Investigación muestra que buques registrados en la Unión Europea sobreexplotan y exportan pequeños peces pelágicos en aguas africanas

Juliet Efemena, procesadora de pescado en Guinea-Bissau. Crédito: Gideon Sarpong, iWatch Africa, noviembre de 2023, utilizada con autorización.

Este artículo se publicó originalmente por iWatch Africa, y Global Voices reproduce una versión más corta como parte de un acuerdo de asociación para compartir contenido.

Una investigación dirigida por Gideon Sarpong en colaboración con Ocean Reporting Network del Centro de Pulitzer explica la exportación de pequeños peces pelágicos sobreexplotados por buques registrados en la Unión Europea que operan en África Occidental.

Según el informe de investigación, la empresa pesquera Ocean Whale, fundada en 2016, ha surgido como productor sombrío del rubro de la industria pesquera africana. Ocean Whale dirige una flota de cinco buques pesqueros a través del continente, y sus prácticas han levantado sospechas, ya que se aprovecha de vacíos normativos y amenaza las poblaciones de pequeños peces pelágicos de África Occidental, un salvavidas para los pescadores locales artesanales.

El informe también señala que la empresa propietaria de Pilot Whale pretende ser una entidad legítima registrada oficialmente en Malta con el número de registro C76874. Sin embargo, la investigación revela que las operaciones de la compañía transciende fronteras, lo que deja al descubierto una inquietante discrepancia entre su registro y el alcance de sus actividades.

Lo que añade más intriga a esta historia es la peculiar elección de las banderas de sus cinco buques tamaño industrial: Right Whale, Pilot Whale, Sei Whale, Grey Whale y Crystal Hope. A pesar de operar fuera de las fronteras de Camerún, estos buques izan la bandera de Camerún orgullosamente, lo que suscita interrogantes sobre la motivación tras tal elección.

El meollo de esta controversia radica en la voraz persecución que hace Ocean Whale de pequeños peces pelágicos, recurso en grave peligro en aguas de África Occidental según los científicos. Entre estas poblaciones de peces, la sardinella tiene un lugar especial, es apreciada como fuente tradicional de alimento de las comunidades de África Occidental. Es económica y fundamental para la seguridad alimentaria en países como Guinea-Bissau y Mauritania, y además aporta proteína animal esencial, micronutrientes y ácidos grasos para millones de personas en toda la región.

Durante la investigación, el análisis de los datos del Sistema de Identificación Automática (SIA) expuso las prácticas pesqueras depredadoras de Ocean Whale en las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de Mauritania, Guinea-Bissau, Angola y Namibia. Estos buques saquean el núcleo central de los recursos marítimos de África Occidental y hacen caso omiso de las preocupaciones científicas sobre la sostenibilidad.

En octubre, el Comité Científico Mixto encargado de supervisar la aplicación del acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Mauritania publicó un informe que equivalía a una acusación contra las flotas pesqueras de la Unión Europea en la región de África Occidental.

El informe señalaba que la flota de la Unión Europea que captura pequeños peces pelágicos en África Occidental, en particular los buques de Europa Oriental, siguen ignorando su obligación de llevar observadores científicos a bordo mientras pescan de forma insostenible.

Además, Gideon Sarpong analizó los datos de varios años de la Organización de Agricultura y Alimentación (OAA). Los resultados revelaron un sombrío panorama de sobreexplotación de la sardinella en las regiones donde opera Compañía Ocean Whale. Esta alarmante tendencia deja al delicado ecosistema marino al borde del colapso, y pone en peligro los medios de subsistencia locales y la seguridad alimentaria regional.

La experta en pesca Beatrice Gorez, coordinadora de la coalición Fair Fisheries Arrangements, consorcio de organizaciones comprometidas de revelar las repercusiones de los acuerdos de pesca entre la Unión Europea y África, plantea una preocupación pertinente en una entrevista con Gideon Sarpong:

This is really a black spot in the European policy, because at the moment there is very little in terms of legislative tools for the EU to act against these vessels where the beneficial owners are still European but are taking the flag of another country.

Se trata realmente un punto negro entre la política europea, ya que por el momento existen muy pocas herramientas legislativas para que la Unión Europea actúe contra esos buques cuyos propietarios efectivos siguen siendo europeos pero llevan la bandera de otro país.

Destacó la necesidad que la Comunidad Europea tomara medidas decisivas contra personas y empresas radicadas en la Unión Europea que tengan o gestionen buques dedicados a prácticas pesqueras insostenibles en territorios extranjeros.

La petición de Gorez se ve destacada por el hecho de que en Mauritania, Guinea-Bissau y otros Estados de África Occidental es notoria la falta de una gestión regional adecuada de los pequeños peces pelágicos, lo que deja la puerta abierta a prácticas de explotación. En su opinión, debería prohibirse acceso a estas aguas vulnerables a los buques de la Unión Europea, ya sea que tengan bandera de la Unión Europea o de Camerún.

