
Captura de pantalla del sitio web de The Battleground.
Como parte de su cobertura especial sobre la guerra de Israel contra Gaza, Global Voices entrevistó a Joel Schalit, uno de los cofundadores y redactor jefe de The Battleground, revista en línea sin ánimo de lucro en inglés centrada en «las falsas narrativas y la propaganda que están erosionando la confianza en la política y los medios», con especial atención a Europa. Schalit es un periodista israelí-estadounidense que informa sobre política de Europa, Medio Oriente y Estados Unidos, incluso para medios israelíes, y ha escrito varios libros, como «Israel vs. Utopia«, «The Anti-Capitalism Reader» y «Jerusalem Calling«.

Joël Schalit. Foto utilizada con autorización.
Filip Noubel (FN): Hay una creciente guerra de desinformación en torno a la guerra de Israel contra Gaza. Es más, en un reciente artículo suyo, sobre medios británicos, dijo: «No es raro leer un reportaje de mil palabras sobre Gaza y que no se cite a los palestinos». Llevas varios años observando la cobertura europea de Medio Oriente, ¿cómo explica este cambio que se niega a explicar el contexto, a aportar matices, a retratar a los palestinos con sus propias palabras?
Joel Schalit (JS): The trend is general, but the reasons can diverge depending on the country. I’ll discuss the country I know best as an example. In Germany, the environment has grown hostile to Palestinians. Part of this is driven by the migrant crisis of 2015. Palestinians are Arab and mostly Muslim and subject to the same prejudices, and many arrived during that wave from countries like Syria.
Far-right activists and parties disproportionately and disingenuously target them as anti-Semitic when they stage demonstrations against Israel and criticise the country in the media. Centre-left parties like the Greens and SPD [Social Democratic Party, one of the leading parties in Germany] also indulge in this scapegoating, but not to the same degree.
This has been reflected in a growing pro-Israel bias in German media reporting on the Palestinian-Israeli conflict, both in the Middle East and at home. One can find blatant misinformation about it in big local newspapers like Der Tagesspiegel, as well as the national daily Bild. For the Springer papers, this is to be expected. They have a mandate to promote Israel in the company’s charter, and no one expects anything different. The problem is media like Bild are disproportionately influential on public opinion and media and have helped foster the populist crisis.
With Berlin’s Tagesspiegel, their main reporter for Palestinian politics in Neukölln [Berlin's predominantly Arab and Turkish district] also covers the city’s far-right scene, and he tends to treat them the same. Palestinians are extremists and anti-Semites as well, and Islamists are their ideological mainstream. It’s highly inappropriate. Tagesspiegel should assign a reporter of German or Turkish origin to cover the community and not treat it like a colonial exercise. There are excellent Turkish and Arab journalists born in Germany who get passed over for beats like this. It’s obvious why.
Joel Schalit (JS): La tendencia es general, pero las razones pueden varias según el país. Voy a poner como ejemplo el país que mejor conozco. En Alemania, el entorno se ha vuelto hostil a los palestinos. Parte de esto se debe a la crisis migratoria de 2015. Los palestinos son árabes y en su mayoría musulmanes y están sujetos a los mismos prejuicios, y muchos llegaron durante esa oleada desde países como Siria.
Activistas y partidos de extrema derecha los califican de antisemitas de forma desproporcionada y poco sincera cuando organizan manifestaciones contra Israel y critican al país en los medios de comunicación. Los partidos de centro-izquierda, como los Verdes y el SPD [Partido Socialdemócrata, uno de los principales partidos de Alemania] también se entregan a esta búsqueda de chivos expiatorios, aunque no en la misma medida.
Esto se ha reflejado en un creciente sesgo pro-israelí en los medios alemanes que informan sobre el conflicto palestino-israelí, tanto en Medio Oriente como en casa. Se puede encontrar desinformación flagrante al respecto en grandes periódicos locales, como Der Tagesspiegel, y en el diario nacional Bild. Para los periódicos de Springer, esto es de esperar. En los estatutos de la empresa figura el mandato de promover a Israel, y nadie espera otra cosa. El problema es que medios como Bild tienen una influencia desproporcionada en la opinión pública y los medios, y han contribuido a fomentar la crisis populista.
