Todavía en lucha contra los nativos: Marcha por Palestina en Londres

Protestante a favor de Palestina habla con un policía de apoyo en el lado norte de la Plaza Trafalgar en Londres en medio de la tensión con la multitud tras varios arrestos. Foto de Alisdare Hickson. Protesta de solidaridad con Palestina. Londres. 15 de octubre, 2023. Attribution-ShareAlike (CC BY-SA 2.0).

Este artículo es de Josh White, y se publicó originalmente en The Battleground. Global Voices reproduce una versión editada como parte de un acuerdo de intercambio de contenido.

Fue una protesta contra la cobertura de la BBC sobre la Guerra de Sucot. Un grupo autodenominado Acción Palestina se adjudicó la responsabilidad. Según la campaña de solidaridad con Palestina de Ben Jamal, 100&nbp;000 personas se movilizaron. La policía, por supuesto, lo negó y declaró que, aunque no pueden estar seguros, la manifestación fue mucho menor.

Para el momento en el que el periodista llegó, decenas de miles de personas llenaban las calles desde la BBC hasta Oxford Circus.

La respuesta de la gente de derecha fue convertir las manifestaciones en «celebraciones» de la violencia de Hamas. Ninguno de los carteles que vi avalaban las atrocidades de Hamas.

Luego de que la secretaria de Interior, Suella Braverman, propuso prohibir las banderas palestinas en el tercer día de guerra, algunas personas de derecha están pidiendo que se prohíban las marchas solidarias. Por ejemplo, el escritor neoconservador Douglas Murray ha estado pidiendo la deportación masiva de los «defensores de Hamas». No es que hubiera muchos en Reino Unido, pero es útil ensuciar las políticas solidarias con Palestina de esta manera. Hace que los judíos británicos se asusten.

Murray incluso ha sugerido que Israel expulse a los palestinos de Gaza.

Luego está el ruido. Mucho se ha dicho de los cantos que se escucharon en las manifestaciones a favor de Palestina en los últimos años.

Los medios de Reino Unido suelen apuntar al lema «¡Desde el río hasta el mar, Palestina será libre!», como si se tratara de un llamado al genocidio antisemita. Como se esperaba, The Jewish Chronicle reiteró esta afirmación en el primer párrafo de su artículo sobre la marcha, y The Guardian se sintió obligado a mencionar su uso en la protesta, también.

El sesgo de diarios, que de otro modo totalmente distintos, no podría ser más claro. Pero también refleja la ignorancia típica de la prensa tradicional de las políticas solidarias británicas. Específicamente, su preferencia por transformar a Israel y a los Territorios Palestinos Ocupados en una democracia, laica y multiétnica. Por supuesto, eso amenazaría a los conservadores de la era del Brexit, nostálgicos del imperio. Es por eso que están tan apegados al conflicto Israel-Palestina.

Tal y como resultó, «¡Libre, Palestina libre» fue el canto más popular en la marcha.

Hacia Villa Protesta

Cuando los manifestantes llegaron a Piccadilly Circus, algunos hombres jóvenes treparon los andamios de un edificio cercano y ondearon la bandera palestina desde los techos sobre la plaza. La multitud aclamó y aplaudió.

Lo más surrealista fue que el andamio estaba cubierto por una publicidad de Dolce & Gabbana. La visión de la bandera Palestina ondeando sobre la imagen frívola de un modelo fue una contraposición hilarante.

Uno de los manifestantes tenía una bandera afgana y la izó junto a la palestina. No todos estaban impresionados.

Varios contingentes judíos estaban en la marcha, desde el grupo de izquierda secular Jewish Voice for Labour hasta el grupo Haredi Neturei Karta. Ver a judíos ultraortodoxos con carteles antisionistas que pedían el fin de Israel hizo que muchos se quedaran a mirar.

Ninguna marcha está libre de oportunistas, por supuesto.

La cienciólogos, que no son conocidos por su política con Israel, racionalizaron un lugar para si mismos en la marcha de alguna forma e intentaron repartir folletos en la multitud. Los sospechosos de siempre de distintos grupos trotskistas estuvieron representados, distribuyeron carteles y banderas de producción masiva. Otros manifestantes bailaron con música árabe.

