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Relaciones China-Brasil en 2023: ¿Se unirá Brasil a la Iniciativa de la Franja y la Ruta?

Categorías: Asia Oriental, Latinoamérica, Brasil, China, Medios ciudadanos, Política, Iniciativa china de la Franja y la Ruta: ¿Trato o robo?

Imagen: Giovana Fleck/Global Voices

En los últimos 20 años, China se ha convertido en el socio económico principal [1] de Brasil en comercio, inversión y financiación. Sin embargo, hasta el momento, Brasil ha rechazado formar parte de la principal estrategia internacional de China, la Iniciativa de la Franja y la Ruta [2].

El presidente [2] de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitará la República Popular de China [3] el 28 de marzo de 2023. Los expertos no prevén [4] que la Iniciativa sea el tema principal de la reunión, el objetivo de la visita será enfatizar los lazos históricos, comerciales y políticos entre ambos países. Según los medios chinos [5], se prevé que la reunión dé oportunidades para que las relaciones se desarrollen y adquieran un carácter más estratégico con el nuevo gobierno de Lula. De ser cierto, el resultado de esta situación impactará significativamente a Estados Unidos y la región.

Apoyo bilateral

La perspectiva de un único gobierno nunca ha impulsado el enfoque de China en su relación con Brasil; más bien, es un compromiso a largo plazo marcado por una planificación a lo largo de décadas [6] más allá de las presidencias cuatrienales de Brasil.

Las autoridades de ambos países han desarrollado programas de colaboración decenales desde 2004 [7]. Durante los 18 años de la relación estratégica, se han llevado a cabo seis reuniones plenarias, la última en mayo de 2022 [8], cuando el entonces vicepresidente brasileño, Hamilton Mouro, se reunió con su homólogo chino, Wang Qishan.

Mourão representaba la administración de Bolsonaro, profundamente marcada por la sinofobia y el juego de culpar [1] a China. Aún así, incluso con las tensiones, Brasil ocupa [9] la cuarta posición entre los países que recibieron más inversiones chinas de 2005 a 2021, incluso fuera de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Los aspectos más destacados del nuevo plan de diez años (2022-2031) [7] dejan claras las prioridades de China, si bien también muestra cómo los dos países tratan de proyectarse internacionalmente. Los rubros estratégicos del nuevo plan se estructuran en torno a tres ejes: político, económico (inversión, comercio y cooperación) y ciencia (especialmente tecnología e innovación). Además, en la última sesión plenaria en 2022, los representantes chinos comentaron que querían iniciar las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Mercosur [10], la asociación económica de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, así como la apertura del mercado financiero y de servicios en general para las compañías chinas, temas que se esperan sean tratados también durante la visita de Lula.

¿Qué es la Iniciativa de la Franja y la Ruta?

La Iniciativa de la Franja y la Ruta se enfoca principalmente en el desarrollo de infraestructuras pero tiene un gran componente de poder simbólico o poder blando. China trabaja estrategias de poder duro [11] con el fin de moldear a su favor los ecosistemas de información mundiales. Por otro lado, China ha realizado un gran desembolso en vigilancia y censura [12] tanto nacional como internacional así como inversiones en marketing de medios globales.

Desde 2019, el grupo de medios China Media Group (CMG) ha creado alianzas [13] con los principales organismos de radiodifusión de Brasil, incluidos Globo, Bandeirantes y EBC. La colaboración más importante es la realizada entre el grupo televisivo Bandeirantes y CCTV [14], ilustrada por la coproducción de Mundo China, sección breve de noticias de China en el noticiario diario transmitido por BandNews TV, el canal 24 horas de noticias del grupo Bandeirantes.

Freedom House ha publicado recientemente un informe sobre la Influencia de Pekín sobre Medios Globales [15] en el que se centra en un grupo de países entre los que se encuentra Brasil [16]. Las conclusiones del informe muestran que la influencia sobre medios de Pekín en el país es notable, pues está presente primordialmente en los vacíos y zonas vulnerables de Brasil al no tener este suficientes medios especializados [17] que informan sobre China, así como por la fuerte presencia de medios estatales, incluso con una audiencia limitada.

En 2020, Global Voices realizó una extensa investigación [2] sobre el impacto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y la influencia de China en el discurso ciudadano a nivel mundial. La investigación en Brasil mostró que cuando las exportaciones agrícolas a China son consideradas un peligro para los recursos locales, el nacionalismo y las preocupaciones por el ambiente se ven conectados. Los populistas en Brasil, por ejemplo, han empleado numerosas exportaciones de carne de ternera brasileña a China para acusar a este país de destruir los bosques brasileños para satisfacer la demanda, además de actuar de forma colonialista. No obstante, como se puede observar en el informe [18] de Global Voices, estas exportaciones cuentan con la total cooperación de las autoridades brasileñas y varios empresarios brasileños.

Otra investigación llevada a cabo por el China Index muestra que China está mayormente presente [19] en el sector tecnológico de Brasil, seguido de política exterior y economía.

El tercer gobierno de Lula

China adelantó a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil en 2009 [20], último año de la segunda presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva. Desde entonces, la relación económica de ambos países se ha fortalecido y consolidado.

