Niña rusa hace un dibujo contra la guerra: ahora está en centro para menores y su padre está detenido

Escuela donde Masha hizo el dibujo que puso en problemas a su familia. Vía YouTube.

“Holod Magazine” cuenta la historia de Alexei y Masha Moskaleva, padre e hija de Efremov, Rusia. Global Voices tradujo y reeditó el artículo con el permiso de Holod en virtud de un acuerdo de intercambio de contenidos.

Hace aproximadamente un año, Masha Moskaleva, estudiante de quinto grado, hizo un dibujo en clase de arte. El dibujo representaba a una mujer con un niño y dos banderas: una rusa y otra ucraniana. La niña escribió en el dibujo “No a la guerra” y “Gloria a Ucrania”. Desde entonces, su vida cambió drásticamente. Ahora vive en un centro para menores y su padre, Alexéi, está bajo arresto domiciliario debido a una causa penal iniciada en su contra por “desacreditar” al Ejército ruso.

El dibujo: abril de 2022

Foto de Masha con el dibujo que les causó problemas con las autoridades a ella y a su padre. Vía YouTube.

A finales de abril de 2022, Masha hizo un dibujo que mostraba las banderas rusa y ucraniana, lenguaje antibelicista proucraniano y, además, misiles rusos. A la profesora de arte, Nina Vorobieva, no le gustó el dibujo y fue a quejarse con la directora de la escuela, Larisa Trofimova, que llamó a la Policía. Masha logró escapar a casa. El padre de Masha, Alexéi Moskaleva de 53 años, contó a OVD-Info cómo fue ese día: «Llegó a casa sin aliento y dijo: ‘Papá, la Policía casi me atrapa. Hice un dibujo’. Mi hija estaba asustada, le prometí que al día siguiente iría a la escuela y la esperaría”.

Alexéi Moskaleva fue a la escuela al día siguiente y cuando la directora lo vio, volvió a llamar a la Policía, que llegó junto con trabajadores sociales. Moskaleva recuerda: “Empezaron a decirme: “¡Mira lo que le estás enseñando a una niña!, mira lo que dibujó”. Yo respondí: “¿Y qué? Masha se opone a la guerra, al derramamiento de sangre, ¿qué hay de malo con eso?”. La Policía redactó un informe oficial y citó a los profesores como testigos. Nos llevaron al auto policial y los otros estudiantes nos miraban desde las ventanas. Parecía que éramos terroristas. Nos llevaron ante el jefe de la policía del distrito de Efremov, Andrey Aksenov. Me sermoneó sobre cómo estaba fracasando en la crianza de mi hija”.

La madre de Masha no vive con ellos desde que la niña tenía tres años, por lo que Moskaleva cría a su hija solo.

Desacreditación: abril de 2022

Alexéi se enteró después que fue acusado de “desacreditar al Ejército ruso” por publicar un comentario en la red social rusa Odnoclassniki. El comentario señalaba: “El Ejército ruso. Los criminales están cerca de nosotros”. Ese mismo día, 25 de abril, Moskaleva fue multado con 32 000 rublos (alrededor de 500 dólares estadounidenses).

“Salimos del juzgado por la tarde. Mi hija tenía hambre y lloraba. Estaba temblando”, cuenta Alexéi. Le dije: «Masha, cálmate. El juicio ha terminado. Me multaron y ahora nos dejarán en paz”. Ella dijo: “Tengo miedo de ir a la escuela”. Sin embargo, la convencí de que no había nada más de qué preocuparse”.

Servicio Federal de Seguridad parte 1: abril de 2022

Resultó no ser el caso, la historia continuó al día siguiente. Masha fue a la escuela y su padre no tardó en recibir una llamada telefónica en la que le informaban que debía acudir con urgencia al lugar, pues su hija había sido “detenida por el Servicio Federal de Seguridad”. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) es el principal sucesor del Comité para la Seguridad del Estado (KGB).

“Me vestí y corrí hacia allá”, relató Alexéi. “Me recibieron los agentes del FSB. Me interrogaron y sermonearon durante tres horas y media. Me dijeron que no estaba educando bien a mi hija, que me la quitarían y me meterían a la cárcel. También sugirieron (supuestamente, como desagravio) que Masha se convirtiera en líder de algún grupo juvenil que se declarara a favor del Ejército ruso, pero me negué amablemente”. Después de este incidente, Masha dejó de ir a la escuela, le suplicó a su padre que no volviera a enviarla. Sin embargo, el acoso del FSB a la familia Moskaleva no cesó.

