Yidis: un idioma para celebrar también por sus palabrotas hilarantes

Captura del canal de video I Love Languages de YouTube que presenta los lineamientos básicos del yidis. Uso permitido.

El yidis, que hablaban más de 11 millones de judíos en Europa Oriental y Central antes de la Segunda Guerra Mundial, lo utilizan actualmente un estimado de 600 000 personas, en comunidades religiosas judías tradicionales en las yeshivás jasídicas

Global Voices entrevistó a Matthew Katzman, que vive en Canadá y es autor del nuevo libro ¡Oy Vey! Jerga Yiddish 101 (‘¡Oy vey!’ expresa exasperación en yidis), diccionario satírico que entrelaza historias personales de su familia con divertidas expresiones en yidis para ayudar a comprender la evolución del idioma y cómo personas de diferentes generaciones se relacionan con ese idioma.

Katzman nació y creció en Toronto, asistió a una escuela judía durante la mayor parte de su juventud y aprendió yidis gracias a sus abuelos. Se graduó en psicología en la Universidad Queen y actualmente está completando su maestría en periodismo en la Universidad Metropolitana de Toronto.

La entrevista fue por correo electrónico y se ha editado por razones de espacio y estilo.

Retrato de Matthew Katzman. Foto usada con autorización.

Filip Noubel (FN): ¿Puedes explicar cuál es la situación actual del yidis; dónde y quiénes lo hablan?

Matthew Katzman (MK) Yiddish is spoken all around the world. It is a mishmash of all sorts of languages fused together, such as German, Hebrew, French, Italian and others. It is still spoken by many worldwide but predominantly in Israel, the US, and some Eastern European countries. Before WWII, it was spoken by lots more Jews. With so many Jewish lives lost in the Holocaust, the language largely faded.

In my community, everyone is familiar with the language to some degree. It represents very different things to different people. I think generationally is the best way to look at it. For my Zaidy and Bubbie, aka my grandparent’s generation, I think it's seen as a formal language. Many used to speak it with their parents, to their kids, and to each other.

My father’s generation saw it as a language, but not one that was as relevant or accessible. Especially because, by that time, growing up around more secular Jews in Canada, it didn’t have as much use. He was taught it by my grandparents and can still remember a lot of it, but I think it’d be tough for him to have a full conversation with it today.

For my generation, I think it could be seen as more of a tradition than an actual language. At least for me, the words take on representations rather than the actual meaning. I wouldn’t necessarily string together a collection of words to make a sentence, but I would drop one of the hilarious, punchy, goofy, or powerful Yiddish words I know in an everyday sentence.

Matthew Katzman (MK): El yidis se habla en todo el mundo. Es una mezcla de idiomas fusionados, como el alemán, el hebreo, el francés, el italiano y algunos otros. Aún lo hablan muchas personas en todo el mundo, pero principalmente en Israel, Estados Unidos y algunos países de Europa del Este. Antes de la Segunda Guerra Mundial, lo hablaban muchos más judíos, pero con tantas vidas judías perdidas en el Holocausto, el idioma se desvaneció en gran medida.

En mi comunidad, todos conocen el idioma. Representa cosas muy diferentes para cada persona. Creo que la mejor forma de verlo es generacionalmente. Para mi zaidy y bubbie (abuela y abuelo en yidis), y para toda su generación, creo que se ve como un idioma formal. Muchos lo hablaban con sus padres, con sus hijos y entre ellos.

La generación de mi padre, en cambio, si lo consideraba un idioma, aunque no tan relevante o accesible. Especialmente porque, en ese entonces en Canadá, se crecía alrededor de judíos más laicos que no lo usaban tanto. Mis abuelos se lo enseñaron a mi padre y él todavía puede recordar bastante, pero creo que le resultaría difícil mantener una conversación completa.

Para mi generación, podría verse más como una tradición que como un idioma real. Al menos para mí, las palabras adquieren representaciones en lugar de significado. No necesariamente enlazaría un conjunto de palabras para hacer una oración, pero sí soltaría alguna palabra yidis hilarante, pegajosa o tonta en una conversación cotidiana.

FN: ¿El yidis es un idioma en peligro de extinción? ¿Cómo se transmite a la siguiente generación? ¿Está presente en línea?

