
Luego del accidente en la planta de tratamiento de Vorkutá, algunos habitantes de Petrun debieron dejar de usar agua del río. Foto: Natalia Beshkareva de Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Vorkutá, ciudad de la República Komi en Rusia, era sede de los infames campamentos soviéticos gulags. Estos ya desaparecieron, pero la gente permanece en la zona, indígenas komi y otros. El medio independiente ruso Novaya Vkladka (La nueva pestaña) escribió sobre la catástrofe ecológica que afecta a la red fluvial del río Vorkutá.
Desde hace mucho tiempo, en la república rusa de Komi los activistas ambientales esperan respuestas de organismos oficiales sobre un accidente ocurrido en una planta de tratamiento de Vorkutá en diciembre de 2022. Desde el accidente, el agua del río quedó contaminada y se han encontrado parásitos en los peces, pero pocas personas tienen en cuenta las consecuencias de tal emergencia.
Mientras tanto, el alcalde de Vorkutá está ocupado luchando contra el «fascismo» en Ucrania y la fiscalía ha pasado completamente por alto a la gente que toma agua del río. Algunos activistas intentan captar la atención hacia este y otros problemas ambientales. Sin embargo, las autoridades los acusan de «pseudoecologistas» y de «agentes externos». De acuerdo con las periodistas Natalia Beshkareva y Evgenia Sibirtseva de Novaya Vkladka, la difícil situación que se atraviesa en estos remotos lugares y las consecuencias del grave accidente ocasionado por el hombre no son motivo de preocupación para las autoridades ni para algunos habitantes de los pueblos de la república de Komi. Global Voices tradujo y reprodujo con permiso el artículo de Novaya Vkladka. Se editó por cuestiones de estilo y longitud.
Un accidente en Vorkutá
«Las paredes, la cabina de trabajo, las cañerías, todo se derrumbó», explicaron los trabajadores acerca del accidente en la planta de tratamiento de agua en Vorkutá. Por milagro, nadie resultó herido: el derrumbe ocurrió justo unos minutos antes de que los operadores de turno entraran al vestíbulo. Agua caliente y fría brotaba de las tuberías destrozadas, y la central de bombeo junto a todo el equipo quedó inundada en pocos minutos. Las aguas residuales fluyeron de forma directa hacia un arroyo que desemboca en el río Vorkutá. El accidente ocurrió antes de Año Nuevo, cuando muchos lugareños estaban dedicados a las tareas previas a las fiestas. Dos semanas después, las autoridades de la ciudad informaron que la planta de tratamiento de aguas residuales estaba funcionando nuevamente. Pero en febrero, el Rospotrebnadzor (servicio federal de supervisión para la protección de los derechos del consumidor y el bienestar) reportó que en el río Vorkutá, la concentración de algunas substancias nocivas excedían por mucho los límites normales.

En los remotos pueblos de Rusia, las distancias se miden no en kilómetros, sino en horas. Desde la ciudad de Inta al pueblo de Petrun hay unos cien kilómetros. La forma más rápida de llegar allí es en helicóptero, en casi treinta minutos. Pero fuera de temporada, solo vuela una vez por semana, y durante el «camino invernal», se lo reemplaza por un autobús de servicio público o por motos de nieve personas. Entonces, el viaje por la tundra puede llegar a durar de cuatro a veinte horas. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Los habitantes de Komi no recibieron oficialmente la notificación de que el río estaba contaminado. En abril, algunas divisiones, entre las que se incluye al Ministerio de Salud de Komi, recibieron una carta del Rospotrebnadzor regional que mencionaba que en los primeros dos meses de 2023 la incidencia de helmintiasis en Komi había aumentado en casi un 30%, en comparación con el mismo período de 2022. Esta información no se incluyó en el reporte oficial de noticias del alcalde o en los comunicados de prensa regionales del Gobierno.

En Petrun reina el orden del mundo predigital. Todavía no existe la comunicación por celular ni internet, y el medio de transporte sigue siendo el caballo. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
El 31 de diciembre, el Departamento del Comité de Investigaciones de la República de Komi abrió un expediente penal acerca de la contaminación en el río. En febrero, se abrió otro caso sobre la negligencia que llevó al perjuicio. De acuerdo con la fiscalía de Komi, se estima que, como resultado del accidente, el valor de los daños ocasionados a la reserva biológica de agua asciende a más de 11 millones de rublos (unos 157 000 dólares). Aún no se han dado a conocer a los responsables.
Seis meses después, el accidente parece haber pasado al olvido. Los fines de semana, el tren suburbano se llena de vorkutinos que, tranquilos, van a pescar a la estación Seida. Sin embargo, el lugareño Vladimir Tishchenko dijo a Novaya Vkladka que en junio tuvo que deshacerse de un tímalo que había pescado porque adentro tenía largos gusanos blancos.