Servicio Federal de Seguridad parte 2: diciembre de 2022

El 30 de diciembre de 2022, a las 7:30 a.m., unos desconocidos se presentaron en el apartamento de Alexéi.

Al principio, Alexéi decidió no abrir, pero empezaron a serruchar la puerta y tuvo que dejarlos entrar. Le mostraron una orden judicial para registrar el apartamento y luego empezaron a “sacar cosas de los armarios y a tirarlas al suelo, a pisotear la ropa, arrancar cables, tirar cuadros de las paredes, volcar muebles”, escribió OSV-Info. Confiscaron dinero (unos 5000 dólares estadounidenses) y teléfonos celulares.

Tras el registro, Alexei Moskaleva fue llevado al FSB para ser interrogado y Masha fue llevada a una “institución social” para menores. Alexéi mencionó que durante el interrogatorio le preguntaron: “¿De dónde has sacado los dólares?, ¿quién es tu jefe?, ¿para quién trabajas?”.

Luego, agredieron a Moskaleva “golpearon su cabeza contra la pared y contra el suelo”, además “lo encerraron en su despacho durante dos horas y media, pusieron el himno ruso a todo volumen y se fueron”. Y continúa, “Después de eso, estuve a punto de sufrir un infarto. Temían que muriera allí, así que llamaron a una ambulancia. Los doctores me tomaron la presión, me dieron dos pastillas, una inyección y se fueron”, recuerda Alexéi. Además, los agentes del FSB, según Alexéi, le mostraron el comentario que hizo Masha en la red social Vkontakte. El comentario decía: “Nuestros hombres están muriendo sin perdonarles la vida”, también escribió: “¿Y cuánto les pagan por morir allí?”.

Según trascendió, el 27 de diciembre, tres días antes del registro, se abrió una causa penal contra Alexéi por “desacreditar” repetidas veces al Ejército ruso. Moskaleva fue puesto en libertad por el FSB a las nueve de la noche. A la mañana siguiente, recogió a su hija en el centro de menores.

El arresto: marzo de 2023

Tras el incidente, los Moskaleva decidieron abandonar Efremov y se fueron a una ciudad cercana. Elena Agafonova, voluntaria de la ONG Consejo Popular Regional de Tula, que ayudó a la familia, contó a Holod que se quedaron cerca de su casa.

“Tengo mi propio negocio. Alexéi me ayudó. La niña (Masha) se acostumbró a mí”, comenta Agafonova. La mañana del 1 de marzo de 2023, dos desconocidos fueron a la casa de Elena Agafonova. “Uno llevaba uniforme de policía, el segundo vestía ropa de civil y ambos llevaban máscaras negras (pasamontañas)”, declaró a Mediazona. “Exigimos una orden judicial, pero no mostraron nada y simplemente empezaron a forzar la puerta”. Ese día, la Policía volvió a detener a Alexéi Moskaleva.

El 2 de marzo, el tribunal envió a Alexéi bajo arresto domiciliario hasta el 27 de marzo y se le acusó de “desacreditar” en repetidas ocasiones al ejército ruso.

Centro de menores: marzo de 2023

Cuando Alexéi fue detenido, Masha, de 13 años, fue llevada a un centro de rehabilitación social para menores. La niña no ha visto a su padre desde que la llevaron.

El 3 de marzo, se supo que se había presentado una demanda para restringir los derechos parentales de Alexei Moskaleva. La demanda pretende restringir los derechos del padre y de la madre de Masha. Según el abogado de Moskaleva, la primera audiencia está programada para el 6 de abril de 2023.

Los voluntarios intentaron ver a Masha y darle un celular, pero el personal del centro no se lo dio. El abogado de Alexéi insiste en que no se debe privar a su cliente del derecho de padre y que se debe permitir que Masha regrese a su casa. Además, presentó una apelación ante el fiscal general y el defensor de los derechos humanos, pero no ha recibido respuesta. Alexéi Moskaleva enfrenta una pena de hasta tres años de prisión por “desacreditar” al Ejército, mientras que Masha podría terminar en un orfanato.

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