Esta historia de Ridona Berisha se publicó originalmente en Sbunker como parte de la iniciativa regional de Western Balkans Anti-Disinformation Hub. Global Voices reproduce una versión editada con su autorización.
Mientras informaban sobre el aniversario del fin de la intervención de la OTAN durante la guerra de Kosovo, como en años anteriores, los políticos y algunos medios serbios distorsionaron la información para acusar a la OTAN de «agresión» contra la antigua República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) en 1999.
A medida que el conflicto se intensificaba y surgía información sobre los abusos contra los derechos humanos, la OTAN se preocupaba cada vez más por la situación en Kosovo. Los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis habían fracasado, y la OTAN decidió intervenir militarmente para proteger a la población civil y detener la crisis humanitaria.
La campaña de bombardeos sigue siendo objeto de controversia. Los críticos argumentan que la intervención de la OTAN violó el derecho internacional y la soberanía, mientras que quienes apoyan a la OTAN sostienen que fue necesario para evitar mayor sufrimiento humanitario e inestabilidad en los Balcanes.
Entonces, después de la negativa de Slobodan Milošević de detener la represión y la campaña de limpieza étnica en Kosovo, y tras acabar con todos los medios diplomáticos para resolver pacíficamente el problema de Kosovo, el 24 de marzo de 1999, la OTAN lanzó una campaña de bombardeos aéreos contra objetivos militares yugoslavos. El derecho internacional los definió como una intervención humanitaria, y continuó hasta el 10 de junio.
A los 24 años del bombardeo, los medios serbios publicaron varios informes e interpretaciones que alimentaron la narrativa de que se trató de una «agresión» contra un Estado independiente. De esta manera, se manipuló el número de víctimas civiles. Por ejemplo, Kosovo Online, portal dirigido por miembros de la comunidad serbia en Kosovo, informó que el Ministerio de Defensa de Serbia anunció que «se habían matado a 2500 civiles, entre ellos 89 niños y 1031 miembros del Ejército y la Policía».
Estas cifras de víctimas civiles son mucho mayores que las confirmadas por organizaciones internacionales y nacionales de derechos humanos. En muchos casos, funcionarios y líderes de opinión serbios inflaron los números o mezclaron los totales de víctimas civiles y militares, y agregaron como víctimas de los bombardeos de la OTAN a albaneses locales a quienes mataron las fuerzas militares o paramilitares serbias.
Además, a exfuncionarios serbios que ocuparon altos cargos políticos o militares durante el régimen autocrático de Milošević se les ha dado una plataforma en los medios serbios para expresarse negativamente contra la OTAN.
Vladislav Jovanović, diplomático y exministro de Relaciones Exteriores de la República Federal Socialista de Yugoslavia, dijo que las consecuencias de la intervención de 1999 son permanentes y que la «agresión continúa, pero con otros medios».
Mientras tanto, el excomandante de Cuerpo de Pristina del Ejército yugoslavo, el coronel general Vladimir Lazarević, en su declaración sobre la intervención de la OTAN, comparó el potencial actual del Ejército serbio con el momento de la intervención de la OTAN. «El Ejército serbio en 2023 está mucho mejor equipado que en aquel entonces, especialmente en lo que respecta a sistemas antiaéreos y aviación».
Es importante recordar que Lazarević fue condenado por crímenes de guerra en Kosovo, por ayudar y alentar la deportación y el traslado violentó de la población de etnia albanesa de Kosovo. Por esto, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia lo sentenció a 14 años de prisión. Citar tales declaraciones recientes muestra que los criminales de guerra condenados siguen apareciendo regularmente en los medio serbios y se les presenta como fuentes autorizadas.
Otros funcionarios serbios han dado información falsa, con fotos de otros países para acusar a la OTAN. Vulk Jermić, exdiplomático que actualmente lidera el opositor Partido Popular, publicó una foto en Twitter que afirma se tomó durante la campaña de bombardeo de la OTAN, cuando, según la investigación en internet, parece que la foto fue tomada en Bagdad, Irak, en 2003. Jovanović ha instado a que no se perdone a la OTAN por los bombardeos, y también relacionó los acontecimientos de esa época con el diálogo actual entre Kosovo y Serbia.
Quienes quieren relativizar la agresión de la OTAN en 1999 dicen que supuestamente fue dirigida contra el régimen de Slobodan Milosevic, y no contra Serbia y su pueblo.
Ese reclamo se vino abajo en 2008, cuando apoyaron la declaración unilateral de independencia en Pristina.
«La última forma en la que se nos pide nuestro consentimiento es el llamado ‘plan franco-alemán’. Aceptarlo significaría la legitimación de la agresión de 1999, así como nuestra renuncia voluntaria y permanente a Kosovo», escribió Jeremić en el hilo de Twitter adjunto.
Información de organizaciones internacionales niegan afirmaciones de los serbios
Organizaciones internacionales confiables han recopilado datos relacionados con las consecuencias de los bombardeos que contradicen las afirmaciones de Serbia.
Según Human Rights Watch, el número confirmado de muertes es significativamente menor que el presentado al público serbio. Su informe señala:
«Casualty reports vary, but converge in estimating a death toll of at least 1,200 to 5,000 civilians […] After all, this is more than double the civilian death toll of around 500 that Human Rights Watch was able to verify.»