Los peces de río son la fuente principal de alimento para turistas y habitantes de los pueblos polares. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
La planta de tratamiento de aguas de Vorkutá comenzó a operar en la década de 1970 y desde entonces no se ha actualizado. Desde el accidente, la administración de la ciudad no ha anunciado si van a reconstruir las instalaciones y, en tal caso, cuándo se llevaría a cabo. El alcalde Vladimir Shaposhnikov escribió que llevaría por lo menos entre tres a cinco años encontrar y reunir los fondos para reconstruir las tuberías.

Territorio de las instalaciones de la empresa rusa Vodokanal en Vorkutá. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Novaya Vkladka encontró un documento que indicaba que las instalaciones de la planta de tratamiento de aguas requería reparaciones desde hace diez años, pero los trabajos nunca se iniciaron. Los empleados dicen que hace años que advierten a las autoridades de la ciudad sobre la estado crítico de las estructuras técnicas. «Da miedo el lugar: paredes rajadas, las vigas están corroídas y dobladas», dijo un trabajador encargado de limpiar el sótano de la planta de tratamiento de aguas residuales.

Es imposible vivir a la vera del río y no tener un bote. Por ende, casi todos los habitantes de Petrum tienen su propio transporte fluvial, lo que les permite llegar al bosque para buscar hongos, cazar o ir a la ciudad para hacer negocios. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
En febrero de 2023, el fiscal de la República de Komi, Nikolai Egorov, confirmó que la administración de Vorkutá conocía el estado ruinoso de las instalaciones de la planta. Inclusive, en 2020, las autoridades habían ordenado una inspección técnica de la estructura, pero no se tomaron medidas posteriores. En enero de 2023, Oleg Mikhailovm, diputado de la Duma Estatal de Komi y miembro del Partido Comunista, se refirió a la falta de acción de los funcionarios como «un crimen» y sugirió que se pondría en contacto con la oficina del fiscal general. Pero la iniciativa de Mikhailov no se tomó con seriedad: los diputados de Rusia Unida, mayoría en la Duma Estatal, se abstuvieron de votar.

A fines de diciembre, los habitantes de algunos pueblos de Komi se enteraron de la emergencia al ver las noticias en las tiendas de comestibles: «un accidente ocurrió en la planta de tratamiento de Vodokanal de Vorkutá. Aguas residuales llegaron al río Usa. Se solicita a la población no utilizar agua del río». Qué sucedió exactamente y cuán serio era, nadie lo sabía. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Los medios locales, según las autoridades locales, se refirieron al accidente como un incidente menor. Varios medios difundieron el siguiente mensaje el 24 de diciembre en varias redes sociales:
В сети разгоняют не вполне адекватные слухи, что локальный инцидент на очистных „Водоканала“ угрожает „экологической катастрофой“. Спите спокойно, воркутинцы, всё под контролем специалистов, угрозы экологии нет.
En las redes circulan rumores imprecisos sobre un incidente local en las instalaciones de la planta de tratamiento de Vodokanal que amenaza con convertirse en una «catástrofe ambiental». Duerman tranquilos, yorkutinos, todo está bajo el control de los especialistas, no hay amenaza para el ambiente.

Aunque hay dos bombas de agua en Petrun, Gabriel Filippov se rehúsa a usarlas. El agua artesiana que corre ahí le resulta inanimada, no como la del río Usa, suave y deliciosa. Pero cuando el río estuvo contaminado por las aguas residuales filtradas del Vorkutá, Gabriel la reemplazó con agua del lago. Y en lugar de ir a la bomba de agua cerca de su casa, camina kilómetros hasta el lago. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Veronika, maestra de ruso y literatura que vive en Vorkutá, está sorprendida de que la noticia fuera presentada como «algo insignificante». Dijo que «se habló al respecto junto con la información del clima como si no hubiera pasado nada terrible. Como persona sensible, de inmediato imaginé el daño que se le causó al ambiente. Me sorprende que esto no le provocara a nadie una reacción brusca. Todo el mundo lo tomó como algo normal».

