El 31 de mayo, Kazajistán revivió uno de los períodos más oscuros de su historia, se conmemoró a las víctimas de la represión estalinista y la hambruna de la década de 1930. En 1997, el Gobierno promulgó al 31 de mayo como el Día de la Conmemoración a las Víctimas de Represión Política, para crear conciencia sobre las millones de víctimas oprimidas por las autoridades soviéticas en Kazajistán. En referencia a la importancia de ese día, el presidente Kassym-Jomart Tokayev declaró que «los crímenes del totalitarismo dejaron una profunda huella en la conciencia» del pueblo kazajo, y que «es importante continuar con el estudio de estas páginas oscuras de la historia, para restaurar la justicia a todas las víctimas inocentes».
En 2020, Tokayev creó la Comisión Estatal para la Rehabilitación Integral de las Víctimas de Represión Política, que consta de once grupos de trabajo, y cada uno estudia archivos para encontrar víctimas de la represión pertenecientes a grupos específicos como los cleros religiosos o intelectuales locales. Esta decisión se produjo 17 años después de que el Gobierno adoptó la Ley de Rehabilitación de Represiones Políticas Masivas en 1993, una de las primeras adoptadas después de que Kazajistán obtuviera su independencia en 1991.
Kazajistán fue uno de los países más golpeados por la represión política, la colectivización y la deskulakización, campaña política soviética que consistía en despojar a los campesinos ricos de sus tierras y otros bienes. Millones de varias partes de la Unión Soviética fueron deportados a la fuerza a Kazajistán, y el país se convirtió en una parte integral del sistema gulag pues tenía varios importantes campos de trabajo penitenciario, como Steplag, Karlag, y ALZHIR. El período más trágico de la historia de Kazajistán fue la década de 1930, cuando la hambruna masiva y la represión política a intelectuales locales y propietarios provocaron millones de muertes, migraciones a gran escala y una transformación radical de las estructuras sociales, políticas y económicas.
Hambruna y muerte en la estepa
A principios del siglo XVIII, el kanato kazajo fue dividido en tres juz (hordas): grandes, medianas y pequeñas. Kazajistán quedó bajo control ruso por primera vez en 1730, cuando la pequeña horda se convirtió en el protectorado de Rusia. En 1742, las hordas mediana y grande restantes también se volvieron protectorados y, en 1848, se abolieron los kanatos de las tres hordas, y se entregó toda autonomía que quedara a manos de los gobernantes locales. En 1920, el Gobierno soviético estableció el óblast Autónomo de Kirghiz en el territorio de Kazajistán, que luego pasó a llamarse República Autónoma Socialista Soviética Kazaja en 1925. Kazajistán se convirtió en una república constituyente de la Unión Soviética en 1936.
Al igual que otras regiones constituyentes de la Unión Soviética, Kazajistán fue victima de las políticas de represión, colectivización y deskulakización durante fines de la década de 1920 y la década de 1930. Las autoridades soviéticas buscaron cambiar radicalmente a Kazajistán reprimiendo a los intelectuales locales, despojando las propiedades de la gente y obligando a la población nómada a ser sedentaria, para que se concentre en la agricultura y la producción industrial.
Entre 1921 y 1954, casi cien mil personas fueron juzgadas por cargos políticos, y alrededor de 25 000 fueron sentenciadas a muerte. El pico de estas represiones fue en 1928, cuando los miembros del partido Alash Orda, que representaban a la élite política y cultural de Kazajistán, fueron liquidados por «nacionalistas burgueses«. Quienes se las arreglaron para evitar la pena de muerte en 1928 fueron juzgados de nuevo en 1937, y enfrentaron la muerte o largas penas de prisión en los campos de trabajo. En el proceso de represión, el Gobierno soviético despojó al país de sus líderes políticos indígenas y de cualquier autonomía regional significativa.
A continuación, un video de YouTube sobre los líderes del partido Alash Orda.
Lo peor llegó entre 1931 y 1933, cuando el país fue golpeado por la hambruna más devastadora de su historia. Para 1930, las políticas de colectivización y deskulakización, iniciadas a fines de la década de 1920, tuvieron como resultado una escasez de alimentos en todo el territorio. Kazajistán se convirtió en la principal región donde el Kremlin extraía carne para el Ejército y las ciudades primordiales, y formaba reservas estratégicas de alimentos.
