Mongolia y Kirguistán se comprometen a intensificar cooperación bilateral

Banderas de Mongolia y Kirguistán en Ulán Bator, capital de Mongolia. Foto del sitio web del presidente de Mongolia.

Entre el 9 y el 11 de julio, el presidente de Kirguistán, Sadyr Japarov, realizó una visita oficial a Mongolia. Durante las visita, las partes discutieron la profundización de las relaciones y la cooperación, el fortalecimiento de la confianza política mutua y el marco jurídico de las relaciones, así como cuestiones regionales e internacionales de interés mutuo. El principal resultado fue la firma de la Declaración Conjunta de Establecimiento de la Amistad y la Cooperación, y otros 10 acuerdos de cooperación en ámbitos de comercio, ambiente, seguridad y cultura. La visita culminó con la inauguración de la embajada kirguisa en Mongolia el 11 de julio.

Presidentes de Mongolia y Kirguistán con sus esposas. Foto del sitio web del presidente de Mongolia.

Ha habido varios ejemplos de cooperación social y económica fructífera entre ambas partes. Los resultados de la visita de Japarov fueron similares a los de numerosas visitas anteriores de dirigentes kirguizos y mongoles que quizá no alcanzaron sus objetivos declarados en el ámbito económico. Sin embargo, la visita  del presidente coincidió con un aumento del comercio y una interacción orgánica, de abajo arriba, de pueblo a pueblo, lo que da a este esfuerzo mayores posibilidades de acercar a los dos países.

Mucha historia común y cultura compartida

Kirguistán y Mongolia comparten historia y cultura. Su interacción se remonta a miles de años. Los antepasados del actual pueblo kirguiso habitaron originalmente el valle del río Yenisey, en Siberia central, ya en 201 a.C. y después, la cuenca de Minusinsk, al sur de Siberia, en el siglo XII de nuestra era.

Vivir en estas zonas implicaba ser vecinos e interactuar con el pueblo mongol. Las manifestaciones modernas de esta larga interacción y de esta historia y cultura compartidas son el uso extendido de yurtas y el papel central del caballo en la cultura kirguisa y mongola, común entre los pueblos nómadas. Otra prueba de la pasada proximidad geográfica e interacción entre ambos es el lago Khyargas Nuur (lago kirguiso), al oeste de Mongolia. Ahí entre 2000 y 3000 personas de etnia kirguisa en la provincia occidental de Bayan Olgii. De ahí es Bulany Beisen, parlamentario mongol.

Este es un vídeo de Instagram del Khyargas Nuur (lago kirguiso) situado en el oeste de Mongolia.

Fotógrafo Erdenebulgan
Lago Khyargas, Mongolia.
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La historia moderna de cooperación entre ambos países se remonta a la Unión Soviética, de la que Kirguistán formaba parte, y Mongolia era un Estado satélite. En 1986, el secretario general del Comité Central del Partido Revolucionario Popular de Mongolia, J. Batmunkh, llegó en visita oficial a la República Socialista Soviética de Kirguistán. Ambas partes firmaron un acuerdo por el que se establecían lazos amistosos directos. Ese mismo año, las dos partes firmaron un acuerdo sobre los principales rubros de cooperación para 1987-1990, destinado a intercambiar experiencias para desarrollar la minería, la agricultura y la ganadería.

Relaciones diplomáticas independientes

La historia de la cooperación entre Mongolia y Kirguistán puede describirse como lenta y constante. En 1991, Kirguistán se independizó tras el colapso de la Unión Soviética e inició su transición a la democracia. En 1992, la República Popular de Mongolia dejó de existir y el país pasó del régimen socialista al democrático con el nombre de Mongolia. Ese mismo año, los dos países establecieron relaciones diplomáticas como Estados soberanos.

En 1993, el primer presidente de Kirguistán, Askar Akáyev, llegó en visita oficial a Mongolia, y los países firmaron varios documentos que constituyeron la base legal de sus relaciones: el Tratado de Relaciones Amistosas y Cooperación entre Mongolia y Kirguistán, y acuerdos de cooperación económica, cultural, científica y medioambiental. Akayev visitó Mongolia de nuevo en 2002. Las negociaciones concluyeron con declaraciones similares sobre el interés mutuo en la cooperación económica, agrícola y cultural.

