Campos de batalla lingüísticos ucranianos

Captura de pantalla de un video sobre las estructuras gramaticales del ucraniano. Vía YouTube.

Junto a las noticias de que Ucrania había perdido el control de la ciudad de Soledar, cerca de Bajmut, el campo de batalla más disputado de los últimos meses, la reticencia de Alemania a entregar tanques Leopard a Ucrania y un nuevo ataque ruso con cohetes que mató a decenas de personas y dañó instalaciones generadoras de electricidad, hubo algo más que ocupó a los usuarios ucranianos de las redes sociales en la primera semana después de Navidad: los femeninos.

Se trata de las formas femeninas de las palabras, pero el debate más reciente estaba relacionado sobre todo con los nombres de profesiones y ocupaciones. Como el resto de las lenguas eslavas, el ucraniano se divide gramaticalmente en masculino, femenino y neutro. Existe, por ejemplo, «vchytel» (вчитель, profesor) y «vchytelka» (вчителька, forma femenina ampliamente aceptada para profesora). Pero en la mayoría de profesiones y ocupaciones solo se aplica el género masculino, y muy pocas –a menudo las menos prestigiosas– están únicamente en femenino, como los análogos ucranianos de limpiadora o enfermera.

Fue una publicación en Facebook de la joven psicóloga Katerina Zinass que afirmaba que llamarse psykhologynia (mujer psicóloga) le causa dolor y es sexista, al igual que el resto de feminismos. Continuó lamentando el énfasis «en el género, no en la profesión». Zinass sugirió que, para dirigirse educadamente a una profesional femenina, la gente debería usar el título «Pani» (análogo ucraniano de señorita o señora). La publicación obtuvo 19 000 «me gusta», 6800 comentarios y se compartió unas 2700 veces.

La sección de comentarios se convirtió en una controversia, ya que la gente debatía sus argumentos. A continuación, algunos de los interesantes comentarios y capturas de pantalla de la conversación.

Debate sobre visibilidad y también descolonización

En Ucrania se debate desde hace años sobre el uso de los femeninos. Muchos femeninos no están en los diccionarios, incluidos los de profesiones relativamente nuevas o ámbitos en los que no ha habido mujeres o han estado infrarrepresentadas. Por ejemplo, zastupnytsia (заступниця, cualquier cargo de diputado), ministerka (міністерка, mujer ministra), matematykynia (математикиня, mujer matemática). Para quienes apoyan su uso, se trata de la presencia y visibilidad de las mujeres en esferas públicas como la economía, el Gobierno, la ciencia y las industrias artísticas.

Pero otra razón por la que el debate es tan popular es que tiene sus raíces en la descolonización: la lengua y la cultura ucranianas se distancian de la lengua y la cultura rusas, que dominó la región durante siglos.

Durante gran parte de la historia, las lenguas locales fueron consideradas de baja categoría en el Imperio ruso y luego en la Unión Soviética. En el siglo XIX, las autoridades imperiales hicieron varios intentos de restringir el uso del ucraniano. Los soviéticos continuaron esta tendencia, lo que llevó a la percepción de que todo lo ucraniano era atrasado y rural, no apto para una sociedad moderna urbanizada.

Hasta la caída de la Unión Soviética y años después, en la parte de Ucrania que pertenecía al Imperio ruso, el ucraniano seguía percibiéndose como una lengua rural, mientras que una gran parte de la población seguía y sigue siendo rusoparlante. En 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, el ruso desapareció drásticamente del discurso público, ya que la inmensa mayoría de los ucranianos empezó a percibirla como una señal política.

Por eso, muchos de quienes usan los femeninos creen que estas formas más equitativas en cuanto al género son naturales del ucraniano y que fueron excluidas hace relativamente poco dentro de los esfuerzos soviéticos por suprimir la lengua, la cultura y la identidad ucranianas.

Pero Zinass no es ni mucho menos la única que prefiere usar la forma masculina, que percibe como la más neutra y libre de connotaciones sociales. Para muchos, algunas de las nuevas formas femeninas resultan torpes. A continuación, dos capturas de pantalla de comentarios de la publicación de Katerina Zinass en Facebook.

Captura de pantalla del debate en Facebook.