En un período de cinco años, entre 1928 y 1933, el número de animales descendió un 90% (de 40,5 millones a 4,5 millones). Los ciudadanos kazajos, que en ese momento llevaban vidas nómadas y seminómadas y dependían de los animales como fuente de alimento, se quedaron sin medios de subsistencia. La hambruna se cobró entre un millón y medio y tres millones de vidas, con un 90% de víctimas provenientes de etnias kazajas. El número de quienes abandonaron el país por la hambruna varía entre uno y dos millones de personas.
A continuación, un video de YouTube sobre la hambruna en Kazajistán entre 1931 y 1933.
Una hambruna con una escala similar en Ucrania, conocida con el nombre de Holodomor, ha sido reconocida como genocidio. Aunque la hambruna kazaja no fue reconocida de la misma manera porque no cumple con los criterios, algunos investigadores están de acuerdo en que los resultados no fueron menos devastadores.
Una prisión del tamaño de un país
Kazajistán se distinguió por ser uno de los principales países de destino para los deportados y prisioneros políticos de la Unión Soviética. Las autoridades soviéticas consideraron irracional que los nómades usaran la tierra y los recursos, y trataron de convertir al país en una región agrícola e industrial con la ayuda de prisioneros y deportados con conocimientos en agricultura e ingeniería.
El país albergaba once campos de trabajo penitenciario dentro del sistema de gulags, distribuidos en regiones. Entre 1930 y fines de la década de 1950, más de cinco millones de personas fueron enviadas a estos lugares. La mayoría fueron víctimas de la represión política y las catalogaban como «enemigos del pueblo». El campo más grande fue el de Karlag, en el centro de Kazajistán. Entre 1931 y 1959, cerca de un millón de personas pasaron por esta prisión, con un área de dos millones de hectáreas, el mismo tamaño que Israel.
A continuación, un video de YouTube acerca de la historia de Karlag.
Steplag fue otro campo infame y traía una situación especial como prisión para aquellos condenados por traición, espionaje y otros delitos políticos. Su inauguración fue en 1948, después del final de la Segunda Guerra Mundial. Aleksandr Solzhenitsyn, autor de El archipiélago Gulag, cumplió parte de su sentencia en Steplag. Sus prisioneros construyeron plantas de energía térmica, edificios residenciales, represas del embalse de Kengir, trabajaron en minas de carbón y desarrollaron depósitos de manganeso.
ALZHIR fue un campo gulag único en su tipo, al norte de Kazajistán. Fue inaugurado en 1938 como una prisión para familiares de los llamados «traidores a la patria», es decir, esposas, hermanas y madres de presos políticos. Alrededor de unas 8000 prisioneras pasaron por ese campo, una de las mayores cuatro cárceles de mujeres de la Unión Soviética.
Además de los campos gulag, Kazajistán fue testigo de otro crimen a gran escala llevado a cabo por las autoridades soviéticas: las deportaciones masivas. Entre 1937 y 1944, más de 1,2 millones de personas fueron deportadas a Kazajistán. La mayoría eran grupos étnicos de varios sectores de la Unión Soviética, a quienes se consideraba poco confiables y nacionalistas, y eran vistos como una amenaza.
Las deportaciones étnicas comenzaron a mediados de la década de 1930, con grupos que vivían en regiones fronterizas, como coreanos en el este, finlandeses, alemanes y polacos en el oeste, y kurdos, iraníes y judíos en el sur. La siguiente ola llegó durante y después de la Segunda Guerra Mundial e incluyó deportaciones masivas de chechenos, ingushes, tártaros de Crimea y ucranianos, entre otros. De estos últimos, el número de deportados a Kazajistán fue de al menos de medio millón.
A continuación, un video de YouTube acerca de las deportaciones de chechenos e ingushes a Kazajistán.
La represión política y la hambruna dejaron una profunda marca en el pueblo kazajo. Uno de los resultados actuales de la represión es el hecho que el país alberga 124 nacionalidades. Los trágicos hechos de un período oscuro de décadas de la historia requieren una exhaustiva investigación para rehabilitar a las víctimas. Kazajistán todavía debe lidiar con tragedias pasadas y sigue procesando su trauma nacional.