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Situación favorable para estafadores en Ucrania y Rusia: 30 años de fraudes

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Ucrania, Ciencia, Educación, Guerra y conflicto, Juventud, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Religión, Salud
Spartak_Subbota

Spartak Subbote (derecha) y Yevhen Yanovych en el programa Podcast Therapy. Captura de pantalla de YouTube [1].

Un nuevo escándalo en Ucrania ha provocado un debate más extenso respecto a las fallas del sistema educacional universitario y las responsabilidades de los medios.

El resultado de una investigación periodística acerca de Spartak Subbota [2], publicada el 11 de abril de 2023 en un medio de comunicación juvenil [3], fue devastador: más de 153 000 palabras y casi cinco horas de video demostraron con mucho detalle que la celebridad había falsificado su biografía y sus credenciales.

Desde 2017, Spartak Subbota, de 31 años, se promociona como científico, doctor y maestro de la psicología en Ucrania. Fue copresentador de un popular pódcast de psicología [4] llamado Podcast Therapy, que tuvo hasta un millón de vistas en línea en YouTube.

El pódcast de 70 minutos fue diseñado como una conversación entre dos amigos y fue presentado por el actor cómico profesional Yevhen Yanovych. En la mayoría de los episodios, Yanovych le leía a Subbota las preguntas de los espectadores que buscaban consejos. Se estrenó a principios de 2022 y tuvo un total de 86 episodios con un promedio de medio millón de 500 000 vistas por episodio a principios de abril de 2023.

El ascenso de Spartak

Subbota afirmó que había estudiado para ser psiquiatra, título que solo pueden otorgar las facultades de Medicina en Ucrania. De acuerdo con el psicoterapeuta Illya Poludyonny, autor de la investigación, Subbota nunca estudió en una facultad de Medicina. En cambio, obtuvo un título de psicólogo en una universidad que no era de medicina, es decir, no tenía las habilidades y credenciales para el tratamiento médico de las personas.

Un título de psicología toma hasta cinco años y los informes indican que Subbota empezó a estudiar en 2009. Sin embargo, insistió en que empezó a estudiar medicina a los 15 años, ya que toma casi ocho años ser psiquiatra. En 2017, a los 25 años, Subbota fingió tener un doctorado.

Este fue el punto más débil de la historia que aparentemente inventó. Subbota era libre de decir mentiras de su educación universitaria porque en Ucrania esta información se considera privada. Una universidad o cualquier otro organismo estatal no puede dar a terceros información relacionada con la educación. Sin embargo, la información de sustentación de tesis y los textos de estas son de dominio público.

La historia de Subbota es ejemplo de un problema mucho más grande. En Ucrania, los títulos universitarios se consideran un símbolo de posición esencial para obtener o mantener una posición social determinada. Debido a esto, todo el sistema de la educación universitario está plagado de escándalos y problemas. Dos ministros de Educación y Ciencia de Ucrania fueron acusados de plagio [5], que no tuvo consecuencias para ellos ni para las personas e instituciones responsables por entregarles el correspondiente título de doctor ucraniano. La demanda de candidatos con doctorados en Ucrania es más alta que en muchos otros países, pero la calidad de los trabajos presentados suele ser bastante baja [6].

En su investigación, Poludyonny se encontró con una complicada red que ayuda a obtener un doctorado en psicología de manera fraudulenta. En el caso de Subbota y muchos otros candidatos, las publicaciones de investigaciones extranjeras requeridas en realidad fueron publicadas por un conjunto de revistas ucranianas registradas bajo direcciones virtuales de Estados Unidos y del Reino Unido, todas conectadas al supervisor académico de Subbota.

Asimismo, parecía ser que Spartak tenía un nombre falso que adoptó después de que se graduó de la universidad, una buena forma de proteger la información de su educación en caso de que alguien lo investigara.

Este psicólogo musculoso y lleno de tatuajes comenzó a ganar protagonismo en 2019, lo que aumentó su presencia en los medios. En tres años, su trabajo lo llevó desde los mayores medios ucranianos en línea hasta programas de televisión de ámbito nacional y el sitio web New Yorker [7], en los que aparecía o se le citaba como experto. Una editorial ucraniana, cuya misión es promover la divulgación científica entre académicos ucranianos, publicó y reeditó un libro de Subbota muchas veces [8] y estaba preparando la publicación del segundo libro.

No obstante, lo más importante es que Subbota convirtió su popularidad en demanda por sus servicios como psicoterapeuta. Algunas clientas suyas se quejaron más tarde ante Poludyonny de un trato poco profesional y abusivo, y que buscaba relaciones [9] sexuales con ellas y causaba trauma adicional a las jóvenes.