Exportación de pequeños peces pelágicos a Europa

Un informe de IUU Watch revela una desconcertante paradoja en las políticas de importación de la Comisión Europea. A pesar de la prohibición de importar productos pesqueros de Camerún, cerca de 10 millones de euro (10,94 millones de dólares) entraron a varios países de la Unión Europea en septiembre de 2023.

Como parte de la investigación de Sarpong, se extrajeron datos de la plataforma del Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y la Acuicultura (EUMOFA). Estos datos fueron rebatidos por la Comisión Europea, que admitió que los productos pesqueros de Camerún entraron en la Unión Europea en 2023, aunque en cantidades muy pequeñas. Sin embargo, cuando los investigadores solicitaron los datos que corroboraban su afirmación, no se los dieron.

Exportación de productos pesqueros de Camerún a la Unión Europea, enero-septiembre de 2023. Diseño de Daniel Abugre Anyorigya, utilizada con autorización.

La Comisión Europea alega que estas importaciones quedaban fuera del alcance de  su «sistema de certificación de capturas», igual que «las ostras y el pescado ornamental» que, según argumenta «se importaban principalmente en Francia y Bélgica».

Un análisis más detallado de los datos de exportación pesquera de EUMOFA reveló información más sorprendente. En septiembre de 2023 había entrado en la Unión Europea procedente de Mauritania y Guinea-Bissau pescado por valor de más de 150 millones de euros (164,3 millones de dólares) que incluía especies sobreexplotadas, como los pequeños pelágicos.

En respuesta, el portavoz de la Comisión Europea se amparó en el artículo 17 de la normativa INDNR (Ilegal, No Declarado, No Regulado), que faculta a los Estados miembros de la Unión Europea a implementar procedimientos de verificación al importar productos pesqueros.

El portavoz argumentó que «la Comisión está apoyando la implementación efectiva del esquema de certificación de capturas de los Estados miembros a través del desarrollo de IT CATCH», sistema informático destinado a digitalizar los datos de certificación de capturas y armonizar los procedimientos.

Sin embargo, una auditoría de los actuales controles de CATCH de la Unión Europea demostró que las medidas vigentes para combatir la pesca ilegal son solo parcialmente efectivas, y la efectividad reducida se atribuye a la aplicación inconsistente de inspecciones y sanciones de los Estados miembros.

Funcionarios gubernamentales en Mauritania y Guinea-Bissau no respondieron de inmediato a un mensaje de solicitud de comentarios.

Camino a seguir

Las consecuencias de gran alcance de esta crisis ecológica se extienden mucho más allá de las costas del océano, e impregnan la vida de las comunidades locales. Estas comunidades incluyen las personas que dependen directamente del mar para su sustento, y sus voces dicen mucho sobre los desafíos que enfrentan.

Abdoulaye Kaba, de Guinea-Bissau de 35 años, expresó su profunda frustración y reveló: «La mayor dificultad ha sido la última década. Solo tenemos un montón de capturas después de trabajar durante horas en el mar».

Enfatizó que la única profesión lucrativa de la pesca artesanal había perdido su atractivo económico, claro testimonio de la magnitud de la crisis.

Para los comerciantes de pescados locales, predominantemente mujeres, la lucha no es menos grave. Juliet Efemena, procesadora de pescado de 30 años, expresó su angustia: «Empeora cada vez más cada año. Todos nuestros pescado se lo roban los grandes barcos. No sabemos qué hacer».

Sus conmovedoras palabras pintan una imagen de desesperación mientras las comunidades lidian con la implacable invasión de la pesca industrial en su forma de vida tradicional.

La difícil situación de Guinea-Bissau ante esta disminución de las poblaciones de peces se ve subrayada por su desempeño desalentador en el Índice de Pesca INDNR de 2021. El país estaba entre las diez naciones con peor desempeño, por no respetar las cláusulas críticas de transparencia y discriminación dentro de sus APFS de la Comisión Europea. Esto refleja deficiencias sistemáticas en la gestión de sus pesquerías, y también representa una grave amenaza para el bienestar de sus ciudadanos.

Beatrice Gorez describe un posible camino a seguir a través de la implementación de la declaración ministerial por parte de la Organización de los Estados de África, el Caribe y el Pacífico. Esta declaración insta a los países involucrados a recopilar información sobre los beneficiarios reales de los buques con banderas del país. Al dar este paso, las naciones pueden fomentar una mayor responsabilidad y sostenibilidad en la industria pesquera, medida que debió tomarse hace mucho tiempo, argumentó.

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