Cambio climático y minería: Agonizan dos ríos en Costa de Marfil y Malí

Río Sassandra, antes bordeado de manglares con sus aguas piscícolas. Foto utilizada con autorización de CENOZO.

Este artículo se encuentra en la página web de CENOZO. Ha sido redactado por Aïssatou Fofana (Costa de Marfil), Abou Traoré (Costa de Marfil) y Kangaye Sangaré (Malí) en el marco del proyecto «África Occidental y el Cambio Climático» con el apoyo de CENOZO. Esta versión modificada se publica en virtud de un acuerdo entre Global Voices y CENOZO. 

Los ríos Sassandra y Níger son dos de los más importantes de África Occidental. Son una fuente vital de agua para millones de personas y el hogar de una abundante vida salvaje. Por desgracia, el cambio climático y la actividad humana, incluida la minería, están teniendo un efecto devastador en ambos ríos, los están haciendo cada vez más inhabitables para muchas especies y amenazan el sustento de quienes dependen de esos ríos. Nuestra investigación, apoyada por CENOZO y el Centro de Periodismo de Investigación (CIJ), revela la magnitud del fenómeno.

Guessabo, ciudad situada al oeste de Costa de Marfil, a 440 km de Abiyán, es una ciudad encrucijada que tenía la reputación de ser la «ciudad del pescado» de Costa de Marfil. Aquí se encontraban los mejores y más grandes pescados de la región, de todo tipo, frescos y ahumados, para todos los gustos y para todos los bolsillos.

Hoy, el cambio climático y algunas actividades humanas han hecho mella en esta actividad antes floreciente. En enero de 2016, ya revelamos cómo los pescadores hacían frente a este fenómeno. En efecto, desde 2005, las cosas solamente han empeorado. Además de la desecación del río, la práctica clandestina de la minería en los pueblos de los alrededores amenaza el bienestar de las comunidades que viven alrededor del río.

Según un estudio titulado «Hidrología y morfología del estuario del río Sassandra, Baja Costa de Marfil«, hecho en 2015 por investigadores de la Universidad Félix Houphouët Boigny (UFR de Ciencias de la Tierra y Recursos Minerales, Departamento de Geociencias Marinas), el Centro de Investigaciones Oceánicas de Abiyán (CRO), el Laboratorio de Física y Geología Marina (PHYGEM) y el Centro Universitario de Investigación y de Aplicación en Teledetección (C.U.R.A.T.), la desecación del río Sassandra es una realidad desde hace varios años.

Fenómeno del retorno del agua por el cambio climático y la acción humana

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Jean Lorougnon Guédé de Daloa (ciudad del centro-oeste de Costa de Marfil) ha puesto de manifiesto la toxicidad del agua del río Sassandra, que abastece de agua potable a las ciudades de la región de Haut Sassandra y del departamento de Duekoué, aguas arriba de la presa de Buyo. Los resultados de esta investigación mostraron:

“Les intrants agricoles, les activités d’orpaillage et les déchets ménagers entraînent une forte contamination des eaux de ce fleuve en éléments traces métalliques (ETM) ». Ce qui augmente, expliquent les chercheurs, « la pollution par les métaux des écosystèmes aquatiques en raison des effets de l’urbanisation, de l’agriculture, des activités d’orpaillage et dans une moindre mesure de l’industrialisation.

Los aportes agrícolas, las actividades de lavado de oro y los residuos domésticos están provocando una alta contaminación de las aguas de este río con metales traza (EMT). Esto aumenta, explican los investigadores, la contaminación por metales de los ecosistemas acuáticos por los efectos de la urbanización, la agricultura, las actividades de lavado de oro y, en menor medida, la industrialización.

Otra conclusión de la investigación es que «las elevadas concentraciones de mercurio y cobre en los sedimentos del lago Guessabo constituyen un peligro potencial y hacen de estos sedimentos una fuente endógena de contaminación». Esto repercutiría en la salud de quienes consumen el pescado del río y el agua de la presa. Otro elemento es la alteración del ecosistema del río por estas actividades, lo que favorece la desaparición de determinadas especies de peces. Esto se debe a que «los contaminantes metálicos pueden pasar a la columna de agua cuando las condiciones son favorables, lo que repercute negativamente en la calidad del agua y la vida acuática».