Tras un rico legado de estafadores

La denuncia causó un caos en las redes sociales ucranianas en las que muchos usuarios celebraron la caída de Subbota [10] y el excelente trabajo de investigación. Otros trataron de defender a Subbota en los comentarios [11] al mencionar el conflicto de intereses de Poludyonny como colega psicólogo, teóricamente la competencia de Subbota, y la utilidad [12] que la información que Subbota entregó en el pódcast. Curiosamente, parecía ser que la mayoría de oyentes y espectadores de Subbota eran adolescentes [13].

El pódcast, que hizo famoso a Subbota entre los jóvenes ucranianos, apareció en el momento adecuado. En 2019, la psicóloga clínica Julie Smith lanzó un canal de TikTok llamado doctora Julie [14], en el que ofrecía videos cortos con consejos sobre salud mental. Fue especialmente solicitado durante la pandemia de COVID-19 y en 2023, su audiencia ya había crecido a casi 4.5 millones de espectadores. A principios de 2022, Smith también publicó un libro [15]. La popularidad de las redes sociales de Smith convirtió al libro en una lectura obligatoria y tuvo más de 7500 reseñas en Amazon y más de 14 300 votos en el sitio de recomendación de libros Goodreads.

Sin embargo, en Ucrania, Subbota tenía otros predecesores al estilo postsoviético. En 1989, el psicoterapeuta ucraniano Anatoly Kashpirovsky [16] comenzó a presentar su «programa de salud» en la estación de televisión central de Moscú (entonces todavía soviética), y afirmaba tener el poder de curar a las personas desde sus pantallas.

Con toda la Unión Soviética y el territorio postsoviético de entonces mirando la TV en espera de un milagro, estas actuaciones llevaron a Kashpirovsky a tener un puesto en el Parlamento ruso a principios de la década de 1990. Luego abandonó Rusia al parecer para ofrecer sus habilidades únicas, porque se creía que dominaba la hipnosis, a los emigrantes soviéticos en Estados Unidos e Israel, pero regresó en la década de 2010 [17].

El ejemplo de Kashpirovsky fue seguido por varios sanadores, interesados en lo paranormal, astrólogos e incluso un mesías que se ofreció a ayudar al pueblo soviético, quienes eran ignorantes y estaban deseosos de prácticas espirituales después de siete décadas de guerra soviética contra las religiones y cualquier ejercicio público de fe o supersticiones [18].

Paranormalists

Invitación a los «interesados en lo paranormal y sanadores» a solicitar «literatura metódica» en Moscú «para aumentar la eficacia de su trabajo». De un diario local en Donetsk, USSR/ Ucrania en 1990. Copia escaneada por Yulia Abikok, uso permitido.

A principios de la década de 1990, una periodista [19] de formación y reciente activista comunista de Donetsk, Ucrania, afirmó junto a su esposo que era la reencarnación de la virgen María y de Jesucristo, y que la enviaron a las personas con una misión especial antes del Día del Juicio Final, el 24 de noviembre de 1993.

White_Brotherhood

Anuncio de un «sermón y conferencias» de Yuri Krivonogov, líder de la Hermandad Blanca y esposo de «Maria Devi Christos» en Donetsk, Ucrania, 1992. A pesar de informar las aterradoras consecuencias de las actividades de la Hermandad Blanca, los mismos medios siguieron haciendo publicidad a la secta. Copia escaneada del diario local por Yulia Abikok, usado con autorización.

La Hermandad Blanca [20], secta totalitaria que crearon, atrajo a miles de personas en Ucrania y Rusia, en su mayoría adolescentes, como se afirmó en los diarios en aquel entonces. En Ucrania, las actividades de «Maria Devi Christos» y de su esposo se detuvieron el «Día del Juicio Final» cuando la Policía impidió que los seguidores de la secta cometieran suicidio en masa en Kiev.

Los líderes de la secta fueron arrestados y sentenciados. Muchos años después del fin de su condena, «Maria Devi Christos» emigró a Rusia y, al cabo de varios años, recreó la secta, pero ya sin influencia visible. 

Sin embargo, en Ucrania, otro hombre con «habilidades sobrenaturales» ganó popularidad justo en la época en que Kashpirovsky empezó a recuperar su éxito en Rusia. A Andriy Slyusarchuk [21] se le dio el apodo de «Doctor Pi» por su conocida habilidad para memorizar de uno a un millón de caracteres de la constante matemática pi. Participó en diversos programas de televisión en los que demostró sus inusuales trucos de su memoria, pero se demostró posteriormente que estos eran escenificados y falsos.

