Vida insostenible en la zona residencial de Kingston, Jamaica

Imagen de presentación via Canva Pro.

Una versión de este artículo se publicó originalmente Petchary. Esta versión editada se reproduce con gentil autorización.

Mi marido y yo estamos pensando en reducir el tamaño de donde vivimos y buscar un lugar que sea más fácil de gestionar. Nuestra misión de encontrar un nuevo hogar en la parroquia de St. Andrew, Jamaica (lo que la gente de Kingston llama «zona residencial») nos ha abierto los ojos o, mejor dicho, dejado boquiabiertos.

Desde el punto de vista del comprador, hasta ahora ha sido una experiencia profundamente decepcionante. Los complejos de adorables casas adosadas y atractivos departamentos que se pueden ver en los sitios web de los agentes inmobiliarios no se ven igual cuando te acercas. Ahí vamos, mirando grandes grietas en las paredes, pintura que se descascara, palmeras débiles y piscinas con agua estancada que parecen estar en sus últimos días. Todo esto en proyectos inmobiliarios relativamente nuevos, con precios relativamente altos y nombres extranjeros, sofisticados y artificiales.

Sin embargo, sospecho que esas grietas pueden estar señalando a otros asuntos más arraigados en esta erupción de nuevos «proyectos» en St. Andrew. Se vuelcan cada vez más y más toneladas de concreto en espacios relativamente pequeños, donde antes la tierra y la vegetación albergaba solo uno o dos edificios. ¿Qué le causa esto a la tierra de la zona, en especial con toda la vegetación que se ha quitado? ¿Podrá el suelo soportar el peso de un bloque de 50 departamentos, y cómo afectará a las propiedades vecinas? ¿No se mueve la tierra? ¿Y si hay un terremoto? Después de todo, estamos en zona de sismos, como nos lo recuerdan los temblores de tanto en tanto. Son preguntas para geólogos, ingenieros, o, como mínimo, agrimensores.

¿Puede nuestro ya frágil entorno, a menudo sujeto a lluvias torrenciales, derrumbes y otros peligros, soportar proyectos inmobiliarios tan pesados? Hay una calle en la cual los edificios están compactados, hacinados, en torres y torrecillas, sin espacio para respirar, sin árboles (que sufren daño colateral en casi todo «proyecto») y con aparcamiento por debajo de los edificios. En la zona de Jacks Hill, las pendientes son inestables, en el mejor de los casos, y aún así, se planifican o ya están en proceso enormes torres de departamentos.

Tengo más preguntas acerca de la sostenibilidad, en el contexto de cambio climático y ambiental. Casi ninguno de estos nuevos proyectos tienen en cuenta el uso de energía o de agua. Por ejemplo, la mayoría de las cocinas tienen lavavajillas (tal vez tengas cenas con invitados todas las noches), y los lavaderos tienen secadores (en el trópico, donde puedes tender la ropa afuera y tenerla seca en media hora).

También tienen calderas, de esas eléctricas y caras. Y esto sin mencionar que, con las temperaturas cada vez más altas, el aire acondicionado se ha vuelto una necesidad, en especial si tu hogar está tan mal diseñado que tiene ventanas pequeñas, como en las cárceles, y está rodeado de concreto. ¡Esas cuentas de electricidad deben ser altas! Combustible fósil, allí vamos. ¿No lo importamos ya en suficiente cantidad?

¿Qué pasó con la energía solar? (Tenemos suficiente sol, ¿no?) ¿Qué pasó con la recolección de agua de lluvia, el reciclaje, y otras técnicas para ahorrar agua? No están incorporadas en la mayoría de los nuevos proyectos que vimos, y mucho menos en los antiguos. Tenemos una caldera solar que es tan efectiva que te puedes quemar si no tienes cuidado, así que es obvio para mí, pero claramente no lo es para los constructores. ¿No podrían al menos invertir en una bomba de agua solar para la piscina (si es que la piscina está intacta)?

En lo que respecta al agua, ¿van a depender de tanques de agua negros que están por todos lados y esperar que todo salga bien? Teniendo en cuenta que podemos tener sequías más largas y persistentes, ¿cómo es la presión del agua en los pisos más altos de estos edificios monstruosos? Parece que nadie ha pensado en la sostenibilidad. Me pregunto si la gente aún podrá vivir en algunos de esos lugares dentro de 10 o 20 años.

En el contexto de la preparación ante desastres, si hay un huracán, ¿cómo le irá a los ocupantes de estas torres con vistas maravillosas? ¿Tienen estos complejos planes de preparación ante desastres? Y si hay inundaciones o derrumbes, ¿cómo se la arreglaran quienes viven en complejos de casas adosadas, encerrados entre varios metros de baldosas de hormigón y cercos perimetrales? ¿Tienen los sistemas de drenaje apropiados? Algo de lo que estoy segura es que el concreto no puede absorber grandes cantidades de agua, ni la absorberá, y que las zanjas, naturales o hechas por el hombre, que han sido rellenadas o que se ha construido encima de ellas para habilitar más espacio para construir, aún pueden inundarse en lluvias torrenciales, ¿no es así? De nuevo, los ingenieros deberán intervenir en la conversación. Tal vez mis miedos sean infundados, pero hemos tenido un mal presentimiento al recorrer algunas de estas propiedades.

Por último, pero no menos importante, se debe considerar la amenaza del fuego en estos proyectos inmobiliarios de alta densidad. ¿Tiene la brigada contra incendios de Jamaica escaleras y equipamiento para llegar al piso más alto?

En mi opinión, muchos de estos edificios, hechos a las apuradas, están cubriendo la demanda por un estilo de vida más cómodo y conveniente, y entiendo esta necesidad por completo. Sin embargo, siento que ya hemos sacrificado demasiado: árboles maduros que han quitados y reemplazado por árboles no nativos más vistosos; arbustos de flores que son pocos, porque ya no hay espacio; la biodiversidad que los acompaña (¡no esperes ver muchos pájaros!); vecinos amigables, redes vecinales y la seguridad que resulta de eso; paz y tranquilidad relativa al relajarse en casa; e incluso el aire fresco, ya que, aunque la calidad de aire de Kingston es mala, las torres de departamentos privan a sus habitantes y sus vecinos del aire y de la luz.

¿Es esta una vida con sentido común y sostenible, o solo una que llena el deseo por ese estilo de vida escurridizo que vemos todos los días en Instagram, protegida cuidadosamente con paredes altas, guardias de seguridad y enrejados?

A veces pienso que deberíamos ser más cuidadosos con lo que deseamos… Y que de alguna manera, algún día, vamos a necesitar reclamar nuestras comunidades, aunque hayan cambiado tanto que no las podamos reconocer.

Si te preocupa este tema y otros relacionados a la urbanización de Jamaica, tal vez quieras seguir a Citizens Rights to the City, reúne a 29 grupos antiguos de ciudadanos y asociaciones vecinales, la mayoría de la parroquia de St. Andrew. También podrás escuchar más de la organización sin fines de lucro de Island City Lab.

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