En el Tagesspiegel de Berlín, su principal reportero para la política palestina en Neukölln [distrito mayormente árabe y turco de Berlín] también informa sobre la escena de extrema derecha de la ciudad, y tiende a tratarlos de la misma manera. Los palestinos también son extremistas y antisemitas, y los islamistas son su corriente ideológica principal. Es muy inapropiado. Tagesspiegel debería asignar a un reportero de origen alemán o turco para informar sobre la comunidad y no tratarlo como un ejercicio colonial. Hay excelentes periodistas turcos y árabes nacidos en Alemania a quienes se deja de lado en asuntos como éste. Es obvio por qué.
FN: A la luz del reciente artículo de HuffPost sobre la directiva del Departamento de Estado de desaconsejar el uso de frases específicas como «desescalada/cese el fuego», «fin de la violencia/derramamiento de sangre» y «restablecimiento de la calma», ¿cómo valoraría la influencia directa de las opciones lingüísticas en la comunicación diplomática en la escalada del conflicto de Gaza y la consiguiente crisis humanitaria para los palestinos?
JS: I don’t know any serious journalists or editors who pay attention to directives like that. Including on the right. That’s the sort of direction that gets a healthy laugh in most of the newsrooms I’ve worked in. This said, there is a high level of confusion about whether to call things like the present fighting in Israel/Palestine a war and to give this round of conflict a specific name.
Some of this is due to ignorance. Many editors and journalists don’t know that despite the fact that the Arab-Israeli conflict is 75 years old, there are specific wars that have transpired within that time frame. Hence, the Six-Day War and the Yom Kippur War, or the 1982 Lebanon War. The Arab-Israeli conflict may go back decades, but wars deserve to be historically and politically distinguished from each other. Naming helps.
For the present conflict, we decided to call it the Sukkot War [Sukkot refers to a Jewish religious holiday] because of when it began and how it was chosen by Hamas. El País, the biggest Spanish-language news media in the world, also uses Sukkot War. As difficult as it might be for a non-Jew to understand that, it’s not that impenetrable. Spanish media get it. But most don’t, and even the BBC and The Guardian can use several different names for conflicts they cover.
JS: No conozco a ningún periodista o editor serio que preste atención a directrices como ésa. Incluida la derecha. En la mayoría de las redacciones en las que he trabajado se ríen mucho de directrices de ese tipo. Dicho esto, existe un alto nivel de confusión sobre si llamar guerra a hechos como los actuales combates en Israel/Palestina, y dar un nombre específico a esta ronda de conflictos.
En parte, se debe a la ignorancia. Muchos editores y periodistas no saben que, a pesar de que el conflicto árabe-israelí tiene 75 años, hay guerras específicas que han tenido lugar en ese tiempo. Por ejemplo, la guerra de los Seis Días y la guerra de Yom Kippur, o la guerra del Líbano de 1982. Tal vez el conflicto árabe-israelí se remonte a décadas atrás, pero las guerras merecen distinguirse histórica y políticamente unas de otras. Los nombres ayudan.
Para el conflicto actual, decidimos llamarlo la guerra de Sucot [Sucot se refiere a una festividad religiosa judía] debido a cuándo comenzó y cómo lo eligió Hamás. El País, el mayor medio en español del mundo, también utiliza guerra de Sucot. Por difícil que pueda ser para un no judío entenderlo, no es tan impenetrable. Los medios españoles lo entienden. Pero la mayoría no, e incluso la BBC y The Guardian pueden utilizar varios nombres para los conflictos que cubren.
FN: ¿Cuáles son las fuentes de noticias con sede en Israel que considera fiables y equilibradas en la actualidad?
JS: I grew up reading Haaretz. It was the newspaper my parents read, and it is still the best in the country. Right-wing papers in Hebrew and English can’t compete. 972 Magazine is equally good, as is its Hebrew edition, Mekomit. The level of analysis these publications offer can be astonishing.
There are other news platforms in Israel worth your time, but Haaretz and 972 Magazine offer the best overall picture for foreign readers. Part of it has to do with their level of English. Many of their writers come from Anglo families or were educated abroad, and they know how to speak to outsiders.
