
Imagen cortesía de Sophia Andreazz, usada con autorización.
En la lucha actual por la igualdad de género y los derechos de la mujer, un poderoso y transformador movimiento se está alzando en el feminismo de todo el mundo. La Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID, por su nombre en inglés) y Kohl, revista de investigación sobre el cuerpo y género, se han unido con el fin de compilar artículos que desafían las ideas tradicionales sobre el placer, la sexualidad y el cuerpo humano. A este proyecto se le ha llamado «Corporalidades transnacionales». Esta colección intensifica la voz de feministas que se atreven a liberarse de los mandatos sociales. En este artículo, exploraremos tres textos redactados por integrantes de AWID, profundizaremos en sus poderosas narrativas que celebran la alegría, resiliencia y desafíos. Prepárate para embarcarte en un viaje que desafiará tus ideas y te inspirará a aceptar el placer como tú quieras.

Imagen cortesía de Sophia Andreazz, usada con autorización.
Reflexiones de Lina B sobre «MANGO» de Jurema Araújo
Nos embarcamos con Lina B en un poético viaje en su artículo sobre «Mango» de Juema Araújo. Lina subraya la importancia de apropiarse del lenguaje relativo al placer y a la sexualidad, mientras aclara el poder de celebrar el amor en su comunidad.
Fruta prohibida, melones, papaya, pomelo y otras frutas se han empleado en la literatura para aludir y simbolizar el sexo y los órganos sexuales. En este artículo, Araújo usa una fruta originaria y común de su patria, Brasil. En este poema, el mango no solo representa la sensualidad y el sexo, sino también la familiaridad. Para los sudamericanos, los mangos simbolizan comodidad, seguridad y lugar de origen. La poesía erótica de Araújo se detiene para celebrar el placer y da un paso más al descolonizar la lengua relativa al placer y a la sexualidad, dibuja una imagen poderosa y colorida de lo que es el amor en su comunidad, «¡amelazada y edulcorada!».
Lee la revista completa aquí en inglés, francés y español.
Lee el artículo original de Araújo aquí en inglés, francés y español.
Reflexión de Charlotte Hopmans sobre «Sextear como feminista» de Chinelo Onwualu

Imagen cortesía de Sophia Andreazz, usada con permiso.
«Sextear como feminista: el humor en la revolución digital feminista» explora la poderosa naturaleza del sexteo (enviar mensajes sexuales) feminista, contra los mandatos sociales, y crea un espacio seguro para la exploración personal.
En su reseña, Charlotte Hopmans explora, desde su propia experiencia parecida a la de Chinelo Onwualu en su artículo, la naturaleza empoderadora del sexteo feminista. Hopmans cienta el miedo inicial y la vulnerabilidad asociada al sexteo. Sin embargo, a medida que la confianza va creciendo, el sexteo se convierte en una herramienta poderosa para crear una conexión consigo misma y de autoexploración. La autora subraya el potencial transformador del sexteo en un marco feminista, enfatiza la importancia del consentimiento, la confianza y la creatividad. A través de intercambios íntimos virtuales, las personas pueden liberarse de las expectativas sociales y aceptar la exploración lúdica de sus identidades sexuales.
Relacioné este texto mientras lo leía con mi propia experiencia en sexteo y, a la vez, resaltó el potencial transformador del sexteo dentro de un marco feminista.
Inicialmente, el sexteo parecía aterrador, vulnerable y distante a la vez. Las historias de difusión de contenido sin consentimiento me aterraba, a la vez que el hecho de dar a conocer deseos íntimos a través de mensajes añadía una extraña sensación de distancia vulnerable. Sin embargo, según aumentaba la confianza en mi relación de larga distancia, el sexteo se convirtió en una herramienta poderosa para reforzar nuestra conexión.
A través del sexteo , expresamos deseos y fantasías de forma explícita, lo que nos permite explorar y comprender la sexualidad propia y del otro a pesar de la separación física. La distancia nos obligó a ser más abiertos y le dio voz a nuestros deseos más profundos que de otra forma no habríamos expresado.
Según evolucionaba nuestra experiencia con el sexteo, empezamos a crear historias detalladas basadas en nuestras fantasías. Esta exploración creativa fue una experiencia graciosa y divertida, que nos provocaba a menudo risas por lo absurdo y divertido de nuestras fantasías. El sexteo se convirtió en un santuario de expresión sexual mutua, pues estos mensajes sexuales adorables se convirtieron en historias contadas, detalladas y completas en las que nos turnábamos para escribir la siguiente «escena».
Esta experiencia de sexteo me empoderó para encontrar mi voz en el dormitorio virtual y expresar mis deseos con confianza. Este proceso me provocó un sentir mayor de empoderamiento y curiosidad sobre mis propios deseos y sexualidad. El sexteo me animó a liberarme de las expectativas sociales y aceptar la exploración creativa y juguetona de mi identidad sexual; también me ayudó a reclamar mi voz y a volver a conectar más profundamente conmigo y con mi pareja.
«Sextear como feminista» ha sido un recordatorio de que, al hacerlo con consentimiento, confianza, algo de creatividad y una perspectiva feminista, el sexteo puede convertirse en una experiencia transformadora que va más allá de los límites físicos.
Lee el artículo original de Chinelo aquí en inglés, francés y español.
Reflexiones de Elisabeth sobre «La comunicación del deseo y otras prácticas políticas del cuerpo» con Manal Tamimi, Lindiwe Rasekoala y Louise Malherbe

