Las aflatoxinas, grupo de compuestos tóxicos que producen algunos hongos, representan una grave amenaza para los cultivos agrícolas en África Oriental.
Estas toxinas están en cultivos como el maíz, los cacahuates/el maní, el algodón y los frutos secos. Los principales hongos que producen aflatoxinas son el Aspergillus flavus y el Aspergillus parasiticus, que florecen en regiones cálidas y húmedas. Los hongos productores de aflatoxinas pueden contaminar los cultivos en cualquier etapa, desde el cultivo hasta el almacenamiento.
El problema de las aflatoxinas es considerable en regiones tropicales con climas moderados, como Tanzania, Kenia y Uganda. En 2016, el Gobierno de Tanzania reportó unas 14 muertes relacionadas con el consumo de alimentos contaminados con aflatoxinas.
Global Voices entrevistó al doctor Masolwa Ng'wanasayi, gastroenterólogo del Hospital Aga Khan en Dar es Salam, que explicó cómo las aflatoxinas matan lentamente a las personas. Dijo que las personas más vulnerables son quienes viven en zonas rurales:
In urban areas, the situation is somewhat better, especially if you purchase food certified by the Tanzania Bureau of Standards (TBS), which ensures aflatoxin-free products. Aflatoxin's harm is not immediate; it takes 10-15 years to manifest. Prolonged exposure damages liver cells, reducing their ability to regenerate and repair, ultimately leading to the onset of cancer. Past research conducted in Africa reveals that at least 40 percent of liver cancers are attributed to aflatoxin exposure.
En las zonas urbanas, la situación es un poco mejor, especialmente si compras alimentos certificados por la Oficina de Normas de Tanzania (TBS), que garantiza productos libres de aflatoxinas. El daño de las aflatoxinas no es inmediato; se manifiesta en un lapso de 10 a 15 años. La exposición prolongada daña las células del hígado, pues reduce su capacidad de regeneración y reparación, lo que finalmente conduce al desarrollo de cáncer. Investigaciones realizadas en África revelan que al menos el 40% de los cánceres de hígado se atribuyen a la exposición a las aflatoxinas.
El doctor Masolwa Ng'wanasayi explicó que las aflatoxinas no solo afectan a los seres humanos, sino que también pueden afectar a animales como cabras y vacas. Consumir productos de origen animal contaminados por la toxina representa riesgos para la salud humana. Recomendó chequeos regulares para la detección temprana y el tratamiento.
En una conversación con Global Voices en Dar es Salam, el doctor George Mahuku, patólogo de plantas principal del Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) para África Oriental, Central y del Sur, señaló el impacto del cambio climático en la contaminación por aflatoxinas:
Aflatoxin is a major concern, especially in tropical regions, as the environmental conditions are conducive for the growth of this fungus. We are currently witnessing a rise in reports of aflatoxin contamination due to climate change. This fungus thrives in drought or high-temperature conditions, and it particularly flourishes when plants are stressed. This is a significant issue within East Africa.
Las aflatoxinas son una gran preocupación, especialmente en regiones tropicales, ya que las condiciones ambientales son propicias para el crecimiento de este hongo. Actualmente se percibe un aumento en los informes de contaminación por aflatoxinas debido al cambio climático. Este hongo prospera en condiciones de sequía o de altas temperaturas y florece especialmente cuando las plantas están estresadas. Esto es un problema significativo en el este de África.
El doctor Mahuku agregó que el problema comienza en los campos, ya que el hongo vive en el suelo. Para mitigar la contaminación por aflatoxinas, es crucial proteger los cultivos en el campo. Esto implica el uso de variedades de cultivos mejoradas, la protección de los granos contra el daño de los insectos, una cosecha bien drenada y la eliminación de los granos dañados. Estas medidas pueden reducir significativamente la contaminación. Además, los investigadores agrícolas han desarrollado un método de biocontrol llamado Aflasafe, que los agricultores pueden usar durante la siembra de cultivos. Aflasafe desplaza a los hongos productores de la toxina, lo que lleva a una impresionante reducción del 80-100% de la contaminación, con un 100% de eficiencia si se aplica a tiempo.
El doctor Mahuku también señaló que el desafío más importante para combatir las aflatoxinas en la región es la falta de conocimiento de los agricultores, situación peligrosa agravada por los efectos continuos del cambio climático.
The most substantial issue with aflatoxin is that the damage it inflicts is invisible; it is tasteless and odourless. We are essentially combating an unseen adversary. Convincing farmers to adopt bio-control measures for a problem they cannot readily observe presents a major hurdle.
El problema más relevante con las aflatoxinas es que el daño que causan es invisible, insípido e inodoro. Básicamente, estamos combatiendo a un enemigo invisible. Convencer a los agricultores de que adopten medidas de biocontrol para un problema que no pueden ver presenta un obstáculo importante.
Eliamani Singo vive en el pueblo de Kabuku en la región de Tanga, al este de Tanzania, ha cultivado maíz durante más de 20 años. Aunque tomó varias medidas, desde la selección de semillas hasta la poscosecha, desconoce el problema de las aflatoxinas y su impacto en la salud humana. Dijo a Global Voices:
During harvesting, I make sure that the maize is thoroughly dry and after that I store it in elevated location to continue the drying process. On the issue of aflatoxin, I don’t have an idea, thus agriculture specialists should visit farmers to disseminate the knowledge.
Durante la cosecha, me aseguro de que el maíz esté completamente seco y después lo guardo en un lugar elevado para continuar el proceso de secado. En cuanto al tema de las aflatoxinas, no tengo idea. Pienso que los especialistas en agricultura deberían visitar a los agricultores para difundir el conocimiento.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 500 millones de personas están expuestas a niveles inseguros de micotoxinas, la mayoría en África subsahariana. El maíz y los cacahuates (o maní), entre otros alimentos básicos, son altamente susceptibles a la contaminación por aflatoxinas. Esto subraya la necesidad de que los Gobiernos prioricen los esfuerzos de seguridad alimentaria en la región.
No cabe duda de que las aflatoxinas representan una amenaza significativa, para la salud humana, y también para la seguridad alimentaria en la región. Diversos institutos de investigación agrícola como el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) están trabajando para descubrir formas más efectivas de abordar este problema. El Gobierno de Tanzania también ha tomado medidas para educar a los agricultores sobre las prácticas agrícolas adecuadas, la selección de semillas y los métodos seguros de almacenamiento.
Iniciativas como el proyecto TANIPAC se centran en la construcción de instalaciones modernas de almacenamiento de cultivos agrícolas y en enseñar a los agricultores las mejores prácticas, con planes de expansión a nivel nacional. Sin embargo, abordar el problema de las aflatoxinas requiere un esfuerzo colectivo ya que trasciende las fronteras.