Asolada por la guerra, minoría afar de Etiopía enfrenta larga recuperación durante la paz

Huts like these ones in Ethiopia's Afar region, provide shelter for many of the region's displaced, amid two years of brutal civil war. Image Credits; Marissa Bortlik, Source: Unsplash

Chozas como estas, en la región etíope de Afar, dan cobijo a muchos desplazados de la región, en medio de dos años de brutal guerra civil. Imagen; Marissa Bortlik. Fuente: licencia Unsplash

«No había combatientes. Todo estaba en paz antes de escuchar las explosiones», dice Mekiya Ali, de 26 años, en entrevista con Global Voices al describir el día de agosto de 2022 cuando su ciudad natal en la región etíope de Afar, la árida región del noreste de Etiopía fronteriza con Eritrea, se vio atrapada en la violenta guerra civil etíope.

En el conflicto, que comenzó a finales de 2020, el Ejército etíope y soldados eritreos aliados se desplegaron para expulsar a las fuerzas rebeldes del Frente de Liberación del Pueblo Tigrayano (TPLF) en la región norteña de Tigray. Los combates se extendieron a las vecinas regiones de Afar y Amhara. La población civil se llevó la peor parte del sufrimiento.

«Empecé a sentir que me ardía la piel. Mi casa fue alcanzada», dijo Mekiya a Global Voices. «Pensé que iba a morir».

La casa de Mekiya fue alcanzada en 2022 por proyectiles de artillería rebeldes. Los combates entre las facciones mataron a más de medio millón de personas, según los mediadores de paz de la Unión Africana (UA). La UA presidió el acuerdo de alto el fuego firmado en Pretoria (Sudáfrica) en noviembre, que puso fin a los combates.

Con el acuerdo de paz, las comunidades afectadas del norte de Etiopía iniciaron un largo proceso de recuperación. La hambruna, las atrocidades y los desplazamientos masivos afectaron a millones en todo el norte de Etiopía, lo que generó posiblemente el peor desastre humanitario del mundo, especialmente en Tigray, donde un asedio impidió la entrega de ayuda humanitaria durante más de un año.

«Se calcula que el 65 % de los escolares de Afar aún no han empezado el año escolar», dice un comunicado de prensa de noviembre de la Asociación de Desarrollo Pastoralista de Afar (APDA), agencia humanitaria con sede en Afar. «[Los niños] han sido desplazados. Las escuelas a las que asisten son inseguras y viven en sociedades traumatizadas que apenas pueden dar cabida a la educación».

La minoría étnica afar de Etiopía representa aproximadamente el 2 % de los 119 millones de habitantes del país y se dedica sobre todo al pastoreo. Los niños de Afar ya sufrían inseguridad alimentaria provocada por la sequía que la guerra ha agravado.

Naciones Unidas registró un aumento de la desnutrición aguda grave en 23 distritos regionales de Afar, según un informe de situación publicado el 3 de abril.

Jude Fuhnwi, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, declaró a Global Voices en entrevista por correo electrónico:

The humanitarian needs in Afar are immense but are getting very little attention and response. There is a staggering number of displaced people in that region who fled war and arrived in host communities with absolutely nothing. Even though hostilities have ended, they remain in camps because they have nothing to return to.

Las necesidades humanitarias en Afar son inmensas, pero están recibiendo muy poca atención y respuesta. Hay un número asombroso de desplazados en esa región que huyeron de la guerra y llegaron a las comunidades de acogida sin absolutamente nada. Aunque las hostilidades han terminado, permanecen en campamentos porque no tienen nada a donde volver.

Según la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), un asalto múltiple a múltiples ciudades y pueblos de la región de Afar de las fuerzas tigrayanas que desembocó en semanas de intensos combates desplazó a 300 000 civiles, o casi una quinta parte de los habitantes de la región, en octubre de 2022.

Cómo los afar terminaron inmersos en la guerra

La guerra se desencadenó a raíz de las disputas políticas. Pero la administración de la región de Afar no se vio implicada en el conflicto político entre Tigray y el Gobierno federal de Etiopía. Según una fuente diplomática que habló con Global Voices, muchos ancianos tradicionales de Afar estaban indecisos en un principio sobre qué bando apoyar.

«La neutralidad militar inicial de los afar se debió a la percepción generalizada de que la guerra era entre dos elefantes que luchaban por el poder», afirma Dawud Mohammed Ali, profesor de Negocios y Desarrollo en la Universidad Semera de la región.

Los desbordes arrastraron a los afar a la guerra. A lo largo de 2021, el TPLF había conseguido hacerse con franjas de la región de Amhara y, en un momento dado, llegó a estar a 120 km de la capital, Adís Abeba. En Afar, las milicias locales les impidieron realizar grandes avances.

Dawud declaró a Global Voices:

The Afar felt betrayed. No Afar expected to be invaded because we assumed that with no role in the war, there would be no reason to do so. We were also victims, as our districts lost banking, electricity and communications when war broke out.

For Afar society, land is not only a resource but an identity. This is what united Afar from all walks of life to pick up arms.

Los afar se sintieron traicionados. Ningún afar esperaba ser invadido porque suponíamos que, al no tener ningún papel en la guerra, no habría motivos para una invasión. También fuimos víctimas, ya que nuestros distritos perdieron la banca, la electricidad y las comunicaciones cuando estalló la guerra.

Para la sociedad afar, la tierra no es solamente un recurso, es una identidad. Esto es lo que unió a los afar de todas las clases sociales para empuñar las armas.

