Un recorrido en bicicleta diferente

Fotos (en el sentido de las agujas del reloj, desde arriba a la izquierda): Campo petrolero del río Kern de Steve Boland (CC BY-NC-ND 2.0); César Chávez frente a un mapa que detalla la ruta de la marcha de 1966. Crédito: Fotografías de Jon Lewis sobre el movimiento Unión de Trabajadores Agrícolas. Colección Yale de Americana Occidental, Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos; simpatizantes reunidos en el Teatro Azteca de Fresno, California, saludan la marcha de campesinos, de Gerhard Gscheidle, de la portada de la edición de abril de 1966 de The Movement, la revista del Comité Coordinador Estudiantil No Violento; mapa del Valle Central de California del Servicio Nacional de Parques..

Este artículo es parte de una serie de J. Nathan Matias para un recorrido en bicicleta de más de 500 millas en junio de 2023 para recaudar fondos para Rising Voices, programa de lenguas indígenas/en peligro de extinción de Global Voices, y la Red de Justicia Ambiental de California Central. Dona a la iniciativa aquí

En 2023, el Senado de Estados Unidos votará sobre el parque nacional César Chávez y el Campesino, que podría establecer un parque histórico en California a lo largo de la ruta de la Marcha de Campesinos de 1966. Durante seis días de junio, Ivan Sigal y yo seguiremos su viaje en bicicleta, recorreremos más de 800 km desde Bakersfield hasta Sacramento y luego hasta el océano Pacífico. Por el camino, informaremos sobre el legado de la marcha, interactuaremos con líderes que trabajan por el cambio y veremos el paisaje que da forma al futuro compartido de nuestro planeta.

Los viajes en bicicleta tienden a dar prioridad a las vistas hermosas, la buena comida y las carreteras tranquilas, cosas que también nos encantan. Pero como nuestro viaje es también un ejercicio periodístico, necesitábamos aprender más sobre la marcha de 1966 y desarrollar una filosofía diferente de hacer rutas.

¿Por qué marcharon 450 kilómetros los granjeros desde Delano a Sacramento?

En la década de 1960, generaciones de inmigrantes de China, Japón, Filipinas, el este de Estados Unidos y México trabajaban en California como jornaleros agrícolas cultivando frutas, verduras y frutos secos a lo largo de las 450 millas del valle Central. En el siglo anterior, agricultores, ingenieros y funcionarios del Gobierno habían desecado el lago Tulare, construido un sistema de presas y embalses y gestionado el flujo de mano de obra para millones de inmigrantes a la misma escala industrial que el flujo de agua. Sin embargo, las leyes que conceden a los trabajadores estadounidenses el derecho a negociar sus condiciones de trabajo y a participar en negociaciones colectivas excluían a los trabajadores agrícolas, excepción que sigue vigente actualmente.

En la segunda mitad de 1965, los trabajadores filipinos de la ciudad de Coachella negociaron con éxito aumentos salariales con los productores de uva, las comunidades filipina y mexicana de Delano, a 430 kilómetros de distancia, iniciaron una huelga no violenta para exigir aumentos salariales y el reconocimiento sindical de las explotaciones de uva de la zona. Las comunidades organizaron un fondo para ayudar a las familias que perdían ingresos, los «Sacerdotes de la Huelga» celebraron misas por las huelgas y El Teatro Campesino creó canciones y obras de teatro sobre el movimiento. En diciembre de 1965, los sindicatos nacionales también habían llamado a un boicot general de la uva de mesa de los productores.

En febrero de 1966, la campaña parecía en peligro. Los cultivadores eludían a los sindicatos y contrataban a trabajadores diferentes para la nueva temporada, y el Gobierno estatal no respondía los llamados de los trabajadores. Un grupo de organizadores se reunió durante tres días para decidir las medidas a tomar. Inspirados por otras marchas que habían conseguido atraer la atención pública, decidieron realizar una marcha de 450 kilómetros desde Delano hasta la oficina del gobernador Pat Brown en Sacramento durante la Cuaresma, en forma de peregrinación religiosa. En cada ciudad, el grupo de activistas-peregrinos leyó sus reivindicaciones e instó a las comunidades a rechazar el trabajo de los viticultores. El último día, el Domingo de Pascua, terminó con una misa y un llamado al gobernador Brown, que ese año se presentaba a la reelección.

¿Qué ruta siguieron los campesinos en 1966 con carteles con el águila azteca, símbolos de la virgen de Guadalupe y una cruz? Una foto de archivo muestra a César Chávez señalando la ruta trazada con un rotulador grueso en una gran hoja de papel. El sitio web del Servicio de Parques Nacionales, «Una lucha por el pan y la dignidad«, describe la ruta con más detalle.

César Chávez frente a un mapa que detalla la ruta de la marcha de 1966. Crédito: Jon Lewis Fotografías del Movimiento Unido de Trabajadores Agrícolas. Colección Yale de Americana del Oeste, Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos..

Seguir la ruta de la marcha en bicicleta resulta complicado. Cuando mencioné la idea por primera vez, muchos lugareños respondieron con preocupación: «No irás por la ruta 99, ¿verdad?». Los Gobiernos locales están desarrollando el Paso del Valle Central, que podría ofrecer la posibilidad de recorrer en bicicleta sin autos los principales lugares del parque histórico propuesto. Mientras tanto, la ruta más directa es una autopista de seis carriles sin apenas pavimento. Hasta los propios manifestantes tuvieron que abandonar la ruta 99 a medida que aumentaba su número.

Mapa de un peregrinaje a través de sueños inconclusos

Como técnico informático, me resultaría fácil imaginar nuestra ruta como el tipo de problema de optimización de rutas que los profesores planteamos a nuestros alumnos. Pero al mirar la pila de mapas del Servicio de Parques Nacionales, me di cuenta de que tenía una pregunta aún más profunda: ¿qué significa recorrer un acto legendario cuya historia aún está incompleta?

Para responder a esta pregunta, me puse en contacto con Marshall Ganz, que ayudó a organizar la Marcha de Campesinos de 1966. Hablamos del latigazo que supone el reconocimiento generalizado del movimiento en monumentos y libros de historia, mientras que los trabajadores agrícolas siguen enfrentando condiciones muy difíciles y a veces tienen incluso menos derechos que en 1966.

Marshall me recordó que la marcha de 1966 se imaginó como una peregrinación. En la tradición cristiana, ninguna peregrinación está realmente completa: el viaje presenta una oportunidad recurrente para honrar el espíritu del pasado en el presente caminando hacia un nuevo futuro en compañía de otros.

Contar historias sobre los líderes actuales es importante porque la democracia estadounidense tiende a dar prioridad al progreso simbólico sobre la sustancia. Como argumentaba la difunta filósofa Hanna Pitkin, el reconocimiento y la representación no siempre se traducen en cambios reales en la vida de las personas. Esa es una de las razones por las que nos reunimos con los líderes actuales y recaudamos fondos para organizaciones que trabajan por el cambio en nuestro tiempo. Espero que nuestro recorrido honre una historia importante y apoye el trabajo que la gente está haciendo ahora para mejorar la vida en todo el valle Central..

Referencias

 

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