MK Some have called Yiddish a dying language and UNESCO has even labelled it as endangered. While fewer people speak it today, it is still spoken all over the world.

I attended a fairly well-known Hebrew school in Junior Kindergarten where Yiddish was taught and still is today. In the community I grew up in, Yiddish was fairly present. Not that any of my Jewish friends are fluent, but words that are part of the dialect are still part of our everyday conversation. We’d laugh and call my buddy a “klutz“ if he missed an easy catch in a softball game. Or say that it gives us “naches“ to watch their fantasy football team win a championship. Maybe after my friends and family read this book, we’ll find a way to throw a “nochshlepper” here or an “eppes a nudnik“ there.

In terms of the internet presence, we’ve been connecting with speakers through online Yiddish communities. We’ve already had so many people express interest in purchasing “Oy Vey!” before it's been published. There are still many Facebook and Reddit groups to discuss the culture, read stories, and feel connected to the language. You won’t be seeing it talked about in mainstream media very often though, that’s why I feel so strongly about this project. I want to help people connect to a fun, colourful language that has a place so close to my heart.

MK: Se dice que el yidis es un idioma en vías de extinción, incluso la UNESCO lo ha catalogado como una lengua en peligro. Aunque en la actualidad son menos las personas que lo hablan, todavía se utiliza en todo el mundo.

El jardín de infantes lo hice en una escuela hebrea bastante conocida, que enseñaba yidis, y todavía lo enseña. En la comunidad en la que crecí, el yidis estaba presente. Ninguno de mis amigos judíos usa fluidamente el idioma, pero las palabras del dialecto todavía son parte de nuestra conversación diaria. Nos reiríamos y llamaríamos a un amigo un klutz si falla una atrapada fácil en un juego de softball. O diríamos que nos da naches ver a tu equipo de fútbol ganar un campeonato. Tal vez, después de que mis amigos y familiares lean este libro, encontrarán una manera de soltar un nochshlepper aquí o un eppes a nudnik allá.

En cuanto a la presencia en internet, nos conectamos con hablantes a través de comunidades yidis en línea. Mucha gente manifestó interés en comprar ¡Oy Vey! antes de su publicación. Todavía hay muchos grupos en Facebook y Reddit cuyo objetivo es discutir la cultura, leer historias y conectarse con el idioma. Sin embargo, no se habla al respecto en los medios convencionales, por eso siento gran compromiso con este proyecto. Quiero ayudar a las personas a conectarse con un idioma divertido y colorido que tiene un lugar muy importante en mi corazón.

En línea, el yidis se puede escuchar en la popular serie israelí Shtisel, que describe a una comunidad judía ortodoxa, como muestra este video de YouTube.

FN: ¿Cuál es tu experiencia con el yidis? ¿Se ha hablado en tu familia? Si no es así, ¿cómo lo aprendiste? ¿Qué es lo que más te asombra de este idioma?

MK: Yiddish has been in my family for generations. Not sure how far it goes back but it was probably first spoken to me as a baby by my Zaidy and Bubbie.

I think Yiddish functions best as a reminder or connector to our past. Writing this book made me feel linked to my Jewish ancestors who came from “shtetls“, which are the small, poor Jewish villages that housed them in Eastern Europe.

The drive to pass on the traditions of Judaism, like the Yiddish language, is strong for me. In “Oy Vey!,” I joke that my number one priority in writing the book is so my grandparents would be proud of me. I guess in some way, I feel a responsibility to pass on the rituals they fought so hard to keep.

I wouldn’t say the Yiddish language was pressed to be passed on in my family though. When you read the book, you’ll notice that I delve into a lot of personal anecdotes from my life. I really wanted to be open and create a personal feel to the book, while keeping it pretty silly.

MK: El yidis ha estado en mi familia durante generaciones. No estoy seguro desde cuándo, pero es muy probable que lo haya escuchado siendo bebé de boca de mi zaidy y bubbie.

Creo que el yidis funciona mejor como un recordatorio o una conexión con nuestro pasado. Escribir este libro me hizo sentir vinculado a mis antepasados judíos que venían de los shtetls, pueblos judíos pequeños y pobres que los albergaban en Europa del Este.

