Trasfondo de la represión de derechos LGBTQ+ en varios países africanos

«Tengo una relación con Jesús, soy gay».
Miembros de la comunidad LGBTQ+ en Uganda en protesta pacífica por sus derechos e igualdad. Captura de pantalla de YouTube. Activistas LGBT decepcionados por la nueva “ley antihomosexualidad” en Africanews. Uso legítimo.

A pesar de los esfuerzos globales para impulsar la inclusividad y la igualdad de derechos, muchos países africanos han tomado medidas contra la comunidad LGBTQ+, lo que preocupa a organizaciones y activistas de los derechos humanos.

El 2 de mayo de 2023, el Parlamento de Uganda votó a favor de un proyecto de ley que deja a la comunidad LGBTQ+ vulnerable a castigos severos, que incluyen encarcelamiento y pena de muerte. En julio, los parlamentarios ghanéses votaron unánimemente a favor de reformar la legislación contra la homosexualidad del país, con lo que está más cerca de convertirse en ley. Además, en Kenia, varios políticos expresaron públicamente su apoyo a las leyes que tienen como objetivo a personas del colectivo LGBTQ+. Un diputado keniano opositora lidera una campaña para criminalizar aún más a esta comunidad. En Namibia, el partido gobernante lanza una amenaza tras la resolución de la Corte Suprema que reconoce el matrimonio igualitario que haya sido contraído fuera del país.

Son varios los países africanos que heredaron leyes de la época colonial que criminalizan la homosexualidad y las relaciones del mismo sexo. Una de estas son las “leyes antisodomía” de Bostuana. En muchos casos de remanentes del dominio colonial, estas leyes arcaicas han persistido a pesar de los avances a nivel global en materia de derechos LGBTQ+. Debido a la creencia profundamente arraigada de que la homosexualidad es un concepto ajeno que se opone a los valores tradicionales, los Gobiernos pueden continuar imponiendo este tipo de leyes.

Factores culturales y religiosos

Las creencias religiosas y culturales, profundamente arraigadas, son una de las razones detrás de las medidas que atentan contra los derechos LGBTQ+. Muchas sociedades africanas tienen normas conservadoras y enseñanzas religiosas que condenan las relaciones del mismo sexo y las identidades de género diversas. Estas creencias suelen influir en las decisiones políticas y contribuyen a la marginación de estas personas. Por ejemplo, en febrero, la Corte Suprema keniana ratificó los fallos de las cortes inferiores que establecían que el Gobierno no podía negarse a registrar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de Gais y Lesbianas (NGLHRC). Sin embargo, a pesar de la decisión judicial que establecía que la Constitución prohíbe la discriminación por orientación sexual, el presidente William Ruto, numerosos líderes religiosos y analistas políticos condenaron vehementemente esta resolución. En el canal de noticias local Citizen TV, el presidente Ruto expresó su rechazo y enfatizó sus fuertes creencias religiosas:

I am a God-fearing man, and regardless of the court's decision, our culture, values, Christianity, and Islam cannot permit women to marry each other or men to marry fellow men.

Soy un hombre temeroso de Dios, y a pesar de la decisión judicial, nuestra cultura, nuestros valores, el cristianismo y el islam no pueden permitir que las mujeres se casen con otras mujeres y los hombres con otros hombres.

Sin embargo, la historia sugiere que antes del colonialismo existían numerosas tradiciones culturales en África que toleraban la diversidad sexual y eran más liberales con los roles de género. Un informe propone que las antiguas sociedades africanas, incluidos los egipcios, reconocían y aceptaban las relaciones entre personas del mismo sexo. Estas culturas veneraban a un tercer género, que estaba representado por deidades andróginas y diosas con falos erectos. El tradicional sistema de género binario no estaba presente en las regiones que corresponden a las actuales Nigeria y Ghana. En aquellos tiempos, eran atributos tales como la energía los que determinaban la clasificación por género, que incluso podía posponerse hasta etapas más tardías de la vida. En Sudán del Norte, en particular, hubo casos en los que a las hijas se les otorgaban esclavas para compañía e intimidad.

Conveniencia política

En algunos países de África, los líderes políticos pueden utilizar la retórica antiLLGBTQ+ y a la legislación para aumentar su popularidad y desviar la atención de otros asuntos urgentes. Al capitalizar las opiniones conservadoras, tan prevalentes en estas sociedades, los líderes consolidan su base política y retienen el apoyo del pueblo.

Esto es lo que está ocurriendo en Namibia. El reconocimiento de los matrimonios del mismo sexo contraídos fuera del país llevó al ex ministro de gabinete y legislador de SWAPO (la Organización Popular de África Sudoccidental), Jerry Ekandjo, a someter a discusión privada un proyecto de ley en el Parlamento que defina la palabra “cónyuge” en la ley de control de la inmigración. De acuerdo al periódico The Namibian, Ekandjo declaró que esto serviría para “prohibir el matrimonio igualitario, darle solemnidad, poder reconocerlo en Namibia y prever cuestiones incidentales”. Aunque el propio Ekandjo admitió que el proceso administrativo para implementar el proyecto podía llevar hasta seis meses, ya pueden verse los impactos sobre la comunidad LGBTQ+.

