
Desfile del Orgullo en Skopie, 24 de junio de 2023. Foto de Global Voices (CC-BY-3.0).
Durante los últimos 20 años, fuerzas políticas populistas de todo Europa han utilizado la homofobia y la estigmatización de las personas LGBTQ+ como arma de influencia política. Muchas de estas campañas se copian, o incluso obtienen ayuda de círculos de extrema derecha de Estados Unidos. En 2013, Moscú emerge como uno de los principales generadores de narrativas homofóbicas que explotan la intolerancia endémica de la región balcánica.
Un reciente análisis titulado Kremlin speaking: homophobia as geopolitics («Habla el Kremlin: la homofobia como geopolítica») de la plataforma verificadora búlgara Factcheck.bg, dirigida por la Asociación de Periodistas Europeos – Bulgaria (AEJ), reveló que las principales narrativas homofóbicas promovidas por la propaganda del Kremlin están destinadas a minar la confianza en la Unión Europea a base de crear temores en los ciudadanos conservadores:
“The West imposes homosexuality and pedophilia on us”;
“Membership in the European Union (EU) means acceptance of same-sex marriage”;
“European values contradict traditional morality”.
«Occidente nos impone la homosexualidad y la pedofilia».
«Ser miembro de la Unión Europea significa aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo».
«Los valores europeos contradicen la moral tradicional».
La editora y periodista búlgara Vanessa Nikolova, autora del informe, señala que Moscú utiliza la homofobia como arma geopolítica, por extensión de su política estatal de protección de los «valores tradicionales». En diciembre de 2022, la Federación Rusa adoptó enmiendas a la ley federal de información para prohibir la «propaganda LGBTQ+» y bloquear sus recursos en internet.
Nikolova señala que los usuarios rusos actuales de redes sociales utilizan a menudo la expresión «gaynazi» cuando discuten la situación política en Ucrania y los países occidentales. También señaló el desarrollo de un vocabulario propagandístico totalmente nuevo, que encaja con la definición de neolengua que hace George Orwell en su novela 1984.
Words like “Gayrope,” “Eurogay”, “liberast”, “tolerast” (the last two referring to the Bulgarian word for «faggot» combined with liberal and tolerance), etc. are recognizable in the anti-democratic and anti-European rhetoric in Bulgaria. This propaganda vocabulary began to penetrate the Bulgarian media as early as 2013, but reached the peak of its popularity in 2018 in the debates on the adoption of the Istanbul Convention.
Then the word “gender” was created and imposed – a negative name for people with non-traditional sexual orientation, as well as for those who sympathize with them, and in a broader sense – for human rights defenders, civil society and supporters of liberal values in general.
Palabras como «gayropa», «eurogay», «liberast», «tolerast» (estas dos últimas en referencia a la palabra búlgara por «maricón» combinada con «liberal» y «tolerancia»), etc. son reconocibles en la retórica antidemocrática y antieuropea de Bulgaria. Este vocabulario de propaganda comenzó a penetrar en los medios búlgaros ya en 2013, pero alcanzó su máxima popularidad en 2018, durante los debates sobre la adopción de la Convención de Estambul.
Luego se creó y se impuso la palabra «género», nombre negativo para las personas con orientaciones sexuales no tradicionales y sus simpatizantes, y en sentido más amplio, para los defensores de los derechos humanos, la sociedad civil y los valores progresistas en general.
Nikolova advierte que la base de estas narrativas es la sugerencia de que la Unión Europea es moralmente inaceptable y destruye los valores tradicionales.
By exporting “homophobic nationalism”, Russia is carrying out a much more comprehensive plan – to undermine the foundations of European liberal democracies based on the principles of respect for human rights and tolerance. Because of this, European values are presentedas focused solely on the rights of sexual minorities, and the EU is accused of carrying out “gender propaganda”
Al exportar «nacionalismo homofóbico», Rusia lleva a cabo un plan mucho más extenso: socavar los cimientos de las democracias progresistas europeas basadas en los principios del respeto por los derechos humanos y la tolerancia. Por eso, los valores europeos se presentan como centrados solamente en los derechos de las minorías sexuales, y se acusa a la Unión Europea de difundir «propaganda de género».
Nikolova señala que en los Balcanes, la desinformación contra la degradación, «gayropa» y el satanismo toman impulso en los círculos socialmente conservadores y nacionalistas.
El efecto multiplicador de la retórica oficial rusa, que presenta la guerra de Ucrania como una extensión de esta política por otros medios, ha impactado en los simpatizantes balcánicos del Kremlin, lo que ha promovido los mitos de la «inocente» Rusia y el «malvado» Occidente, lo que genera indignación por miedo y prejuicios.

Pancartas con banderas estadounidense y arcoíris en el desfile del Orgullo 2023 en Skopie, con el lema «No hay orgullo en el prejuicio», juego de palabras con el título de la novela de Jane Austen. Foto de Global Voices (CC-BY-3.0).
Artículos del proyecto Western Balkans Anti-Disinformation Hub documentan que estas narrativas afectan a comunidades de pueblos eslavos (serbios, macedonios, montenegrinos, búlgaros), considerados culturalmente vinculados a Rusia por su cristiandad ortodoxa, y también a comunidades históricamente consideradas contrarias al imperialismo ruso, como las etnias albanesas de Kosovo, Macedonia del Norte y Albania, además de las etnias bosníacas de Bosnia y Herzegovina.