Imagen cortesía de Sophia Andreazz, usada con autorización.
El texto de Elisabeth ofrece una visión convincente de las prácticas políticas del cuerpo de Manal Tamimi, Lindiwe Rasekoala y Louise Malherbe. Como joven trabajadora sexual de Mombasa, Kenia, Elisabeth expone las dinámicas sistemáticas de poder y el control patriarcal infiltrado en el sector del trabajo sexual. Enfatiza cómo el placer se convierte en un acto de resistencia para las mujeres marginadas, que desafía las normas culturales y sociales que busca silenciar y convertir sus cuerpos en objetos. La propia experiencia de Elisabeth como trabajadora sexual subraya el potencial transformador de aceptar el placer como medio de liberación de la pobreza y creencias opresivas.
Soy una joven trabajadora sexual de Mombasa, Kenia, región donde es tabú hablar de la sexualidad femenina y en la que se ve como promiscua a una mujer cuando expresa abiertamente su sexualidad. Como trabajadora sexual, he visto cómo el poder y el patriarcado evolucionan también en la industria/movimiento del trabajo sexual: los clientes nos lo dejan claro (a las trabajadoras sexuales), cómo nos pagan por sexo, el derecho de disfrutar del sexo nos es automáticamente arrebatado. Las leyes, clientes y sociedad cosifican a las trabajadoras sexuales; todo lo relacionado con nuestros cuerpos, hasta cómo y con quién queremos experimentar placer, está impuesto.
Para quienes se identifican como mujeres, el placer es un acto de resistencia, hacia la cultura, religión y normas socioeconómicas. Elegir experimentar placer es elegir radicalmente luchar sistemas que oprimen a las mujeres. Yo misma creí durante mucho tiempo que el sexo se le hacía a las mujeres y era más como una tarea que las mujeres debíamos a nuestras parejas masculinas. Conforme crecía en mi carrera como trabajadora sexual, acogí completamente el sexo como un arte del que puedo disfrutar completamente mientras gano dinero, el placer es mi liberación de la pobreza y de unas creencias sociales y culturales dañinas.
Mujeres como placer
Lee el artículo original colaborativo de Manal, Lindiwe y Louise aquí en inglés, francés y español.
Según vamos explorando el rico mosaico de estos tres textos, aparece un tema poderoso y unificador: un estridente llamado para reclamar nuestro cuerpo, deseo y narrativa. Cada autora desafía sin miedo, a su propia manera, las normas sociales, empuja los límites del placer y del cuerpo. Del poema lleno de fruta evocadora de Jurema Araújo a la exploración feminista del sexteo de Chinelo Onwualu, pasando por las inspiradoras prácticas políticas del cuerpo contadas por Manal Tamimi, Lindiwe Rasekoala y Louise Malherbe, estas autoras feministas abren un camino valiente a través de los tabúes sociales y nos invitan a perseguir nuestro derecho inherente al placer, sin pedir permiso y en nuestros propios términos.
«Corporalidades transnacionales» transciende las limitaciones de las normas tradicionales a la vez que ofrece diversas opiniones que celebran el placer, la resiliencia y la resistencia. A través de la visión presentada en estos textos, presenciamos el poder transformador del lenguaje, el potencial liberador del sexteo y el feroz desafío contra los sistemas opresivos. Nos llaman a desmantelar los patrones patriarcales, a aceptar con alegría nuestro deseo y a luchar persistentemente por el placer como acto radical de empoderamiento. Esta recopilación sirve como testimonio que alimenta nuestra imaginación para crear un mundo en el que todos los cuerpos sean celebrados y el placer se convierta en un acto radical de empoderamiento y fuerza profunda de liberación.