En Sudán, se desarrolla un genocidio bajo la mirada impotente de la comunidad internacional. La población civil está en el centro de un conflicto armado que enfrenta a dos fuerzas armadas que luchan por un control total del país.
El 11 de abril de 2019, el expresidente de la República de Sudán, Omar el-Bechir (en el cargo desde 1989) fue derrocado después de 30 años en el poder, como consecuencia de cuatro meses de manifestaciones de la población que reclamaba la renuncia pura y simple del presidente y un cambio de régimen al mando del país.
Se estableció un consejo de soberanía durante 18 meses, encargado de asegurar la transición hasta unas elecciones democráticas para devolver el poder a un gobierno civil. A la cabeza del consejo se nombró a dos militares: el general Abdel Fattah al Burhan, y el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido con el sobrenombre de Hemedti.
Pero el 21 de septiembre de 2021, el consejo enfrentó un primer intento de golpe de Estado de los partidarios del expresidente Omar el-Bechir. Un mes después, el 25 de octubre de 2021, vino otro golpe de Estado: el general Abdel Fattah al Burhan disolvió el gobierno de transición. En reemplazo a ese gobierno, el 11 de noviembre de 2021, se estableció un nuevo consejo de soberanía y transición. Los dos genérales Abdel Fattah al Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo conservaron su puesto, pero rápidamente empezó una disputa entre ambos hombres, lo que bloqueó la transición democrática.
Para comprender el origen del conflicto, la revista Courrier International dio una breve explicación en este video:
El 15 de abril de 2023, Abdel Fattah al Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo, respectivamente apoyados por las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR) sumieron al país en una guerra mortal. A Mohamed Hamdan Dagalo lo acusaron de haber desplegado a sus hombres en la ciudad de Darfur, capital de Sudán y en otras ciudades del país. El 19 de mayo de 2023, fue destituido de sus funciones de vicepresidente de la transición.
La población civil se encontró entre la espada y la pared de un conflicto de egos de dos generales por el control del territorial.
Violencia y crímenes de guerra contra civiles
La población civil estimada, de más de 48 millones de habitantes, es la gran perdedora pues está en el punto de mira de ambos bandos. La violencia y muertes sufridas por la población fueron documentadas por las organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional.
En su informe «La muerte tocó a nuestra puerta»: Crímenes de guerra y sufrimiento de la población civil en Sudán», publicado el 3 de agosto de 2023, la organización responsabiliza a dos grupos de los «ataques deliberados o realizados sin discriminación» que causaron la muerte de miles de personas y heridos. Un extracto del informe indica:
Des milliers d’hommes, de femmes et d’enfants sont pris entre deux feux et les combattants des deux parties, qui utilisent souvent des armes inadaptées et des munitions explosives à large rayon d’impact, se positionnent souvent dans des zones résidentielles densément peuplées, d’où ils lancent des attaques. Les pillages et saccages de biens publics et privés, dont des infrastructures médicales et humanitaires, auxquels se livrent les parties au conflit exacerbent la situation humanitaire déjà catastrophique. Plus de 2,6 millions de personnes ont été déplacées à l’intérieur du pays et plus de 750 000 ont fui dans les pays voisins.
Hombres, mujeres, y niños y niñas han quedado atrapados en el fuego cruzado mientras ambas partes, que usan a menudo armas explosivas con efectos en amplias superficies, lanzan ataques frecuentes en barrios civiles densamente poblados, desde donde lanzan los ataques. El saqueo y pillaje de bienes públicos y privados, incluidas infraestructuras médicas y humanitarias, por las partes en conflicto está agravando la ya catastrófica situación humanitaria. Más de 2,6 millones de personas han sido desplazadas internamente y más de 750 000 han huido a países vecinos.
