Rol de feministas en el extranjero para enfrentar violaciones de derechos humanos en Yemen

Mensajes en las paredes de mujeres activistas, «Fuera las manos de Yemen», calle Damascus, Saná, Yemen, 2015. Detalles de la obra Yemen Hands por Julien Harneis vía Flickr (CC BY-SA 2.0). Editado.

He estado viviendo en Suecia junto a mi esposo y mis hijos por cinco años. En mayo de 2015, escapé de Adén por la tumultuosa guerra, mientras los sonidos ominosos de cohetes y explosiones resonaban en el fondo. Así como sostenía a mi bebé, también sostenía el fuerte dolor de mi nación en mi corazón. Parecía como si las ensordecedoras explosiones estuvieran persiguiéndome sin descanso, como si desearan arrastrarme de vuelta a mi preciada ciudad natal y primer amor: Adén.

La decisión de dejar Yemen fue difícil. Sin embargo, no tuve más opción que emigrar cuando a mi hermano menor, Ahmad, lo mataron trágicamente mientras yo intentaba rescatar civiles desarmados del despiadado bombardeo de los hutíes durante la invasión de la ciudad en 2015.

El recuerdo de nuestra terrorífica huida de Adén permanece grabada en mi mente, marcado por el doloroso colapso de mi madre en el auto mientras lloraba la pérdida de su querido hijo, por la desgarradora visión de los cuerpos sin vida esparcidos por los bordes de la carretera y por la amenazadora presencia de los jóvenes militantes hutíes, que nos detenían en sus puntos de control para buscar armas o personas de interés.

Actualmente, tras abandonar Yemen, vivo en un lugar seguro y estable, donde la libertad y los derechos humanos se valoran completamente; una bendición que muchos yemeníes, dentro y fuera de Yemen, no tienen. No obstante, la comunicación con quienes se quedaron en casa, como mi madre, mis hermanas, mi familia y mis amigos está llena de ansiedad y tristeza. Los extraño, añoro beber el increíble café yemení con ellos y siento una fuerte nostalgia de volver a Yemen.

A pesar de que ya me he integrado a la sociedad sueca gracias al trabajo, a aprender el idioma y las conexiones sociales, sigo siendo una auténtica yemení y siento una profunda conexión con el país en el que nací, me crie y pasé la mayor parte de mi vida. Desgraciadamente, la única razón que me obligó a abandonar Yemen fue la grave situación humanitaria y de seguridad.

No estoy sola en esto: cerca de diez millones de yemeníes están viviendo en varias partes del mundo actualmente. Antes de la revolución de 2011, muchos yemeníes migraron para ganarse la vida, especialmente en los países del Golfo en donde todavía viven cerca de tres millones de yemeníes, la mayoría en Arabia Saudita.

Sin embargo, esa popular revolución, inspirada por la Primavera Árabe, rápidamente se transformó en un conflicto violento que llevó a un colapso en la seguridad y al desplazamiento de millones de yemeníes. Como consecuencia del deterioro de la situación política y de seguridad, Yemen se convirtió en un lugar menos atractivo para sus habitantes, lo que los incentivó a dejar su ciudad natal, pero solo quienes tenían los medios, las conexiones sociales o las capacidades educativas para obtener visas para otros países.

Quizás para mí y para otros fue una bendición disfrazada el hecho de verse forzados a abandonar Yemen. Vivir en Suecia me ha dado libertad de expresión y la oportunidad de reflexionar sobre cómo la libertad que gozan los yemeníes en Occidente les ha permitido retratar perfectamente la situación de Yemen en foros internacionales. Lo anterior es particularmente cierto para las mujeres yemeníes, que se encuentran en gran desventaja solo por su género. Me gustaría compartir algunas de mis reflexiones en cuanto al rol de las feministas yemeníes y de las activistas que viven en el extranjero, así como también acerca de los desafíos que deben enfrentar.

Las feministas apoyan a Yemen desde el extranjero

Las activistas yemeníes y entidades feministas en Occidente han desempeñado un papel crucial y eficaz en cuanto a crear conciencia, a promover y amplificar las voces y experiencias de quienes no pueden expresarse libremente en Yemen, en especial mujeres que son silenciadas por razones de seguridad. Estas entidades se han convertido en los embajadores más poderosos de Yemen en el extranjero. Lo anterior fue de suma importancia dada la tendencia de los medios globales a hacer de la vista gorda con la situación del país y con los recursos limitados de las embajadas oficiales.

Las feministas yemeníes y las activistas en favor de los derechos humanos de las mujeres han estado organizando de manera enérgica eventos culturales, de defensa de los derechos humanos y de promoción como manifestaciones y exhibiciones para influir en los responsables de las decisiones en sus respectivos países, de manera formal e informal. Además, han formado alianzas, como la red Feminist Solidarity con el apoyo de la fundación Peace Track Initiative y otras coaliciones que han llevado a cabo campañas de defensa para proteger a las activistas en sus hogares, especialmente a mujeres, y para apoyar sus causas.

Tal vez uno de los logros más significativos de las yemeníes fue la creación de un mapa para mujeres en busca de paz. Esta fue la primera vez que se celebraba en Yemen un debate comunitario tan amplio, que resultó ser el único proyecto nacional de este tipo puesto en marcha con la participación de comunidades y con perspectiva de género.

Así es, los informes que las numerosas mujeres líderes yemeníes brindaron en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sirvieron como una compilación de evidencias de la fuerza, madurez y conciencia de las mujeres yemeníes, su compromiso inquebrantable a los asuntos que afectan a su país y su constantes esfuerzos para brindar auxilio.

Desafíos, amenazas y campañas engañosas

Desde el comienzo de la guerra civil en Yemen en 2015, las organizaciones de la sociedad civil han enfrentado cambios significativos debido a la reducción del apoyo de los donantes. Como consecuencia, se han suspendido muchas actividades y proyectos relacionados con los derechos humanos y programas de protección, principalmente debido a la situación política y de seguridad, y al cambio de dirección del apoyo financiero que se les brinda a las labores de la ayuda de emergencia.

No obstante, a pesar de todos estos obstáculos, las iniciativas de las mujeres que viven en el extranjero han desempeñado un papel importante en Yemen al formar asociaciones, alianzas e iniciativas en conjunto con mujeres del país. Esto ha ayudado a reducir las diferencias generadas por los obstáculos que enfrenta la acción civil de las mujeres en Yemen.

Pese a los esfuerzos de las mujeres activistas y de las defensoras de los derechos humanos en el extranjero, muchas están expuestas a varias formas de violencia digital, entre estas burlas y subestimación de la importancia de sus roles en la participación de los procesos de paz y de la reconstrucción de la nación.

Las activistas yemeníes, tanto las que están en su tierra como en el extranjero, suelen enfrentar campañas tendenciosas de los medios que tienen como objetivo desacreditar su activismo político y en favor de los derechos humanos. Como resultado, pueden ser acusadas de colusión con Occidente o incluso enfrentar acusaciones relaciones con su “honor”; sin embargo, olvidan que los proyectos que han logrado no se habrían llevado a cabo si se hubiesen quedado en Yemen.

Independientemente de si están dentro o fuera del país, las mujeres yemeníes continuarán con su trabajo. Ellas ven su tierra natal como un derecho común y una responsabilidad compartida entre todos los yemeníes, estén dentro o fuera del país. Pese a los desafíos, están decididas a trabajar juntas para reconstruir Yemen de una manera que asegure una vida segura y decente para todos.

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