Mujeres burundesas recuperan su dignidad gracias a fuerte espíritu de inventiva

Amida Uwingabiye, empresaria líder y conductora en la provincia de Muyinga: Foto Arthur Bizimana, usada con autorización.

Este artículo se reproduce en Global Voices en virtud de un acuerdo de asociación con www.ibihe.org. El artículo original se publicó en Ibihe.org.

La historia de Amida Uwingabiye es emblemática de la tercera parte de las mujeres burundesas: su esposo la expulsó de su casa y la golpeó por haber dado a luz a una niña, vivió en la pobreza entre 2003 y 2009. Según el Informe Demográfico y de Salud de Burundi (EDSB III) publicado por el Instituto Nacional de Estadística de Burundi (INSBU) en 2019, cerca del 36% de las burundesas enfrentaron violencia física entre 2016 y 2017. De ellas, 10% de las mujeres denuncian casos de violencia física durante el embarazo, y el 23% denuncian violencia sexual. La investigadora en sociología de familia Didace Ndayikengurukiye explica el origen de la violencia de género:

Les violences basées sur le genre prennent racine dans la culture burundaise. Puisque nous sommes dans le système patriarcat, les normes de la société favorisent la gent masculine et discriminent discrètement la gent féminine. L’un se sent supérieur à l’autre. Ce comportement se répand surtout chez les non instruits habitant en milieu rural.

La violencia de género está arraigada en la cultura burundesa. Como vivimos en un sistema patriarcal, las normas de la sociedad favorecen a los hombres y discriminan discretamente a las mujeres. Uno se siente superior al otro. Este comportamiento es especialmente frecuente entre personas sin educación que viven en zonas rurales.

La investigación (EDSB III) parece confirmar la influencia del nivel de instrucción en la violencia de género:

Les femmes comme les hommes ayant atteint au moins le niveau secondaire et appartenant au quintile de bien-être le plus riche ont moins de risques d’être victimes de violences physiques et conjugales.

Tanto las mujeres como los hombres con al menos estudios secundarios y pertenecientes al segmento de mayores ingresos tienen menos probabilidades de ser víctimas de violencia física y doméstica.

Cómo Amida superó la violencia de género

Amida sufrió golpes psicológicos que llegaron a hacerla perder su confianza antes de 2019, cuando inició su asociación para combatir otro grave problema: la pobreza de las mujeres sin hogar. En Burundi, la tasa de pobreza de las mujeres divorciadas, separadas o viudas llega al 76,8 %, mientras que la tasa de pobreza de las mujeres casadas llega al 56,5 % en el mismo periodo, entre 2016 y 2017. Con un ingreso anual promedio de 202 dólares, Burundi es un país de bajos ingresos y uno de los más pobres del mundo. El 51,4% de la población del país vive por debajo del umbral de pobreza.

Gracias a la ayuda de Janvière Nibaruta, presentadora del enfoque Nawe Nuze (Ven también), iniciativa de Care International, Amida fundó la asociación « «Garukira abakenyezi bahukanye n’inkumi zavyariye iwabo» (Atención a mujeres divorciadas y madres solteras), cooperativa que agrupa a mujeres de la colina Masasu, en la comuna de Gasorwe, provincia de Muyinga el noreste del país. Recuerda con orgullo:

Trois mois après le début des activités de la caisse d’épargne en 2009, j’ai contracté un emprunt de 15 000 Fbu (5.3 dollars américains) à la coopérative pour démarrer le commerce de légumes au marché de Gasorwe. Grâce à ce capital, j’ai réussi. En quatre mois seulement, je suis passé de 15 000 Fbu à 400 000 Fbu (140 dollars américains)

Tres meses después de que la caja de ahorros iniciara sus actividades en 2009, pedí un préstamo de 15 000 francos (5,30 dólares) a la cooperativa para empezar a comerciar con verduras en el mercado de Gasorwe. Gracias a este capital, tuve éxito. En solo cuatro meses, pasé de 15 000 francos a 400 000 francos (140 dólares).

Amida en perpetuo cambio

Pero pronto se sintió decepcionada por sus clientes, que no le pagaban correctamente, por lo que Amida cambió de rumbo y se dedicó a vender ropa y zapatos de mujer. Más tarde, una amiga la introdujo en el mercado de Kampala (Uganda) para comprar artículos para vender. Con solo 800 000 francos (281,69 dólares), obtuvo beneficios y duplicó su capital en una semana. No obstante, destaca el reto que supone hablar inglés en el mercado ugandés:

Pour m’approvisionner à Kampala, capitale de l’Ouganda, je touchais sur l’article à acheter et avec ma calculatrice, je montrais au vendeur le prix que j’aimerais payer. Le pouvoir de négociation avec mes fournisseurs d’habits était très mince, car je communiquais comme une sourde-muette, mais quand même, je m’y suis habituée.

