Esta historia se publicó con el apoyo de la Caribbean Climate Justice Journalism Fellowship (Hermandad de Periodistas por el Cambio Climático del Caribe), empresa conjunta de Climate Tracker y Open Society Foundations.
Las mujeres menstruantes de todos los sectores sociales se ven afectadas por la convergencia entre la pobreza menstrual y acontecimientos relacionados al cambio climático, como la escasez de agua, al punto que la perspectiva de género, incluidos los efectos en la salud, higiene y bienestar, se convierten en tema de preocupación. Con las limitaciones de la escasez de agua, en especial durante la regla, algunas mujeres corren el riesgo de desarrollar infecciones reproductivas y urinarias, y otras enfermedades. La pobreza menstrual también puede afectar a la salud mental y al bienestar en general.
Bajo el programa Envisioning Resilience (Concibiendo Resiliencia) de GirlsCare Jamaica, Danielle Fraser e Ishshah Brooks produjeron recientemente proyectos fotográficos que abordan la escasez de agua en determinadas comunidades de la capital, Kingston. El enfoque de Fraser fue en la zona de Rose Town, en una comunidad llamada Garden Lane. «Hace años que no tenemos agua en la comunidad», explicó. «El muchacho que maneja el carrito arriesga la vida [en los sumideros] todos los días para conseguirnos agua de otras comunidades que sí tienen agua gracias a proyectos financiados por el Gobierno».
Fraser ha vivido en Garden Lane 32 años, y dice que la escasez de agua siempre ha sido un problema. Sin embargo, ahora el cambio climático complica la situación:
Where I live, a majority of the homes have outside bathrooms with flush toilets. After using the bathroom, we have to either reuse water or get the handcart man to fill buckets and other containers with water for us to flush our toilets.
Donde vivo, la mayoría de los hogares tienen baños con inodoro en el exterior. Luego de usarlo, tenemos que reutilizar agua o pedirle al hombre del carrito que nos llene baldes u otros recipientes con agua para poder tirar la cadena.
Fraser explicó que las casas con niñas y mujeres «hacen lo que tienen que hacer» para lidiar con la higiene menstrual con poca agua o sin agua potable. A esto, se le suma el hecho de que mucha gente en la comunidad no tiene un ingreso estable, y son renuentes a buscar el agua por sí mismos debido a la situación criminal en algunas comunidades vecinas. Agregó: «A veces es difícil al punto que la gente tiene que usar medio balde de agua, o mucho menos de lo que normalmente usarían, para su higiene. Como decimos los jamaicanos, ‘limpiamos hasta donde es posible'».
En los casos en los que no hay acceso al agua de ninguna manera, los integrantes de la comunidad juntan dinero para comprar de los camiones de agua. A veces los vecinos incluso se piden agua prestada y devuelven el contenedor o balde lleno después.
Mientras tanto, el proyecto de Brook recalca la escasez de agua en Richmond Park, Kingston, donde vive su hermana. La zona se está haciendo cada vez más comercial:
A lot of businesses establish themselves in or near the community. That changes the landscape and land structure with the removal of trees, which, in turn, impacts the amount of rainfall we get. [M]ost of the residents have either moved out or sold their property … so, the businesses come in, buy the plots of land, and develop their complexes.
Muchos negocios se establecen en la comunidad o cerca. Esto cambia el paisaje y la estructura de la tierra debido a la extracción de árboles, lo que, como consecuencia, afecta la cantidad de lluvia que recibimos. Muchos de los habitantes se han mudado o vendido sus propiedades, así que las empresas vienen, compran los terrenos y construyen sus complejos.
En relación a esto, Brook dijo que la Comisión Nacional del Agua «a veces tiende a priorizar el factor monetario por sobre el impacto social. Esto significa que el suministro de agua suele ser reubicado para convenir a la comunidad empresarial, lo que resulta en restricciones de agua para la comunidad residencial. A eso se le debe agregar la prohibición de usar agua que existe en la zona por la sequía. La situación es mala».
La hermana de Brook afronta restricciones de agua diarias, lo que le afecta mucho más por sus dos hijas. Debe preocuparse por conseguir agua para cocinar, limpiar y bañarse, en especial si están con sus períodos:
My sister shared that it is a burden to operate under the situation of water restrictions that impact her family all while paying high water bills every month and not being able to get running water whenever they need it.
