Librería de Trinidad y Tobago que vende libro infantil de temática LGBTQ+ causa indignación e inspiración en línea

Imagen creada con Canva Pro.

El Mes del Orgullo suele celebrarse en junio en otras partes del mundo; en el Caribe, un poco después: en julio en Barbados y Trinidad y Tobago, y en agosto en Jamaica, pero cada vez hay más conciencia regional de este acontecimiento. Sin embargo, el Mes del Orgullo en Trinidad y Tobago en 2023 ha adquirido un tono muy diferente por un libro infantil titulado «I am a Rainbow» (Soy un arcoíris), escrito por el defensor de la comunidad LGBTQ+ y estrella de las redes sociales estadounidense Mark Kanemura, que se publicó por primera vez en mayo de este año.

El libro lo imprimió la editorial RIK Services Ltd., y en su contraportada, contra la que algunos usuarios de redes sociales decidieron centrar su furia, aparece el dibujo de un personaje LGBTQ+, con gafas de sol en forma de corazón, cinturón, capa, calcetines y botas de tacón, todo con los colores del arcoíris (símbolo del movimiento mundial del Orgullo), pantalones cortos amarillos y camiseta blanca con el motivo del arcoíris. Además, porta un abanico, que también tiene el dibujo del arcoíris. Arriba, en un arco, se lee «¡Tú también eres un arco iris!».

La dedicatoria del autor dice:

To anyone who has ever felt lonely or danced to the beat of their own drum: I am so happy your unique light exists!

A quienes alguna vez se han sentido solos o han bailado al ritmo de su propio tambor: ¡me alegro mucho de que exista tu luz única!

La historia se basa en la propia experiencia de Kanemura, y sigue el recorrido de un niño que, aunque querido por su familia, lucha por encontrar aceptación, hasta que aprende a sentirse cómodo en su propia piel. A juzgar por la declaración del autor, la inspiración del libro fue ayudar a los niños que pueden saber que son diferentes a sentirse menos solos. Sin embargo, los críticos locales se alzan en armas, lo que sugiere que es una forma de adoctrinamiento, una manera de sexualizar a los niños y un medio de introducir la dismorfia de género.

Los llamados al boicot no se han hecho esperar. Pronto surgió una petición en línea:

ban and oppose the MOE book ‘You are a Rainbow Too!’ from schools IN Trinidad & Tobago.

…prohibir y oponerse al libro del Ministerio de Educación «¡Tú también eres un arcoíris!» en las escuelas de Trinidad y Tobago.

El Ministerio de Educación de Trinidad y Tobago no tuvo nada que ver con la publicación del libro ni con la decisión de una librería privada de venderlo. No hay pruebas que sugiera, como afirma la petición, que el libro esté incluido en el plan de estudios de primaria del país para el próximo curso. Es más, el 16 de junio, el Ministerio emitió un comunicado de prensa en el que afirmaba que «no se ha producido ningún cambio en el plan de estudios de Educación para la Salud y la Vida Familiar que se está aplicando actualmente en las escuelas de todo el país», y que «cualquier afirmación en sentido contrario es totalmente inexacta». Sin embargo, en 24 horas, la petición había reunido más de 31 000 firmas.

Mientras tanto, apareció al menos un meme relacionado con el fuego y el azufre, y se difundió un mensaje por WhatsApp en el que se avisaba que el arzobispo católico Jason Gordon «hablaría sobre el tema LGBTQ» por la televisora de la archidiócesis y las retransmisiones en directo en las redes sociales la noche del 22 de junio. El mensaje, que no era un comunicado oficial, añadía: «Este tema nos afecta a todos y a nuestros hijos».

Por su parte, RIK emitió un comunicado en su página de Facebook titulado «No juzgues un libro por su portada», en el que agradecía al público su «interés y el intenso debate sobre los artículos que almacenamos»:

We stand by our commitment to bookselling to all members of the public; regardless of gender affiliation or identity. We do not discriminate. We are a bookstore with one of the widest selections in Trinidad and Tobago that caters to the needs of our diverse population. We appreciate and respect all of our valued customers. All are welcome to our stores.

