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Qué hay de malo en la mentalidad de Azerbaiyán respecto a sus mujeres

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Azerbaiyán, Derecho, Derechos humanos, Economía y negocios, Elecciones, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Protesta, Trabajo, The Bridge, Día Internacional de la Mujer 2023

«No me digas cómo debo vestirme. Diles que no violen».
«No protejas a tu hija, educa a tu hijo».
Imagen de Ulviyya Ali, utilizada con autorización.

Hace unas semanas recibí un inquietante mensaje de una activista azerbaiyana, en el que me hablaba de una mujer que había sido señalada en redes sociales. Como resultado, su familia la perseguía, y la mujer buscaba ayuda. El incidente me recordó incontables casos en los que se acosaba, insultaba y maltrataba a mujeres solo por ser mujeres. Pero también porque la mentalidad [1] de Azerbaiyán, en lo que respecta a las mujeres, sus cuerpos y su valía está predefinida y predeterminada por los valores tradicionalmente dominantes y las suposiciones retrógradas.

¿Por qué decidí escribir sobre este tema? Porque es marzo. Hace solo tres semanas, mujeres de todo el mundo, incluidas las de Azerbaiyán [2], celebraron el Día Internacional de la Mujer, y a pesar de esta lucha de décadas, las mujeres siguen enfrentado desigualdad, acoso y maltrato. Sea cual sea su edad, profesión o estatus, la vida de una mujer se reduce a su cuerpo, su valía y su aspecto. Su dignidad y privacidad no merecen respeto, y la mentalidad patriarcal y machista de Azerbaiyán suscribe esta afirmación.

Los hombres azerbaiyanos consideran que es su deber poner a las mujeres en su sitio avergonzándolas en línea y en el mundo real. Los azerbaiyanos se adhieren a la narrativa tradicional de que el lugar de la mujer es la cocina, los confines del hogar en el que a menudo soportan violencia y maltrato, y donde se les explota porque son mano de obra barata. No, en realidad, sus vidas son baratas, y para quienes están de acuerdo con este discurso, ¿qué necesidades puede tener una mujer? Su único propósito es tener, cuidar y criar niños. Niños que se irán haciendo una opinión de las mujeres según las historias de sus madres maltratadas y silenciadas, trasladando el trauma a la siguiente generación. Una y otra vez.

En Azerbaiyán, esta estrecha mentalidad se preocupa más por la ropa interior de las mujeres, su cuerpo y su vida íntima que por sus éxitos, sus logros y su mente.

Por desgracia, esto no es solo habitual entre los hombres corrientes, también lo es en el Gobierno de Azerbaiyán, que a menudo considera a la mujer como una herramienta, ya sea para amenazar a un familiar políticamente activo, a menudo hombre, para intimidar y silenciar a las propias mujeres cuando son ellas mismas activistas políticas, periodistas o defensoras de derechos, o incluso para llenar las urnas.

Cuando el Gobierno quiso intimidar [3] al líder político Jamil Hasanli, lo amenazó con difundir videos íntimos de su hija Gunel filmados en secreto en casa de la joven.

Para los que están familiarizados con las campañas de chantaje del Gobierno azerbaiyano contra sus críticos, la historia que viene a la mente es la de la periodista Khadija Ismayilova, que fue chantajeada [4] de esta manera.

Un método similar de intimidación se utilizó contra un bloguero exiliado, Mahammad Mirzali, cuya hermana [5] fue víctima [6] de una campaña de acoso en línea.

La legislación de Azerbaiyán no contempla ninguna medida punitiva [7] para el acoso o el maltrato físico o en línea contra mujeres.

En marzo de 2021, varios grupos de Telegram [8] difundieron videos sexuales y desnudos de mujeres azerbaiyanas, incluidas periodistas como Fatima Movlamli y activistas cívicas como Narmin Shahmarzade.

En una reciente entrevista [9] con Voice of America, Shahmarzade explicó que la ropa interior femenina ha sido una útil herramienta durante las elecciones. «Durante las elecciones, los sujetadores vienen bien para llenar urnas», explicó. Se refiere a un mecanismo de fraude electoral [10] bastante habitual, por el que representantes de la comisión electoral llenan de votos prerregistrados sus sujetadores y su ropa, que después introducen en las urnas. «Y cuando el Gobierno persigue a un oponente político recurre a métodos, como exponer la privacidad de una mujer, incluido lo que hace en su dormitorio». Esto muestra que «las autoridades ponen deliberadamente en peligro las vidas de esas mujeres», dice Shahmarzade.

