En Azerbaiyán, activistas feministas dicen que no es momento de celebrar

Imagen cortesía de Arzu Geybullayeva

Tres mujeres, con una mano en la garganta, organizaron una manifestación en la embajada de Estados Unidos en Bakú, capital de Azerbaiyán, durante las celebraciones del 4 de julio organizadas por la embajada. Los tres fueron finalmente escoltados fuera de la embajada y un periodista que cubría los hecho fue entregado a la Policía con las manos retorcidas a la espalda como si fuera un delincuente. Las activistas consideraron que el acto era una oportunidad para recordar a los invitados que una época en la que se silenciaba a los habitantes de un pueblo, se censuraban los medios y proliferaban los abusos contra los derechos en Azerbaiyán no era el momento adecuado para beber vino y pasarlo bien. A los cuatro los llevaron a una de comisaría local, y luego de interrogarlos, los liberaron.

Según Sanubar Heydarova, una de las activistas que participaron en la manifestación: «Cuando nos llevaban, el embajador estaba a nuestro lado. Cuando lo llamé por su nombre, miró hacia otro lado».

En una declaración al Servicio de Azerbaiyán para Radio Liberty, la embajada dijo que «la embajada de Estados Unidos apoya las libertades fundamentales, incluida la libertad de protesta y expresión» y que «solo algunas partes del programa oficial estaban abiertas a los medios. La parte principal era establecer contactos, dar a conocer la diversidad de Estados Unidos y celebrar el acto oficial». No se hicieron más comentarios sobre cómo los escoltaron o trataron a las activistas y el periodista Ulvi Hasanli.

«En Azerbaiyán se violan los derechos. [El Estado y la Policía] sostienen a la gente por el cuello», dijo Heydarova mientras se quitaba el pañuelo que le cubría la garganta cuando las tres activistas entraban en los locales de la embajada. Gulnara Mehdiyeva, que también participó en la manifestación, declaró: «Hoy se han reunido aquí representantes de la oposición y del Estado para celebrar la independencia de otro país. Mientras tanto, en Azerbaiyán la independencia está completamente sofocada, las voces de los medios y del pueblo están sofocadas, detienen y torturan a los activistas, y así es como estamos protestando civilizadamente contra la situación actual».

«Ningún parlamentario ni ningún ministro han hablado sobre la tortura y las violaciones de los derechos de los habitantes del pueblo de Söyüdlü. Así que tienen tiempo para venir, pero no para hacer declaraciones sobre su propio país», dijo la tercera activista, Narmin Shahmarzade.

Hasanli escribió después: «La seguridad de la embajada me retorció el brazo cuando empecé a filmar a los activistas que organizaban la manifestación y me entregó a la policía local. No esperaba un comportamiento tan violento en la embajada. Fue una injerencia en mis actividades periodísticas. Tampoco esperaba que las feministas que protestaban pacíficamente –Narmin Shahmarzade, Gulnara Mehdiyeva y Sanubar Heydarova– fueran entregadas a la Policía. Se trata de un incidente vergonzoso. Esta vez me preocupaba la embajada de Estados Unidos. La embajada de un país que habla de democracia y derechos humanos y libertad de prensa no debería haberse comportado así».

En una entrevista con Ismail Djalilov, presentador del programa de YouTube «Hablemos claro», Hasanli dijo que a los cuatro los trataron como si fueran terroristas o hubieran cometido un delito.

A representative of the press office approached me as I started filming the activists, telling me, that I did not have a permission to film here and asked whether I had an accreditation. Even though I already filmed the speeches of the Ambassador, the garden of the embassy where the reception was held. Surely, filming the flash mob could have been problematic, but in that case, they could have simply asked us to leave. It was shameful that instead they handed us over to Azerbaijani police, the very same structure the US State Department is critical of.

Un representante de la oficina de prensa se me acercó cuando empezaba a filmar a las activistas, me dijo que no tenía permiso para filmar y me preguntó si tenía acreditación. A pesar de que ya había filmado los discursos del embajador y el jardín de la embajada donde se celebró la recepción. Seguramente, filmar la manifestación podría haber sido problemático, pero en ese caso, podrían habernos pedido simplemente que nos fuéramos. Fue vergonzoso que, en lugar de eso, nos entregaran a la Policía azerbaiyana, la misma estructura que el Departamento de Estado estadounidense critica.

«Fue vergonzoso y deberían disculparse», dijo Hasanli.

Gulnara Mehdiyeva escribió después en Facebook que la manifestación de las mujeres fue después de que acabó la parte formal de la recepción.

We took off our scarves in front of the local authorities during the informal part of the event and spoke to Ulvi Hasanli on camera. For those who are talking about ethics, I will say that the biggest unethical thing is to happily celebrate someone else's independence against the background of oppression and brutality happening in the country.

Nos quitamos los pañuelos delante de las autoridades locales durante la parte informal del acto y hablamos con Ulvi Hasanli ante las cámaras. Para quienes hablan de ética, diré que la mayor falta de ética es celebrar alegremente la independencia ajena en el contexto de opresión y brutalidad que se vive en el país.

En su página oficial de Facebook, la embajada escribió: «La recepción anual celebró los viajes por carretera de Estados Unidos, mostró la diversidad del paisaje cultural estadounidense y la vibrante y polifacética cooperación entre Estados Unidos y Azerbaiyán».

Al menos diez activistas políticos abandonaron la embajada tras el retiro de las activistas feministas y Hasanli.

Protestas en Söyüdlü

Desde el 20 de junio, los habitantes de la aldea de Söyüdlü, en el distrito de Gadabay, en el oeste de Azerbaiyán, protestan por los daños ambientales causados como consecuencia de la extracción de oro en la aldea y se oponen a los planes de construcción de un segundo lago artificial. Los vecinos afirman que el lago artificial existente, construido en 2012, se usa para verter residuos tóxicos de la mina, según informan Meydan TVOC Media. Los residuos están envenenando el agua potable, con graves consecuencias para la salud de los lugareños. Las protestas se intensificaron rápidamente como consecuencia de la desproporcionada respuesta estatal, con denuncias de varios lugareños detenidos y multados, periodistas maltratados y activistas cívicos críticos con la respuesta estatal a las protestas que enfrentaron detenciones en Bakú.

El 22 de junio, la Policía instaló puestos de control para entrar al pueblo, y verificaron los domicilios de quien intentara entrar del pueblo. Al menos un ciudadano lleva cuatro días desaparecido, según informa Meydan TV, y la Policía ha detenido a dos hombres recién llegados de Rusia, por haber creado un grupo de WhatsApp. Los lugareños dicen que el grupo se creó durante la pandemia, y que los dos hombres fueron para un funeral. Otro lugareño, que imprimió los carteles que sostienen los habitantes del pueblo, también habría sido detenido y enfrenta cargos por posesión de drogas.

Uno de los activistas detenidos es el expreso político Giyas Ibrahimov. Ha sido condenado a 30 días de detención administrativa por cargos falsos de resistencia a la Policía. El 24 de junio se presentaron nuevos cargos contra el activista, esta vez acusándolo de difundir información prohibida en internet.

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