Los informes de víctimas varían, pero coinciden en estimar un número de muertos de al menos 1200 a 5000 civiles … Después de todo, esto es más del número de muertes civiles, alrededor de 500 que el grupo Human Rights Watch pudo verificar.
Y Natasa Kandić del Centro de Derecho Humanitario, organización serbia documentó minuciosamente todas las víctimas del conflicto, reiteró que, según los datos recopilados, «756 personas han muertos en los bombardeos».
Popis žrtava NATO-a, imenom i prezimenom je završen, nema posla za drzavu. Od 24.3.1999. licno sam rukovodila prikupljnjem podataka. Ukupno je 756 poginulih. Samo nema podataka o pogibiji Dmitre Dukić (1908) iz Valjeva-spomenik su joj podigle komsije,o njima opština nema podatke.
— Natasa Kandic (@natasakandic) March 24, 2023
La lista de víctimas de la OTAN, por nombre y apellido, ha sido completada, el Estado no tiene nada más que hacer. Desde el 24 de marzo de 1999, personalmente gestioné la recopilación de datos. En total, 756 personas murieron por los bombardeos. No pudimos encontrar datos sobre la muerte de Dmitra Dukić (1908) de Valjevo. Sus vecinos le erigieron un monumento, pero el municipio no tenia datos sobre ella.
Se agotan los medios diplomáticos
A pesar de las afirmaciones de los funcionarios y líderes de opinión serbios, los diplomáticos occidentales que conocen los acontecimientos en los Balcanes desde la década de 1990 han explicado las razones que llevaron a los bombardeos de la antigua Yugoslavia. El embajador de Estados Unidos en Belgrado, Christopher R. Hill, por ejemplo, afirmó que durante su carrera ha aprendido que a veces la diplomacia falla, y «cuando eso ocurre, los resultados pueden ser trágicos». Continuó expresando sus condolencias a las familias de quienes murieron como resultado de la campaña aérea de la OTAN.
I offer my personal condolences to the families of those who lost their lives during the wars of the 1990s. I know that the Serbian people will never forget that terrible time, nor should they.
Ofrezco mis más sinceras condolencias a las familias de quienes perdieron la vida durante las guerras de la década de 1990. Sé que el pueblo serbio nunca olvidará este terrible momento, ni debería olvidarlo.
En reacción al mensaje de Hill, el profesor estadounidense Edward Joseph dijo que este tipo de consuelos influye en el aumento de la victimización de los serbios y los rusos. Según Joseph, desde el punto más álgido de 2010, cuando el Parlamento serbio reconoció tácitamente el genocidio cometido en Srebrenica, «Serbia ha retrocedido en el trato del pasado… pues su democracia ha retrocedido».
Mientras tanto, Donjeta Miftari, asesora de la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, ha criticado a Hill por decidir «reescribir la historia en su intento de incluir a Serbia en el grupo». Según dice, la intervención de la OTAN no se produjo como resultado de un «fracaso de la diplomacia», y Serbia no debería olvidarlo, «precisamente porque ocurrió como respuesta a las acciones de un régimen brutal y genocida».
Conferencia de Rambouillet, punto de inflexión
El bombardeo de Serbia fue precedido por un largo proceso diplomático en un intento de detener la agresión de Serbia mediante métodos pacíficos, que culminó en las negociaciones de París.
Del 6 al 23 de febrero de 1999, se llevó a cabo la Conferencia de Rambouillet en Francia, y tras la negativa de Milošević a firmar el acuerdo de paz propuesto, comenzó la campaña de bombardeos, que duro 78 días. Después del inicio de los bombardeos de la OTAN, las fuerzas serbias llevaron a cabo las mayores masacres en Kosovo, como Izbica, Rezalle, etc. Finalmente, Serbia se vio obligada a retirarse de Kosovo el 9 de junio de 1999 después del acuerdo de Kumanovo, en el que Serbia aceptó la capitulación y permitió que la fuerza de paz internacional liderada por la OTAN, Kosovo Force o KFOR, ingresara a Kosovo dos días después.
A pesar de las narrativas de victimización exhibidas en Serbia, el Gobierno reconoce el papel y la importancia de la OTAN en la seguridad regional, especialmente en la protección de la comunidad serbia en Kosovo, considerando que KFOR es el principal garante de su seguridad.
Además, Serbia coopera con Occidente en el ámbito militar. De este modo, el vecino norteño de Kosovo se unió al Programa de Asociación para la Paz (PfP por su nombre en ingles) en diciembre de 2006. Como participante del Programa de Asociación para la Paz, Serbia se compromete a la cooperación y actividades conjuntas con la OTAN, que se llevan a cabo dentro del «Grupo de Reforma de Defensa» de la OTAN, y a través del Proceso de Planificación y Revisión (PARP, por su nombre en ingles), que tiene como objetivo promover reformas en la estructura de defensa y apoya el logro de operaciones internacionales de mayor envergadura, según se cita en un documento del Parlamento Europeo.
Sin embargo, 24 años después de las acusaciones relacionadas con la campaña de bombardeos, KFOR, incluso en la percepción de los ciudadanos de Kosovo, sigue siendo la fuerza militar más confiable, lo que no cuestionan ni albaneses locales ni serbios locales.