
El presidente de Brasil, Lula da Silva, el presidente de China, Xi Jinping, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, el primer ministro de India, Narendra Modi, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la cumbre de los BRICS de 2023 en Johannesburgo, Sudáfrica, 22 de agosto de 2023. Imagen de la Oficina de Prensa e Información Presidencial de Wikimedia Commons (Public Domain Mark 1.0)..
Recientemente, el grupo de países formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) ha emergido como una gran fuerza en la economía global. Debido a sus grandes éxitos, cada vez más países africanos han expresado su interés en formar parte de esta influyente alianza.
Son diversas las opiniones de analistas sobre los logros tangibles de los BRICS desde su creación en 2009. Mientras que algunos son de la opinión de ‘esperar a ver’ para evaluar el potencial del grupo, otros aseveran que el bloque de los BRICS ya ha sobrepasado las expectativas. No obstante, otros enfatizan la necesidad de un mapa de ruta más realista para el grupo.
En 2014, los países que forman los BRICS fundaron el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), con una inversión inicial de 50 000 millones de dólares. Esta organización financiera fue concebida como alternativa a las instituciones occidentales dominantes como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a los que se ha criticado por imponer estrictas políticas económicas sobre países en desarrollo. El NBD ofrece a los países miembros un contrapeso para acceder a financiación al desarrollo sin las restricciones asociadas al Banco Mundial y el FMI. Unido a esto, los BRICS presentaron el Acuerdo de Reserva de Contingencias, un acuerdo diseñado para ofrecer ayuda financiera a los Estados miembros que enfrentan problemas de pago en tiempos de agitación económica.
Durante la cumbre de los BRICS de 2023, celebrada en Johannesburgo entre el 22 y el 24 de agosto, se espera centrar la conversación en la ampliación de miembros del grupo. Sin embargo, no todos los miembros actuales parecen apoyar la ampliación, lo que ha creado preocupación. Un artículo del South China Morning Post reveló que India y Brasil son reticentes ante esta perspectiva por miedo a reducir su influencia actual en el grupo; India es especialmente cauta, dado que incluir nuevos miembros podría aumentar la influencia estratégica de China, especialmente porque China mantiene lazos cercanos con algunos de los nuevos participantes potenciales, que incluyen Argelia, Irán, Argentina, Etiopía y Nigeria.
Hay que admitir la intrigante faceta de las dinámicas entre dos miembros prominentes del BRICS, Rusia y China, para dar forma a la agenda de alianzas, ya que ambos países se perciben como atrapados y aislados por las estrategias de contención de Estados Unidos y sus aliados, ya que China está afrontando una alianza hostil realizada entre sus países vecinos, y Rusia lucha contra las alianzas en su contra en Europa del Este. Asimismo, el objetivo de las acciones económicas es frenar la influencia de estos dos grandes países; por ejemplo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, por un lado, y las sanciones a Rusia, por otro, han impulsado el éxito de la idea de los BRICS. Tanto para Rusia como para China, la agrupación de los BRICS sirve como defensa contra los esfuerzos de contención de Estados Unidos.
En 2010, Sudáfrica se convirtió en el primer país africano miembro del grupo de los BRICS. Desde su adhesión, ha promovido activamente el crecimiento de la alianza para incluir a otros países africanos. El actual presidente de los BRICS, Sudáfrica, reveló en este informe en noticias VOA que más de 40 países han expresado su interés en unirse a la alianza, lo que resalta el creciente atractivo del bloque.
