Acusan a disidentes políticos de difundir información falsa en Kazajistán

Imágen de Esetok vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0).

Enero de 2022 comenzó con una violencia sin precedentes y disturbios a nivel nacional llamados qandy qantar (enero sangriento, en kazajo), que surgieron debido al aumento del precio de la gasolina en el oeste de Kazajistán y sacudió a todo el país. Los agravios económicos se transformaron en demandas por la liberalización política. La gente estaba cansada de tres décadas de control autoritario del líder Nursultan Nazarbayev y su designado leal Kassym-Jomart Tokayev, que impidieron el cambio y la redistribución del poder político y económico.

La respuesta del Gobierno a las protestas fue brutal, con al menos 238 muertes, debido la autorización del presidente Tokayev de abrir fuego contra los manifestantes. La excusa para tomar estas medidas extremas contra los civiles, y cuestión favorita de las fuerzas autoritarias, fue la presunta difusión de información falsa. El músico Vikram Ruzakhunov, Dias Nurmagambetov, que vive en Kostanay, y el líder opositor Zhanbolat Mamay se vieron directamente afectadas. Estos tres incidentes demuestran el deseo político de circunscribir la libertad de expresión y de mantener el poder discursivo a través de las tecnologías digitales en Kazajistán. El autoritarismo digital se aplica de manera selectiva a los supuestos enemigos del régimen, que se oponen y no están de acuerdo con la narrativa oficial del Estado.

Ante el aumento de los disturbios, el presidente Tokayev declaró el estado de emergencia, lo que permitió a la Policía «tirar a matar» a los manifestantes, accionar justificado como necesario para estabilizar y asegurar la situación de manera inmediata, con el argumento de que la disidencia fue organizada e instigada por agentes extranjeros y terroristas. Al músico kirguiso, Vikram Ruzakhunov, que estaba en Almaty por negocios, las fuerzas de seguridad kazajas lo golpearon y arrestaron, y lo obligaron a dar una declaración falsificada de su supuesta relación con un grupo de terroristas de Asia Central (que no existe). El video en donde Vikram declara ser miembro de la organización extremista fue fabricado y difundido en canales de televisión nacionales y en YouTube. El músico torturado fue reconocido por sus colegas y familiares en Kirguistán, y la falsificación de su identidad terrorista fue rápidamente difundida en medios independientes y redes sociales.  Esto destruyó los dichos del régimen sobre la amenaza externa de las protestas de enero.

En 2014, el Gobierno de Kazajistán aprobó una enmienda legal sobre la difusión deliberada de información falsa (artículo 274 del Código Penal). La ley tenía como objetivo tomar medidas contra la información equivocada y la desinformación, pero el Gobierno abusa a menudo de la ley para atacar todo contenido que considere indeseable. Esto incluye abordar material relacionado con la familia del presidente o cualquiera otra elite influyente en el país, lo que socava los esfuerzos por construir la democracia.  La ley impone restricciones a la libertad de expresión.

Dias Nurmagambetov, que vive en Kostanay, recibió un año de prisión por difundir información supuestamente falsa, cuando difundió publicaciones de  Telegram en las que se decía que la Policía se había puesto de parte de los manifestantes pacíficos durante las protestas de enero sangriento. El régimen político trató de silenciar y castigar a quienes no estaban de acuerdo o desaprobaban la narrativa impulsada por el Estado de que el presidente Tokayev había controlado la situación al buscar ayuda en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, alianza militar liderada por Rusia. La narrativa del Estado es minuciosa con cualquier mención de conflicto interno o deslealtad de policías o militares al régimen en ejercicio. Lo que quieren es demostrar la versión pulida de la unidad política y la seguridad nacional, dos puntos fuertes de una gobernabilidad efectiva, según las autoridades kazajas. Durante el día de luto tras las protestas de enero, el presidente destacó la valentía de los agentes del orden que perdieron la vida mientras defendían los intereses nacionales, y retrató a la Policía y a los militares como una fuerza de consolidación y no de castigo, que murieron a «manos de terroristas». El homenaje a los soldados, obviamente, esconde cualquier hecho de tortura y de violación a los derechos humanos, lo que evita toda investigación internacional.

Zhanbolat Mamay, líder opositor del no registrado Partido Demócrata de Kazajistán, fue acusado de difundir información falsa durante las protestas de enero, y de insultar a un funcionario estatal (un policía en este caso). Fue nombrado como el organizador de disturbios masivos ilegales. Miembros de la oposición y activistas de derechos humanos en Kazajistán creen que el arresto y encarcelamiento de Mamay, en febrero de 2022, tuvo una motivación política como castigo público por las protestas. Desde principios de la década de 2000, la oposición ha sido reprimida sistemáticamente en Kazajistán, en algunos casos hasta ha sido eliminada físicamente. Esta tendencia represiva había a llevado a fragmentar y debilitar a la oposición.  Zhanbolat Mamay sigue siendo uno de los pocos jóvenes disidentes que ganó confianza y apoyo social. En una carta publicada en su cuenta de Facebook, da una explicación histórica sobre la banalidad y normalización de la violencia en el país. En la carta, condena al Gobierno por usar tecnología política en vez de reformas, lo que retrasa la nueva ola del proceso revolucionario que comenzó con la tragedia de enero sangriento.

Estos tres incidentes muestran cómo el Gobierno kazajo no duda en abusar de sus propias leyes para sus propios fines de reprimir la disidencia y mantener el control de la narrativa, supuestamente promulgadas para salvaguardar a los ciudadanos.

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