La difusión de desinformación sobre las personas LGBTQ+ va de la mano de la promoción de comportamientos delictivos, incluida violencia en el mundo virtual y el mundo real
As we close #PrideMonth 🏳️🌈 in Kosovo 🇽🇰, let’s work to protect all communities from online violence.
Check out Agon Rexhepi’s story from NDI’s #DISICON2023, warning about the online threats against the #LGBTQI+ community.#PrideMonth2023 #NDIKosovo #JavaeKrenarise 💛💚❤️ pic.twitter.com/CyRebkZVTi
— NDI Kosovo (@NDIKosovo) June 10, 2023
Al cerrar el mes del orgullo 🏳️🌈 en Kosovo 🇽🇰, trabajemos para proteger a todas las comunidades de la violencia en línea.
Lee la historia de Agon Rexhepi de NDI, en la que advierte sobre las amenazas en línea contra la comunidad LGBTQI+.
💛💚❤️
Cuando esta propaganda se dirige a grupos socialmente conservadores, como las comunidades de mayoría musulmana, el primer objetivo no es mejorar la imagen de Vladimir Putin ni generar un apoyo abierto al régimen ruso, sino explotar la homofobia para incitar al miedo y la indignación contra Occidente y la democracia, lo que crea más discordia y perturba la integración euroatlántica de la región.
Por ejemplo, en marzo de 2022 en Kosovo, y en junio de 2023 en Macedonia del Norte, se difundió desinformación que presenta a la Unión Europea como débil y poco unida, con falsedades sobre medidas contra las personas LGBTQ+ supuestamente adoptadas por el Parlamento italiano.
Durante los dos últimos años, las esferas política y mediática de Bosnia Herzegovina se han visto inundadas de desinformación sobre actividades del mes de Orgullo, incluida propaganda religiosa en Kosovo.
La marcha del Orgullo 2022 en Belgrado se vio particularmente atacada: la extrema derecha política serbia y la Iglesia ortodoxa serbia condenaron el evento y pidieron que se prohibiera con protestas que glorificaban al presidente ruso Vladimir Putin como modelo «defensor de los valores tradicionales».
Afirmaciones difamatorias que implican a instituciones internacionales, como falsas afirmaciones de que Naciones Unidas va a sustituir las banderas de Albania, Macedonia del Norte y Montenegro con la bandera arcoíris, y montajes fotográficos y ultrafalsos sobre el papa generados por inteligencia artificial circularon por Montenegro y Macedonia del Norte, atribuidos a nacionalistas locales.
Algunos influyentes de redes sociales locales se limitan a repetir como loros las narrativas rusas sobre conexiones nazis, un absurdo histórico puesto que es bien sabido que el régimen de Hitler intentó exterminar a los homosexuales.
En Albania y Montenegro se han detectado intentos de usar una conexión LGBTQ+ para humillar a los Ejércitos de los países de la Unión Europea y sus aliados, en contraste con las supuestamente valerosas fuerzas armadas rusas.

Desfile del orgullo en Skopie, 24 de junio de 2023. Foto de Global Voices (CC-BY-3.0).
Acumular miedos en los padres es otra táctica que afecta a la opinión pública en los Balcanes Occidentales. En marzo, en Macedonia del Norte, una Coalición para la Protección de la Infancia llevó a cabo una campaña para suscitar pánico sobre el adoctrinamiento pro-LGBTQ+ en las escuelas. La coalición, consistente en 31 pequeños partidos políticos y ONG, fue fundada por el partido marginal pro-Kremlin Rodina Makedonija, con el apoyo del grupo de presión cristiano fundamentalista estadounidense Family Watch.
En los medios de derecha macedonios, que ven una nuevo rubro a explotar en la transfobia, continúan apareciendo afirmaciones difamatorias sobre escuelas locales. Manipulaciones similares sobre el uso de las escuelas para adoctrinar niños se observan en la vecina Albania.
Entre otras desinformaciones que cruzan las fronteras está la estigmatización de conectar la orientación sexual con enfermedades infecciosas como la viruela del mono, que apareció en Albania y Bosnia Herzegovina, y que en Montenegro utilizaron tabloides y troles, junto con la «clásica» asociación de las personas LGBTQ+ con la pedofilia, en redes sociales bosnias y macedonias, todo acompañado de mentiras sobre el Foro Económico Mundial y las reacciones de la Unión Europea ante la discriminación en Hungría.
Los desfiles del orgullo y otros eventos realizados en los Balcanes entre mayo y junio de 2023 apuntan a los devastadores efectos de la homofobia y la transfobia, piden una respuesta sistémica a la impunidad de los delitos de odio y el discurso de odio, que socavan la democracia y el estado de derecho. Semejante comportamiento criminal erosiona aún más la cohesión social de las sociedades de transición, contribuyen a incrementar la extrema polarización ya existente, además de normalizar una atmósfera de miedo, donde las minorías de distintas opiniones pueden convertirse en chivos expiatorios.