Fany Kuiru, lideresa de colectivo indígena amazónico, cree que las mujeres pueden unificarlo y fortalecerlo

Foto de Fany Kuiru Castro (Jitoma Monayanho), usada con permiso de Coica.

Una de las más importantes organizaciones indígenas está fragmentada poniendo en riesgo sus objetivos de proteger la Amazonía y los pueblos amazónicos que lo habitan. En enero de este año, Fany Kuiru Castro, mujer uitoto de Colombia cuyo nombre tradicional es Jitoma Monayanho (Sol de Amanecer), fue la primera mujer elegida para la liderar la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) en sus casi 40 años de existencia, pero su liderazgo es disputado por Tuntiak Patricio Katan Jua, un hombre shuar de Ecuador. Fany Kuiru lamenta la división profunda de la organización y en una entrevista con Global Voices que “las mujeres hemos pedido que nos dejen gobernar porque nosotras podemos llegar a la unidad”.

Coica, fundada en 1984 en Lima, representa a nueve organizaciones indígenas amazónicas de Ecuador, Bolivia, Brasil, Colombia, la Guyana, Perú, Suriname y Venezuela. Se estima que en su zona de influencia habitan 511 pueblos amazónicos y cubre unos 240 millones de hectáreas de bosque. “La Amazonia tiene 30% de la biodiversidad y el 70% del oxígeno del planeta, pero su real importancia radica en la interrelación que tienen los pueblos indígenas originarios con el bosque para asegurar la vida de todos”, según la Coica. Unas de las metas de la Coica es dialogar con los gobiernos de la región para proteger el 80% de la Amazonía para 2025 y promover la titulación de territorios a favor de los pueblos indígenas, que están siendo acosados por la minería y la deforestación.

En noviembre 2022, en un congreso que no fue convocado por el consejo directivo de la Coica, Tuntiak Katan se autonombró líder. Dicho nombramiento es considerado ilegítimo por una parte de Coica y puso en jaque al Consejo nombrado en 2023. El gobierno de Ecuador reconoció la elección de Katan en febrero, pero lo anuló el 13 de marzo después de una acción legal de Fany Kuiru, quien es abogada de la Universidad Santo Tomás de Aquino, de Bogotá.

Fany Kuiru también tiene un magister en estudios políticos e internacionales en la Universidad del Rosario, Colombia. Recién graduada como abogada trabajó durante tres años litigando en favor de las mujeres cabeza de familia, y posteriormente se enfocó en la lucha social y en varios procesos por los derechos territoriales, la salud y la educación.

Global Voices entrevistó vía WhatsApp a la lideresa uitoto, actual coordinadora de la Coica, para conocer en su propia voz los retos que afronta y cómo planea superar la crisis.

Johanna Fernanda Sánchez Jaramillo (JFSJ): ¿Cuál ha sido su trayectoria en el movimiento indígena?

Fany Kuiru Castro (FKC): A los 14 años empecé a ocupar espacios de discusiones colectivas en el territorio y luego, a los 21 años, estuve en las luchas de recuperación de mi territorio del Resguardo indígena Predio en Putumayo (Colombia). Desde joven he estado involucrada en trabajos sociales y comunitarios para el movimiento indígena. A las mujeres siempre se nos dificulta ser madres y ser lideresas. Muchas compañeras no avanzan porque son madres y tienen un esposo, un compañero, que no les permite liderar los procesos. En mi caso no. Siempre tuve claro lo que quise en la vida y por herencia de mis abuelos, de mis ancestros, de la familia y del clan, quienes somos líderes siempre estamos para servirle a la comunidad, a la sociedad, a nuestras familias.

Foto de Fany Kuiru Castro (Jitoma Monayanho), usada con permiso de Coica.

JFSJ: ¿Cómo fue su recorrido para ser elegida coordinadora de Coica?

FKC: Siempre fui solidaria con las mujeres y estuve en los espacios donde están los hombres, pero no siempre algunas compañeras son bien recibidas. Creo que he tenido demasiado carácter y la capacidad de comprender a los compañeros y, por eso, he estado en esos escenarios.

Pero estoy consciente de que para las mujeres es difícil estar en espacios organizativos, en las estructuras y que tengan participación política. Eso me ha llenado de mucho coraje para unir a las mujeres, que busquemos y encontremos la forma de que sobresalgan, que el rol que desempeñen sea importante en las comunidades porque las mujeres somos fundamentales en la vida comunitaria, la toma de decisiones y el acompañamiento a procesos importantes.

Después del análisis de la situación de las mujeres, uno de nuestros mandatos fue la participación paritaria en las estructuras organizativas de nivel local, regional e internacional. Por eso nos proyectamos para este periodo de la Coica para que una mujer estuviera al frente, pero no pensé que fuera yo.

Lamentamos que el compañero Tuntiak Patricio Katan Jua haya desconocido ese congreso del año 2023  y se haya autoproclamado en noviembre de 2022 en Paramaribo como coordinador general. Me parece gravísimo de un líder. Eso no es ser líder, es ser una persona de mala fe y desconocer un proceso colectivo porque no les conviene a sus intereses personales. Hago un llamado a todos los compañeros indígenas, a que aquí deben primar intereses colectivos y no personales.

Las mujeres hemos pedido que nos dejen gobernar porque podemos llegar a la unidad. Hoy la Coica está fragmentada, lamentablemente, y a esa Coica llegamos las mujeres. Está dividida por dos o tres personas no más, pero que lamentablemente han sido apoyados por una ONG inescrupulosa.