This is an especially big problem given the predilection of Israel’s political echelon to talk down to Americans and Europeans and how this gets replicated in right-wing Israeli media. The Middle East is too important to Western politics not to have professional local media to consult.
JS:Crecí leyendo Haaretz. Era el periódico que leían mis padres y sigue siendo el mejor del país. Los periódicos de derecha en hebreo e inglés no pueden competir. 972 Magazine es igual de bueno, al igual que su edición hebrea, Mekomit. El nivel de análisis que ofrecen estas publicaciones puede ser asombroso.
Hay otras plataformas de noticias en Israel que valen la pena, pero Haaretz y 972 Magazine ofrecen el mejor panorama general para lectores extranjeros. En parte tiene que ver con su nivel de inglés. Muchos de sus redactores proceden de familias anglosajonas o se han educado en el extranjero, y saben cómo hablar a los extranjeros.
Se trata de un problema especialmente grave dada la predilección de la clase política israelí por hablar con desprecio a estadounidenses y europeos, y cómo esto se reproduce en los medios israelíes de derecha. Medio Oriente es demasiado importante para la política occidental como para no contar con medios locales profesionales con los que consultar.
FN: En su opinión, ¿los israelíes que se oponen a Netanyahu pueden hacer oír su voz ahora?
JS: Most Israelis, even on the right, blame Prime Minister Benjamin Netanyahu for the Sukkot War. There is a broad consensus amongst Israelis that Netanyahu ignored available intelligence, promoted Hamas over the Palestinian Authority and degraded Israel’s security architecture. Even right-wing newspapers designed for Bibi [Netanyahu's nickname], like Israel Hayom, have been calling for his head.
Whether we can convert this anger to progressive ends and build a new left in Israel is another story. There are no big leftist parties. The Sukkot War is marshalling a lot of very reactionary politics that could void all the anti-establishment sentiment created by the judicial coup and the war.
We have enough local media to express such concerns. The right-wing ones are mostly intolerant of anti-establishment opinion and paranoid about enforcing pro-government politics. But for the moment, that’s been dropped. Hopefully, that will continue.
JS:La mayoría de los israelíes, incluso los de derecha, culpan al primer ministro Benjamin Netanyahu de la guerra de Sucot. Existe un amplio consenso entre los israelíes de que Netanyahu ignoró la inteligencia disponible, promovió a Hamás por encima de la Autoridad Palestina y degradó la arquitectura de seguridad de Israel. Incluso periódicos de derecha diseñados para Bibi [apodo de Netanyahu], como Israel Hayom, han pedido su cabeza.
Que podamos convertir esta ira en fines progresistas y construir una nueva izquierda en Israel es otra historia. No hay grandes partidos de izquierda. La guerra de Sucot está aglutinando mucha política muy reaccionaria que podría anular todo el sentir contra el sistema creado por el golpe judicial y la guerra.
Tenemos suficientes medios locales para expresar esas preocupaciones. Los de derecha son en su mayoría intolerantes con la opinión contraria al sistema y paranoicos al imponer una política progubernamental. Pero por ahora, eso se ha dejado de lado. Esperemos que continúe.
FN: ¿Cuáles son las tres cosas principales que desearía que los medios occidentales entendieran e informaran con exactitud sobre esta guerra?
JS: First, Israel is led by a nationalist and religious government that wants to put a formal end to democracy in the country. The Sukkot War is partially a product of that. Second, this war is of geopolitical value to too many global players and will likely lead to a much larger regional conflict because of that. Third, if the war widens to include Lebanon and Iran, Israel will suffer far greater collateral damage than we have witnessed to date.
JS:En primer lugar, Israel está dirigido por un gobierno nacionalista y religioso que quiere poner fin formalmente a la democracia en el país. La guerra de Sucot es en parte producto de esto. En segundo lugar, esta guerra tiene un valor geopolítico para demasiados actores globales, y probablemente conducirá a un conflicto regional mucho mayor. En tercer lugar, si la guerra se amplía para incluir a Líbano e Irán, Israel sufrirá daños colaterales mucho mayores de los que hemos presenciado hasta la fecha