Al igual que la mayoría de países africanos, Camerún tiene una historia de cambiar entre relaciones diplomáticas con la República de China (Taiwán) y con la República Popular de China (Pekín). En la actualidad, las relaciones entre Taipéi y Yaundé continúan siendo extremadamente limitadas y apenas estudiadas. En cuanto a las relaciones entre Pekín y Yaundé, que se están extendiendo a diversos sectores, también añaden su propia forma de explotación a los cameruneses.
De forma general, la presencia de Taiwán en África se limita a relaciones diplomáticas completas con Suazilandia, así como algunas oficinas representativas en Somalilandia, país que, como Taiwán, está reconocido por pocos países y no es miembro de Naciones Unidas. El comercio entre Taiwán y África continúa siendo limitado, ya que ningún país africano está entre los 25 socios comerciales de Taiwán.
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Con el fin de comprender la percepción de Taiwán y de China en África, Global Voices conversó con el académico camerunés doctor Richard Atimniraye Nyelade, que está haciendo un segundo doctorado en antropología en la Universidad de Ottawa en Canadá. Actualmente está en Taiwán como socio del Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán y del Consejo de Investigación de Humanidades y Ciencias Sociales de Canadá. Su investigación se encuadra en las intersecciones políticas, relaciones internacionales y estudios étnicos. Esta entrevista ha sido editada por razones de claridad.
Filip Noubel (FN): ¿Cuál es la historia de las relaciones entre Camerún y Taiwán?
Richard Atimniraye Nyelade (RAN): Cameroon's history is characterized by its struggle for independence from Western imperialism. Led by nationalists such as Um Nyobè, Ernest Oundié, Félix Moumié, and their comrades under the Cameroon Populations Union (CPU) party in the 1950s, France and Great Britain were compelled to concede a relative independence of the country in January 1960. Relative independence because the remnants of the influence Western powers continue to affect Africa, with the dominance of military bases and multinational companies, and interference in domestic affairs.
During the struggle for independence, France resisted granting full autonomy to its colony and supported the establishment of a pro-Western capitalist government. To suppress nationalist resistance, they resorted to violent tactics like the use of napalm. These details are highlighted in the book “Kamerun! une guerre cachée aux origines de la Françafrique (1948-1971)” by Thomas Deltombe, Manuel Domergue, and Jacob Tatsitsa. In contrast, nationalists received support from the Communist People's Republic of China and Russia.
Initially, the pro-Western government in Cameroon refused to establish diplomatic relations with the People's Republic of China and instead recognized Taiwan as the legitimate government of China. This decision was influenced by the political climate of the time. However, in March 1971, Cameroon followed France's lead and shifted its recognition to the People's Republic of China. This significant change in recognition marked a notable break in Cameroon's diplomatic stance with the Republic of China (Taiwan).
In the present day, the traces of Taiwan's influence in Cameroon are limited. The primary visible impact is through the presence of “made in Taiwan” appliances. The diplomatic shift to the People's Republic of China has reshaped the relationship between Cameroon and Taiwan, reducing the direct influence of Taiwan within the country.
Richard Atimniraye Nyelade (RAN): La historia de Camerún se caracteriza por la lucha por su independencia del imperialismo occidental. El partido Unión de los Pueblos del Camerún (CPU, por su nombre en inglés) liderado por nacionalistas como Um Nyobè, Ernest Oundié, Félix Moumié y sus camaradas en la década de 1950, obligó a Francia y Gran Bretaña a conceder relativa independencia al país en enero de 1960. Relativa independencia, porque el poder occidental continuó influyendo en África en cierta medida, con el dominio de bases militares y multinacionales, e intromisión en asuntos nacionales.
Durante la lucha por la independencia, Francia se resistió a brindar una autonomía completa a su colonia y apoyó el establecimiento de un gobierno capitalista pro-occidental. Con el fin de eliminar la resistencia nacionalista, recurrieron a la violencia, como el uso del napalm. Estos hechos se detallan en el libro «¡Kamerun! Una guerra oculta en los orígenes de la «francafrique» (1948-1971)]» de Thomas Deltombe, Manuel Domergue y Jacob Tatsitsa. Por el contrario, los nacionalistas recibieron apoyo de la República Popular de China y de Rusia.