JFSJ: ¿Qué significa ser la primera mujer coordinadora de Coica?

FKC: Es una gran responsabilidad y hay muchos desafíos. Primero porque hay muchos compañeros indígenas retrógrados que creen que la mujer es para estar en la casa cocinando, lavando y cuidando los hijos. Aunque por supuesto no estamos desmeritando el trabajo de las hermanas que se quedan en la casa cuidando los hijos, sino que ahora existimos mujeres con capacidad, no porque seamos mujeres nos tienen que reconocer en la Coica no, porque tenemos capacidad y solicitamos participación y guiar nuestra organización. No es por capricho ni por intereses personales, es el momento de que la mujer sea la que oriente los destinos de nuestra organización con toda la capacidad y visión que hay sobre cómo reorganizar, reestructurar y refundar nuestra Coica.

Creo que hemos hecho un trabajo excelente con las mujeres porque caminamos, trabajamos juntas y hoy, gracias a eso, hay cohesión del Consejo de Mujeres de Coica. Yo hago parte de este y eso me facilitó el trabajo con las mujeres, haciendo propuestas en la cumbre construimos una agenda común por los derechos de las mujeres, se creó una red de mujeres y se contemplan temas importantes para nosotras como el cambio climático, emprendimientos económicos, autonomía alimentaria. Eso es lo que venimos trabajando como amazónicas porque es primordial estar unidas y así darles la mano a nuestros compañeros porque hasta ahora la voz Coica ha sido voz masculina. Nosotras tenemos nuestra proyección y sabemos qué hacer en la Coica.

Foto de Fany Kuiru Castro (Jitoma Monayanho), usada con permiso de Coica.

JFSJ: ¿Qué retos tiene la organización?

FKC: En este momento, nuestra organización es débil, nos quedó chiquita para los desafíos actuales de la cuenca Amazónica. El desafío es pensar en todos, no dejar Coica para que cada cuatro años esté dividida por intereses individuales. Si no blindamos, si no renacemos a la Coica con pilares más fuertes, nunca vamos a avanzar. Los retos son muchos porque la cuenca Amazónica tiene muchos conflictos, en este momento hay diálogos internacionales sobre la Amazonia que están parados debido a este desorden que hay en Coica.

Por eso hacemos un llamado a los aliados y cooperantes que no estén esperando que el problema se resuelva porque esto va a ser difícil, deben apostarle a la legalidad, deben entender que fuimos elegidos en Quito en el marco de la legalidad porque se realizó el Congreso conforme al estatuto. Los otros que armaron el desorden deben ser llamados por su mayores y sabedores(as) para que definan qué se debe hacer con ellos.

También hay desconocimiento de muchas comunidades y pueblos en las bases comunitarias que se han convertido en organizaciones familiares y están representando a su país en la Coica. Eso no puede ser, pues desde todo punto de vista es parte también de la corrupción y eso es lo que queremos sanar.

JSFS: ¿Qué herramientas usará para unir a la Coica?

FKC: Mi objetivo como coordinadora, como mujer, es que todo esté en orden. Porque en nuestra cultura nos enseñan que dentro de la maloca [ed: maloca significa casa, y en este caso, significa la «gran casa» que es la Amazonía] cada cosa debe estar en su lugar. Cuando se sale de su entorno es que hay desarmonía y hoy estamos viviendo una desarmonía que tiene nombre propio y no va más allá de cuatro personas, pero que han sido financiadas por unas ONG inescrupulosas y por eso tienen la capacidad de hacer eventos ilegales e ilegítimos. A ellos los llamamos también al diálogo, pero no para que nos manipulen ni para que nosotros cedamos a sus intereses, pues no lo vamos a hacer.

Asimismo, hay que hablar con los mayores, con las sabedoras, con los jóvenes, escuchar a la población no incluida, incorporarla y una vez dialoguemos hermanados, en el territorio, podemos ir a una cumbre de pueblos donde digamos ‘vamos a marchar hacia delante para que la Coica esté blindada de futuras divisiones’.

JSFJ. ¿Qué mensaje les daría a las mujeres que aspiran a acceder a estos cargos?

FKC: A las hermanas de la cuenca Amazónica les envío un abrazo fraterno. Tenemos un gran reto, ustedes me eligieron como su única candidata para la coordinación general y el día que lo hicieron les dije que esta no era solo tarea mía, sino de todas. Las invito a seguir de pie hermanas porque ya hemos logrado un peldaño de lo que hemos solicitado, como fruto de nuestra lucha, hemos llegado a este lugar, pero hemos recibido una Coica fragmentada.

Sin embargo, nosotras tenemos toda la fuerza, el conocimiento, la espiritualidad para avanzar. Nuestros hermanos tienen que ceder. Yo si quisiera que cada coordinación, cada país hable con sus representantes, es el momento de ceder a las mujeres ese espacio. No les vamos a hacer daño, al contrario, estamos apoyándolos para que la Coica sea más paritaria y más incluyente, como somos las mujeres.

Nosotras somos las verdaderas defensoras y protectoras de esa gran maloca, la casa, nuestra que es la Amazonía. Las llamo a que permanezcamos unidas, puesto que sé que algunas compañeras están siendo perseguidas por sumarse a esta lucha.

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