Entre la democracia y el autoritarismo en El Salvador: Panorama político antes de las elecciones de 2024

President Nayib Bukele

Nayib Bukele en la Central Hidroeléctrica 3 de Febrero en El Salvador. Imagen de Flickr Dominio Público.

Es diciembre, y los salvadoreños se están preparando para celebrar una de las festividades más esperadas del año, la Navidad. Usualmente, durante esta celebración, la mayoría se preocupa por sus planes y por si tendrá suficiente dinero para sobrevivir todo el mes. Sin embargo, este año, hay un elemento adicional que deben contemplar mientras se acerca 2024: las próximas elecciones legislativas y presidenciales.

Las elecciones, programas para el 4 de febrero, son de gran importancia pues marcarán la dirección del país y su panorama político. Los salvadoreños deben decidir si quieren continuar confiándole el control de la rama legislativa al partido del presidente Nayib Bukele y sus aliados, como en los últimos tres años, o si quieren dárselo a la oposición. Habrá elecciones presidenciales el mismo día; sin embargo, para la presidencia del país, el panorama político es directo: las encuestas muestran que Bukele tiene un abrumador apoyo que aseguraría la reelección y el Gobierno de El Salvador hasta 2029, al menos.

Asegurar que Bukele tiene asegurada la reelección no es difícil de pronosticar por su consistente aprobación alta y débil oposición política, claramente visible en las recientes encuestas de candidatos presidenciales. Hacia mediados de diciembre, se han publicado tres encuestas sobre las elecciones presidenciales —una de la revista Disruptiva de la Universidad Francisco Gavidia, otra de CID Gallup, y la última del Instituto Universitario de Opinión Pública. Todas muestran una intención de voto con una brecha de más del 59 % entre Bukele y cualquiera de sus oponentes, una brecha demasiado grande para cerrar en menos de dos meses.

Joel Sánchez, empresario radicado en Estados Unidos del partido de derecha ARENA, tiene el segundo lugar con una intención de voto que promedia el 2,9%. No muy atrás en tercera posición está Manuel Flores del partido de izquierda FMLN; que tiene un promedio de intención de voto de 2,5%. Flores fue el alcalde de Quezaltepeque entre 2003 y 2012, y luego diputado en la Asamblea Legislativa desde 2012 hasta 2021.

Expertos legales y figuras opositoras expresan que la candidatura de Bukele es ilegal porque viola al menos cuatro artículos de la Constitución. Sí, al menos cuatro artículos de la Constitución salvadoreña prohíben la reelección; sin embargo, fue una resolución de la Cámara Constitucional salvadoreña la que le permitió a Nayib Bukele postular como candidato presidencial. “que solo compete ‘al pueblo’ decidir si el presidente debe continuar o, por el contrario, decantarse por otra opción”, señaló la resolución emitida por la Cámara Constitucional en 2021.

Incluso los críticos de Bukele entienden que obtendrá la relección, como es el caso de Oscar Martínez, editor en jefe del diario en línea El Faro, detractor de Bukele y su gestión. Martínez declaró en entrevista con Confidencial:

A pesar de todo, es el presidente más popular de América Latina, y «ganará» su reelección, porque no tiene contrapesos, ni mucho menos candidatos que le disputen el poder. Los demás partidos «están aplastados, no sólo por su incompetencia y su corrupción». Así que Bukele «gobernará por cinco años más, y posiblemente le va a dar la gana de gobernar más años que eso.

Con Bukele preparado para liderar a la nación por otros cinco años, los salvadoreños deben tomar una decisión crucial sobre el control de la rama legislativa, si confiarle el control al partido de Bukele y sus aliados o dárselo a la oposición.

La rama legislativa es la única que puede poner controles y equilibrar a Bukele. Si el partido oficialista y sus aliados retienen el control legislativo, tendrán la autoridad de aprobar cualquier norma legal que deseen, como es el caso desde mayo de 2021. Los legisladores que apoyan a Bukele, conocidos como Bloque Cyan por el color del partido Nuevas Ideas, han señalado que fueron elegidos para aprobar cualquier iniciativa del presidente Bukele y así continuarán si son reelegidos. “El mejor líder, el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, junto a la Bancada Cyan, listos para seguir dando la gobernabilidad que el presidente Nayib Bukele necesita”, dijo el diputado Christian Guevara durante la inauguración de la campaña del partido Nuevas Ideas para las elecciones legislativas.

Por otro lado, si el panorama político cambiara y los salvadoreños le dieran control de la rama legislativa a la oposición, el presidente tendría un gobierno con mayores dificultades. Los legisladores opositores que buscan la reelección han dejado en claro que si logran el control de la legislatura, buscarán poner control en la gestión de Bukele.

La diputada opositora Claudia Ortiz del partido VAMOS escribió en X que el control de la Asamblea Legislativa es la clave. Ortiz está buscando la reelección:

El Salvador: ¿democracia o autoritarismo?

Aunque quedan dos meses para las elecciones y las campañas para las elecciones legislativas comenzaron el 3 de diciembre, muchos salvadoreños de ambos lados ya tienen opiniones formadas sobre el resultado que desean.

“Necesitamos darle de nuevo el control de la Asamblea Legislativa al partido Nuevas Ideas y a sus aliados. Bukele necesita ayuda para mantener a estos criminales [miembros de pandillas] en la cárcel. No podemos volver al pasado”, comentó el señor Orlando Chacon, vendedor ambulante informal en Ilobasco que cree que el El Salvador es una democracia.

Durante años, el señor Chacón fue víctima de chantaje de pandillas locales para poder vender sus productos en su vecindario; todo eso cambió cuando asumió Bukele. Ya no paga esas extorsiones y puede ir a otras comunidades a vender libremente, algo que no podía hacer antes de 2022 cuando comenzó el controversial estado de excepción.

El señor Chacón sabe que la economía del país es mala ya que todo cuesta más; sin embargo, no culpa a Bukele por los problemas económicos del país. “No puede arreglar al país en cinco años; para arreglar todo, necesita ser presidente al menos 15 más”, comentó.

Por otro lado, hay salvadoreños que no quieren ver a Bukele como presidente. Lo perciben como una figura autoritaria que busca permanecer en el poder de forma ilícita.

“¿Cómo podemos respetar la ley si este presidente no la respeta? Es un dictador que necesita estar en el poder para cubrir todas las cosas ilegales que su gestión ha hecho”, señaló Olga, también vendedora en Ilobasco que no dio su apellido,  y que está preocupada de que expresar abiertamente su rechazo por Bukele pueda llevar a que la arresten. También mostró su aprensión sobre cómo el Gobierno utiliza los fondos públicos, sobre todo el dinero destinado para eventos como el concurso de Miss Universo.

El Salvador consignó más de 70 millones de dólares para el evento, que incluía la renovación de espacios culturales y turísticos designados para el concurso. Olga sostiene que esos fondos podrían haberse utilizado de forma más eficiente para la educación y para ayudar a los más pobres. Aunque habló con libertad, mencionó su preocupación sobre hablar de política. “Tengo miedo de que me arresten por el estado de excepción solo por dar mi opinión. La Policía puede arrestar a cualquiera sin motivo, y no les interesa si violan los derechos individuales”, concluyó Olga, que cree que El Salvador ya no es un país democrático.

Mientras se desarrolla el panorama político para 2024 en El Salvador, la claridad rodea a la rama ejecutiva: Bukele está listo para la reelección, lo que le asegura la presidencia para otros cinco años. La perspectiva para la rama legislativa es menos definitiva; aunque es probable que el partido de Bukele y sus aliados mantengan el control, eso no está garantizado.

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