Importancia estratégica de los afar en la guerra

Para los dirigentes tigrayanos, la toma de Mille, ciudad de Afar, se convirtió en un objetivo de guerra crucial, ya que habría cortado el acceso de Adís Abeba al puerto de Yibuti, principal puerta de entrada de las importaciones etíopes.

Los tigrayanos fracasaron en su intento de capturar Mille en sucesivas rondas de combates. Pero el impacto de los infructuosos asaltos fue inmenso. En febrero de 2022, la guerra había desplazado a unos 300 000 civiles de Afar.

«Nuestra gente huye porque cuando [las fuerzas tigrayanas] nos atacan, hacen llover artillería sobre nuestras casas y mezquitas desde la distancia», dijo a Global Voices Amin Mohammed Bada, de 35 años, comerciante de Afar que estaban entre los desplazados y se refugia con familiares en Semera.

Los combates en Afar iban precedidos de las tan temidas descargas de artillería, que reducían las aldeas a ruinas. En abril, el defensor del pueblo etíope declaró que los asaltos militares tigrayanos al territorio de Afar habían destruido infraestructuras por valor de 15 millones de dólares.

Fuhnwi, del Comité Internacional de la Cruz Roja, declaró:

The conflict has had a heavy toll on health facilities in Afar. Access to medical services is a major problem. Most health centers in the isolated north are not functional and staff have not returned. The ICRC is providing medical supplies to three health facilities in severely affected areas.

El conflicto ha afectado gravemente a las instalaciones sanitarias de Afar. El acceso a los servicios médicos es un problema importante. La mayoría de los centros de salud del norte aislado no funcionan y el personal no ha regresado. El Comité Internacional de la Cruz Roja está dando suministros médicos a tres centros de salud en zonas gravemente afectadas.

Fuhnwi también explicó que sigue sin haber centros de rehabilitación física para los heridos de la región, incluidos los amputados.

«Lo peor en 30 años»

Humanitarian Aid workers from UNICEF Ethiopia in a village in Afar. Image source UNICEF Ethiopia. Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Generic (CC BY-NC-ND 2.0)

Trabajadores de ayuda humanitaria de UNICEF Etiopía en aldea de Afar. Fuente de la imagen, UNICEF Etiopía (CC BY-NC-ND 2.0).

La fundadora de la APDA, Valerie Browning, enfermera australiana que reside en Afar desde la década de 1990 y habla la lengua, afirma que para los habitantes de la región las cosas nunca habían estado peor:

Browning declaró a Global Voices por teléfono:

The humanitarian situation during the war was the worst I’ve seen in thirty years. Indiscriminate shelling has incinerated women and children in their houses. Schools, homes and water systems were destroyed. And yet the suffering of people here has gained minimal media attention.

La situación humanitaria durante la guerra ha sido la peor que he visto en 30 años. Los bombardeos indiscriminados quemaron a mujeres y niños en sus casas. Se destruyeron escuelas, viviendas y sistemas de abastecimiento de agua. Y sin embargo, el sufrimiento de la gente de aquí ha recibido una atención mínima por parte de los medios.

La APDA de Browning acogió con satisfacción el acuerdo de paz y subrayó la necesidad de iniciativas de resolución comunitaria para ayudar a los sobrevivientes traumatizados.

Testimonios de víctimas de la atrocidad

Testigos presenciales contaron a Global Voices que el bombardeo de artillería tigrayana del 24 de agosto de 2022 causó más de una docena de víctimas civiles en la localidad afar de Yallo, a 6 km de la frontera con Tigray.

Es el mismo ataque que causó las terribles quemaduras de Mekiya Ali. Su casa, en el ajetreado distrito de Menafesha de Yallo, fue uno de los objetivos. Pero es la muerte de sus dos hijos, el menor era yb bebé, lo que le ha causado dolor meses después:

“My children were burned alive. They barely lived. What did they do to deserve this? We threatened no one!

Let alone fighters, there was nobody with a weapon that day. But they rained fire on us. I know that several of my neighbours are dead too because I saw their charred bodies.

«Quemaron vivos a mis hijos. Apenas vivieron. ¿Qué hicieron para merecer esto? No amenazamos a nadie.

Mucho menos a combatientes, ese día no había nadie con armas. Pero nos hicieron llover fuego. Sé que varios de mis vecinos también han muerto porque he visto sus cuerpos carbonizados.

Mekiya Ali photographed during her conversation with Global Voices, at the Dubti Hospital in Ethiopia's Afar region. Image exclusive to Global Voices.

Mekiya Ali fotografiada durante su conversación con Global Voices. Imagen exclusiva de Global Voices.

Getachew Reda, líder interino del gobierno regional de Tigray, no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios. En el pasado, Reda desestimaba estos informes.

Sin embargo, UNICEF ha reconocido la muerte de niños en el bombardeo de las aldeas de Afar a finales de agosto.

La responsabilización por estas atrocidades ha sido una cuestión espinosa. Los investigadores de Naciones Unidas han estado investigando las acusaciones de crímenes de guerra en Etiopía, pero omitieron por completo la región de Afar en un primer informe publicado en 2022 por limitaciones logísticas.

«El informe ignoraba las injusticias cometidas contra una minoría oprimida y sin voz», afirmó Dawud Mohammed Ali. «Me dejó enfermo y abatido».

Cada vez es menos probable que se permita a los investigadores de Naciones Unidas entrar en la región para investigar adecuadamente incidentes como el bombardeo de Yallo.

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