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Cada viernes, Rusia etiqueta más ciudadanos y organizaciones como «agentes extranjeros»

Categorías: Rusia, Censura, Derecho, Derechos humanos, Guerra y conflicto, Historia, Lenguaje, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Periodismo y medios, Política, Protesta, Religión, Tres años de la invasión rusa a Ucrania

«La mejor gente de Rusia se convierte en agente extranjero / Qué vergüenza de Gobierno», dice el cartel. Ivan Abaturov para Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0 [1]).

Todos los viernes, el Ministerio de Justicia de Rusia actualiza la lista de personas y organizaciones etiquetadas como «agentes extranjeros». Esta frase de connotaciones negativas y represivas puede tener severas consecuencias para los etiquetados.

Por el momento, como creen [2] muchos expertos, la intención principal de esta lista es forzar a que la gente abandone sus actividades políticas y cívicas, o echarla del país.

Se basa en las prácticas represivas [3] totalitarias de Stalin y en el ambiente de terror que impuso. Por ejemplo, en la carta siguiente, publicada por Kaganóvich [4], uno de los asociados más cercanos del dictador —que ejecutó a numerosas personas [5] durante el periodo del Gran Terror de 1936 a 1938, y apoyó las políticas que desembocaron en el Holodomor [6] (la hambruna del terror), de 1932 a 1933— sugiere que un hombre sospechoso de organizar un golpe de Estado en 1934 es un agente extranjero:

По делу Нахаева Вы совершенно правы в своей оценке и дела по существу и слабостей допроса. Он пока настоящих корней не показывает. Все его поведение это подтверждение того, что он иностранный агент. Через пару дней придется окончательно решить вопрос в духе Ваших указаний.

En el caso de Nakhaev [7], está totalmente acertado en su valoración del caso con los méritos y los puntos débiles del interrogatorio. Aún no muestra sus auténticas raíces. Todo su comportamiento confirma que es un agente extranjero. En un par de días será necesario resolver el problema definitivamente en el espíritu de sus instrucciones.

La primera ley [8], que señalaba a algunas ONG como agentes extranjeros, se aprobó al comienzo de la tercera legislatura presidencial de Putin, después de que estallaron protestas masivas contra el fraude electoral entre 2011 y 2012. Se reprimieron las protestas, y se inició el caso de la plaza Bolotnaya [9], uno de los primeros grandes casos penales con motivación política.

Cordones policiales [10] en el puente Bolshoi Kamenny, 6 de mayo de 2012. Vía Wikimedia Commons Okorok (CC0 [11]),

La ley se enmendó [8] en 2017 para incluir a los medios que reciben fondos extranjeros. Desde 2020, cualquier figura pública que reciba financiación del extranjero puede etiquetarse como agente extranjero, y desde 2021, esta etiqueta se aplica también a cualquier colectivo ciudadano que no se haya registrado oficialmente como organización.

Al principio, estas leyes no se consideraron tan represivas como las que se aplicaron durante el Gran terror de Stalin.

El periodista Maxim Trudolubov dijo en un artículo de 2020 en Meduza [12]:

Ярлык «иностранных агентов», который был введен в закон в 2012 году…позволяет избежать разговора на равных и частично подорвать общественную поддержку оппонентов — все-таки люди опасаются иметь дело с «агентами». Но может ли эта технология, как в советское время или в других тоталитарных режимах, превратить спор в войну? Скорее всего, не сможет — в силу особенностей российского правоприменения, которое одновременно и облегчает действия властей, и снижает к этим действиям доверие.

La etiqueta de «agente extranjero» se introdujo en la ley en 2012 (…) permite que el Gobierno juegue con ventaja y socava parcialmente el apoyo público a los oponentes. Después de todo, la gente teme enfrentarse con «agentes». Pero ¿puede esta tecnología, al igual que en la época soviética o en otros regímenes totalitarios, convertir una disputa en una guerra? Lo más probable es que no, gracias a las peculiaridades de la aplicación de las leyes en Rusia, que facilita las acciones de las autoridades y a la vez reduce la confianza en esas acciones.

No obstante, tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, las restricciones se han endurecido: se prohíbe [2] a los agentes extranjeros enseñar y producir material informativo para niños y organizar eventos públicos, y sus depósitos en bancos rusos ya no están cubiertos por un seguro.

La ley, que entró en vigor en 2022 [13], también cambió los criterios que convierten en agente extranjero. En la ley anterior, el requerimiento era recibir financiación del exterior, pero ahora solo es necesario estar bajo «influencia extranjera», sin importar que sea por «extorsión, persuasión u otras formas» ejercidas por un extranjero.

Como explica OVD-info [14], se han añadido muchas otras enmiendas a la legislación sobre «agencias extranjeras». Se han endurecido las consecuencias para la gente y las organizaciones que no informaron al Ministerio de Justicia, además de negarles el uso de bancos, y el Gobierno puede ahora acceder a su información personal, familiar y comercial.

La nueva ley también incluye una clausula que condena hasta a cinco años de prisión [15] a los «agentes extranjeros» que hayan comparecido ante un juez dos veces en un solo año por violar el procedimiento para las actividades ligadas a su condición.

