Desplazada selección de fútbol femenina ucraniana sigue adelante mientras sueña con volver a casa
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Esta historia es parte de una serie de ensayos y artículos escritos por artistas ucranianos que se quedaron en Ucrania después de la invasión a gran escala de Rusia el 24 de febrero de 2022. Esta serie se produce en colaboración con la Asociación Folkowisko/Rozstaje.art, gracias a la cofinanciación de los Gobiernos de República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia a través de un subsidio del Fondo Internacional de Visegrad. La misión del fondo es promover ideas para una cooperación regional sostenible en Europa Central.
Las jugadoras del Club de Fútbol Femenino (WFC) Mariúpol pasaron las primeras tres semanas de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania bajo bombardeos, en un sótano, considerando: «¿Quedarse o irse?». Ahora juegan al fútbol en Kiev y esperan algún día volver a casa para los partidos de la Liga de Campeones.
En la última temporada de 2022 antes de la invasión rusa de Ucrania, el club era financiado por el fabricante de alimentos Vlasne Vyrobnytstvo, donde las jugadoras trabajaban cuando no entrenaban. Yana Vinokurova, presidenta y jugadora del club, emprendió el negocio cuando la ciudad de Mariúpol recortó los fondos del equipo de su presupuesto. Le tomó tan solo tres meses hacer que la compañía fuera autosuficiente. Producían albóndigas de carne, pierogis y panqueques, y los vendían en los supermercados de Mariúpol. Podrían haber continuado de esta manera si no fuera por el Ejército ruso que llegó el 24 de febrero de 2022 para “liberar” a los ucranianos.
Las jugadoras que lograron ponerse en contacto se reunieron en casa de Yana. Eran siete. “No teníamos miedo. Ataques aéreos, volaban proyectiles, pero nosotras estábamos buscando agua o cortando árboles para obtener madera”, dijo la entrenadora del equipo, Karina Kulakovska.
Decidieron abandonar la ciudad después de una explosión cerca de la casa. Las jugadoras llenaron un auto sin pensarlo; solo se llevaron animales y algunos equipos de fabricación. No llevaron ropa porque apenas tenían espacio para ellas en el sedán Renault Logan. En el asiento delantero estaba Karina con el perro de Yana. Cinco chicas con cinco gatos estaban en el asiento trasero.
“Dos días después de la partida, un proyectil arruinó mi casa. Mi cafetería fue destruida antes», dijo Yana
Las jugadoras recorrieron 230 km (143 millas) hasta Zaporizhzhia, 26 horas. Tuvieron que cruzar 19 puestos de control. Pero Yana y Karina regresaron a su ciudad natal de Mariúpol. La madre de Yana llamó para decir que se había quedado en la ciudad, por lo que las chicas regresaron a rescatarla. Se las arreglaron para encontrar un autobús grande, y benefactores y voluntarios lo llenaron con ayuda humanitaria. Así que se fueron a rescatar a la gente, acompañadas por Iván, el dueño del autobús. Juntos lograron evacuar a más de cien personas y ayudar a muchas más. La madre de Yana había sido evacuada a Zaporizhzhia incluso antes de la llegada de su hija.
Las futbolistas de Mariúpol estuvieron en Bulgaria entre junio y septiembre de 2022. Allí se les ofreció alojamiento y comida gratis. Aún más importante, el hotel también estaba listo para alojar a sus mascotas, ya que las jugadoras no las abandonarían.
En Bulgaria, su objetivo era ganar suficiente dinero para regresar a Ucrania y jugar en la Liga Premier ucraniana. El campeonato se iba a reanudar en septiembre. Durante esos tres meses, las jugadoras prepararon cenas para refugiados ucranianos. Karina, la entrenadora del club, también se ocupó de asar, como dice, la parrillada más sabrosa del mundo, y Yana, entregó los pedidos a los clientes en su auto blanco. Todos los días, también entrenaban para mantenerse en forma.