Mi hermana contó que es una carga manejarse con las restricciones en el suministro de agua que afectan a su familia, al mismo tiempo que hay que pagar cuentas elevadas todos los meses por un servicio de agua potable al que no pueden acceder cuando lo necesitan.
Aunque ambos proyectos resaltan muchos problemas y preocupaciones, la pobreza menstrual sigue siendo parte de la experiencia de la escasez de agua. Sin acceso fácil a agua limpia y corriente, el aseo en general y la higiene menstrual se vuelven asuntos urgentes. Para muchos, esto pone en cuestión la justicia de género y cómo hacen las mujeres menstruantes para arreglárselas.
Del otro lado del archipiélago caribeño, en Trinidad y Tobago, Chantal Laing, fundadora de Sustainabelle TT, organización que promueve la menstruación sostenible, enfatizó que, a pesar de que las sequías pueden llevar a la escasez de agua, una cantidad excesiva de lluvia e inundaciones también pueden traer el mismo resultado y complicar los problemas de pobreza menstrual:
With flooding comes the contamination of water supplies with sewage and other contaminants, which would make water unsafe to use. I find that when there is a lot of rain, it becomes difficult [for the Water and Sewerage Authority] to give people water. Something about water turbidity. So, even though there’s a lot of rain, you actually don’t get the clean water in your pipes, and sometimes you don’t get water at all as a result of flooding.
Con las inundaciones llega la contaminación de los suministros de agua con aguas residuales y otras sustancias, lo que hace que no sea segura de usar. Aprendí que, cuando hay mucha lluvia, se hace difícil [para la Autoridad de Agua y Alcantarillado] darle agua a la gente, por un motivo relacionado a la turbiedad. Así que, aunque llueva mucho, no llega agua limpia a las tuberías, y a veces no llega agua en lo absoluto como resultado de las inundaciones.
Muchas casas en la república insular tienen tanques de agua debido a la poca fiabilidad del suministro, pero Laing mencionó que esto es un lujo y no algo a lo que todos pueden acceder.
This then spirals into people losing their education and employment opportunities. If you constantly don’t have access to water and you can’t afford to have that backup supply, you can see where women, girls, and other menstruators are negatively impacted. If you can’t clean yourself properly, especially during your period when you need to think about your hygiene a bit more, you end up losing opportunities.
Esto luego escala a una situación en la que la gente pierde sus oportunidades de educación y empleo. Si no tienes acceso al agua constantemente y no puedes pagar ese suministro de respaldo, puedes darte cuenta de cómo las mujeres, niñas y otras personas menstruantes se ven afectadas de forma negativa. Si no te puedes limpiar adecuadamente, en especial durante tu período, cuando debes preocuparte un poco más por tu higiene, terminas perdiendo oportunidades.
Sustainable TT promueve el uso de productos reutilizables y más ecológicos como una manera de combatir directamente la pobreza menstrual en medio de acontecimientos como el cambio climático, de la misma manera que HerFlow Foundation lo hace en Jamaica.
Una parte crucial de la conversación acerca del cambio climático involucra a los plásticos de un solo uso. Mientras que algunos territorios del Caribe los han prohibido, «está muy lejos de ser suficiente», de acuerdo con la directora ejecutiva de HerFlow, Shelly-Ann Weeks, quien cree que «si los Gobiernos [regionales] se toman en serio los plásticos de un solo uso, entonces los productos menstruales tiene que unirse a la diversión». Weeks también desea que cambien las normas culturales acerca de los cuerpos de las mujeres. «Estar menstruando no significa ser impura», explicó, y señaló que esta creencia también contribuye a la pobreza menstrual porque perpetúa la vergüenza.
Tanto Laing como Weeks creen que el uso de los productos sostenibles para la menstruación es crítico para ajustarse a un cambio climático que empeora la pobreza menstrual. A pesar de que se seguirá necesitando agua para el aseo y la higiene menstrual, la cantidad requerida se reduce y, por lo tanto, también se reduce la necesidad de gastar más cada mes».
Al final, el cambio climático y la pobreza menstrual no son mutuamente excluyentes: uno contribuye al alcance que tiene el otro, y esto, si no se controla, puede resultar en un mayor número de repercusiones negativas.