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Cien años después: Reflexiones del centenario del poeta sirio Nizar Qabanni

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Siria, Arte y cultura, Historia, Literatura, Medios ciudadanos, Música

Poeta sirio Nizar Qabbani cuando estudiaba en la Facultad de Derecho en Damasco en 1994. Wikimedia commons [1]. Obra de arte por Mariam A.

Este artículo de Samy Marwan Mobayed se publicó en la plataforma árabe Raseef22 [2] el 21 de marzo de 2023. Publicamos una versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenido.

El 21 de marzo se cumplieron cien años del nacimiento de Nizar Qabbani [3], célebre poeta sirio y árabe de la era moderna. Nació en Damasco en 1923 y falleció el 30 de abril de 1998 en Londres.

Parece ser que, en medio de las diversas preocupaciones y retos que enfrenta Siria, la conmemoración de esta ocasión ha pasado desapercibida para la consciencia colectiva de los sirios y muy pocas personas lo han recordado.

Entre estas personas se encuentra el periodista Nidal Qushaha [4], quien quiso organizar un seminario televisado en la antigua casa de Nizar [5] en el distrito de al-Shahem Minaret, en el centro del antiguo Damasco. Se contaría con la presencia y participación de grandes artistas musicales que cantaron sus versos, entre quienes estaban Najat al-Sahira [6], Kadim al-Sahir [7], Majida el-Roumi [8] y artistas contemporáneos que tenían una relación cercana con él, como la escritora Colette Khoury [9]. No obstante, el evento no se pudo realizar en esa fecha por las circunstancias del país y el devastador terremoto que afectó a Siria el 6 de febrero de 2023 [10].

El mismo Qabbani escribió acerca de su cumpleaños y mencionó [11]:

I was born on March 21, 1923 inside one of the old Damascene homes. Earth was also giving birth anew, the verdant embrace of spring readied to unfurl its green arms. The earth and my own mother conceived at the same time, and gave birth at the same time. Was it a mere coincidence that my arrival was heralded in the season when the earth revolts against itself, while the trees shed their worn garb? Or was it a destiny decree that I, like the month of March, should embody the essence of transformation and perpetual change?  All I know is that my birth witnessed nature’s uprising against winter, urging the fields and grasses to join in its momentous uprising against the ennui of earth’s rhythms.

Nací el 21 de marzo de 1923 en una de las antiguas casas damascenas. La tierra también estaba dando a luz nuevamente con su verde recibimiento primaveral que se desplegó con sus brazos verdes. La tierra y mi propia madre concibieron y dieron a luz al mismo tiempo. ¿Fue una mera coincidencia que mi llegada se anunciara en la estación en la que la tierra se rebela contra sí misma mientras los árboles se despojan de su desgastado ropaje? ¿O fue decreto del destino que yo, al igual que marzo, debiera representar la esencia de la transformación y cambio perpetuo? Lo único que sé es que mi nacimiento fue testigo del levantamiento de la naturaleza contra el invierno al animar a los campos y a las praderas a unirse este levantamiento momentáneo contra los fastidiosos ritmos de la tierra.

Popularidad duradera

A pesar de que los críticos puedan tener opiniones diversas de los méritos de la poesía de Qabbani, no se puede negar la importancia y la popularidad duradera que tiene este hombre, incluso 25 años después de su muerte.

En 2017, el escultor sirio Wissam Qatarmiz [12] reveló una extraordinaria escultura de Qabbani en la ceremonia organizada por el Ministerio de Cultura, que se instaló en el vestíbulo de la Ópera de Damasco [13]. Otra escultura de Qabbani, hecha por la artista Leila Khoury [14], se exhibió en Cleveland, Ohio.

Antes de esto, Bassel al-Khatib [15] dirigió una serie de televisión que relataba la historia de la vida de Nizar Qabbani. El actor sirio Taim Hassan [16] hizo el papel de Nizar de joven, mientras que Salloum Haddad [17] representó a la versión adulta del poeta.

Nizar Qabbani se embarcó en su aventura literaria en 1943 y no dejó de escribir hasta que periodos de profunda pena y dolor lo afectaron, como por ejemplo, cuando falleció su hijo Tawfiq, o cuando su esposa iraquí Balqis al-Rawi fue brutalmente asesinada en 1981 [18]. La elegía por su hijo representa la cruel y abrumadora fuerza de la muerte que de la nada y sin aviso afecta a la humanidad:

O Tawfiq,

If Death had begotten a son, he would know the agony of the death of sons

And if Death possessed reason

We would inquire how he rationalizes the death of nightingales and jasmine

And if Death had a heart

It would waver the thought of slaughtering our good children.

Oh Tawfiq,

Si la muerte ha procreado un hijo, él sabría la agonía de la muerte de los hijos

Y si la muerte tiene razón

Preguntaríamos cómo razona él la muerte del ruiseñor y el jazmín

Y si la muerte tiene corazón

Dudaría del pensamiento de matar a nuestros niños buenos.

La leyenda no reconocida

A Nizar Qabbani no se le otorgó ninguna medalla de mérito de su país aun cuando era quien más merecía el Orden al Mérito Civil de la República Árabe Siria [19], prestigioso galardón que se otorga una persona por sus logros excepcionales y servicios prestados al Estado o al mundo árabe.

En sus versos poéticos, Qabbani usualmente elogiaba la magnificencia de la capital del califato omeya [20] y cantaba las alabanzas de las glorias árabes como se evidencia en sus líneas »Las banderas del Califato omeya se levantan… Y sus caballos están unidos a los míos», que es una referencia a los omeyas que levantaban sus pancartas después de la conquista de Andalucía.

No fue hasta las últimas semanas de su vida, después de más de 50 años de escribir poesía, que a Nizar Qabbani finalmente se le dio el honor de tener una calle con su nombre en Damasco, su lugar de nacimiento. Este gesto de reconocimiento le trajo mucha alegría y sus últimas palabras escritas expresaron gratitud hacia la ciudad que lo crio como un hijo y lo veneró como su poeta.

Hubiese sido grandioso que el centenario de Nizar se hubiese celebrado con más espectáculo, similar a las celebraciones del milenio de al-Mutanabbi [21], al-Ma'arri [22], entre otros grandes poetas, y haber consolidado su lugar en la memoria colectiva de millones, con o sin ceremonias formales. Nizar es el equivalente sirio de Beethoven para los alemanes, Mozart para Austria o Chaplin para el mundo del cine: una figura imponente, pionero y una leyenda que el tiempo no puede duplicar.