Después de casi dos años de modificaciones por parte del Gobierno, Uzbekistán por fin tiene una nueva Constitución. El 1 de mayo, la Comisión Electoral Central de Uzbekistán anunció los resultados finales del referéndum constitucional del 30 de abril. La participación electoral fue de un 84.54 %; de ese porcentaje, el 90.21 % votó a favor y el 9.35 % en contra de adoptar una nueva constitución. El presidente de la Comisión, Zayniddin Nizamkhodjaev, felicitó a los ciudadanos «por adoptar una nueva constitución, utilizando su derecho a un referéndum celebrado de manera abierta y transparente».
La nueva constitución entró en vigencia el 1 de mayo y sustituyó a la anterior, aprobada el 8 de diciembre de 1992. En los próximos dos meses, el gabinete ministerial de Uzbekistán redactará un conjunto de medidas para adecuar la legislación con la nueva Constitución, para luego presentarla al Parlamento del país. En los próximos tres meses, el Gobierno adoptará un «programa de medidas para garantizar la implementación de las obligaciones socioeconómicas del Estado», garantizadas por la nueva ley suprema. La nueva constitución difiere en un 65 % de la anterior y el número de artículos aumentó de 126 a 155.
Éxito en el segundo intento
El referéndum constitucional fue un largo proceso y causó muchos problemas a los ciudadanos y al Gobierno de Uzbekistán. El presidente del país, Shavkat Mirziyoyev, anunció los planes para modificar la Constitución por primera vez en noviembre de 2021, después de ser reelegido para su segundo y último mandato bajo la Constitución anterior. El borrador de la nueva Constitución se publicó en junio de 2022 con planes de celebrar un referéndum a finales de 2022.
En un sorprendente giro de los acontecimientos, el proyecto despojó a la Región Autónoma de Karakalpakia del derecho a separarse del territorio continental a través de un referéndum. El 1 y 2 de julio, los karakalpakos, minoría étnica de Uzbekistán, salieron a las calles para protestar contra la eliminación de su derecho a la autodeterminación. Las protestas se volvieron violentas y cobraron la vida de 17 civiles y cuatro militares, lo que las convirtió en las segundas mayores protestas y con más muertes en la historia de Uzbekistán. El Gobierno pospuso el referéndum constitucional y mantuvo el derecho de Karakalpakstán a buscar la independencia.
Este es un video de YouTube de las protestas en Nukus, capital de Karakalpakia.
Un estado social y el mismo presidente hasta 2040
Es probable que el resultado del referéndum tenga un efecto profundo y duradero en el país. El liderazgo político del país ha afirmado la necesidad de adoptar la nueva constitución para construir un «nuevo Uzbekistán», concepto político impulsado por Mirziyoyev. En sus propias palabras, se trata de una «sociedad abierta y justa que se preocupa por cada ciudadano». Y lo que es más importante, este concepto ha permitido a Mirziyoyev diferenciar su gobierno del régimen tiránico de su predecesor Islam Karimov, que murió en 2016.
Las autoridades plantearon adoptar la nueva constitución como una base para llevar a cabo reformas políticas, económicas y sociales. En este sentido, algunos cambios notables son la declaración de Uzbekistán como Estado social, la adopción del principio «hombre-sociedad-Estado» en lugar de «Estado-sociedad-hombre», y la disposición que establece que el honor y la dignidad de una persona son inviolables. Sin embargo, todos estos cambios podrían haberse introducido sin la necesidad de un referéndum, como la aprobación y modificación de leyes.
Este video de YouTube muestra lo que saben exactamente los ciudadanos uzbekos acerca de la nueva Constitución.
La comunidad de expertos independientes coincide, por unanimidad, en que el objetivo principal del referéndum era anular los dos mandatos presidenciales anteriores de Mirzioyev y abrir la puerta a su reelección. La nueva constitución aumentó la duración de un mandato presidencial de cinco a siete años con la posibilidad de postular para dos mandatos. Ahora existe una base legal para que Mirziyoyev permanezca en el poder hasta 2040 y casi iguale el tiempo de Karimov en el cargo, que duró 25 años, hecho difícil de encajar en el discurso de las reformas políticas. El vicepresidente del Senado de Uzbekistán, Sodiq Safoyev, ya ha explicado que «todos los ciudadanos, incluido el actual presidente» son elegibles para postular en las elecciones presidenciales de 2026 bajo la nueva constitución.
La anulación de los periodos presidenciales no es lo único que recuerda al viejo Uzbekistán. El referéndum se caracterizó por la ausencia de discusiones críticas en torno a los cambios propuestos y por las numerosas violaciones en el día de las elecciones. La violación más común registrada fue que una persona votara por sus familiares, práctica que se repite en prácticamente todas las elecciones en Uzbekistán. Los periodistas también informaron de la pasividad de los observadores y, en algunos lugares, de su ausentismo total.
Este video muestra a una mujer que llena al menos seis boletas. Video del canal público de Telegram de Shuhrat Latipov.
La Comisión Electoral Central anuló los recuentos de votos en tres lugares de votación, con el argumento de que eran insignificantes para afectar los resultados generales. La misión de monitoreo de la OIDDH en conjunto con la OSCE elogió la preparación técnica del referéndum, pero señaló que «tuvo lugar en un entorno sin un auténtico pluralismo político, y no hubo una oposición organizada a las enmiendas y al referéndum». Esta declaración aludía al hecho de que las autoridades solo permitieron las campañas a favor de la nueva constitución en relación al referéndum. Las críticas a los cambios y la oposición a la decisión de celebrar el referéndum no estuvieron en el espacio público, lo que recuerda a los viejos días autoritarios bajo Karimov. El 30 de abril, el «nuevo Uzbekistán» de Mirziyoyev se veía terriblemente similar al anterior.