
Hadda Ouakki y Bennacer Oukhouya, captura de pantalla de un video de ZAYMOUZEN TV. Uso legítimo.
Este artículo de Osama Baji se publicó en la plataforma árabe de medios Raseef22 el 21 de marzo de 2023. Publicamos una versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenidos.
En la región marroquí del Medio Atlas, las encantadoras canciones bereberes siguen cautivando al público con sus diversos géneros. Entre las canciones intemporales que se emiten con frecuencia en la radio bereber, destaca la voz de Hadda Ouakki, conocida desde las montañas del Atlas y el valle de Oum Er-Rbia hasta las ciudades y pueblos marroquíes. Sus canciones se han convertido en parte integrante de la memoria colectiva de múltiples generaciones bereberes y se emiten en radio nacional.
La estrella de la artista Hadda Ouakki iluminó Ait Ishaq, pueblo bereber marroquí de la provincia de Jenifra, enclavado en el Medio Atlas. A partir de ahí, surgió como una presencia brillante en la escena musical marroquí, convirtiéndose finalmente en una figura icónica de la música bereber. Sus canciones hacían llorar a los habitantes del Atlas y divertían a cientos de kilómetros de distancia, a orillas del océano Atlántico.
Hadda nació en 1953 en el seno de una familia bereber conservadora, con cinco hermanas y dos hermanos. Al crecer en las montañas desgarradas, nunca pudo imaginar que su fama se extendería más allá de Ait Ishak y la ciudad de Jenifra, y llegó a lugares lejanos. Ouakki cantaba en todos los escenarios imaginables: en casa, mientras cuidaba ovejas en el Atlas y entre sus amigos. Descubrió su talento a los diez años y acabó compartiendo su arte con todos los marroquíes.
Se divorció de la vida y se casó con el arte de joven
El padre de Ouakki le había concertado un matrimonio precoz a los 14 años. Sin embargo, poco después consiguió liberarse de ese matrimonio y obtener el divorcio. Entonces emprendió un viaje a la ciudad de Zaouiat Cheikh, a unos 60 kilómetros de Khenifra.
Su carrera despegó en Zaouiat Cheikh junto a Bennacer Oukhouya, uno de los iconos de la música bereber que dejó un rico legado de canciones populares bereberes y árabes con Hadda Ouakki. Estas canciones aún se escuchan en la radio amazigh.
Con el tiempo, ambos decidieron aventurarse hacia Casablanca. Según varios relatos, fue Bennacer quien descubrió la extraordinaria voz de Hadda, y la lanzó al estrellato en Casablanca. Allí actuó junto a los miembros de su banda, cautivó al público con canciones en bereber coloquial marroquí, así como con las desafiantes y conmovedoras melodías de las canciones del Atlas.
La popularidad de Hadda no se limitó al gran público; su fama pronto llegó a los círculos de élite. Conoció al difunto rey marroquí Hassan ll en el palacio de Skhirat, donde hipnotizó a ministros, políticos y otras personalidades con su encantadora voz. La apodaron la «Umm Kulthum del Atlas», y su fama llegó muy lejos. Fue celebrada por los medios y sus canciones alegraron bodas bereberes en toda la región del Atlas. Su repertorio sigue deleitando a los amantes del arte bereber.
Desafío a los estereotipos y símbolo de lucha
Según el profesor Mostafa Allwizi, experto en patrimonio bereber de la Universidad de Fez, en declaraciones a Raseef22:
Every time, I listen to Hadda’s songs, particularly ‘Imtawne‘ (Tears), I am convinced that this Amazigh star deserves all the love, appreciation, and even more recognition.
Cada vez que escucho las canciones de Hadda, en particular «Imtawne» (Lágrimas), me convenzo de que esta estrella bereber merece todo el amor, el aprecio e incluso más reconocimiento.
También destacó que Hadda Ouakki sirve como recuerdo de una generación de artistas que enfrentaron arduas luchas para perseguir su pasión. Para ellos, el arte parecía inalcanzable mientras luchaban contra numerosos obstáculos por estereotipos preconcebidos. Las canciones de Ouakki tienen una calidad poética única, que combina a la perfección palabras elocuentes y sencillas con el encanto melódico de la música bereber. Su voz natural, rara y cautivadora, no necesitaba acompañamiento instrumental ni modificaciones digitales, y resonaba con pura autenticidad.
Una voz que resonaba por las montañas
Alhussein Mubarak, investigador de la cultura bereber, declaró a Raseef22 que Hadda fue la catalizadora inicial del liderazgo femenino, lo que llevó a que la banda llevara su nombre.
La investigadora mencionó además que Hadda Ouakki era famosa por su rebelión contra las sociedades patriarcales y el puritanismo doctrinal. Esto era especialmente significativo si se tiene en cuenta su origen en una región que se caracterizaba predominantemente por su afiliación religiosa a la institución religiosa marroquí Zawiya Dila'iya. Sus seguidores son conocidos como Ait Idilla, que se traduce como «la gente de los cubos». Se originó en el siglo XVI como movimiento religioso erudito, y evolucionó hacia un movimiento político.
Mubaraki aclaró que la singularidad de Hadda se hizo evidente a través de su inquebrantable compromiso con el arte, incluso a costa de su vida personal. Nunca se arrepintió de su pasión por el arte ni vaciló en su incansable dedicación. Esto dejó una huella increíble en su talento vocal, ya que tenía una notable habilidad para aprovechar y modular su voz en una época en la que los efectos de sonido aún eran desconocidos.
Mubaraki señaló que Hada Ouakki nunca dejó de apreciar la belleza de su propio cuerpo, adornado con tatuajes que transformaba en una obra de arte. En aquella época, el tatuaje era popular entre las mujeres de su generación en Marruecos, y servía como identificación tribal y expresión personal.
Desde la perspectiva de antropólogos y artistas, el tatuaje se considera una forma de arte corporal y autoexpresión. Sin embargo, fue objeto de críticas, sobre todo por parte de quienes luchaban contra la libertad de las mujeres, incluido su derecho a llevar tatuajes en el cuerpo.
Preservar la esencia de identidad
Alhssan Haggig, profesor de la Universidad de Fez (Marruecos) y activista bereber, declaró a Raseef22 que Hadda Ouakki eligió conscientemente «vivir sus últimos días en armonía interior tras cautivar innumerables corazones con su voz. Los marroquíes siguen recordando y escuchando sus canciones, tanto en jerga marroquí como en bereber».
Haggig subrayó que el canto se convirtió en su único medio para escapar de la amarga realidad de haber sido forzada a un matrimonio precoz con un anciano. Oprimida por la crueldad del destino y de su marido, enfrentó una crisis existencial que la impulsó a buscar consuelo en horizontes más amplios, lo que le permitió asegurarse un medio de vida y seguir adelante.
Afirmó que Hadda y Bennacer compartían una conexión artística, y también un profundo vínculo humano, lo que creó un dúo verdaderamente excepcional. La voz dulce y potente de Hadda se combinaba con las armónicas melodías de violín de Bennacer para crear una música perfecta que cosechó fama en todas las regiones de Marruecos.