Los Gobiernos de Asia Central no son ajenos al uso de la religión para sus propios beneficios políticos. Esta acción es particularmente evidente durante Ramadán, cuando los musulmanes ayunan desde amanecer hasta el anochecer. Las autoridades de Asia Central han instrumentalizado el iftar, comida nocturna que rompe el ayuno durante ese periodo. En 2023, los presidentes de Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán organizaron iftars. Esto permite que los líderes políticos obtengan apoyo por interactuar con el público y los ubica como representantes de las comunidades musulmanas, que constituyen la mayoría religiosa en estos países.
La gente de Asia Central ha tenido muchos avances en su conocimiento y práctica de la religión desde el colapso de la Unión Soviética en 1991. Las autoridades soviéticas restringieron la libertad religiosa, y vieron la religión como un remanente del pasado y un signo de atraso sujeto a erradicación. Sin embargo, incluso la Unión Soviética usó la religión con fines políticos. En 1943, se fundó la Administración Espiritual de Musulmanes de Asia Central para movilizar a la población para la Segunda Guerra Mundial apelando a los deberes religiosos para proteger su patria.
A medida que los Estados de Asia Central lograron su independencia, sus políticas religiosas tomaron caminos divergentes. En este sentido, el contexto local fue crucial. El legado de la guerra civil en Tayikistán, país donde la religión se utilizó para la movilización, y la operación del Movimiento Islámico de Uzbekistán como la oposición dejó poco espacio para las libertades religiosas. Una situación similar ocurrió en el vecino Uzbekistán, donde las autoridades lucharon contra organización terrorista local Movimiento islámico de Uzbekistán durante la década de 1990. Por el contrario, Kirguistán no enfrentó tales problemas y permitió un ejercicio mucho más amplio de las libertades religiosas como parte de sus grandes reformas democráticas. De este modo, la exhibición pública y la práctica religiosa se transformaron en un criterio importante para evaluar la situación política, la democracia y los derechos humanos en la región. En este contexto, los iftar presidenciales reflejan políticas religiosas divergentes en cada país.
Participar en el iftar y reparar las relaciones en Karakalpakia
La partición del presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, en el iftar del 30 de marzo estuvo lleno de significados simbólicos. En primer lugar, fue en Nukus, capital de la republica autónoma de Karakalpakistán, que se vio inmersa en violentas protestas a mediados de 2022. El 1 de julio, los karakalpakos, minoría étnica en Uzbekistán, salieron a las calles después de que las enmiendas a la Constitución eliminaron la cláusula de su derecho a la autodeterminación mediante un referéndum y su separación del continente. Las protestas duraron tres días y dejaron 21 muertos, incluidos cuatro militares. El referéndum constitucional fue pospuesto después de las protestas. El nuevo borrador constitucional mantuvo los derechos los karakalpakstanos a la secesión, y el referéndum constitucional quedó programado para el 30 de abril de 2023.
En segundo lugar, el iftar se llevó a cabo en la casa de un profesor local, Kuanishbay Seitnazarov, que invitó a Mirziyoyev romper su ayuno con su familia. El hecho de que sea karakalpak llenó el iftar con otro grado simbólico. Este fue el retrato definitivo después de las violentas protestas de 2022.
Este es el video en YouTube de la participación de Mirziyoyev en el iftar con una familia local en Nukus.
En tercer lugar, la participación de Mirziyoyev en el iftar es simbólico debido a las reformas implementadas bajo su mandato. La participación del presidente de Uzbekistán en un ritual religioso televisado es un escenario difícil de imaginar en la época del anterior presidente Islam Karimov, cuyo mandato prohibió todas las demostraciones públicas de religiones. Por ejemplo, el Gobierno prohibió usar cualquier prenda de vestir que estuviera relacionado con alguna afiliación religiosa en organizaciones gubernamentales y lugares de aprendizaje. Mirziyovev introdujo reformas políticas y sociales, aunque limitadas, en el ámbito de las libertades religiosas. que lo hacen diferente al régimen anterior.