Etiopía ha mostrado un gran deseo de unirse a los BRICS. El 29 de junio de 2023, el Ministerio de Asuntos Exteriores etíope anunció oficialmente la presentación de la solicitud para unirse al consorcio de naciones en desarrollo de los BRICS. Un artículo de The Conversation explicó las razones estratégicas por las que a Etiopía le interesa unirse a los BRICS. En primer lugar, su deteriorada relación con potencias occidentales por la preocupación en materia de derechos humanos podría ser una razón para solicitar su ingreso a los BRICS, ya que lo convertiría en un país estratégicamente importante y alentaría a las potencias occidentales a restar importancia a las cuestiones sobre derechos humanos en Etiopía. En segundo lugar, por su rápido crecimiento económico, Etiopía busca vías alternativas de crecimiento, especialmente en sus fuertes lazos económicos con China e India; unirse a los BRICS mejoraría la cooperación y atraería inversiones. En tercer lugar, si se uniera a los BRICS, Etiopía podría conseguir mayor influencia en las negociaciones con el FMI y llegar a formar parte del desafío al dominio del dólar estadounidense mediante la creación de una nueva moneda para los BRICS. En cuarto lugar, las potencias del BRICS apoyan la no interferencia en los asuntos de otros países. Por último, la inclusión en el grupo mejoraría la imagen del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, lo que restauraría su credibilidad y mostraría aceptación de las mayores potencias internacionales.
Si bien la entrada de Etiopía en los BRICS no está exenta de riesgos y ventajas potenciales, podría interpretarse como una alineación con un bloque geopolítico alternativo que podría provocar la reducción de ayuda e inversión de los países occidentales, a la vez que mejora la importancia estratégica de Etiopía.
Paralelamente, si bien Nigeria no ha mostrado expresamente su interés por formar parte de los BRICS, un informe del periódico Leadership mencionó que la Asociación Nigeriana de Ciencias Políticas (NPSA) ha hecho un llamado al Gobierno para que siga los pasos de otros países y se una a la alianza de los BRICS. La economía de Nigeria ha demostrado un gran crecimiento, del 6,6% en 2022, y está preparada para continuar su crecimiento, según un informe de la BBC.
Perspectivas y posibilidades
El entusiasmo por formar pate del grupo de los BRICS mostrado por las naciones africanas subraya su potencial en dar forma a la escena económica internacional. El rol proactivo de Sudáfrica que aboga por la expansión de la agrupación en África es significativo. Etiopía, Nigeria y otros países africanos interesados observan esta asociación como la puerta hacia nuevos mercados, inversiones y soluciones de colaboración para desafíos compartidos.
El interés de los países africanos en la asociación de los BRICS se basa en varios rubros. Dado que los países del BRICS constituyen una parte importante del PIB mundial, el aspecto económico ofrece oportunidades de crecimiento comercial y de inversión para las economías africanas. El compromiso con los BRICS podría atraer inversión directa extranjera, avances tecnológicos y reforzar la capacidad de exportación.
Además, los países del BRICS presentan un discurso distintivo, abogan por reformas en la gobernabilidad mundial y defienden la multipolaridad. De esta forma, para los países africanos, a menudo marginados del proceso de toma de decisiones mundial, los BRICS suponen una plataforma en la que tener voz y hacer valer sus intereses.
Asimismo, los desafíos de desarrollo ofrecen un terreno fértil para la colaboración entre los países BRICS y las naciones africanas. El desarrollo de infraestructuras, la lucha contra la pobreza y el crecimiento sostenible son temas de interés para ambas partes. A través de los BRICS, las naciones africanas aspiran a obtener apoyo técnico y financiero para abordar de forma eficaz estos desafíos.
Sin embargo, se avecinan posibles inconvenientes. Existe preocupación por la dependencia económica de las grandes economías del bloque, especialmente China; asociaciones desiguales y desequilibrio comercial podrían explotar los recursos africanos. Además, la armonización de diversas estructuras económicas, sistemas políticos y niveles de desarrollo entre los países africanos podría suponer retos diplomáticos en el bloque.
El entusiamo mostrado por las naciones africanas para formar parte de la alianza de los BRICS pone de relieve la capacidad de coalición para la transformación. No obstante, el posible crecimiento de los BRICS con otros países africanos plantea la cuestión de si se podría iniciar un nuevo periodo de cooperación sur-sur, lo que aumenta en la plataforma global la voz unida de las economías emergentes. Mientras los países africanos consideran la asociación con los BRICS, es imprescindible evaluar meticulosamente las implicaciones y asegurar que se crea un camino hacia el desarrollo inclusivo y sostenible. Esta evaluación es la piedra angular de un futuro prometedor marcado por el progreso colaborativo.