A pesar de los ambiciosos planes, las relaciones se desarrollaron lentamente sin grandes resultados. En 2012, el expresidente de Mongolia Elbegdorj Tsakhia visitó Kirguistán. La visita reactivó en cierta medida la cooperación bilateral, ya que las partes reafirmaron la importancia de seguir desarrollando la cooperación entre ambos países. Le siguió el inicio de los vuelos Ulán Bator-Biskek-Estambul, lo que estableció por primera vez un vuelo directo entre ambos países.

En 2014, Mongolia abrió un consulado general en Biskek, capital de Kirguistán. En 2015, Elbegdorj Tsakhia visitó Kirguistán por segunda vez y declaró que ambos países estaban interesados en una cooperación comercial y económica activa. En 2017, el embajador de Kirguistán en China, Azamat Usenov, fue nombrado simultáneamente embajador en Mongolia. En 2019, el expresidente de Mongolia Khaltmaa Battulga visitó Kirguistán e inauguró la embajada de Mongolia en Biskek.

Aumenta el comercio y la diplomacia entre los pueblos

El escaso volumen de intercambio comercial entre Mongolia y Kirguistán indica que la cooperación entre ambos países ha tenido un tono político. Las reuniones y acuerdos de alto nivel no han dado ningún resultado impactante en la esfera económica. Sin embargo, se han producido cambios positivos en los últimos años.

El volumen de comercio entre ambos países en 2017 fue de solo 1,6 millones de dólares. Desde entonces ha crecido hasta alcanzar los 2.756 millones de dólares en 2022. En los cuatro primeros meses de 2023, la cifra asciende a 3,456 millones de dólares, 5,8 veces más que en el mismo periodo de 2022. Los productos alimenticios representan la mayor parte del comercio. Estas cifras siguen siendo escasas en comparación incluso con el décimo socio comercial de cada país. El volumen de comercio entre Kirguistán y su décimo mayor socio, India, es de casi 118 millones de dólares. Kirguistán no figura entre los 10 principales socios de exportación o importación de Mongolia. Como dirían los optimistas, hay mucho margen de crecimiento.

Este video de YouTube rtata sobre el creciente comercio bilateral entre Mongolia y Kirguistán.

Se espera que la visita de Japarov continúe la tendencia positiva de los últimos años. Su visita tuvo como resultado el acuerdo de que Mongolia suministrará carne, productos cárnicos y cuero a Kirguistán e importará frutas y verduras de Kirguistán. Hubo resultados similares tras la visita a Mongolia del ministro de Asuntos Exteriores de Kirguistán a principios de mayo. A este respecto, las partes acordaron intensificar la cooperación entre las instituciones veterinarias y de cuarentena. El intercambio de experiencias en la industria minera y el turismo son otras dos oportunidades que tienen mucho sentido, dadas las especificidades y fortalezas de los países.

Quizá el motor más eficaz de la interacción entre ambos países sea el incipiente comercio de automóviles entre Corea del Sur y Kirguistán, que se está llevando a cabo con la ayuda de Mongolia. Global Voices habló con Tolotai, empresario mongol que facilita este comercio como intermediario. Cuenta que la primera vez que empresarios kirguisos vinieron a Mongolia por autos fue en 2019. Lo hicieron tras darse cuenta de que esa ruta existe, y es más barato y rápido importar autos a Kirguistán desde Corea del Sur a través de Mongolia que desde otras partes del mundo a través de Georgia y Armenia.

La pandemia de COVID-19 dejó en suspenso estos planes hasta 2022, cuando Mongolia abrió por fin sus fronteras. Fue entonces cuando el comercio de autos despegó definitivamente, según Tolotai, uno de los muchos empresarios locales implicados en el comercio. Cada mes salen de Kirguistán entre cien y doscientos coches. Algunos se envían más lejos, a Rusia, tras ser matriculados y recibir matrículas en Kirguistán. Rusia y Kirguistán son miembros de la Unión Económica Euroasiática, que permite matricular un vehículo en uno de sus miembros y conducirlo libremente en todos los demás. El comercio de autos es posible gracias a kazajos mongoles como Tolotai. Su similitud lingüística y cultural les permite comunicarse libremente con los empresarios kirguisos.

Los resultados de visitas previas y conversaciones oficiales demuestran que los dos países siguen siendo amistosos entre sí y están dispuestos a explorar vías de cooperación. El establecimiento mutuo de embajadas promete acelerar la cooperación bilateral y sacar el máximo provecho. El compromiso político de alto nivel se complementa con el comercio y la interacción entre los pueblos. El enfoque lento y constante de la cooperación entre Mongolia y Kirguistán puede convertirse pronto en rápido y dinámico.

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