Todas las formas de entretenimiento del pueblo de Petrun se concentran en el club comunitario: un grupo de jóvenes acordeonistas, un estudio de danza, un coro (foto). Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Parece que solo el personal de la estación, los activistas y los funcionarios tomaron dimensión de la escala del incidente. Nina Ananina, ecologista de Syktyvkar, advirtió que los índices de infecciones intestinales y helmintiasis podrían aumentar en los asentamientos ubicados río abajo. Los funcionarios no hicieron comentarios al respecto. En el sitio web del Gobierno de la República de Komi no hubo reportes de un accidente, ni el día de la emergencia ni en los subsiguientes.
Parásitos y aguas negras
Los habitantes recibieron mucha más información sobre el accidente y de las consecuencias por el medio social de Pechora Rescue Committee (Comité de Rescate de Pechora), organización ambiental pública establecida en 1989. El director, Ivan Ivanov, se comunicó con varias instituciones estatales luego del incidente, incluido Rospotrebnadzor de Vorkutá, para averiguar si los habitantes de los pueblos podían seguir bebiendo el agua del río, pero no obtuvo ninguna respuesta relevante. Como resultado, el Comité de Rescate de Pechora recomendó no comer pescado crudo sacado del río y no usar el agua para cocinar. Luego de que las autoridades de la ciudad y el jefe de Komi, Vladimir Uiba, informaron que comenzarían a tratar las aguas contaminadas, los activistas del Comité de Rescate de Pechora tomaron muestras del Vorkutá y el Usa para analizar en el laboratorio.
De acuerdo con los resultados, en el agua se encontraron virus colífagos, bacterias de salmonela, huevos helmínticos y varios otros tipos de bacterias indicadoras de contaminación fecal, que puede llegar a ser extremadamente peligrosa, inclusive fatales, según informa la Organización Mundial de la Salud.

El esposo de Irina Filippova llenó un tambor con nieve y agrego agua del lago. Esta reserva les durará para una semana de té. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Como respuesta, la fiscalía de Komi declaró que aunque se hubieran vertido aguas residuales en los ríos Vorkutá y Usa entre el 24 de diciembre y el 11 de enero, no hay asentamientos en un radio de 540 kilómetros del Vorkutá hasta el Usinsk que utilicen agua del río.
En realidad, hay unos diez pueblos en esa zona y la gente que vive allí usa el agua del río habitualmente.

Complejo de viviendas en el pueblo de Abez. La forma de transporte primordial en estos lugares es la moto de nieve. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Parece que la fiscalía y el Gobierno regional se han «olvidado» de estos pueblos. El periodista de Novaya Vkladka viajó a estos asentamientos «invisibles» en febrero. El accidente se manejó de forma diferente allí: quienes usan internet y leen las publicaciones de los ambientalistas estaban preocupados por los ríos, mientras que quienes recibían las noticias principalmente de la televisión creían que no había ocurrido nada terrible. En algunos pueblos no hay internet, ni comunicación con las organizaciones de salud regionales o estatales. Cuando los periodistas por fin llegaron, la gente obtuvo lo que no habían recibido de las autoridades por mucho tiempo: información.
Uno de estos pueblos circumpolares que está aislado de la civilización es Petrun. Con un poco más de 300 habitantes, casi todos hablan en komi, que en los últimos años por poco ha desaparecido y cuyo porcentaje de hablantes en la zona es muy pequeño. Hay dos tiendas pequeñas de comestibles y una escuela de madera para 30 estudiantes que hace tiempo necesita reparaciones.

Durante un mes, todas las advertencias de que se habían vertido aguas negras en el río se limitaron al lacónico «no utilizar el agua del río Usa». Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Vera, lugareña cuya casa está a la orilla del río, dijo a los periodistas:
Переживаю, что летом ни порыбачить, ни покупаться будет нельзя. Вы видели, по какой дороге ехали? Понимаете, что мы никому не нужны? — сетует Вера.
Me preocupa que no podamos pescar o nadar en el río durante el verano. ¿Vieron el camino por el que manejaron hasta aquí? ¿Se dan cuenta de que nadie nos necesita?
Los periodistas también conversaron con una bibliotecaria local, Natalia Atemasova, que se mostró un poco a la defensiva acerca de la contaminación.
Зачем об аварии писать? Стиральные машины стирают, и никто не полощет на реке, как раньше. За водой на колонку сколько надо ездишь, баню топишь когда хочешь! Летом для огорода вода в бочках от дождя собирается. Лучше напишите, как в селе замечательно. Вон сколько продуктов в магазине — не в каждом посёлке столько бывает. Вертолёт летает, слава богу и властям. У нас всё хорошо, лишь бы Путин подольше был у власти.
¿Para qué escribir sobre el accidente? Usamos lavarropas ahora, nadie lava en el río como antes. Para sacar toda el agua que se necesita se usa la bomba, ¡calientas el agua para el baño cuando quieres! En el verano, el agua se recolecta de la lluvia en barriles. Es mejor escribir sobre lo maravilloso que es el pueblo. Gracias a Dios y a las autoridades, el helicóptero está volando. Todo está bien acá, mientras Putin siga en el poder.
Los pobladores no saben cómo verificar la calidad del agua. En Petrun no hay quien enseñe biología, la central de paramédicos está cerrada porque no pudieron encontrar un reemplazo. Los habitantes supieron gracias a la radio y a la televisión que la planta de tratamiento de aguas residuales ya estaba reparada, pero oficialmente, nadie los notificó de que sea seguro beber agua del río Usa.
Sobre la márgen de ese río se encuentra el pueblo de Abez. A principios de 2000, tenía más de 700 habitantes, pero ahora solo hay 400. A diferencia de Petrun, Abez tiene señal de telefonía celular e internet y se puede llegar en tren. Pero allí no saben nada más sobre la calidad del agua y el accidente en sí se disipó en el humo de otros problemas locales.

