Sajalín es una isla remota en el oeste del Pacífico entre el mar de Okhotsk al este y el mar de Japón al sudoeste. Es la isla más grande bajo jurisdicción rusa, es parte del óblast de Sajalín y abarca un área de cerca de 72 492 kilómetros cuadrados (27 989 millas cuadrados). Aproximadamente medio millón de personas viven en la isla, y la mayoría son rusas. Permanecen los pueblos indígenas de Sajalín, conocidos como nivjis, ainus y oroks, aunque en pequeños números. Tradicionalmente, los nivkis eran pescadores y cazadores, y criaban perros. Han tenido una vida seminómada, viven cerca de la costa durante el verano y se trasladan por arroyos y ríos en el invierno para pescar salmón. La región que ocupan tiene un entorno de bosque de taiga con inviernos nevados y fríos, y veranos ligeramente calurosos con pocos árboles. Se cree que los nivjis fueron los primeros colonizadores de la zona, que se originaron de un grupo neolítico que se trasladó desde la región de Transbaikalia en el Pleistoceno tardío.
El Imperio ruso adquirió completo control de las tierras nivjis en la segunda mitad del siglo XIX. Los nivjis sufrieron mucho por la colonización. Los rusos establecieron una colonia penal en Sajalín, que funcionó entre 1857 y 1906. Transportaron a numerosos delincuentes rusos y exiliados políticos. Como resultado, los nivjis fueron pronto superados en número. A veces trabajaban como guardias de la prisión. Los recién llegados llevaron enfermedades como viruela, plaga e influenza, que se exacerbaron por las condiciones insalubres de la prisión devastaron a la comunidad nivjis.
En la época soviética, los nivjis fueron obligados a unirse a grandes colectivos laborales agrícola e industriales, conocidos como koljós. Pronto, los nivjis se encontraron viviendo y trabajando como grupo marginado entre la dominante fuerza laboral rusa. Este sistema de colectivo cambió profundamente la manera de vida de los nivjis, lo que llevó a la desaparición de su vida de cazadores recolectores.
Los líderes soviéticos mostraron a los nivjis como ejemplo de una cultura que pasó rápidamente de ser «neolítica a ser «socialista». Prohibieron que se usara el nivjid en las escuelas y espacios públicos, y obligaron a usar el ruso. Esto llevó a la rusificación de los nivjis.
En 1962, las autoridades soviéticas reubicaron a muchas comunidades nivjid, y para 1986, los asentamientos de Sajalín habían pasado de 82 a 13. Esta reorganización fue facilitada con la eliminación de los colectivos koljós, de los que dependían mucho nivjis. La clausura de las instituciones estatales, como escuelas o generadores de energía para reubicarlos a zonas designadas por el Gobierno.
Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, los koljós fueron destruidos. La comunidad nivjis enfrentó creciente empobrecimiento.
La directora Yulia Kortneva creó un documental sobre Sajalín, que se puede ver en YouTube, que describe la vida de los nivjis.
Kortneva filmó por su cuenta este primer documental, que ha tenido unas 180 000 visitas. Para esta grabación, Kortneva fue a Rybnoe, uno de los pueblos moribundos, poblado principalmente por nivjs.
La aldea es accesible principalmente por helicóptero en invierno, y casi nunca llegan. Otra manera de acceso es por motonieve sobre el hielo en la bahía, pero esta travesía de 52 kilómetros desde la aldea accesible más cercana toma más de tres hora en un frío lacerante.
La gente se gana la vida con la pesca; casi no hay electricidad ni agua potable.
Tradicionalmente, los nivjis han criado perros. Algunos los siguen criando hasta hoy.
Un anciano nivjis que vive en la aldea le mostró a Kortneva una foto de la escuela. La mayoría de los estudiantes eran nivjis.
Ahora, hay mayormente pensionistas que viven en la aldea, y ya no es posible registrar como domiciliados ahí.
El último censo estima que la población de nivjis en Sajalín ha disminuido. En 2002, 5287 personas se identificaban como nivjis en Sajalín, para 2021, solamente 3842 decían pertenecer a ese grupo.