Mantenemos nuestro compromiso de vender libros a todos los ciudadanos, independientemente de su sexo o identidad. No discriminamos. Somos una librería con una de las mayores selecciones de Trinidad y Tobago que atiende las necesidades de nuestra diversa población. Apreciamos y respetamos a todos nuestros valiosos clientes. Todos son bienvenidos a nuestras tiendas.

El apoyo que recibió la tienda fue abrumador e inmediato. En Facebook, Lisa Chote comentó:

A wonderful response RIK. I’m very proud of you for stopping the hate. You’ve ensured that I’m a lifelong customer now. Thank you for your courage.

Una respuesta maravillosa RIK. Estoy muy orgulloso de que hayas puesto fin al odio. Te has asegurado de que ahora sea un cliente para toda la vida. Gracias por tu valentía.

Gab Souldeya Hosein reprodujo la respuesta de RIK y agregó:

Bookstores don't ban books. Right on RIK.

Las librerías no prohíben libros. Bravo, RIK.

Sin embargo, Shivani Chadee consideró que las reservas de libros de RIK equivalía a un respaldo, idea que recibió muchas respuestas. Riyad Hosein respondió:

You really thought this through? RIK endorses and advocates all religions then? Erotica and adult romance? Folklore? Scientology? All political schemes? Because there are all these books in a bookstore. Thats how bookstores work.

¿Realmente lo has pensado? ¿Entonces RIK apoya y defiende todas las religiones? ¿La erótica y el romance para adultos? ¿Folklore? ¿La cienciología? ¿Todos los esquemas políticos? Porque hay todos estos libros en una librería. Así es como funcionan las librerías.

La comentarista Rae Marie D'Andrade, por su parte, eludió el contexto del actual clima político en Estados Unidos y comparó la situación con el boicot a las tiendas Target. Sugiere que la cuestión de fondo era la «sexualización de los niños» y «luchar contra la transformación de nuestra sociedad en algo que no reconoceremos en los próximos diez años».

A la página de Facebook de Newsauce no le gustó nada esta justa indignación:

In the meantime underaged girls and boys being groomed daily by relatives, friends and strangers online, but a bookstore is the problem.

Mientras tanto, niñas y niños menores de edad son seducidos a diario por familiares, amigos y desconocidos en línea, pero una librería es el problema.

En el mismo hil, Lyndon Pk Williams replicó:

A bookstore is not the problem. There is a belief that a way of life and it's practices is trying to be normalized in a society that by and large doesn't approve of it and therefore people are ‘fighting’ back.

El problema no es una librería. Existe la creencia de que un modo de vida y sus prácticas están intentando normalizarse en una sociedad que, en general, no los aprueba y, por tanto, la gente está «contraatacando».

En otra publicación, Brendon Alekseii preguntó:

* Is a children's book the same as ‘indoctrination'?
* If yes to the previous answer, does that mean that we should not expose children to…books? Don't text books ‘indoctrinate'? Do other children's books? Doesn't the Bible indoctrinate? Should we remove access to those books, especially the Bible, which also has active sexual themes?
* Or is it that you think that only people who think like you should be able to indoctrinate people?

* ¿Es un libro infantil lo mismo que «adoctrinamiento»?
* Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿significa eso que no debemos exponer a los niños a… libros? ¿Los libros de texto no ‘adoctrinan'? ¿Adoctrinan otros libros infantiles? ¿No adoctrina la Biblia? ¿Deberíamos retirar el acceso a esos libros, especialmente a la Biblia, que también tiene temas sexuales activos?
* ¿O es que crees que solo las personas que piensan como tú deberían poder adoctrinar a la gente?

Rhoda Bharath bromeó:

We might think books about rainbows and glitter are the only books that will give us The Gay.

During my childhood irresponsible parents and teachers at school wickedly exposed me to a number of books that could have given me The Gay. And all of these books were just there in the library! […]

Podríamos pensar que los libros sobre el arcoíris y la purpurina son los únicos que nos contagiarán el homosexualismo.

