Níger está ubicado como el quinto país más grande de África (y vigésimo segundo del mundo) con una superficie de 1 267 000 km². Pero el 80 % de su territorio está ocupado por el desierto del Sahara, y solamente una parte del territorio permite a los nigerinos disfrutar del verde en su tierra. Según Wikipedia:
Le désert progresse de 200 000 hectares chaque année. Les programmes gouvernementaux de reforestation se heurtent aux fréquentes sécheresses et à la demande croissante en bois et en terres agricoles. Depuis 1990, la forêt a perdu un tiers de sa surface et ne couvre plus que 1 % du pays. 8 % seulement du territoire reçoit plus de 400 millimètres de pluie par an qui autorise une agriculture satisfaisante. En 2015, le pays est en situation de pénurie alimentaire structurelle.
El desierto avanza 200 000 hectáreas cada año. Los programas gubernamentales de reforestación enfrentan sequías frecuentes y creciente demanda de madera y tierras agrícolas. Desde 1990, el bosque ha perdido un tercio de su superficie cubre apenas el 1 % del país. Solamente el 8 % del territorio recibe más de milímetros de lluvia al año que garantiza una agricultura satisfactoria. En 2015, el país está en situación de dificultad alimentaria estructural.
Así, la escasez de lluvias sigue siendo el mayor problema que enfrenta la población, aunque la instalación de pozos y torres de agua comienza a cambiar la vida diaria de las poblaciones locales.
Los más afectados con esta pérdida de recursos son las poblaciones nómades que se trasladan de aldea en aldea o de campo en campo en busca de mejores lugares para llevar el ganado a pastorear, sobre todo en el norte del país .
En efecto, la población nigerina se compone de muchas etnias que incluyen hausas (55,4 % de la población), zarmas (18,2 %), tuaregs (11 %), peuhls (6,5 %), kanouris (4,2 %), songhais (4 %) y otros grupos. Los tuaregs y los peuls son principalmente nómades y ganaderos.
En esta parte del país, una zona vasta, calurosa y desértica, las sequías representan las principales dificultades que determinan la vida de los pastores.
Al norte de Níger, llueve tres o cuatro meses al año, lo que genera un déficit importante, y hasta sequías que se repiten cada año. Esta situación obliga a los pastores a desplazarse continuamente para buscar mejores lugares donde las primeras lluvias hagan brotar hierba fresca para el pastoreo de sus animales.
Ante esta situación de sequía, a menudo muy difícil, se registran pérdidas enormes de animales, pues carecen de energía para seguir el ritmo del traslado. Eso favorece la multiplicación de enfermedades y grandes pérdidas, como ilustra este reportaje de Tv5Monde sobre pastores peuls:
Durante toda la temporada seca, estos desplazamientos para buscar sobrevivir son necesarios mientras esperan, a veces por periodos prolongados, una nueva temporada de lluvia.
Durante ese periodo, animales como los dromedarios, asnos, vacas, son usados especialmente para extraer agua de pozos de 80 a 120 metros de profundidad, y quedan sumamente fatigados.
Aunque difícil, esta vida nómade de los pastores tiene momentos de alegría. Ver a los animales sufrir de hambre y sed sin poder satisfacer sus necesidades, y después de un tiempo verlos saciarse de hierba fresca es una inmensa satisfacción para los pastores nómades. Eso representa un sentir profundo de haber cumplido una misión esencial.
Para mitigar estas sequías, el Gobierno nigerino está tomando medidas para luchar contra la desertificación. En una publicación, OpenEdition, plataforma de libros de ciencias sociales y humanidades, destacó los resultados del programa de regeneración natural asistida adoptado y aplicado por el Gobierno nigerino:
Dans ce pays, le processus a commencé dans certaines régions au milieu des années 1980 et est à l'origine du reverdissement dont l'échelle est fournie à au moins cinq (5) millions d'hectares et en particulier dans des régions ayant de fortes densités de population où les paysans ont presque littéralement « intégré » de nouveaux parcs agroforestiers avec des densités, qui varient de 20 à 80 arbres/ha.
En este país, el proceso se inició en algunas zonas a mediados de la década de 1980, y ha dado lugar a un reverdecimiento de al menos cinco millones de hectáreas, sobre todo en zonas con alta densidad de población donde los agricultores han «integrado» casi literalmente nuevos parques agroforestales con densidades que oscilan entre 20 y 80 árboles por hectárea.