Al igual que Kashpirovsky, se creía que Slyusarchuk era un gran hipnotizador. Al igual que Subbota, cambiaba y falsificaba su información biográfica, lo que dificultaba comprobarla. También afirmó ser médico con doctorado que se matriculó en una universidad en Moscú a los 12 años. Al parecer, nunca estudió en ninguna universidad [22].

Lo sorprendente del caso de Slyusarchuks fue que consiguió confirmar sus credenciales en Ucrania, obtuvo puestos en universidades, disfrutó de los elogios de altos cargos ucranianos, entre quienes se encontraban dos presidentes, y llevó a cabo procedimientos médicos como neurólogo, neurocirujano y psicoterapeuta con algunas consecuencias graves [23] y letales [24], según se informó.

Al igual que el caso de Subbota, fue una investigación periodística la que puso fin a las actividades de Slyusarchuk y llevó a su detención en 2012.

Otro cataclismo más

Los expertos indican [25] que las calamidades como la caída de la Unión Soviética, la pandemia de COVID-19 o la invasión rusa a gran escala de Ucrania, que resonó en todo el mundo, provocan que las sociedades afectadas sean especialmente vulnerables a fraudes. Los casos como el de Subbota pueden suceder en cualquier momento, pero son más probables en épocas de gran incertidumbre.

«En la actualidad, la sociedad ucraniana necesita apoyo, algo o alguien en quien confiar. Lo anterior provoca que las personas perciban la información de forma menos crítica y busquen sanadores, horóscopos o kashpirovskys. Esto es una situación favorable para diversos estafadores, especialmente cuando tienen confianza en sí mismos y son carismáticos», declaró la psicóloga social Iryna Eihelson en entrevista para Global Voices. 

El profesor de psicología Vadym Vasiutynskyi añadió que, en todo momento y en todas las sociedades, las personas necesitan un líder; un pequeño porcentaje literalmente necesita a alguien que los dirija. Los líderes usualmente son seguros de sí mismos, carismáticos y narcisistas, y, a veces, hombres atractivos de mediana edad, ya que las personas todavía tienden a tomar más en serio las palabras de los hombres.

Tan solo con la Ucrania devastada por la guerra en 2022, se demostró lo anterior varias veces. El inicio de la invasión rusa a gran escala provocó la inmediata y gran popularidad de Oleksiy Arestovych [26], aventurero profesional y populista que consiguió restarle importancia de manera exitosa al pánico emergente. Durante varios meses, el público ucraniano escuchó atentamente sus declaraciones habituales como representante de la oficina presidencial, que eran una mezcla de verdades, medias verdades y mentiras reconfortantes hasta que se hizo evidente que Arestovych no era de fiar.

El siguiente ídolo que cayó fue el escritor Andrey Vasilyev conocido como Dorje Batuu [27], antiguo ciudadano ruso que emigró a Ucrania a principios de la década de 2000 y luego a Estados Unidos. Este historiador de formación y periodista experimentado, durante varios años afirmó [28] ser ingeniero y que trabajaba en la NASA. Publicó varios libros de ficción en los que describía con humor sus experiencias en el trabajo.

Una imagen artística que al principio parecía inocente se volvió dañina cuando Vasilyev-Batuu empezó a hacerse pasar por un experto [29] que consultaba a militares estadounidenses acerca de asuntos ucranianos relacionados con la guerra y, en una ocasión, difundió información errónea acerca del origen de un cohete que impactó el territorio polaco cerca de la frontera ucraniana, que causó la muerte de un hombre. A fines de 2022, el bloguero y soldado ucraniano Victor Tregubov, comprobó e informó [30] que Vasilyev nunca trabajó para la NASA.

Sin embargo, Arestovych y Dorje Batuu siguen teniendo seguidores en Ucrania. Existe la posibilidad de que Subbota también tenga todavía algunos seguidores. En su caso, además de la ansiedad relacionada con la guerra, lo que provocó la popularidad de Subbota fue la tendencia habitual de los adolescentes a buscar modelos a seguir e ídolos, según Vasiutynskyi.

No obstante, el daño que causó Subbota puede ser mayor. Aparte de la reputación del mundo académico y los medios ucranianos que se referían a él como experto, de los seguidores jóvenes a quienes engañó y de Yevhen Yanovych, el compañero de pódcast de Subbota que aparentemente fue engañado y tuvo que disculparse públicamente [31], se pone en riesgo la confianza general en los psicólogos cuando cada vez más personas necesitan ayuda profesional, mencionó Eihelson a Global Voices en referencia a los actuales debates entre sus colegas.