Iftar en el «Nuevo Kazajistán»
En 2023, el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, continuó con la tradición que inició en 2022 y la llamó «auzashar» (la palabra kazaja para el iftar) en Akorda, palacio presidencial en la capital, Astaná. El evento fue tan formal como podría ser, con muy pocas señales de un evento religioso. Tokayev pasó gran parte de su discurso hablando de las reformas políticas llevadas a cabo el último año. Lo resumió con las siguientes palabras: «En general, se ha hecho mucho en poco tiempo. El comienzo de la construcción de un Kazajistán justo marca el inicio de una nueva era en el desarrollo de nuestro país. Kazajistán es el único estado en su región geopolítica que está llevando reformas a tan gran escala».
Después del enero sangriento, las protestas más largas y mortíferas en las historia de Kazajistán ocurridas en enero de 2022, Tokayev promovió el impreciso concepto de un Nuevo Kazajistán, y prometió implementar reformas radicales. «Demasiado trabajo» en «poco tiempo» en su discurso se refiere mayormente a tres elecciones llevadas a cabo en nueve meses, entre julio de 2022 y marzo de 2023. El Gobierno realizó un referéndum constitucional y elecciones parlamentarias y presidenciales anticipadas para recargar las instituciones políticas. La tradición de celebrar el iftar en Akorda también comenzó después de las protestas de 2022, probablemente en un intento de interactuar con el público.
Al iftar asistieron funcionarios públicos, científicos, médicos, profesores, representantes de asociaciones etnoculturales, jefes de misiones diplomáticas, figuras culturales y empleados de los servicios de rescate. Tokayev recordó a todos los invitados presentes en la ceremonia que «mantener la paz y la unidad en Kazajistán es una de las principales tareas», y las autoridades «deben dirigir todos nuestros esfuerzos en ese sentido». Se podría decir que el iftar organizado por Tokayev es un ejemplo de manual de los funcionarios públicos apparatchik adoptaron la religión como herramienta política. Si el comunicado de la prensa en el sitio web presidencial no hubiera especificado un evento como el iftar, se podría confundir fácilmente con cualquier otra cena secular organizada por el presidente.
Romper el ayuno y orar en la Mezquita Central en Biskek
El ooz achar presidencial (palabra kirguisa para el iftar) organizado por el presidente de Kirguistán, Sadyr Japarov, parecía el más orgánico y menos organizado en comparación con los iftars organizados por Kazajistán y Uzbekistán. Se llevó a cabo el 7 de abril en la Mezquita Central Imam Sarakhsi en Bishkek. Parecía cualquier otro iftar organizado en la mezquita. Lo único que destacó fue la asistencia del presidente, que no dijo mucho y limitó a su discurso a “¡Que todas las buenas intenciones y los mejores pensamientos de las personas de Kirguistán se vuelvan realidad!», y muchas otras oraciones similares.
Japarov se presentó en la mezquita con ropa casual y en compañía del director de asuntos presidenciales, Kanybek Tumanbayev. Durante el iftar, se sentó al lado de Zamir Rakiyev, el muftí, o el jefe de la administración espiritual de los musulmanes de Kazajistán. Todos los asistentes al iftar presidencial fueron personas comunes y corrientes que llegaron a la mezquita a orar. Después de romper el ayuno, el presidente se unió a la oración tarawih, oración especial que se realiza durante el Ramadán. Esta situación lo ayudó a posicionarse como un hombre del pueblo.
Los iftars presidenciales en Asia Central rara vez tienen relación con una ceremonia religiosa en sí. Suelen utilizarse para ganar puntos políticos y relacionarse con el público. Al mismo tiempo, dan una idea sobre cómo se manejan estos países y las novedades políticas y sociales. Dónde se llevan a cabo, quiénes asisten, y qué palabras se usan en estos eventos puedan ayudar a entender a Asia Central y su gente.