Batalla presupuestaria del «Nuevo Uzbekistán»: ¿Democracia en acción o sistema viciado?

Muchacho con un cartel que dice «vota y bebe Pepsi». Captura de pantalla de Gazeta.uz: canal de YouTube de O'zbekiston Yangiliklari.

Mientras el mundo exterior se centra en el próximo referéndum constitucional que se celebrará en Uzbekistán el 30 de abril, la población está ocupada con otras elecciones. Están eligiendo cómo gastar los fondos asignados a sus presupuestos distritales y municipales dentro del proyecto de presupuestos participativos (PP). La votación tiene lugar en el portal Presupuesto Abierto, donde los ciudadanos pueden votar 33 680 proyectos que tiene publicados.

El programa PB permite a los ciudadanos uzbekos hacer campaña y votar proyectos de infraestructuras que beneficiarán a sus distritos locales. El resultado de esta batalla recordará a los ciudadanos la importancia de sus votos y el impacto que la participación activa en los procesos políticos puede tener en el futuro de la nación.

El Ministerio de Finanzas puso en marcha el proceso de elección el 6 de febrero y vio cómo 55 970 proyectos se publicaban en el portal antes del 26 de febrero, fecha límite para el envío de iniciativas. La segunda fase consistió en la selección de proyectos aptos para la votación. Entre el 18 de marzo y el 7 de abril, los ciudadanos pudieron votar los proyectos que quieren que se lleven a cabo en sus makhallas (microdistritos).

El PP, introducido en 2021, permite a los ciudadanos decidir a qué se destinan los fondos públicos en sus barrios. Sus partidarios lo saludan como un paso hacia la democracia capaz de conducir a cambios mayores mediante el cultivo de la participación en la vida pública y los procesos políticos. Sus detractores destacan las deficiencias del proceso de votación, que incluye compra de votos y creación de múltiples cuentas falsas en el portal de votación.

¿Nuevo presidente y nuevo Uzbekistán?

Uzbekistán es una nación de Asia Central con una población de 34,8 millones de habitantes. Entre 1991 y 2016, estuvo gobernada por el autoritario presidente Islam Karimov. Veinticinco años de gobierno de Karimov se caracterizaron por la violación de los derechos humanos, la represión política y el aislamiento económico.

Todo eso cambió cuando Karimov murió en septiembre de 2016 y Shavkat Mirziyoyev, el actual presidente, llegó al poder. Uzbekistán emprendió importantes reformas políticas, económicas y sociales. El objetivo último de las reformas es construir un «Nuevo Uzbekistán«, descrito por el presidente como «una sociedad abierta y justa que se preocupa por cada ciudadano».

El nuevo rumbo de Mirziyoyev ha sido una mezcla de lo viejo y lo nuevo, sin desmantelar completamente el régimen anterior ni establecer uno totalmente nuevo. Las reformas han fomentado gradualmente el crecimiento de la sociedad civil, evidenciado por la expansión de las redes sociales, el aumento de las protestas contra los abusos de poder y la aparición de periodismo y blogueros independientes.

Sin embargo, han avanzado lentamente, y el sistema político sigue centrado en gran medida en el presidente. El debate genuino y las críticas a las políticas gubernamentales siguen estando restringidos, lo que limita el papel del Parlamento en la gobernabilidad. Según el Informe Freedom House 2022, Uzbekistán sigue ocupando un lugar bajo en el Índice de Democracia, en el puesto 149 de 167 países.

Inicio de la participación pública en la asignación presupuestaria

El PP forma parte de las reformas en curso, cuyo objetivo es aumentar la transparencia en la asignación de fondos. Antes, todos los asuntos relacionados con el presupuesto eran gestionados por el omnipotente aparato presidencial y el propio presidente. Este sistema permite a los ciudadanos presentar sus propuestas y votar las que reflejen sus necesidades a través de un portal en línea. Cada ciudadano puede emitir un voto. Los proyectos con más votos se incluyen en una lista de prioridades para recibir fondos.

La historia de los presupuestos participativos en Uzbekistán se remonta al decreto presidencial de 2018 «Sobre medidas para garantizar la apertura de los datos presupuestarios y la participación activa de los ciudadanos en el proceso presupuestario». Creó una norma según la cual al menos el 10 % de los ingresos excedentes de los presupuestos de los distritos se destinaban a proyectos propuestos por los ciudadanos.

El decreto presidencial de 2021 «Sobre medidas adicionales para garantizar la participación activa de los ciudadanos en el proceso presupuestario» garantizaba la asignación del 5 % de los gastos aprobados y al menos el 30 % de los ingresos adicionales de los presupuestos de distritos y ciudades a iniciativas ciudadanas. Ese mismo año se puso a prueba en todas las regiones de Uzbekistán.

