Control de los medios, una amenaza para la democracia de Nigeria

Periodistas nigerianos en el Foro Económico Mundial en África, Abuja, Nigeria, 2014. Imagen de Jakob Polacsek en Flickr, Copyright World Economic Forum (< class=»cc-license-identifier»>CC BY-NC-SA 2.0).

Por Yinka Olaito

Los medios tienen un rol crucial para sostener la democracia al ser los que mantienen a raya al poder estatal y amplifican las voces de las comunidades marginadas. Sin embargo en Nigeria, el Gobierno, junto con numerosos políticos, hostigan y obstruyen consistentemente la capacidad de los medios de cumplir con su función esencial.

Según una publicación en X (antes Twitter) de The Cable, sitio de noticias en línea nigeriano, varios periodistas del país y tres empresas de medios sufrieron ataques recientemente:

IPC: 66 periodistas nigerianos, tres empresas de medios sufrieron ataques en 2022 | TheCable

La BBC describió al espacio de medios de Nigeria como el más animado de África. No obstante, esto no significa que los medios estén libres de censura o acoso. Los periodistas suelen ser amenazados, arrestados, o incluso asesinados por sus reportajes, y a veces los medios son clausurados. Esto no es una sorpresa, dado que Nigeria pasó del puesto 120, entre 180 países, en 2021 al 123 en 2023 en la lista de clasificación del Índice de Libertad de Prensa. El Gobierno nigeriano cuestionó esta clasificación, pero los hechos son claros. La libertad de prensa en Nigeria se ha deteriorado en los últimos años, y hay serias preocupaciones sobre el acoso y la intimidación a periodistas.

Por ejemplo, en febrero de 2022, Lanre Arogundadeon, periodista de primera línea fue arrestado por el servicio secreto, el Servicio del Departamento de Estado (DSS), cuando regresaba a Lagos de Banjul, Gambia. Luego de su liberación, el DSS declaró que se trató de un error con la identificación pero un informe de Sahara Reporters sugirió que había sido señalado como uno de los periodistas que hostiles a la gestión del presidente Muhammadu Bihari.

Otro caso de tiranía contra la prensa fue del exgobernador del estado de Zamfara, ahora ministro de Defensa, Bello Matawalle. El exgobernador ordenó que se clausuren seis empresas de medios por la cobertura de la reunión del partido opositor que violaba la prohibición del Gobierno de actividades políticas, decisión tomada aparentemente para silenciar a la oposición.

Además, aproximadamente cinco empresas de medios, que incluían a DSTV, la Comisión Nigeriana de Radiodifusión multó a cada una con cinco millones de nairas (alrededor de 6,4 millones de dólares) por transmitir historias que, según declararon, «glorificaban las actividades de bandidos». Este accionar fue criticado por la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (ACHPR). Algunos canales de televisión recibieron multas similares por transmitir las opiniones de Yusuf Datti, candidato a vicepresidente del partido obrero, sobre el resultado de las elecciones generales de Nigeria de 2023, afirmaron que esas declaraciones podrían perturbar el orden público. Aunque desalentar el discurso de odio y los comentarios incendiarios es esencial, la carta de la Comisión Nigeriana de Radiodifusión no abordó específicamente estas preocupaciones. Asimismo, no se cumplió con el principio del juicio justo, que requiere que se lleve a cabo el proceso necesario antes de imponer multas.

Recientemente, el Gobierno federal nigeriano disolvió el Panel de Publicidad Estándar de Nigeria por los anuncios que decían «todos los ojos sobre el poder judicial» que pudieron verse en algunas carteleras a lo largo del país. Este incidente enfatiza la necesidad de vigilancia del Poder Judicial. La disolución de la junta del Consejo Regulatorio de Publicidad de Nigeria es una novedad preocupante. Demuestra que el Gobierno está dispuesto a usar su poder para silenciar a quien lo critique. Además, socava la independencia de la industria publicitaria.

El reclamo de una regulación más estricta de las redes sociales de Dele Alake, actual ministro de Minerales Sólidos, también es alarmante. Las redes sociales son una herramienta poderosa para la comunicación y la expresión. Permiten que las personas expresen sus puntos de vista y opiniones libremente. Una regulación más estricta podría usarse para silenciar la disidencia y limitar la libertad de expresión. La prohibición de Twitter de 2021 de presidente Buhari es otro ejemplo de cómo el Gobierno puede usar su poder para silenciar a los medios. La prohibición se mantuvo por casi siete meses, y tuvo un efecto paralizador en la libertad de expresión en Nigeria.

Los líderes nigerianos, los políticos, y los responsables de los organismos deberían referirse a la Sección 39 (1) (2) de la Constitución nigeriana, que garantiza la libertad de expresión y el establecimiento de los medios como instrumentos de la democracia. Los líderes nigerianos deben asegurar el correcto funcionamiento del sector de los medios, según los principios descritos en los Artículos 16 y 17 de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (ACHPR). Estos principios enfatizan la necesidad del Gobierno y sus entidades de permitir a los medios mantener su independencia, la integridad de sus juntas reguladoras, y evitar la interferencia política.

Los medios juegan un rol fundamental en la democracia, y es muy importante que sean libres para hacer su trabajo sin miedo a represalias. El Gobierno, el Poder Judicial y los entes regulatorios deben apoyarlos y asegurar su libertad para reportar las noticias y hacer que el Gobierno asuma la responsabilidad de sus acciones. El Estado debe evitar el acosar, lo que incluye arrestar a periodistas, clausurar medios o amenazar periodistas con violencia. Cuando el Gobierno acosa a los medios, es una amenaza directa a la democracia.

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