Los últimos cuatro años del gobierno de Jair Bolsonaro, sin embargo, representaron un caso atípico en estas relaciones a nivel político: estuvieron marcados por la hostilidad, incluso con derecho a un intercambio público de críticas [21]. Un ejemplo de esto es el episodio que involucró a Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, y Yang Wanming, entonces embajador chino en Brasil. En 2020, el congresista Eduardo Bolsonaro hizo declaraciones contra China en su cuenta de Twitter [22], atacó las medidas tomadas por el Gobierno chino para combatir el COVID-19 y los comparó con el desastre nuclear de Chernóbil.

Actualmente, muchos esperan [23]que Lula restablezca estos fuertes lazos. Una de las promesas podría evitar el apoyo de Brasil a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China durante su visita al país. Si bien diplomáticos chinos han enfatizado la Iniciativa de Desarrollo Global, existe un simbolismo específico en la membresía de Brasil en la Iniciativa, pues esta podría percibirse como una victoria para China.

En lo que concierne al comercio, Lula ha indicado [24] el deseo de usar la influencia de Brasil en el grupo comercial Mercosur con el fin de impulsar un pacto de libre comercio entre Mercosur y la República Popular. El presidente brasileño también se ha expresado [25] sobre las novedades políticos entre Brasil y China. Respecto a la guerra de Ucrania, Lula ha intentado impulsar un «grupo de mediación» internacional con China invitado como mediador [26].

En una reciente conferencia de prensa [27], la televisora CCTV preguntó al portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, cómo percibía la relación actual entre Brasil y China, a lo que contestó:

China and Brazil are both major developing countries and important emerging markets and each other’s comprehensive strategic partners. Since diplomatic relations were established nearly half a century ago, China-Brazil relations have maintained steady growth amid changes in the international landscape and achieved fruitful outcomes in practical cooperation across the board, setting a good example for major developing countries pursuing joint development through solidarity and cooperation.

Tanto China como Brasil son importantes países en desarrollo e importantes mercados emergentes, además de socios estratégicos integrales. Desde que se establecieron relaciones diplomáticas hace casi medio siglo, las relaciones China-Brasil han mantenido un crecimiento constante en medio de cambios en el panorama internacional y han logrado resultados fructíferos en la cooperación práctica en todos los ámbitos, creando un buen ejemplo para los grandes países en desarrollo que persiguen el desarrollo conjunto a través de la solidaridad y la cooperación.

Además, concluyó con que la visita del presidente Lula presentaría nuevas oportunidades para las relaciones China-Brasil a nivel de jefes de Estado, y creará la posibilidad de nuevas contribuciones al desarrollo y seguridad tanto regionales como mundiales.

En opinión de Evan Ellis, profesor latinoamericano de investigación en la Facultad del Ejército de Estados Unidos, Lula y Xi Jinping probablemente no hablarán de justicia social ni de mantener la voz de las comunidades sin privilegios en las democracias; sin embargo, sí tratarán dos asuntos de especial importancia que no surgieron en la reunión de Lula con el presidente Joe Biden: las promesas chinas de una gran cantidad de dinero sobre la mesa de Brasil y la hoja de ruta para la coordinación política en asuntos estratégicos que afectan las interacciones con países en el actual orden geopolítico. Escribió [28] para Global Americans:

For the moment, Washington has sought to focus on areas where the politics of the Lula and Biden administrations coincide. The February summit between Biden and Lula emphasized common positions on social justice and environmental issues, including the reactivation of the U.S.-Brazil Climate Change working group and a joint action plan to eliminate racial, ethnic and gender discrimination. Brazil’s economic and political embrace of China comes partly at the expense of the how the United States was publicly left off the table, as witnessed by Brazil’s expansion of agricultural exports to the PRC. This strategy allows the PRC to punish U.S. producers by reducing their exports in the context of expanded U.S.-China hostilities.

Por el momento, Washington ha buscado concentrarse en rubros en las que las políticas de Lula y Biden coinciden. En la reunión de febrero entre Biden y Lula, se enfatizaron las posiciones comunes en justicia social y cuestiones ambientales, además de la reactivación del grupo de trabajo estadounidense-brasileño sobre el cambio climático, además de un plan de acción conjunto para eliminar la discriminación racial, étnica y de género. La adopción económica y política de China por parte de Brasil se produce en parte a expensas de cómo Estados Unidos quedó públicamente fuera de la mesa, como demuestra la expansión de Brasil en exportaciones agrarias a la República Popular. Esta estrategia permite a la República Popular de China castigar a los productores estadounidenses reduciendo sus exportaciones en el contexto de las crecientes hostilidades entre Estados Unidos y China.

Esta relación con Estados Unidos continuará siendo perjudicial para las relaciones Brasil-China. Aún así, Lula ha sido siempre un líder equilibrado, con el fin de mantener más amigos en la arena internacional que peleas, aunque lo lleva a un apoyo controvertido [29]. Si bien no está claro si Brasil se beneficiaría de la membresía en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que puede esperarse de la visita a la República Popular es un retorno [25] a las relaciones más cercanas entre ambas naciones.