Elecciones del 14 de mayo son una batalla existencial para muchas votantes turcas

Imagen de Emir Eğricesu. Uso gratuito bajo la licencia Unsplash.

En un informe publicado en 2007 por el laboratorio de ideas Iniciativa Europea de Estabilidad, el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP, por su nombre en turco) de Turquía, fue elogiado por haber introducido reformas para empoderar a las mujeres desde su llegada al poder en 2002. “Si este informe se hubiera escrito en 1999, el año en que Turquía obtuvo el estatus de candidato a adherirse a la Unión Europea, sus conclusiones habrían sido profundamente pesimistas. Sin embargo, se escribió en 2007, y la perspectiva cambia radicalmente”, escribieron los autores del informe. Citando enmiendas a la Constitución turca, un nuevo código civil, reformas de la legislación laboral, tribunales de familia y reformas al código penal, los autores argumentaban que estas reformas suponían “cambios integrales en la condición jurídica de la mujer” y que eran “las reformas más radicales desde la abolición de la poligamia en la década de 1920”. Ese informe de 2007 es drásticamente diferente de la situación de Turquía en materia de género en 2023. Además, en vísperas de las elecciones generales del 14 de mayo y ante la creciente polarización política, las mujeres tienen mucho que perder si AKP sigue en el poder.

En los últimos años, AKP ha adoptado una serie de posturas controversiales contra la igualdad de género. El partido gobernante ha propuesto restringir el derecho al aborto, la píldora del día después y las cesáreas. El propio líder del AKP, el presidente Recep Erdoğan, indicó en una ocasión que las mujeres no pueden ser iguales a los hombres, que las mujeres deben ser madres y que las familias deben tener un mínimo de tres hijos. En 2012, el entonces primer ministro Erdoğan equiparó el aborto con el asesinato.

Si bien la interrupción del embarazo sigue siendo legal en Turquía hasta la décima semana de gestación y hasta la vigésima en caso de riesgo médico, encontrar hospitales que la practiquen se ha vuelto prácticamente imposible. En 2014, Erdoğan acusó a las feministas de no entender la maternidad. En una cumbre en Estambul, señaló: “algunas personas pueden entender esto, mientras que otras no pueden. No se puede explicar esto a las feministas porque no aceptan el concepto de maternidad”. También afirmó que la igualdad de género iba “contra la naturaleza humana” y que las mujeres trabajadoras eran “deficientes”. En enero de 2023, el órgano religioso estatal de Turquía, que ya había atacado a las mujeres, dijo que las mujeres no pueden viajar solas.

Alianzas cuestionables

En vísperas de las elecciones, AKP y su líder han establecido alianzas con numerosos partidos que pretenden desmantelar los derechos de las mujeres en el país, como dejar sin efecto la ley 6284, que protege a las mujeres contra la violencia doméstica. Alarmado por la alianza, Selahattin Demirtaş, excodirigente encarcelado del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por su nombre en turco) , declaró en un artículo escrito desde la cárcel que si gana la coalición, a la que describe como “el bloque más derechista y reaccionario de la historia política de Turquía”, probablemente serán las últimas elecciones en las que las mujeres puedan votar, “pues la Alianza Talibán se encargará de usurpar los derechos de las mujeres”.

Asimismo, las propias diputadas del AKP protestaron contra la derogación de la ley 6284. En un tuit la ministra de Familia y Servicios Sociales, Derya Yanık, afirmó: “La ley 6284 fue una de las normas jurídicas más importantes que en (AKP) emprendimos en la lucha contra la violencia hacia la mujer”. Junto a Yanık estaba Özlem Zengin, vicepresidenta del grupo, que también habló en defensa de la ley 6284. Ambas fueron blanco de ataques por sus declaraciones en apoyo de la ley y fueron en gran medida marginadas por los miembros de su propio partido. En una entrevista concedida a la emisora progubernamental A-Haber, Zengin afirmó que se ha hecho imposible debatir asuntos de la mujer entre los miembros del partido. “He recibido cientos de mensajes en mi teléfono con amenazas”, explicó Zengin.

Según Anit Sayac (en turco, “rastreador de monumentos”), plataforma que documenta casos de violencia contra la mujere, en 2022 murieron 397 mujeres como consecuencia de la violencia.