En un correo electrónico para Global Voices, el autor y emprendedor tecnológico Ndiilokelwa Nthengwe escribió:

The private member's bill already has an impact even without formalisation from the President currently reviewing it with the Attorney General who is vehemently homophobic. Notwithstanding the fact that the Queer community in general has always faced homophobic hostility from the government, in the media and through our courts.

El proyecto de ley ya ha generado un impacto, sin formalización del presidente, que lo está revisando con el fiscal general que tiene una vehemente visión homofóbica. Pese a que, en general, la comunidad queer siempre ha enfrentado una homofobia hostil del Gobierno, los medios y la ley.

Aunque Ekandjo afirma que la legalización del matrimonio homosexual es contraria a las normas y creencias de la mayoría del país, esa no es la única razón que lo pone en agenda. Como relata Nthengwe:

In the next six months, Ekandjo will use his position in parliament to gain momentum within the ‘ruling’ party. The end goal is not necessarily so obvious because Ekandjo is a veteran in the party who was excluded from the vice-presidential race. So he has a bone to pick and he has prowess to perform in order to gain political clout.

En los próximos seis meses, Ekandjo utilizará su posición en el Parlamento para ganar impulso dentro del partido “gobernante”. El objetivo final no es necesariamente tan evidente dado que Ekandjo es un veterano del partido, que fue excluido de la elección para vicepresidente. Por lo tanto, tiene cuentas que ajustar y tiene la destreza para lograrlo y aumentar su influencia política.

El miedo al “imperialismo occidental”

Algunos líderes africanos podrían percibir con sospecha el “fomento” de los países occidentales a las organizaciones de derechos LGBTQ+, que lo ven como algo hipócrita y una forma de neocolonialismo o “imperialismo occidental”. Un exparlamentario ghanés y defensor de la ley anti-LGBTQ+ se expresó sobre este tema en una entrevista con DW News:

If you come to Germany for instance, which is one of the most liberal countries in the world, polygamy is illegal. In Germany, not only is it illegal, you could end up with a fine and a jail sentence of up to three years. One would think and expect that a country as liberal as Germany or any other country in Western Europe in promoting human rights would also have people practice whatever they want to practice, but the reality is that every country is entitled to enact legislation or laws that promote the moral values of that particular country.

Si vienes Alemania, por ejemplo, que es uno de los países más liberales del mundo, la poligamia es ilegal. No solo es ilegal, sino que podrían multarte o sentenciarte a hasta tres años de cárcel. Podríamos esperar que un país tan liberal como Alemania o cualquier otro país de Europa Occidental que promueve los derechos humanos también permitiría que sus habitantes hicieran lo que desearan hacer, pero la realidad es que todos los países tienen derecho a promulgar la legislación o leyes que fomenten los valores morales de ese país particular.

Esta percepción preocupa a algunos líderes africanos que temen que la defensa de los derechos LGBTQ+ desde los países occidentales y algunas organizaciones sea un intento de imponer valores extranjeros y socavar sus creencias morales y culturales. En entrevista con NTVUganda, algunos parlamentarios ugandeses criticaron la decisión del Banco Mundial de sancionar a Uganda por una ley homofóbica. Argumentan que la sanción es una violación a la soberanía de su nación y a la independencia cultural. Como respuesta a esta preocupación, algunos Gobiernos africanos podrían adoptar medidas anti LGBTQ+ para asegurar la autonomía cultural y proteger lo que ven como valores nacionales.

Sin embargo, es esencial distinguir entre defender los derechos LGBTQ+ e imponer valores culturales. Defender los derechos LGBTQ+ con el objetivo de asegurar la igualdad, la protección y los derechos humanos de todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género. Se trata de promover derechos humanos universales que se aplican a todas las personas sin importar su ubicación geográfica, no de fomentar valores occidentales.

Es vital gestar un entendimiento de los derechos LGBTQ+ sin matices, que respete la diversidad cultural y sostenga los principios de los derechos humanos y la igualdad. La colaboración y el diálogo entre las organizaciones occidentales y los líderes africanos pueden acercar posiciones y aclarar las inquietudes. Una defensa efectiva de los derechos LGBTQ+ en África debería considerar el contexto cultural y participar de conversaciones respetuosas que promuevan la inclusividad y la tolerancia.

Para concluir, como enfatizó Ndiilokelwa Nthengwe en un correo electrónico para GV, la mera visibilidad de la comunidad queer no garantiza solidaridad. Aunque existen grupos que se solidarizan con la comunidad LGBTQ+, esto no es suficiente para crear un cambio significativo. Los problemas que enfrenta esta comunidad parecen estar íntimamente relacionados con la política y la protección de la democracia constitucional.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.