Al inicio, el gobierno pro-occidental de Camerún rechazó establecer relaciones diplomáticas con la República Popular de China, pero reconoció a Taiwán como gobierno legítimo de China, decisión influenciada por el clima político de la época. Sin embargo, en marzo de 1971, Camerún siguió a Francia en el cambio al reconocimiento de la República Popular de China. Este cambio significativo resquebrajó notablemente la posición diplomática de Camerún con la República de China (Taiwán).
Actualmente, las huellas de la influencia de Taiwán en Camerún son limitadas. El impacto principal más visible está en la presencia del «Hecho en Taiwán» en electrodomésticos. El cambio diplomático a la República Popular de China ha dado una nueva forma a las relaciones entre Camerún y Taiwán, y reducido la influencia directa de Taiwán en el país.
FN: ¿Existen centros de estudios africanos en Taiwán o académicos taiwaneses dedicados en África? ¿Cuáles son los principales temas de investigación de los taiwaneses?
RAN: To the best of my knowledge, there are no dedicated African Studies centers in Taiwan, and the number of Taiwanese scholars focusing on Africa is limited. However, notable works like “Peking versus Taipei in Africa” by Wei Liang-Tsai and “The United Nations from a Racial Perspective: China's Representation: U.S., Africa, and Taiwan Agricultural Aid, 1961-1971″ by Professor Liu Xiao Peng shed light on past research interests, although recent focus seems to have shifted.
While some professors teach courses on Africa in Taiwanese universities, this does not necessarily indicate personal experience or extensive research on the continent. Taiwan's engagement with Africa has largely centered around business-oriented associations such as the Taiwan Africa Business Association (TABA), focusing on economic opportunities and trade partnerships.
Unfortunately, Taiwan, like many capitalist-oriented regimes, faces the risk of falling into extractivism — a practice that prioritizes the extraction and export of raw materials with minimal consideration for people, cultures, and the environment. At present, Taiwan's engagement with Africa primarily revolves around business interests. However, it is important to advocate for a more holistic perspective that encompasses cultural understanding, social collaboration, and sustainable development.
RAN: Hasta donde tengo conocimiento, no existen centros de estudios africanos en Taiwán y el número de académicos taiwaneses centrados en África es bastante limitado. Sin embargo, notables trabajos como «Pekín versus Taipéi en África» de Wei Liang-Tsai y «Naciones Unidas desde la perspectiva racial: representación de China: ayuda a la agricultura de Estados Unidos, África y Taiwán 1961-1971″ del profesor Liu Xiao Peng arrojaron luz sobre el interés de investigación anterior, si bien el enfoque reciente parece haber cambiado.
Que algunos profesores impartan cursos sobre África en las universidades taiwanesas no indica necesariamente que el personal tenga experiencia o haya investigado mucho sobre el continente. El compromiso de Taiwán con África se ha centrado en gran parte en asociaciones de negocios, como la Asociación de Negocios Taiwán África (TABA), que se especializa en las oportunidades económicas y colaboraciones comerciales.
Desafortunadamente, Taiwán, como muchos otros regímenes capitalistas, se arriesga a caer en el extractivismo, práctica que prioriza la extracción y exportación de materias primas sin considerar apenas a la población, cultura o ambiente. En la actualidad, el compromiso de Taiwán con África gira principalmente en torno a intereses comerciales. Sin embargo, es importante abogar por una perspectiva más integral que abarque comprensión cultural, colaboración social y desarrollo sostenible.
FN: Cuáles son los signos principales de la presencia de China en Camerún?
RAN: China's influence in Cameroon is evident through the establishment of Confucius Centers, the inclusion of Chinese language in the secondary school curriculum, infrastructure projects, commercial developments, and a notable presence of Chinese nationals.