Habitante de Abez llega a la columna de agua para llenar los tanques. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Al enterarse de la llegada de los periodistas de Novaya Vkladka, uno de los vecinos organizó una reunión.
«¿Ustedes solo quieren saber sobre el río? ¡Si es así, entonces no hay nada que decirles! Tenemos otros problemas», dijo un lugareño.
Los habitantes de Abez no toman agua del río Usa, hay una central de suministro de agua y una bomba pública para la comunidad. Pero el río es una parte importante de la vida del pueblo, así que la gente tenía muchas preguntas.
«¿En serio debo dejar de pescar?». «¿Se podrá descansar en las riberas luego de las crecidas cuando las bacterias y los huevos de helminto se hayan esparcido». «¿Cómo se puede evitar que los niños naden en el río durante el verano?».
Todas estas preguntas se acallaron enseguida con otros problemas más dolorosos. Los habitantes hablaron de la ausencia de un vertedero y sobre el estancamiento de las reparaciones en la unidades de viviendas municipales de las que muchos dependen. En comparación, la impureza del río Usa no parece tan importante para los habitantes de Abez.
«Se desvanece el deseo de hacer algo»
Mientras los habitantes de los pueblos norteños se preguntan cuándo será posible beber agua del río, el Comité de Rescate de Pechora sostiene una guerra de papeleo con los funcionarios. A la redacción de interminables cartas a funcionarios de todos los estratos del Gobieron, se suma al pedido de los ambientalistas remitida de forma directa al jefe de Komi, Vladimir Uiba, que incluye la solicitud de un protocolo de emergencia, pero él respondió que no era necesario.

Aguas residuales se drenan de la planta de tratamiento de Vorkutá a un arroyo paralelo. Los empleados de la planta dicen que inclusive tras seis meses del accidente, no se ha realizado una limpieza como corresponde. ni la alcaldía de Vorkutá ni Vodokanal han hecho pública la información del análisis del agua vertida en el río. Foto de Natalia Beshkareva para Novaya Vkladka. Usada con autorización.
Mientras tanto, el alcalde de Vorkutá, Yaroslav Shaposhnikov, anunción a fines de marzo que formaría parte de «una operación militar especial», refiriéndose a la guerra de Rusia contra Ucrania. Luego de que estas noticias se publicaron en línea, algunos yorkutinos comenzaron a dejar en los comentarios la pregunta de cuándo se ocuparía entonces de los problemas de la ciudad. Como consecuencia, se retiró la posibilidad de escribir comentarios. En mayo, cuando el alcalde explicó que iba a «ayudar a la madre patria a vencer al fascismo en el territorio ucraniano», los vorkutinos comenzaron a escribir de nuevo sobre los problemas que hay en esta patria: caminos deteriorados, nieve sin retirar y más. Había tantos «recordatorios» así que una vez más el espacio para los comentarios se cerró. Hacia fines de agosto, Shaposhnikov permanece en Vorkutá.
De acuerdo con el jefe del Comité de Rescate de Pechora, Ivan Ivanov, se encuentra muy enojado por la pasividad de los habitantes. Después del accidente de la planta, casi nadie intentó contactarse con los funcionarios para obtener respuestas. La gente se limitó a comentar en las redes sociales, como mucho. En el grupo público Sociedad Civil de la República de Komi de VK (aplicación mediática popular de Rusia), se le dijo a los habitantes que enviaran pedidos en masa sobre el accidente a varios departamentos del Gobierno, inclusive a la fiscalía general y a la oficina presidencial. Los activistas hasta adjuntaron a la publicación una carta ya redactada. Pero, a juzgar por la falta de reacción de las autoridades, casi nadie procedió con el envío. «No veo para quién (de los habitantes) sería necesario, y esto causa desgaste», dice Ivanov. «Se desvanece el deseo de hacer algo».