El enriquecimiento en mercurio –metal caracterizado por un líquido plateado que es una sustancia muy tóxica– «registrado en esta zona se debe probablemente a las principales actividades humanas de agricultura (insecticidas, fungicidas, bactericidas y herbicidas), pintura, uso de aparatos eléctricos y productos farmacéuticos. Se cree que la mala gestión de los residuos en la zona es la causa de esta contaminación», informa el estudio. Los riesgos ecológicos podrían provocar la contaminación del río, de las aguas subterráneas y de la capa freática.

El deseo de ganar más oro empuja a los mineros a abusar de diversos medios técnicos (dragas, maquinaria, etc.) y productos tóxicos (mercurio, cianuro, etc.) que, según el Informe de Evaluación Inicial del Convenio de Minamata, se liberan al aire cuando se queman las amalgamas de mercurio y oro, y al agua y el suelo durante el proceso de amalgamación de los minerales auríferos, y constituyen un peligro para el medio ambiente y los seres humanos.

El río Sassandra, en Costa de Marfil, no es un caso aislado de contaminación por actividades mineras y sujeto a los efectos del cambio climático. El río Níger, en Mali, sufre la misma agitación.

El río Níger en Mali, igualmente amenzada por los lavaderos de oro

Desde 2001, Mali es el tercer productor de oro del continente, después de Sudáfrica y Ghana. En las últimas décadas, la carrera por el oro se ha intensificado y con eso proliferaron yacimientos tradicionales de lavado de oro. En las regiones de Sikasso (círculo de Yanfolila), en la región de Koulikoro y en Kayes, esta actividad aurífera contamina los ríos, en este caso el río Níger, que atraviesa Mali en un 42 % de su longitud, según el informe sobre el estado del río Níger en Mali.

El mismo informe señala que es la principal fuente de aguas superficiales del país y que tres de cada cuatro malienses viven en la cuenca del Níger y dependen de alguna manera de sus recursos.

La minería de oro por dragado, que consiste en extraer oro de las arenas, gravas y suelos de los ríos, también se practica mucho en la zona. Se lleva a cabo con productos químicos como el mercurio y el cianuro. El dragado supone una grave amenaza para el río y las especies que ahí viven.

Ante este desastre ambiental, el Gobierno maliense había suspendido las actividades de extracción de oro mediante dragado en los ríos de Malí por un periodo de 12 meses a partir del 15 de mayo de 2019. Pero fue una pérdida de tiempo. Una vez expirado este plazo, los promotores de las dragas reanudaron sus actividades.

«Aunque se suspendiera por completo los lavaderos de oro mediante dragado en los ríos de Malí, se necesitarían 20 años para limpiar el agua. Los lavaderos de oro mediante dragado en el río Níger aumenta la turbidez del agua, la hace inadecuada para el riego y hace que hoy ya no haya peces en el río», explica el profesor Adama Tolofoudié, profesor e investigador de la Universidad de Ciencias, Técnicas y Tecnologías de Bamako (USTTB).

Los lavaderos de oro son muy complejos en Mali y su impacto es enorme

Las poblaciones locales de Yanfolila, en la región de Sikasso, y de Kangaba, en la región de Koulikoro, afirman que es imposible usar el agua del río, salvo para lavar los platos y la ropa. «La gente está muy expuesta, enferma a menudo y es imposible saber de qué padece. Todo el dinero que se gana en estos sitios se usa luego para tratarlos», afirma Fatoumata Traoré, profesora de Yanfolila.

A pesar de esta fuerte contaminación del río, por varios factores además de los lavaderos de oro, como hogares, agricultura, transporte y actividades industriales y artesanales, las autoridades siguen esforzándose por tomar decisiones firmes para paliar este problema. Una autoridad de una de las localidades que visitamos nos confió que cada vez que estalla un conflicto en un lugar de lavado de oro, las autoridades transfieren al gobernador afectado para que se mantenga alejado del peligro. Para él, «la historia del lavado de oro es muy compleja en Mali y los impactos son enormes».

Los efectos del cambio climático en los ríos Sassandra y Níger son alarmantes. El aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de la sedimentación y la escasez de agua tienen un efecto devastador en los ecosistemas fluviales, y los hace cada vez más inhabitables para muchas especies y amenazando los medios de vida de quienes dependen de ellos.

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