¡Esto sí que me da dolor de oídos! Personalmente, nunca me acostumbraré. Cuando emiten algo como «mystkynia» (мисткиня, artista femenina), esto es grotesco, o «chlenkynia» (членкиня, miembro femenino de algo), ¡quiero suicidarme! ¡Ensuciar así el idioma!

Captura de pantalla del debate en Facebook.

Estoy totalmente de acuerdo contigo porque la palabra «chlenkynia, likarka (лікарка, mujer médica), psykhologynia» y muchas otras hacen mucho daño a los oídos, por lo que estas palabras no embellecen nuestro idioma, en absoluto. ¿Por qué hacen daño al oído? Para mí, «pani profesor, pani likar» suenan mucho mejor que psykhologynia, medykynia (медикиня, médico femenino). Deberíamos ser más modernos y, posiblemente, cambiar algo, pero no así. Escucha cómo suena. Lo siento, pero es algo desagradable para mí, y no melódico. Estoy contra tales palabras y cambios.

Algunos también ven en las feminazis un intento de las potencias extranjeras de imponer sus normas y valores a Ucrania, ya que los donantes occidentales a los medios ucranianos suelen exigir más mujeres representantes en su cobertura, el contenido, pero también en el lenguaje.

Incluso entre los profesionales de la lengua no hay consenso. Algunos recomiendan basarse en el lenguaje normativo establecido, pero el lenguaje normativo ya está muy por detrás de lo que se usa en el discurso público. Y en las últimas décadas se han añadido al ucraniano muchas formas nuevas o se han recuperado formas antiguas.

Oksana Zabuzhko entra en el debate

Oksana Zabuzhko, veterana de la literatura postsoviética ucraniana y destacada feminista, reaccionó y calificó a quienes se oponen a los femeninos de «gente de cultura rusa». Zabuzhko insistió en que mientras en ruso los femeninos tienen a veces un significado despectivo, en ucraniano su significado es neutro. Escribió que en Ucrania las mujeres siempre han disfrutado de más libertad que en Rusia y que la forma en que se usan los femeninos en cada lengua demuestra en realidad la brecha cultural entre ambas naciones. Zabuzhko calificó la defensa de los feminativos y la defensa de Ucrania en el campo de batalla como «en cierto sentido, la misma guerra».

La publicación de Zabuzhko en Facebook también se hizo viral, con 6400 republicacones y cientos de comentarios, de apoyo y de rabia y condena. Algunos, incluidos muchos carteles ucranianos, se indignaron por verse vinculados a la cultura rusa solo por no gustarles la nueva forma femenina. Además de lo que muchos describieron como su tono descortés y altanero, Zabuzhko posiblemente desató la ira dado que, en el clima actual, sugerir que alguien está relacionado con Rusia se usa a menudo como la última –y más baja– herramienta en una discusión. Varios usuarios también señalaron inmediatamente errores históricos y etimológicos en sus afirmaciones. Por último, un usuario publicó una reciente grabación de una entrevista de Zabuzhko en ucraniano, en la que se autodenomina constantemente escritora, autora y literata en masculino.

En realidad, el ruso también tenía muchos femeninos. Su aparición o desaparición en ambas lenguas reflejaba el desarrollo de ambas sociedades, que habían estado muy estrechamente relacionadas en la época de las transformaciones económicas, políticas y sociales de los siglos XIX y XX. Los intelectuales rusos han protagonizado el mismo debate, y las feministas rusas han librado la misma batalla. Sin embargo, para las rusas, la cuestión rara vez se ha convertido en una cuestión de igualdad de género y de derechos y libertades de la mujer.

Para algunos ucranianos, el punto principal de la discusión es en realidad la flexibilidad e inclusividad de su lengua en oposición al ruso.

Cuando se habla en ruso, hay dos formas de decir «en Ucrania»: una utiliza la preposición «na», que significa más bien «en la superficie», y la otra utiliza «v», que significa «dentro, en». La primera se sigue utilizando en Rusia oficialmente, mientras que dentro de Ucrania, al hablar ruso, «na» se considera una forma colonial, mientras que «v» es la forma políticamente correcta.

Así que los ucranianos pueden adoptar lo que los rusos no pueden. Desde nuevas grafías de palabras extranjeras que rompen tradiciones comunes a ambas lenguas, nuevas reglas gramaticales y la introducción de palabras y femeninos nuevos u olvidados. Una cosa está clara: los ucranianos seguirán luchando por adaptarse a un panorama lingüístico en constante cambio.

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