En septiembre, fueron a Kiev y experimentaron dificultades inesperadas. Primero, encontraron un estadio para las sesiones de entrenamiento, luego un alojamiento cercano: una casa grande sin calefacción en un pueblo llamado Chaiky, cerca de Kiev. También intentaron retomar su negocio allí para asegurar ingresos para su equipo en Mariúpol. Pero necesitaban ampliarlo para convertirlo en el patrocinador principal del club.
En diciembre de 2022, lanzaron una campaña de recaudación de fondos en la plataforma Keep Going: buscaban recaudar 350 000 grivnas (alrededor de 8500 dólares) para equipos para la planta de fabricación de WFC Mariúpol. En la víspera de Año Nuevo, Andriy Shevchenko, la leyenda del fútbol ucraniano, donó 300 000 grivnas (8133 dólares). Como resultado, lograron recaudar más de medio millón de grivnas (13 547 dólares).
Gracias al dinero recaudado, el club ya tiene instalaciones y equipo, un director de fabricación y un técnico. Yana está buscando un distribuidor o una cadena de supermercados que pueda vender sus productos de Home Production. No quiere que las jugadoras trabajen en la fábrica, pues dice que ya tienen un trabajo: jugar al fútbol.
Todos los días, el equipo practica a partir de las 10 de la mañana en el estadio Temp en el distrito Sviatoshyn de Kiev. La administración del distrito les permite utilizar el campo de césped artificial de forma gratuita. Las vi practicando bajo la lluvia con Yana que señaló a las jugadoras y explicó: “Este es principalmente un equipo de personas desplazadas. Aquí hay una chica desplazada de Mykolayiv, esta es otra de Mykolayiv, la portera. Luego, hay dos chicas desplazadas de Kherson. Y nosotras somos de Mariúpol. No hay muchas de Kiev aquí. Aunque al principio, eran la base. Pero gradualmente, se fueron retirando”.
Se mudaron de la casa en el pueblo cerca de Kiev y ahora viven en apartamentos alquilados cerca del estadio. Reciben un salario mínimo, 5150 grivnas (139 dólares). El club cubre la renta y Yana y Karina proveen la comida.
Yana valora la perseverancia y disciplina de las jugadoras. Es importante para ella que las chicas no solo sean atletas fuertes, sino que también se adapten espiritualmente al equipo.
WFC Mariúpol terminó la temporada en el noveno lugar de los 12 clubes de la Liga Premier de Ucrania. Esto significa que se mantienen en la división más alta. Esta fue exactamente la tarea que Yana les dio antes de que comenzara la primera temporada bajo ley marcial en Ucrania. Entiende que no habrá victorias aplastantes de inmediato. El camino que ya han recorrido lo tienen que hacer de nuevo, esta vez construyendo un nuevo equipo competitivo paso a paso.
Para la próxima temporada, el WFC Mariúpol planea llegar a un acuerdo con un club masculino de la Liga Premier. Porque ahora, cada uno debe incluir un equipo femenino. Otro de los objetivos es reunir un equipo juvenil para la primera liga con el fin de apoyar al equipo principal.
Por estos días, las jugadoras buscan inversionistas para tres de sus proyectos: la fábrica de productos semiacabados, una escuela de fútbol y un parqueadero.
Aparte de esto, el equipo también necesita varios artículos deportivos menores y un autobús para llevarlas a los juegos.
Kiev, que dio mala acogida a las jugadoras, en medio año se convirtió en su segundo hogar. Ya están acostumbradas a sus enormes distancias que parecían cósmicas después de un Mariúpol compacto y acogedor. Allí solo les gustaría el mar y un poco más de sol.
“Estamos planeando formar un equipo en Kiev para recordarles a todos sobre nuestra ciudad”, dijo Karina. “Y cuando Mariúpol sea liberada, volveremos a casa como un equipo fuerte. Allí jugaremos los partidos de la Champions. Así sea en 10 años, pero definitivamente sucederá”.
Este articulo es parte de The Bridge (El puente), presentacion con opiniones, comentario e investigacion desde la perspectiva singular de la Comunidad de Global Voices. · Todos los articulos