Durante mi infancia, padres y profesores irresponsables me expusieron de forma malvada a una serie de libros que podrían haberme contagiado el homosexualismo. Y todos esos libros estaban en la biblioteca. […]

Su divertidísima lista incluye «De ratones y hombres» («Dos mejores amigos que trabajan en una granja y uno quiere acariciar a un conejito. ¿Cómo se publicó este libro?»); «Mujercitas» («¡Una manada de aves rapaces que se casan para salvar las apariencias!»); «Robinson Crusoe» («¿En serio? Esto es como porno gay interracial, ambientado en el Caribe […] ¿Cómo venden esto las librerías?»); «Anne de Green Gables» («Una marimacho en una granja… ¿y ahora qué, cirugía?»); y «Moby Dick» («¿¿¿Cóóóómo???»).

Por WhatsApp, Global Voices se puso en contacto con el autor trinitense André Bagoo, que dijo sobre la debacle:

Long is the history of the weaponisation of children as a means to perpetuate bigotry.

It starts with the myth that children are incapable of understanding crucial aspects of the world around them, must be sheltered from self-evident truths unfolding in full view, and culminates in selective attempts to isolate ‘problematic’ or ‘controversial’ content from the classroom under the guise of sensitivity. Never mind the deleterious impact of censorship on LGBTQ teens who are more vulnerable to mental illness and suicide.

The truth is books — among the most beleaguered of art forms in the age of the internet and social media — show us nothing we do not already know from life, from the streets, from our homes, from our workplaces and even from the very scriptures so often held up to justify discrimination.

If there is anything that needs to be removed from the orbit of the young, if there is any poor example being set, if there is any corruption taking place it is that which is currently being perpetrated by book burners and Bible-thumpers who would preach love and practice hate.

La historia de usar niños como arma para perpetuar el fanatismo es larga.

Comienza con el mito de que los niños no pueden comprender aspectos cruciales del mundo que los rodea, que deben ser protegidos de verdades evidentes que se desarrollan a plena vista, y culmina con intentos selectivos de aislar contenidos «problemáticos» o «controvertidos» de las aulas bajo el pretexto de la sensibilidad. No importa el impacto nocivo de la censura en los adolescentes LGBTQ, que son más vulnerables a las enfermedades mentales y al suicidio.

La verdad es que los libros –una de las formas de arte más asediadas en la era de internet y las redes sociales– no nos muestran nada que no sepamos ya de la vida, de las calles, de nuestros hogares, de nuestros lugares de trabajo e incluso de las mismas escrituras que tan a menudo se esgrimen para justificar la discriminación.

Si hay algo a eliminar de la órbita de los jóvenes, si hay algún mal ejemplo, si hay alguna corrupción que se esté produciendo, es la que actualmente perpetran los quemadores de libros y los defensores de la Biblia que predican el amor y practican el odio.

En la noche del 22 de junio, el arzobispo Gordon pronunció su segmento «El rincón del pastor», centrado principalmente en la pertinencia del Concordato, acuerdo entre el Estado y las órdenes religiosas sobre la gestión de las escuelas confesionales del país. Hacia el final de la entrevista, Gordon afirma:

The US and the United Nations — and others — are putting pressure on CARICOM [the Caribbean Community] to introduce a comprehensive sex education [curriculum]. And you know what that means: This would teach your child that his or her biological sex is not a given, that each one could choose freely to identify as he or she likes […] not understanding that the parent, the denomination, and the government have a partnership to be held.

Estados Unidos y Naciones Unidas, entre otros, están presionando a la CARICOM [Comunidad del Caribe] para que introduzca un [plan de estudios] de educación sexual integral. Y ya saben lo que eso significa: esto enseñaría a tu hijo que su sexo biológico no es un hecho, que cada uno puede elegir libremente identificarse como quiera […] sin entender que el padre, la denominación y el Gobierno tienen una asociación que mantener.

El arzobispo afirma haber oído que la CARICOM está trabajando en una revisión de su política de género, pero Global Voices no ha podido confirmarlo. Sostiene que, en tanto el Concordato siga en vigor, cualquier programa de educación sexual integral que se proponga no podrá introducirse en las escuelas religiosas, pero también admite que han circulado «muchos rumores» que no han sido corroborados por ninguna prueba.

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