Banderas ucraniana y kazaja cuelgan dentro de una yurta kazaja en Bucha, Ucrania. Captura de pantalla del canal de YouTube de CurrentTimeAsia. Uso legítimo.

El 14 de septiembre 14, la agencia de eventos kazaja Vi Project anunció la cancelación de conciertos al grupo de comedia ruso Kamyzyaki. Los conciertos estaban programados para la capital, Astaná, y la mayor ciudad kazaja, Almaty, para principios de octubre. Los organizadores tomaron esta decisión tras una ola de “comentarios públicos negativos sobre las sensacionales acciones públicas de los artistas del grupo Kamyzyaki”.

A lo que se refiere esa declaración es a la petición pública en línea de cancelar los conciertos. Ocurrió después de que se supo que varios integrantes del grupo, incluidos sus líderes Azamat Musagaliev t Denis Dorokhov, participaron en un concierto que organizó el Estado en la región ucraniana de Donetsk, actualmente ocupada por Rusia. Después del concierto, Musugaliev y Dorokhov dieron una entrevista en la que dijeron haber aprendido “mucha historia” y deseó a los lugareños “buena salud, cielo pacífico y sonrisas”.

Este video de YouTube tiene la entrevista con los miembros del grupo en Donetsk.

No es la primera vez que se cancelan conciertos de celebridades rusas que apoyaron la guerra contra Ucrania, en Kazajistán y otros países de Asia Central desde febrero de 2022. No obstante, como varios miembros del grupo, incluido el vocalista Musagaliev, son de etnia kazaja de Rusia y recibieron una cálida bienvenida en sus anteriores visitas.

A diferencia de los Gobiernos de Asia Central, que mantienen una postura ambigua, las personas comunes y corrientes en la región han expresado su postura política más claramente con su solidaridad con Ucrania. Una de las maneras han sido llamados para cancelar conciertos de celebridades Z rusas, nombre que se da a quienes apoyaron la invasión de Ucrania.

Una primera señal de esta tendencia fue la decisión de posponer indefinidamente el festival de música de Zhara programada para mediados de 2022 en Kazajistán, después de que Azerbaiyán se negó a organizarlo tras el inicio de la guerra. En Kazajistán, este festival de música llegó a ser conocido como “batallón Z”, pues muchos de los participantes respaldan las iniciativas de guerra del Kremlin, y la letra Z se asocia con los partidarios de la guerra en Rusia.

En febrero de 2023, los organizadores del festival anunciaron que “por la situación política del país y el mundo», el festival se llevará a cabo en otro lugar. Se eligió Taskent, capital de Uzbekistán, como sede sustituta, pero los organizadores tuvieron que cancelarlo también tras las críticas del público.

Igualmente, los conciertos del cantante ruso Grigory Leps, programados para mediados de 2023, se cancelaron en Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán. La gente pidió que se cancelaran después de que surgieron videos de Leps que prometía a los soldados rusos un millón de rublos (10 385 dólares) por cada tanque occidental que destruyan en Ucrania.

En este video de YouTube, Leps explica la iniciativa de pagar a los soldados rusos por los tanques destruidos en Ucrania.

Además, conciertos de otras cantantes rusas, Polina Gagarina y Larisa Dolina fueron cancelados en Kazajistán en 2022. Ambas participaron en el concierto que organizó el Kremlin por el aniversario de la anexión de Crimea en 2022.

Ese nivel de activismo público ha dejado a las autoridades locales en una posición singular frente al Kremlin, con el que tienen fuertes vínculos políticos, económicos y de seguridad. Las agencias estatales pertinentes afirmaron que no tenían nada que ver con las decisiones de empresas privadas que organizan conciertos cada vez que los cancelan. El Gobierno kirguiso fue más allá, y canceló los conciertos del rapero ruso Morgeshtern, calificado como agente extranjero en Rusia, y la banda musical Bi-2, conocida por su postura contra la guerra, para hacer aparecer que el púbico no solamente se está censurando a celebridades que están a favor de la guerra.

La guerra en Ucrania ha ampliado la brecha entre la dirigencia política y ciudadanos comunes y corrientes en Asia Central, lo que expone divergencias en sus percepciones y reacciones a la guerra. Mientras la guerra sigue, estas diferencias solamente serán más evidentes.