Para combatir estas políticas regresivas, se ha formado un bloque de oposición, conocido como Mesa de los Seis, que desafiará al gobierno actual en las próximas elecciones.

Entre los miembros del bloque de la coalición se encuentra el partido de centroderecha Democracia y Progreso (DEVA, por su nombre en turco), encabezado por Ali Babacan, antiguo miembro del gobierno del AKP de Turquía. Su partido prometió volver a comprometerse con el Convenio de Estambul, que Turquía abandonó en 2021, y también a luchar contra el matrimonio infantil y los abusos a menores, dos problemas importantes en Turquía.

A pesar de que el Partido de los Trabajadores de Turquía (TIP, por su nombre en turco) no forma parte de la coalición oficial, ha expresado su apoyo al líder del grupo opositor y candidato presidencial, Kemal Kılıçdaroğlu, y se ha comprometido a ser la voz de las mujeres y de las personas LGBTQ+.

El propio Kılıçdaroğlu anunció diez políticas que la coalición pretende implementar tras su victoria para ayudar a las mujeres en Turquía, como fomentar la igualdad de oportunidades laborales, eliminar las barreras para las mujeres empresarias, reforzar las ayudas sociales para las amas de casa, aumentar el número de guarderías, entre otras.

¿Cuándo será suficiente?

El retroceso de los dirigentes del Partido Justicia y Desarrollo en materia de los derechos de la mujer no ha pasado desapercibido. El periódico turco Evrensel entrevistó a varias mujeres en la provincia de Kocaeli, y expresaron sus preocupaciones sobre el futuro. “No quiero preocuparme por el futuro de mi hija”, dijo Nazli. Mientras tanto, Sevda dijo que ella también estaba preocupada por el futuro de su hija. “Estoy criando a una hija. En algún momento irá a la universidad. Está claro que no estará segura bajo los dirigentes actuales. Por eso quiero un Gobierno en el que mi hija esté segura”, expresó Sevda. “¿Quién sabe lo que van a hacer una vez que sean reelegidos con esos [partidos] a su lado? Puede que digan que las mujeres deben quedarse en casa», comentó Gül, madre de dos hijos.

Este retroceso también se refleja en el informe del Índice Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial. De acuerdo con el informe más reciente del foro, correspondiente a 2022, Turquía ocupa el puesto 124 entre 146 países analizados. Si bien el país ha progresado desde 2021, cuando ocupaba el puesto 133, se ha producido un descenso general desde 2006, cuando ocupaba el puesto 105.

Además, existe la polémica sobre las mujeres como candidatas políticas en las próximas elecciones. En entrevista con Euractiv, Nuray Karaoğlu, que dirige la Asociación Turca de Apoyo a las Candidatas (KA.DER), las actitudes masculinas discriminatorias dentro del espacio político están haciendo que la política sea menos segura para las mujeres. Según datos de 2021 de Veri Kaynagi, plataforma turca de verificación de hechos, el porcentaje de candidatas en las elecciones celebradas en 2015, 2016 y 2018 fue inferior al 30 %. Este año, una vez que los 26 partidos presentaron sus listas de candidatos, el desglose no parece mejor, ya que oscila entre el 19 % de candidatas del AKP frente al 40,5 % del Partido de los Trabajadores (TIP). Las activistas feministas han criticado estas cifras, que siguen siendo bajas a pesar de los intentos de grupos como KA.DER o Ben Seçerim (Yo elijo) de abogar por las candidatas.

Pese al escaso número de candidatas, fueron las mujeres quienes desempeñaron un papel clave en la llegada de AKP al poder, y serán las mujeres quienes tendrán un papel fundamental en el derrocamiento del partido, escribió el experimentado periodista Murat Yetkin en su columna. “Cuando AKP llegó al poder en noviembre de 2002, casi el 55 %, más de la mitad de los votos que recibió, fue de mujeres”, escribió Yetkin. “No obstante, poco a poco estas mujeres se dieron cuenta de que Erdoğan no era el líder carismático que ellas pensaban”, señala Yetkin.

El 14 de marzo se sabrá si las más de 30 millones de mujeres con derecho a voto son conscientes de que su futuro se verá seriamente afectado si el partido gobernante se mantiene en el poder.

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