Aunque la oposición rusa en el exilio sigue considerando en ocasiones esta etiqueta como «signo de calidad [16]» (porque la ostentan numerosos escritores, periodistas, activistas de derechos humanos y otros distinguidos ciudadanos), algunos parlamentarios rusos, incluido el portavoz Volodin, han propuesto recientemente la confiscación de propiedades [17] de los «agentes extranjeros».

En diciembre de 2022, el Ministerio de Interior publicó una lista completa de «agentes extranjeros» con 493 nombres [18] de organizaciones y personas. No obstante, en 2023 ha seguido anunciando cada viernes nuevos «agentes extranjeros». El 27 de enero de 2023, la lista alcanzó los 536 nombres [19].

Según la organización de derechos humanos e información OVD-info, las últimas personas y organizaciones que se incluyeron en la lista el 27 de enero [20] de 2023 fueron:

El músico y líder del grupo Little Big [21], Ilya Prusikin.

klops.ru, CC BY 4.0 [22], en Wikimedia Commons. Grupo Little Big [23]

El presidente de los budistas de Kalmukia y representante oficial del Dalai Lama [24] XIV en Rusia, Mongolia y países de la Comunidad de Estados Independientes, Erdni-Basan Ombadykov, que luego renunció [25] a su puesto.

Michael Eisenriegler, CC BY 2.0 [26] en Wikimedia Commons [27].

La feminista y coordinadora de la resistencia contra la guerra Daria Serenko [28].

Putnik, CC BY 4.0 [22] en Wikimedia Commons. Daria Serenko [29]

Más información: “Nacimos en una situación de urgencia infernal”. Cómo funciona el movimiento feminista ruso de resistencia contra la guerra [30]

El periodista del Moscow Times Fidel Agumava [31].

El presidente del Centro Público Tártaro y cofundador de Idel-Ural Libre [32], Rafis Kashapov.

Dos ONG, “Filosofía de la no violencia” y “Fundación para el Desarrollo de los Derechos Digitales”, entre cuyos fundadores hay periodistas y activistas ya etiquetados como agentes extranjeros, como Andrei Makarevich [33], miembro de un popular grupo de rock.

El Ministerio de Justicia publicó explicaciones sobre los nuevos «agentes extranjeros». Según el ministerio, todos se han manifestado en contra de la guerra de Ucrania y viven fuera de Rusia.

Según informa OVD-info [20], los funcionarios también criticaron a Prusikin por dar conciertos en «países hostiles» y a Kashapov por llamar a «luchar contra el actual poder estatal de la Federación Rusa».

El 3 de febrero de 2023, se etiquetó [34] a las siguientes personas:

Elena Prokasheva (Elena Malisova) y Ekaterina Dudko (Katya Selvanova) — escritoras, autoras de los libros LGBTQ+ “Verano en corbata pionera” y “Lo que calla la golondrina”, sobre relaciones entre personas del mismo sexo.

Alexander Makashenets , presentador del programa Política popular [36] (sello distintivo del canal de YouTube de Alexey Navalny [37], líder opositor ruso).

Pavel Mezerin [38], politólogo y coordinador del movimiento Free Ingria [39].

Nikolai Sobolev, bloguero en YouTube [40] con más de cinco millones de seguidores.

En diciembre de 2022, BBC-Russia citó [2] a Galina Arapova, gerente del Centro para Proteger los Derechos de los Medios:

Уровень мер контроля, которые предусматривают новые правила, в первую очередь помешает работе ‘иноагентов’. Организации, по ее мнению, будут изматывать проверками и подводить под ликвидацию, как это произошло с ‘Мемориалом’ (был признан ‘иноагентом’ и ликвидирован якобы за нарушение требований отчетности). А людей-‘иноагентов» будут изматывать новыми, еще более неопределенными требованиями.  Такое бремя, считает она, фактически направлено ‘на выдавливание людей из деятельности, связанной с активной гражданской позицией или вообще – из страны.

El nivel de medidas de control que conceden las nuevas leyes dificultarán en principio el trabajo de los «agentes extranjeros». Se agotará [a las organizaciones] a base de inspecciones y se les empujará a la liquidación, como sucedió con Memorial (reconocida como agente extranjero y liquidada supuestamente por violación de la obligación de informar). Y las personas etiquetadas como agentes extranjeros acabarán extenuadas por nuevas exigencias aún más vagas. Arapova cree que todas estas molestias están pensadas para «estrujar a la gente hasta que abandone las actividades relacionadas con la ciudadanía activa, o en general, echarla del país».

La empresa de sondeos sociológicos Levada Center publicó los resultados [41] del estudio sobre las actitudes de los rusos hacia los designados «agentes extranjeros», y son preocupantes:

A year ago, most of the respondents believed that this law was a way of state pressure on independent public organizations. Today, against the background of the consolidation of public opinion around the government and the deepening of the conflict with the West, the opinion is beginning to prevail that the law is designed to ‘limit the negative influence of the West on our country’.

Hace un año, la mayoría de los encuestados creían que esta ley era una forma de presión del Estado a las organizaciones públicas independientes. Hoy, con el trasfondo de la consolidación de la opinión pública alrededor del Gobierno y el deterioro del conflicto con Occidente, la opinión que comienza a prevalecer es que la ley está pensada para «limitar la influencia negativa de Occidente en nuestro país».