RAN: La influencia de China en Camerún se puede ver con el establecimiento de institutos Confucio, la inclusión de lengua china en el currículo de las escuelas secundarias, proyectos de infraestructura, desarrollo comerciales y una notable presencia de ciudadanos chinos.
Para leer más sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China en África y otras regiones, lee el informe especial de Global Voices: Iniciativa china de la Franja y la Ruta: ¿trato o robo?
FN: ¿Cómo evalúa las acciones de China y sus consecuencias en Camerún? ¿En qué se encuadra? ¿Es más apropiado hablar sobre desarrollo? ¿Capitalismo colonial? ¿Trampa de deuda? ¿Competencia global?
RAN: During Mao Zedong's era, China-Cameroon/Africa relations appeared to exhibit more respect for grassroots nationalist movements and for people-to-people collaboration. However, since China's market economy opened up under Deng Xiaoping's leadership in 1979, the country has transitioned into a capitalist nation driven by a hunger for power, profit, and expansion. This transformation is disheartening, especially when considering that China itself experienced a century of humiliation by the West from 1849 to 1949. It is troubling to witness China's seeming insensitivity to Africa's ongoing post-traumatic slave and colonialism condition, engaging in unfair contracts that exploit Africa similarly to the West, albeit with less militarism but the similar level of hypocrisy, greed and racism.
Throughout history, the Black African community has been subjected to relentless humiliation by cultures that have shown a heartless disregard for universal human dignity and genuine friendship. The enduring scars of the Arab slave trade spanning thirteen centuries, the extensive four centuries of Western slave trade, colonialism, and neocolonialism, along with the oppressive rise of China's imperialism, have inflicted great suffering upon Africa. Despite these deep and painful wounds, the very same aggressors are now embarking on a new scramble for the continent, with the intention of dismantling it completely.
In closing, I would like to share a thought-provoking quote from Frank Wilderson III, a prominent figure in the development of Afro-pessimism [from his book “Afropessimism”]: “(…) White and non-Black subjectivity cannot be imbued with the capacity for self knowledge and intersubjective community without anti-Black violence; without, that is, the violence of social death. In other words, White people and their junior partners (Asians, Arabs, etc.) need anti-Black violence to know they’re alive.”
RAN: En la época de Mao Tse-Tung, las relaciones China-Camerún/África parecían mostrar mayor respeto por los orígenes de los movimientos nacionalistas y por la colaboración entre personas. Sin embargo, desde la apertura del mercado chino durante el mando de Deng Xiaoping en 1979, el país se ha convertido en una nación capitalista impulsada por un deseo de poder, beneficio y expansión. Esta transformación es desalentadora, especialmente cuando consideramos que la propia China tuvo un siglo de humillación por parte de Occidente entre 1849 a 1949. Es inquietante presenciar la aparente insensibilidad de China ante la actual afección postraumática de esclavitud y colonialismo al formar parte de contratos que explotan África de la misma forma en que lo hace Occidente, si bien, con menos militarismo, pero un nivel similar de hipocresía, avaricia y racismo.
A lo largo de la historia, la comunidad negra africana ha estado sometida a una humillación implacable por parte de culturas que han mostrado un desprecio despiadado por la dignidad humana universal y por la amistad real. Las cicatrices duraderas del comercio de esclavos árabe que se extendió a lo largo de trece siglos, los extensos cuatro siglos de comercio de esclavos occidental, colonialismo y neocolonialismo junto con el ascenso represivo del imperialismo chino, han infligido un gran sufrimiento a África. A pesar de estas heridas profundas y dolorosas, los mismos agresores están comenzando una nueva lucha por el continente con la intención de desmantelarlo por completo.
Para terminar, me gustaría citar a Frank Wilderson III, destacada figura en el desarrollo del afropesimismo [de su libro «Afropesimismo»]: «(…) La subjetividad blanca y no negra no puede estar imbuida de la capacidad de autoconocimiento y comunidad intersubjetiva sin violencia contra los negros; sin la violencia de muerte social. En otras palabras, los blancos y sus socios junior (asiáticos, árabes, etc.) necesitan la violencia contra los negros para saber que están vivos».