Luego de la masacre de civiles en el sur de Israel a principios de octubre, no me sorprendió la amplia participación. Las muertes fueron filmadas por Hamas y transmitidas para que el mundo las viera. Los londinenses quedaron impactados por la violencia y la brutalidad, y casi todos encontraron una razón para estar ahí.

Al final, llegaron a la plaza Trafalgar, donde los protestantes habían trepado a la estatua del rey Carlos II para ponerle una bandera palestina en la mano.

Este fue el mismo lugar donde el rey masacró a los verdugos de su padre.

El camino desde la plaza de Trafalgar al Parlamento era Villa Protesta. Solamente los superricos viven ahí, y la mayoría de los transeúntes son turistas. Excepto cuando hay una manifestación.

Era un camino apropiado. Habíamos recorrido las calles de Londres para llegar al corazón del viejo imperialismo británico para protestar por su legado en Medio Oriente. Tanto el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como Hamas son representantes de esta herencia.

Anda y condénate

Aunque la BBC una vez lideró a la prensa mundial por su cobertura de Medio Oriente, han abdicado ese rol en favor de medios árabes como Al Jazeera en inglés. La mayoría de los medios británicos han adoptado una retórica del estilo de Estados Unidos sobre Israel, incluido el medio estatal. Todos los críticos de Israel pueden esperar que les demanden condenar a Hamas y apoyar el derecho a defenderse de Israel.

Pueden verse espectáculos absurdos como el del periodista de Sky News Kay Burley, que tergiversó al embajador palestino, Husam Zomlot. Burley aseguró que el embajador dijo que Israel «se estaba buscando el ataque» cuando jamás dijo cosa semejante.

Mientras tanto, la BBC emitió una entrevista insultante con Zomlot. Justo después de hablar de las muertes de sus familiares en Gaza, Kirsty Wark le preguntó a Zomlot: «¿Usted condena a Hamas?».

Al mismo tiempo, la BBC ha enfrentado duras críticas por no llamar terroristas a los miembros de Hamas. El veterano periodista John Simpson sintió la necesidad de defender la política en un comunicado televisado en el que explicaba que «terrorismo» es un término con mucha carga semántica.

La controversia durará tanto como Hamas esté activo.

La BBC enfrenta presión de la derecha por su cobertura del conflicto israelí-palestino, aunque sus plataformas muestran a defensores de Israel de forma frecuente. Pero dado que la BBC decide no rebajarse a los niveles repugnantes del estilo de GB News, la corporación está bajo ataque. Al observar al resto de los medios, nos damos cuenta de por qué este es el caso. GB News tenía al ilusionista doblador de cucharas Uri Geller para hablar de la guerra.

Por supuesto, los políticos han estado trabajando fuertemente para excusar la agresión israelita. El gobierno conservador respalda al Gobierno de Israel, ha desplegado un barco de guerra y exigido que Egipto abra el paso fronterizo de Rafah para albergar a los gazatíes. La Oficina de Asuntos Exteriores sabe bien que Netanyahu preferiría que se quedaran allí una vez que cruzaran a Egipto, algo que incluso la Casa Blanca se niega a sancionar.

Naturalmente, el líder laborista Keir Starmer ha dicho que Israel tiene «el derecho» de cortar el agua, la electricidad, la comida y los suministros médicos a la Franja de Gaza.

Sin duda, Starmer no ve ningún capital político en pedir mesura en esta guerra.

Emily Thornberry, diputada por Islington South, afirmó que Israel tiene «todo el derecho de defenderse». Esta fue su respuesta a la pregunta sobre si interrumpir la electricidad, el agua y la comida a Gaza incumple el derecho internacional. Mientras tanto, el exlíder laborista Jeremy Corbyn fue denigrado por «no condenar a Hamas». Aunque Corbyn dejó en claro que está contra los ataques terroristas cometidos contra Israel, no fue suficiente.

Corbyn fue uno de los oradores en la manifestación en Londres. Habló de la solidaridad internacional con los palestinos. «Nadie aquí está a favor de las muertes. Nadie aquí está a favor de la ocupación». dijo a la multitud. Esas palabras no serán tomadas en serio por las cabezas parlantes y los columnistas dominicales.

En cambio, la presunción de culpabilidad está sobre los palestinos, y la presunción de antisemitismo sobre cualquiera que sugiera que la política del Gobierno de Israel está mal.

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