to write the word «war,» «military operation,» «capture by the Russian military;» now it's just «special operation.»

No utilicen la palabra «guerra, en cambio, pueden utilizar las palabras «liberación», «misión de liberación» y «operación especial». No siembren el pánico. Déjenme recordarles una vez más que les es imposible escribir las palabras «guerra», «operación militar», «captura por el Ejército ruso» en sus artículos; ahora solo será «operación especial».

Esto ocurrió cuatro días antes de que se introdujo la censura militar, pero los medios ya se encontraban bajo presión.

Comenzó el replanteamiento del lenguaje. El replanteamiento funciona mediante el uso de asociaciones.

You have to take information about those who died during the special operation only from official data. When covering the special operation, please do not write “taken under control” in relation to settlements; replace it with the word “liberated.”

La información sobre los fallecidos durante la operación especial solo debe extraerse de datos oficiales. Cuando hablen de la operación especial, por favor, no escriban «tomado bajo control» al referirse a los asentamiento; reemplácenlo con la palabra «liberado».

Primero «capturado», luego «tomado bajo control», para terminar en «liberado». Esto se debe a que las palabras «capturado» y «liberado» tienen connotaciones diferentes. Claramente, la palabra «liberado» tiene asociaciones mucho más positivas.

O, por ejemplo, «retirada» se entiende como un «gesto de buena voluntad»; el «contraataque de las Fuerzas Armadas de Ucrania» [se convierte en] una «serie de ataques desesperados».

Debido a esto, se generan tres estrategias: evitar por completo los temas peligrosos; elegir palabras que no estén relacionadas con la muerte de personas y la guerra; demonizar al enemigo.

El replanteamiento también es importante en cuanto a cómo se presentan los conceptos de la guerra. ¿Cuál es nuestra razón para pelear? Para la propaganda rusa, los objetivos son desnazificar el territorio, buscar nacionalistas, y liberar a la población ruso parlante, entre otros.

Otro de los ejemplos: «línea de contacto». Esto es claramente un reemplazo para el «frente». Se ha utilizado de manera abundante desde febrero de 2022. Es como si no tuviéramos un frente de guerra, tenemos una línea de contacto. En septiembre, se llevó a cabo el reclutamiento militar obligatorio. Cuando se reclutó a los ciudadanos, se les dijo que «ayudarían a defender la línea de contacto». No se les dijo: «Serán enviados al frente», no; «Se movilizarán a defender la línea de contacto».

La resistencia y cómo se genera el contramensaje

¿Cómo se puede resistir los efectos de este nuevo lenguaje? Una opción es piratear el propio sistema. Cuando comenzó la guerra, y se introdujo la censura y se prohibió la palabra «guerra», apareció en las paredes, mediante grafiti, un tema maravilloso: «Di guerra en voz alta». Esto es muy importante porque ahora hay muchos Rusia que tratan de resistirse de todas las maneras posibles al lenguaje de la propaganda.

Muchas personas afuera del país me escriben para decirme que esto es pura basura y que este tipo de resistencia no sirve. Pero no estoy de acuerdo con ellos. El castigo por esta resistencia lingüística varía entre una multa y siete años de cárcel. Estos son actos serios destinados a romper la zona de confort; para que quien camina 300 metros desde su casa a comprar pan pueda leer sobre el conflicto y comprenda que vive en una situación de guerra e intente afrontar el tema sin evitarlo.

La primera tarea que se impusieron los «partisanos semióticos» [partisanos que operan son signos] fue romper el bloqueo informacional de propaganda. Lo mejor que se puede hacer es algo que yo llamo un «contramensaje».

Este es un ejemplo simple: la señal de «Zona de peligro, mantén la distancia del edificio cuando caiga el hielo». Alguien añadió la palabra «Rusia» y se volvió «Zona de peligro, Rusia». Esta es un contramensaje simple.

Pero el contramensaje era más complejo que eso: primero, la letra Z, el símbolo que representa el apoyo a la guerra, estaba en la reja, y el partisano añadió las letras P y C durante la noche para crear un contramensaje, una palabra bastante obscena: «pizdets» o «mierda».

Las guerrillas semióticas se infiltran en actos de propaganda ya existentes y los destruyen desde adentro. La periodista María Antyusheva, en una rueda de prensa del Ministerio de Asuntos Internos en Karsnoyarsk, se quitó el abrigo para revelar un conjunto de prendas de colores amarillos y azules [6], los colores de la bandera ucraniana. Fue detenida poco después, pero tramsmitió un contramensaje visual muy colorido.

Al menos hasta ahora, el mayor objetivo que tiene el lenguaje que utiliza la propaganda rusa es dar la impresión de que aún no hay guerra. Tenemos algunos sucesos locales, pero no hay guerra, ni frente, y el reclutamiento se considera parcial. Antes del reclutamiento militar obligatorio, la mayoría de las personas que entrevisté creían que no estaba ocurriendo nada terrible y que todo acabaría muy pronto.

Y el número de personas que creen que no ha pasado nada y que, aún más relevante, creen que se trata de algún problema pasajero que acabará, se encuentra en amplia correlación [7] con las personas que siguen las noticias de los medios afiliados al Estado ruso.

Aparentemente, la situación cambiará pronto.