Para abastecerme en Kampala, la capital de Uganda, tocaba el artículo que quería comprar y usaba mi calculadora para mostrar al encargado el precio que me gustaría pagar. Tenía muy poco poder de negociación con mis proveedores de ropa, porque me comunicaba como sordomuda, pero me acostumbré.

Apogeo del fraude

Amida no trabajaba formalmente y fue fiscalizada por Oficina de Recaudación de Burundi (OBR) en 2014, año en que el fraude llegó al apogeo en Muyinga, una de las 18 provincias burundesas. Recuerda:

OBR m’a pris de court à cette époque en saisissant les marchandises d’une valeur de 7 000 0000 FBu (2464 dollars américains) et en les vendant à l’enchère quand je faisais la fraude.

La OBR me tomó desprevenida en su momento, me confiscó bienes por siete millones de francos (2464 dólares estadounidenses) y los subastó por estar cometiendo fraude.

Amida comprende la importancia de agrupaciones como la Asociación de Emprendedoras de Burundi (AFAB) y la Asociación des Comerciantes Transfronterizas de Burundi (ACTF) que sensibilizas a los comerciantes a practicar el comercio legal dentro de las leyes y los reglamentos fiscales. Pide a estas organizaciones duplicar sus esfuerzos para sensibilizar primero a los emprendedores. En 2016, Amida se benefició de formaciones del Parque de Jóvenes Emprendedores (PARJE) sobre gestión de negocios y educación financiera y ganó una competencia en el marco del proyecto «Narateye Intambwe» (Di un paso adelante) sobre ahorro y endeudamiento. Durante tres meses, recorrió el país para hacer llegar su testimonio a otras mujeres.

Restaurante móvil

Pero su recorrido no se detuvo ahí, como precisa:

De retour de ma tournée triomphale d’affaires, mon frère de sang, en qui j’avais placé toute ma confiance, jusqu’à lui donner accès à mes comptes bancaires en cas de mon absence, m’a dérobé une somme de 20 millions Fbu, soit environ  7 040 dollars américains (…) je lui faisais confiance et il m’a trahi.

Al regresar de mi triunfal viaje de negocios, mi hermano de sangre, en quien había depositado toda mi confianza, hasta el punto de darle acceso a mis cuentas bancarias en mi ausencia, me robó la suma de 20 millones de Fbu, es decir, unos 7040 dólares estadounidenses (…). Confié en él y me traicionó.

Luchadora como es, trató de levantarse pese al doloroso golpe que sufrió. Como ya no podía continuar su negocio, se volcó a los restaurantes móviles. No tenía materiales adecuados, así que vendió su auto para comprar utensilios de cocina para su negocio. Actualmente puede alimentar a 150 personas por día. Para un trabajo de un capital de un millón de francos (352 dólares), contrata a más de 20 personas cuando tiene pedidos. Amida también invierte en el comercio de productos alimentarios, como arroz y frejoles en Kobero, en la frontera con Tanzania. Como tiene gran demanda y no puede satisfacer a todos sus clientes, contrata un préstamo a dos años de 7.5 millones de francos (2640 dólares) que paga en cuotas mensuales regularmente a la ONG burundesa Unión por la Cooperación en el Desarrollo (UCODE).

Una mujer no la tiene fácil para conseguir un préstamo bancario

Amida afirma haber solicitado un préstamo de más de 7,5 millones de francos (2640 dólares). Su casa está hipotecada por más de 30 millones de francos (10 563 dólares), y al final UCODE le concedió 7,5 millones de francos (2640 dólares). Los datos del Banco de la República de Burundi corroboran el testimonio de Amida. Según el último informe sobre la oferta de productos y servicios financieros formales en Burundi, realizado en 2016 y publicado en 2017, las mujeres tienen menos acceso al crédito que los hombres, tanto para clientes individuales como asociaciones. En tres años, el acceso al crédito para las mujeres a título individual ha disminuido. Las mujeres que acceden a créditos pasaron de 141 970 en 2014 a 81 558 en 2016, lo que supone un descenso del 57,4%. Sin embargo, el acceso al crédito para los hombres de manera individual aumentó en el mismo período. El número de hombres con acceso al crédito pasó de 214 346 a 317 126, un aumento del 67,6% en tres años. Para Amida, conseguir un préstamo bancario como empresaria es una auténtica carrera de obstáculos:

Cela faisait plus de deux ans que je demandais ce prêt, mais en vain. Toutefois, j’avais présenté tous les matériaux nécessaires. Les banquiers accordent difficilement les crédits aux femmes. Ils prennent à la légère les demandes de crédits des femmes. Il a fallu l’intervention d’un fonctionnaire du Care International qui a entendu mon témoignage pour décrocher ce prêt.

Desde hace más de dos años pedía este préstamo, pero sin éxito. Sin embargo, había presentado todo el material necesario. Los banqueros tienen dificultades para conceder préstamos a las mujeres. Se toman a la ligera las solicitudes de préstamo de las mujeres. Tuvo que intervenir un funcionario de Care International, que escuchó mi testimonio y conseguí este préstamo.

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