Esta guerra tiene el carácter de un conflicto armado no internacional que, según la convención de Ginebra, debería perdonar la vida de la población civil, pero no es el caso. Pasaron por violencia de todo género. Hubo violencia sexual y violaciones colectivas contra mujeres y niñas. Una víctima en la localidad de El Geneina (en el sudeste del país en la frontera con Chad) cuenta en el informe de Amnistía Internacional:
No hay seguridad en ninguna parte de Geneina. Me fui de casa porque había disparos por todas partes […] y estos criminales me violaron. Ahora tengo miedo de estar embarazada […] No puedo soportarlo.
Grupos armados siembran pánico y muerte en muchas localidades. Hubo ejecuciones sumarias en las escuelas donde se refugiaron algunas personas.
Para comprender la violencia ejercida contra la población, leer Sudán: Destrucción de una ciudad en Darfur
Human Rights Watch también publicó su informe con más detalles sobre la violencia perpetrada por grupos armados. Ese informe presentó desgarradores testimonios de sobrevivientes de balaceras y víctimas de violaciones de derechos humanos.
Exodo masivo
Las atrocidades generadas por el conflicto ya causaron el desplazamiento de miles de sudaneses. Los países vecinos sirven de lugares de acogida para los civiles, muchos se han refugiado en Chad. Al 10 de septiembre de 2023, según cifras de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Chad acoge más de 400 000 refugiados sudaneses están en ese territorio.
Pero las autoridades chadianas temen un aumento de los conflictos que podrían llegar a su país. A Naciones Unidas le preocupa el riesgo de un genocidio. En una declaración, Alice Wairimu Nderitu, secretaria general adjunta de Naciones Unidas y consejera especial del secretario general de Naciones Unidas para prevenir el genocidio, alerta sobre la preocupante situación en el país. Afirma en una parte de su declaración citada por ONU Info:
Après quatre mois de combats incessants, accompagnés de violations des droits de l'homme et d'abus généralisés, le nombre de morts, de blessés et les milliers de personnes déplacées dans le cadre d'un conflit à forte composante identitaire est inacceptable. (…) les violences intercommunautaires et ethniques, si elles ne sont pas empêchées ou stoppées, pourraient s'intensifier et entraîner l'ensemble du Soudan dans une guerre civile, avec un risque élevé de génocide et de crimes d'atrocité connexes.
Tras cuatro meses de incesantes combates, acompañados de violaciones y abusos generalizados de los derechos humanos, es inaceptable el número de muertos, heridos y miles de desplazados en un conflicto con un fuerte componente identitario. (…) La violencia intercomunitaria y étnica, si no se evita o detiene, podría intensificarse y arrastrar a todo Sudán a la guerra civil, con un alto riesgo de genocidio y crímenes atroces relacionados.
Los dos bandos reçiben apoyo del extranjero
Otros países de África y potencias extranjeras apoyan a ambos bandos. En septiembre de 2023, Abdel Fattah al Burhan multiplicó los viajes al extranjero, sobre todo a Egipto, Sudán del Sur, Éritrea, Catar y Turquía. Para Khalid Omer Yousif, vicepresidente del Partido del Congreso de Sudán, al Burhan está en un proceso de consolidación del poder. En TRT Afrika, Yousif déclaró:
Je crois qu'il veut renforcer la position militaire dans cette guerre en discutant avec les pays voisins et les acteurs régionaux et internationaux qui pourraient avoir une certaine influence sur la situation au Soudan.
Creo que quiere reforzar la posición militar en esta guerra al discutir con los países vecinos y actores regionales e internacionales que podrían tener alguna influencia en la situación en Suán.
Según Le Monde, las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR) de Mohamed Hamdan Dagalo tiene el apoyo militar de mercenarios de Mali, Chad, Níger, República Centroafricana, Rusia y otras potencias de Medio Oriente come los sauditas y los emiratíes. Este video de France 24 lo explica:
En estas condiciones, el pueblo sudanés tiene muy pocas esperanzas de ver a las dos partes reunidas en la mesa de negociaciones para intentar llevar la paz al país.