Otra feminista, Gulnara Mehdiyeva [11], dijo a Voice of America en entrevista antes de la manifestación del Día Internacional de la Mujer que «En cada casa, una mujer gestiona la economía del hogar. Ella es quien decide cómo se debe gastar el salario que el esposo trae a casa. Y si fracasa, con frecuencia sufre violencia. Y así, la pobreza afecta a las mujeres».

Además de la pobreza, también hay una significativa brecha en las oportunidades de empleo. Según un reciente informe [12] del Centro Memorial Antidiscriminación, dedicado [13] a «proteger los derechos de las minorías y los grupos vulnerables, y opuesto al racismo, el sexismo, la homofobia y la xenofobia en la antigua Unión Soviética», Azerbaiyán es líder en la «lista de restricciones al trabajo de las mujeres en la región desde 1999: 678 tipos de trabajo y 38 sectores les están prohibidos».

A pesar de la prohibición de las autoridades locales y la considerable presencia policial, el colectivo feminista siguió adelante con la marcha anual bajo el lema «Queremos vivir».

⚡️De la marcha de las feministas en la plaza de la fuente.
🔹 Lemas: «¡No maten mujeres!», «¡No rechacen la convención!«
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Otro evento por el 8 de marzo en Bakú, y como se esperaba, el paranoico Gobierno de Azerbaiyán ha enviado un ejército de policías.

Feministas azerbaiyanos marchan por la plaza central de Bakú al grito de «¡Queremos vivir!», poniendo atención en el alto índice de feminicidios y los generalizados problemas sociales que enfrentan las mujeres.

El colectivo y los participantes de la marcha querían destacar los problemas diarios de las mujeres azerbaiyanas, además de la violencia. Esto se reflejaba en su declaración [19], según la cual, solo en febrero de 2023, al menos 11 mujeres fueron asesinadas como resultado de violencia y abuso. «Las mujeres también sufren sistemáticamente otras formas de violencia por parte de instituciones patriarcales: el Estado, la familia y la sociedad. A menudo la violencia se produce ante niños, y con frecuencia ellos mismos son objeto de esta violencia», dice la declaración.

«Queremos vivir sin miedo al asesinato y a la violencia, sin vivir en la pobreza, sin convertirnos en instrumento de venganzas políticas», añade.

De la campaña «8 de marzo  – Queremos vivir».

No obstante, el Gobierno de Azerbaiyán rechaza cualquier acusación sobre la deficiente igualdad de género en el país, y argumenta que los derechos de las mujeres están protegidos. El país no ha suscrito la Convención de Estambul, algo que las feministas han reclamado al Estado estos últimos años. La actual legislación de Azerbaiyán tampoco brinda suficientes mecanismos de protección a las víctimas de abuso, acoso y violencia. El Estado aún no ha tomado medidas significativas para combatir la floreciente mentalidad divisiva hacia las mujeres.

El colectivo feminista está en actividad desde 2019. Ese año, el grupo organizó la primera marcha por el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo [20]. Desde entonces, han llevado a cabo manifestaciones y protestas para exigir responsabilidades, justicia y una mejor protección para las mujeres. Otras campañas feministas piden investigaciones profundas de los delitos cometidos contra las mujeres. En febrero de 2021 [21] varios activistas organizaron una protesta con el lema «El feminicidio es político» frente un edificio gubernamental, y pidieron la investigación de brutales asesinatos de mujeres y denunciaron al Comité Estatal de Familia, Mujeres y Niños por su pasividad. La Policía intervino, impidió que las feministas accedieran a la zona [22].

Todo esto me hace pensar en la autoridad que los hombres tienen sobre las mujeres, no solo en Azerbaiyán, sino en todo el mundo, donde las mujeres a menudo se silencian, marginan y se abandonan a su suerte cuando hacen frente a la desigualdad y a otros problemas. Aún no he encontrado la respuesta, pero me admiran todas esas mujeres que luchan pese a todo, y obligan a los demás a ir cambiando su percepción de las mujeres, de su papel y de su lugar en la sociedad.