Siento un fuerte deseo de transmitir las tradiciones del judaísmo, como el idioma yidis. En ¡Oy Vey! bromeo diciendo que mi prioridad número uno al escribir el libro es lograr que mis abuelos estén orgullosos de mí. Supongo que de alguna manera siento la responsabilidad de transmitir los rituales que ellos lucharon tanto por conservar.

No diría que el idioma yidis fue una prioridad que se transmitió de generación en generación en mi familia. Sin embargo, en el libro abundan las anécdotas personales porque mi intención fue crear un ambiente simple y familiar.

FN: El yidis tiene gran cantidad de frases y dichos divertidos. ¿Todavía se utilizan entre los hablantes nativos, incluidas las comunidades conservadoras?

MK: There’s almost too many to count. Almost. I have a lot of favourites. There’s actually a whole chapter in Oy Vey! dedicated to this. Here’s a few of the best.

  • Es zol dir dunern in boykh, vestu meyen az s’iz a homon klaper: Your stomach will rumble so badly, you’ll think it was a Purim noisemaker.
  • Zolst zeyn azoy reykh, az dayn almnhs man darf keynmol nisht arbetn a tog: May you be so rich your widow’s husband has to never work a day.
  • Vaksn zolstu vi a tsibele mitn kop in dr'erd: May you grow like an onion with its head in the ground.

You’ll still see some of these curses used today. “May you grow like an onion with its head in the ground” is probably the most commonly seen in pop culture, such as in the musical “Fiddler on The Roof.”

I think the reason there are so many curses is because Jewish people can be passive aggressive when upset. I don’t want to speak for an entire religion/culture/nationality, but, in my personal opinion, a Jewish person would much rather send you hints to how they’re feeling rather than outright say how they’re feeling.

When those hints don’t work, you might have all this internalised frustration. Instead of just confronting someone about what’s upsetting you, you go back to your home in the “shtetl” and utter a few of the most devastating curses you know. It feels cathartic.  To be clear, I have never met another Jewish person who has cursed another person, but I like to imagine it happens from time to time.

For the book, I created a character named “Shlomi” who gets mentioned throughout the book as someone who curses in Yiddish. While I have few enemies, he is a culmination of all the people who have wronged me in the past. Would I truly utter a curse unto someone who did me wrong? Like that they may lie in the ground and bake like a bagel? The jury's out on that.

MK: Hay demasiados como para contarlos todos. Tengo muchas favoritos. Es más, hay un capítulo completo en ¡Oy Vey! dedicado a esto. Aquí tienes algunos de los mejores:

  • Es zol dir dunern in boykh, vestu meyen az s’iz a homon klaper: tu estómago rugirá tan fuerte que pensarás que es un ruidoso de Purim.
  • Zolst zeyn azoy reykh, az dayn almnhs man darf keynmol nisht arbetn a tog: que seas tan rico que el marido de tu viuda nunca tenga que trabajar.
  • Vaksn zolstu vi a tsibele mitn kop in dr'erd: que crezcas como una cebolla con la cabeza en la tierra.

Algunas de estas frases se utilizan todavía. «Que crezcas como una cebolla con la cabeza en la tierra» es probablemente la más común en la cultura popular, como se puede apreciar en el musical El violinista en el tejado.

Creo que el yidis tiene tantos dichos es porque los judíos tienden a ser pasivo-agresivas cuando están molestas. No es mi intención generalizar y hablar en nombre de toda una religión/cultura/nacionalidad, pero, en mi opinión, un judío preferiría darte pistas sobre cómo se siente en lugar de decirlo directamente.

Cuando esas pistas no funcionan, toda esa frustración podría quedar internalizada. En lugar de enfrentar a alguien y expresar lo que te está molestando, regresas a tu hogar en el shtetl y murmuras algunas de las maldiciones más devastadoras que conoces. Se siente catártico. Para ser claro, nunca he conocido a un judío que haya insultado a otra persona, pero me gusta imaginar que sucede de vez en cuando.

Para el libro, inventé un personaje llamado «Shlomi» que insulta en yidis a lo largo de la historia. Aunque tengo pocos enemigos, es como la culminación de todas las personas que me han perjudicado en el pasado. ¿Realmente insultaría a alguien que me hizo daño? Algo como: que se recuesten en la tierra y se cocinen como un panecillo. El jurado todavía está deliberando sobre eso.

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