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Informe de Unfreedom Monitor: Kazajistán

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kazajistán, Censura, Derecho, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, Protesta, Tecnología, GV Advox, Unfreedom Monitor

Imagen cortesía de Ameya Nagarajan

Los regímenes autoritarios tienen desde hace tiempo una relación complicada con los medios y las tecnologías de la comunicación. Unfreedom Monitor [1] es una iniciativa de investigación de Global Voices Advox que examina el creciente fenómeno del autoritarismo en la red o digital. Este es un extracto del informe sobre Kazajistán, de la serie de informes fruto de la investigación en el marco del Unfreedom Monitor. Lee el informe completo aquí [2].

El régimen gobernante de Kazajistán vigila y controla las actividades de disidentes y críticos [3]. El presidente Tokayev continúa la política represiva de su predecesor en el control de la información y el ciberespacio con soluciones tecnológicas: vigilancia selectiva, cortes de internet y una conducta falsa coordinada en las redes sociales. La prensa está saturada de propaganda a favor del régimen, aunque se tolera la información crítica, siempre que no se crucen ciertas líneas. A periodistas y medios que se expresan con franqueza se les persigue con causas penales falsas y, en ocasiones, con violencia e intimidación. Kazajistán figura entre los peores países del mundo en cuanto a libertad de prensa: ocupa el puesto 158 de 180 [4]. Este informe analiza los motivos, métodos y respuestas dominantes al autoritarismo digital en Kazajistán, sobre la base de materiales de activismo, normativa legal y cobertura mediática existentes sobre la gestión de internet en el país. Analiza brevemente el sistema político de Kazajistán y la trayectoria del autoritarismo digital antes de repasar los incidentes de autoritarismo en la red en 2022, traza la evolución y transformación de la titulización del espacio digital en Asia Central. La táctica general del Estado es censurar la información que no concuerda con los valores y aspiraciones del régimen.

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Este informe se centra en las principales tendencias de las tecnologías autoritarias digitales utilizadas en Kazajistán de 2017 a 2022. Contextualiza los mecanismos represivos en línea dentro del cambiante panorama político. Las protestas de enero de 2022 pusieron a prueba los fundamentos de las libertades sociales y políticas: la aparente estabilidad política fracasó. El gobierno de Tokayev vigiló de cerca los intentos de deslegitimar su gestión y el derecho a gobernar. El régimen envía señales contradictorias sobre la futura transición: promete reformas liberales e impone más restricciones a las libertades políticas. Después de ese enero Kazajistán fracasa en cuanto a la represión y el aumento de la titularización, también en el ciberespacio.

Dos casos prácticos —la detención del líder de la oposición Zhanbolat Mamay por desinformación y la conducta falsa coordinada en las redes sociales durante la campaña presidencial— ilustran la cultura del autoritarismo digital en Kazajistán. Zhanbolat Mamay fue acusado de difundir desinformación e insultar a una autoridad estatal. Organizaciones de derechos humanos y periodistas independientes creen que su detención y juicio tienen motivaciones políticas. El tribunal decidió encarcelarlo dos meses como sospechoso en virtud de dos artículos del Código Penal: por difusión de información deliberadamente falsa y por insultos a funcionarios del Gobierno. Más tarde, se incluyeron cargos adicionales por «organizar disturbios masivos» y «difundir información falsa». Organizaciones internacionales de derechos humanos protestaron por su persecución y exigieron su liberación. Mamay fue nombrado principal organizador de disturbios masivos ilegales en enero de 2022. Se le eligió como víctima simbólica del régimen para demostrar que cualquier disidencia en línea o fuera de línea sería castigada.

Tokayev afirmó [5] que las elecciones presidenciales anticipadas eran necesarias porque garantizaban el «reinicio radical de todo el sistema político» tras las protestas de enero. La justificación del Gobierno para celebrar elecciones no programadas es la urgente necesidad de que se produzcan cambios políticos sin sobresaltos. La política de información, de la que se encargan el Ministerio de Información y la administración presidencial de Kazajstán, utiliza herramientas digitales para desinformar y promover datos favorables al régimen, especialmente durante las campañas electorales. Los bots y troles de internet difunden la opinión oficial de Astaná y garantizan relaciones públicas estatales positivas en diversas plataformas de redes sociales y medios afines al régimen.

El régimen político de Kazajistán está promoviendo dos narrativas dominantes en las redes sociales y las plataformas mediáticas: «Tokayev es el mejor líder para Kazajistán en este momento» y «La seguridad nacional triunfa sobre los derechos humanos». La primera narrativa permite a los actuales dirigentes reclamar la legitimidad política del presidente a pesar de las protestas y el descontento social. La segunda narrativa justifica la creciente titularización del espacio digital y la censura de los medios locales. Esto indica el miedo y la inseguridad de las élites gobernantes respecto a la libertad de expresión y la competencia política, lo que lleva a una mayor necesidad de reformas democráticas y de un cambio de régimen.

Lee el informe completo aquí [2].

Unfreedom Monitor

Los regímenes autoritarios tienen desde hace tiempo una relación complicada con los medios y las tecnologías de la comunicación. Unfreedom Monitores una iniciativa de investigación de Global Voices Advox [6]que examina el creciente fenómeno del autoritarismo en la red o digital.

Descarga en PDF el informe de Kazajistán [2].