Los conductores filipinos de los minibuses de transporte público, los jeepneys, los operadores y quienes apoyan ese transporte sostuvieron una huelga de dos días contra el programa de modernización que propone el Gobierno, que, según los críticos, conduciría a la eliminación progresiva del emblemático vehículo de fabricación nacional.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los ciudadanos de Filipinas modificaron los vehículos abandonados por las tropas estadounidenses que estaban desplegadas en el país y los convirtieron en jeepneys, que pasaron a ser un popular medio de transporte público en todo el país.
Se debía durar una semana, pero los organizadores la terminaron el segundo día, el 7 de marzo. Esto luego que la oficina del presidente de Filipinas se reunió con los líderes transportistas y declaró que el Gobierno se comprometía a revisar el programa de modernización y a consultar a todas las partes interesadas.
En 2017, el Departamento de Transporte (DT) lanzó el Programa de Modernización de Vehículos de Transporte Público (VTP), que propuso reemplazar los jeepneys tradicionales con una versión moderna que sea «segura, confiable, conveniente y ecológica”.
Los grupos de transporte insistieron en que no están en contra de la modernización, pero afirmaron que el calendario del Gobierno expulsará a un gran número de conductores y operadores de jeepneys que no están en condiciones de consolidarse o formar una cooperativa. Asimismo, los grupos de transporte solicitaron subvenciones debido a que la mayoría de los conductores no tienen dinero para comprar un vehículo moderno que sustituya a los tradicionales jeepneys. PISTON, uno de los organizadores de la huelga, reafirmó su postura:
“Who would not want a more efficient and comfortable vehicle? We earn barely enough to survive. We’d like a modernisation that caters to the needs of the transport sector. But this is modernisation that favours big business and is a bane to the commuting public as well,”
— PISTON (@pistonph) March 8, 2023
EN LAS NOTICIAS | “Una ejecución sigue siendo una ejecución aunque solo cambia la fecha”, dijo el presidente de Piston, Modesto Floranda a Al Jazeera. “El Gobierno está masacrando nuestro sustento”.
La huelga de jeepneys en Filipinas hace patente la preocupación por la modernización.
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¿Quién no querría un vehículo más eficiente y cómodo? Apenas ganamos lo suficiente para sobrevivir. Nos gustaría una modernización que atienda las necesidades del sector del transporte. Pero esta es una modernización que favorece a las grandes empresas y también es una pesadilla para el público que viaja diariamente.
El anuncio de Gobierno sobre la fecha límite del 30 de junio de 2023 para la eliminación gradual de los jeepneys llevó a los grupos de transporte a declarar una huelga.
En respuesta a la huelga, el Departamento de Transporte extendió el plazo por otros seis meses. Sin embargo, los grupos de transportistas se comprometieron a continuar con la huelga mientras solicitaban al presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., que atendiera a sus demandas.
En anticipación a la huelga, las escuelas y oficinas anunciaron que pasarían a operar en línea. También se usaron vehículos del Gobierno para ofrecer transporte gratuito a los pasajeros que se quedaran sin servicio.
Los grupos de transporte de los principales núcleos urbanos del país participaron ampliamente y apoyaron la huelga. Asimismo, recibió el apoyo de activistas y ciudadanos interesados que criticaron el plan de modernización del Gobierno por ser perjudicial para personas con menos recursos económicos. La Coalición Multisectorial No a la Eliminación Gradual de Vehículo de Servicio Público declaró en apoyo de la huelga:
The fight of drivers and small operators also belongs to the people. Without a franchise, operators will lose their livelihoods. Drivers will have no jeepneys to use. Millions will have to endure the lack of access to affordable transportation.
La lucha de los conductores y pequeños operadores también pertenece a los ciudadanos. Sin una franquicia, los operadores perderán su sustento. Los conductores del transporte público no tendrán jeepneys para trabajar. Millones de personas tendrán que enfrentar la falta de acceso a un transporte publico económico.
Algunos legisladores también solicitaron al Gobierno que revisara y reconsiderara el programa de modernización. Por su parte, El senador Chiz Escudero preguntó por las razones para sustituir los jeepneys por vehículos procedentes de China y Rusia.
There are no safeguards whatsoever with respect to the affected drivers and operators who will be displaced because of this supposed modernization. The Philippines is known for its jeepneys and all of a sudden, overnight, they want to phase it out and replacing it with these square looking buses from China and Russia?
No existe ninguna medida de protección para los conductores y operadores que resulten perjudicados por esta presunta modernización. Filipinas es conocida por sus vehículos jeepneys y, de repente, de la noche a la mañana, ¿quieren eliminarlos y sustituirlos por estos autobuses cuadrados procedentes de China y Rusia?
La vicepresidenta Sara Duterte, que también es secretaria de Educación, arremetió contra la huelga «de inspiración comunista» por alterar la recuperación del aprendizaje de los alumnos. En respuesta, la Alianza de Profesores Preocupados explicó por qué muchos profesores de la enseñanza pública apoyan la huelga.
Many of our students and teachers have family members who are PUV drivers who are about to lose their livelihood. Our difficult realities and the scantiness of government funding for education are the real serious impediments to education recovery, so much more than the coming transport strike.
Entre nuestros alumnos y profesores hay un número considerable de familiares que son conductores de transporte público y están a punto de perder su sustento. La difícil realidad y la escasez de fondos públicos para la educación son los verdaderos y graves impedimentos para recuperar la enseñanza, algo que es más grave que la próxima huelga de transportes.
Cuando la huelga comenzó su segundo día, la oficina del presidente Marcos se puso en contacto con los líderes de la huelga y entabló un diálogo. Marcos declaró posteriormente en una entrevista a los medios que el Gobierno garantizará el sustento y el bienestar de los conductores de autobuses jeepney.
Los grupos de transportistas declararon que la huelga había sido un éxito, pero prometieron continuar la campaña en contra de la eliminación progresiva de los jeepneys.