Replantear la educación en el contexto del desarrollo sostenible en Trinidad y Tobago

Reserva Forestal de Tobago Main Ridge, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se creó en 1776. Foto de Aivar Ruukel en Flickr (CC BY-SA 2.0).

Este artículo se publicó en Cari-Bois Environmental News Network. Publicamos una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenidos.

Por Sean McCoon

El desarrollo sostenible está en el centro de las políticas ambientales, y es importante que los responsables de las decisiones combinen estas políticas con acciones estratégicas para capacitar suficientemente a la próxima generación para ser guardianes del ambiente. Aunque este objetivo pueda parecer difícil de alcanzar, es posible que los niños se conviertan en agentes de cambio que lideren las causas ambientales.

En las escuelas se enseña a los niños sobre personajes del folclore local como Papa Bois, que viven en armonía con el entorno natural y lo protegen, pero esa literatura también puede considerarse un punto de partida para enseñar a los niños conciencia ambiental y empezar a renovar nuestro sistema educativo para que se centre más en el ambiente.

No hay tiempo que perder, ya que el cambio climático y otros problemas ambientales se aceleran a un ritmo alarmante, por lo que es necesario un enfoque integral para capacitar a la próxima generación.

Uno de los retos que enfrenta la elaboración de políticas ambientales no es solo proteger el entorno natural, sino también disponer de un sistema de aplicación eficaz en el que se haga justicia contra quienes perpetran actos dañinos o perjudiciales en ese entorno.

El vertido indiscriminado de residuos en las estribaciones de la reserva forestal Main Ridge de Tobago (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) es un ejemplo de esta discrepancia. Aunque es de esperar que se generen residuos sólidos, no debería ser así con los vertidos ilegales y otras prácticas ambientales insostenibles. En una situación así, es habitual señalar con el dedo al marco jurídico o a los poderes fácticos, pero en realidad ya existen estructuras para abordar estos problemas. A menudo es la falta de aplicación de la ley lo que lleva a la proliferación de prácticas insostenibles.

En este sentido, debemos usar eficazmente los servicios de protección del país, así como los encargados de velar por la conservación del ambiente, pero incluso estas acciones serán inútiles si los ciudadanos no son también más conscientes del ambiente.

Renovar los objetivos de la educación

Tradicionalmente, el sistema educativo se ha calificado de herramienta para ascender en la escala económica. Así, algunos niños pueden ver la educación únicamente desde la perspectiva de obtener posesiones materiales. Aunque es discutible si este enfoque de los resultados de una educación integral es buena o no, la educación también es una herramienta de reforma, edificación y fortalecimiento.

El sistema educativo de Trinidad y Tobago ya no puede presumir de ser una mezcla de lo heredado del pasado colonial, y de normas y principios culturalmente sumergidos. Nuestro mundo cambiante y sus retos ambientales exigen una renovación de nuestra visión de la educación.

Es fundamental insertar principios que engendren un sentimiento de orgullo y protección del ambiente. La educación moderna debe reafirmar en la mente de los niños pequeños que proteger, preservar y conservar la naturaleza tiene su valor.

Estructuras sociales existentes, claves de la reforma educativa

A medida que aumenta el ritmo del cambio climático, es importante que los jóvenes y los niños participen en la dirección de los debates, difundan el conocimiento, motiven a otros para que actúen y actúen ellos también.

Las iniciativas comunitarias comunes, como los clubes juveniles de la Policía y los grupos ecologistas, son puntos de partida fáciles a partir de los cuales renovar el sistema educativo porque ya tienen experiencia en crear proyectos comunitarios de éxito que dan experiencias útiles y prácticas a los niños.

Este tipo de organizaciones tienen la oportunidad de impulsar la participación de los jóvenes en la lucha contra el cambio climático desarrollando sus habilidades, talentos y destreza oratoria, como se hace en las sesiones de la Asamblea Legislativa Juvenil. Al hacerlo, organizaciones como UNESCO, UNICEF y el PNUD también pueden inclinarse a apoyar tales iniciativas, financieramente o de otro modo.

Implicar a los jóvenes en la rehabilitación de espacios físicos puede ser fundamental para enseñarles a tener una mayor responsabilidad en la custodia del ambiente. Hay infinidad de herramientas que pueden usarse para enseñar a los niños prácticas más sostenibles desde el punto de vista ambiental. Los bancos de alimentos pueden ayudar a impartir el valor de la alfabetización financiera a través del cultivo a pequeña escala, mientras que el fomento de las «negociaciones comerciales» entre diversos grupos puede enseñar a los niños prácticas de subsistencia sostenibles.

Las partes interesadas en la alimentación y la agricultura también desempeñan un papel crucial en el movimiento de lucha contra el cambio climático, la pobreza y el hambre. La incorporación de la agricultura sostenible a un sistema educativo reformado está en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y si los niños pueden ver que existen incentivos financieros en las empresas agrícolas sostenibles, existe el beneficio adicional de que se les anima, ayuda y guía en la dirección de la sostenibilidad.

No hay tiempo que perder

El desarrollo juvenil se promueve a través de actividades que ayudan a los jóvenes a desarrollar competencias sociales, éticas, emocionales, físicas y cognitivas, y es un proceso que prepara a los jóvenes para desarrollar todo su potencial.

Este proceso puede apoyar a los jóvenes a evaluar sus puntos fuertes y débiles, los ayuda a fijar objetivos personales y profesionales, afina su confianza y autoestima y aprovecha diversas fuentes de motivación para mejorar sus capacidades.

Un marco global de desarrollo de la juventud también ayuda a los jóvenes a desarrollar su capacidad para orientar a sus compañeros en su actuar, influir en opiniones y comportamientos y servir de ejemplo. ¿Qué mejor causa que el ambiente para crear modelos de conducta y héroes?

Los jóvenes pueden ahora tomar el relevo de generaciones anteriores para defender esfuerzos que pueden parecer mínimos a primera vista, pero que a largo plazo se convierten en un rayo de esperanza.

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