A partir de 2022, el Gobierno extendió la práctica de los presupuestos participativos a todos los distritos. Las propuestas se presentan y votan dos veces al año. En 2022, 1418 proyectos recibieron fondos. De estas iniciativas, el 32 % estaban relacionadas con la reparación de carreteras internas, el 13 % con la reparación o equipamiento de escuelas, el 12 % con la reparación e instalación de alumbrado público, el 8 % con la mejora de los sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado y el 6 % con la renovación de hospitales.

Este video de YouTube tiene noticias sobre los resultados del proyecto de Presupuestos Participativos en 2022.

Para 2023, se han asignado más de dos billones de soms (175 millones de dólares). Cada distrito y ciudad recibirá no menos de 6000 millones de soms (527 000 dólares). La votación cerró el 7 de abril.

Las buenas intenciones se topan con una mala aplicación

No a todo el mundo en Uzbekistán le gusta el sistema de presupuestos participativos. Algunos sostienen que el Gobierno ya debería haber emprendido proyectos de infraestructuras por defecto, ya que las zonas que necesitan mejoras urgentes pueden no recibir los votos necesarios. Las cuestionables campañas de presión popular están sacando a la luz las deficiencias del proceso de votación y de la aplicación general de la reforma.

Ciudadanos activos están empleando diversos métodos de propaganda en barrios, lugares públicos y redes sociales para recabar votos a favor de sus propuestas. Se ofrecen sumas de entre 10 000 y 15 000 soms (entre uno y 1,5 dólares) por un voto. Las irregularidades denunciadas en el proceso de votación incluyen escuelas que obligan a los profesores y hospitales que hacen que los médicos recojan más votos para renovaciones, y organizaciones públicas que presionan a los empleados para que recojan votos para mejorar sus instalaciones.

Este video de YouTube tiene ejemplos de campañas ciudadanas para recoger votos:

Sin embargo, la mayoría de las críticas se dirigen a la aplicación más que al concepto de participación ciudadana en la distribución del presupuesto. Se pide a los transeúntes que voten sus propuestas. Por ejemplo, alguien está ofreciendo recargar el saldo del número de teléfono a cambio de un voto en las redes sociales, mientras que otros están distribuyendo bebidas e incluso un litro de aceite de cocina a quienes voten.

Los ciudadanos han expresado su preocupación por los fallos de la iniciativa. El popular bloguero Rasul Kusherbayev expresó en su canal de Telegram:

Хуллас шунақа гаплар: давлат фуқаролари олдида ҳеч бир овоз ва сарсонгарчиликсиз қилиб бериши керак бўлган ишлар учун фуқаролар вилоятма-вилоят сарсон юришибди.

Масъулларимизнинг халқни сарсон қила оладиган истеъдоди сабаб ташаббусли бюджет-шармандали бюджетга айланмоқда.

La gente deambula de un lugar a otro para recolectar más votos que apoyen a su zona para la mejora que se supone debe hacer el Gobierno sin voz ni voto.

El presupuesto participativo se está convirtiendo en un presupuesto vergonzoso debido a la ineficacia de nuestros funcionarios.

A pesar de estos problemas, muchos ven la iniciativa como un paso positivo hacia la mejora de la alfabetización política en Uzbekistán. El destacado político Kamoliddin Rabbimov declaró en su blog: «La gente está tan asombrada de que puedan asfaltar algunas carreteras pequeñas con sus votos…. ¿Y si se dieran cuenta de que incluso podrían cambiar los gobiernos con sus votos? Difícil de imaginar…».

Del mismo modo, el conocido economista uzbeko Botir Kobilov escribió:

Odamlarda ‘davlat byudjeti bu – hukumatniki emas, bizning pulimiz’ degan fikr paydo bo‘lmoqda… Endi ular qaror qabul qilishda ishtirok etishlari va o‘z hududidagi obodonlashtirish ishlarinini tezlashtirishlari mumkinligini tushunib yetishyapti… Eng muhimi, xalq saylovlarda o`z ovozining ahamiyatini tushunmoqda.

La gente se está haciendo a la idea de que: este presupuesto público es su dinero, no el del Gobierno… Ahora entienden que pueden participar en la toma de decisiones y acelerar la mejora de su zona… Lo más importante es que la gente se está dando cuenta de la importancia de sus votos en las elecciones.

El presupuesto participativo representa un experimento único que tiene el potencial de fortalecer a los ciudadanos y mejorar la calidad de vida general en Uzbekistán. Al perfeccionar el sistema, abordar las preocupaciones y garantizar la transparencia, el Gobierno puede demostrar su compromiso con el fomento de una sociedad más inclusiva y democrática.

Mientras tanto, los ciudadanos están aprendiendo valiosas lecciones sobre el poder de sus votos y la importancia de mantenerse informados y comprometidos en los procesos políticos. A medida que Uzbekistán se acerca a un crucial referéndum constitucional, es esencial que los ciudadanos comprendan la importancia de su participación activa, para abordar las preocupaciones vecinales locales, y también para determinar el futuro de la nación.

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